Si dádivas quebrantan peñas duras
Autor: Francisco de Quevedo
Si dádivas quebrantan peñas duras,
la de tu sangre nos quebranta y mueve,
que en larga copia de tus venas llueve,
fecundo amor en tus entrañas puras.
Aunque sin alma somos criaturas,
a quien por alma tu dolor se debe,
viendo que el día pasa escuro y breve,
y que el sol mira en él horas escuras.
Sobre piedra tu Iglesia fabricaste,
tanto el linaje nuestro ennobleciste,
que, Dios y hombre, piedra te llamaste.
Pretensión de ser pan nos diferiste,
y si a la tentación se lo negaste,
al Sacramento en Ti lo concediste.