“La droga estaba allí, no sé, a lo mejor Prefectura o Gendarmería la l
Droga

“La droga estaba allí, no sé, a lo mejor Prefectura o Gendarmería la llevaron”

 

 

14/04/2015 Fuente territoriodigital. Juan Betros, uno de los doce acusados de formar parte de la banda de los narcopenitenciarios, disparó acusaciones contra las fuerzas de seguridad. Afirmó que sólo él y un narco abatido sabían que las cajas contenían marihuana

 

Posadas. 

Con fuertes testimonios y acusaciones cruzadas, se inició ayer el debate oral en el que son juzgadas doce personas (diez hombres y dos mujeres), cuatro de ellas ex integrantes del Servicio Penitenciario Federal (SPF), por el secuestro de 2.400 kilogramos de marihuana, incautados el 24 de mayo de 2011 en Paraje Mbopicua, en la localidad de Puerto Rico.

 

Los cuatro detenidos del SPF se abstuvieron de declarar por sugerencia de sus defensores. Todo lo contrario hicieron tres de los civiles, uno acusado como cabecilla o el sujeto que desarrolló la inteligencia para acopiar la droga en Misiones, diseñar la forma en que iban a ser acondicionados los panes o ladrillos de cannabis sativa en al menos 26 cajas de madera de 1,10 metros de largo, 60 centímetros de ancho y medio metro de alto, con grasa y selladas con cola y clavos y embaladas en varias vueltas de film plástico industrial.

 

Juan Darío Betros fue quien solicitó a las 16.40 de ayer, en la sala de debate del Tribunal Criminal Federal de Posadas (Félix de Azara y Catamarca), romper el silencio y sentarse en el banquillo para dar su versión y responder a los interrogantes de la fiscal Vivian Barboza, y los jueces Lucrecia Rojas de Badaró (Corrientes), Eduardo Belforte (Formosa) y Fermín Ceroneli (Corrientes).

 

Betros fue tajante: “La droga se cargó en un campo de golf o un predio similar privado de San Ignacio (...) eran 30 cajas de madera con 3.100 kilos de marihuana, de ellas en sólo diez se mezcló grasa con los ladrillos (del estupefaciente), pero todas fueron pegadas con cola, clavadas y selladas con el plástico industrial, era imposible que se sintiera el olor a la droga, no la descubrió el perro, alguien filtró la información a Gendarmería”.

 

El supuesto “cerebro de la maniobra”, un sujeto proveniente de Capital Federal que aseguró que llegó en diciembre de 2010 a “Puerto Iguazú, luego bajé a Eldorado”, y desde allí, “en abril y mayo” pergeñó el cargamento, intentó desvincular del hecho a los miembros del Servicio Penitenciario Federal acusados, los choferes del camión Scania 113 de la fuerza, Emar Fabián Tévez y Sergio Daniel Briñócoli (misionero) y a los ex jefes Armando Hipólito Vallejos y Hernán Raúl Vargas. Vallejos como quien habría dispuesto la orden para que el rodado se desvíe de su destino salteño, y Vargas como nexo para que la droga sea cargada en Eldorado y partiera hacia Capital Federal.

 

“Yo organicé todo, ni Vallejos ni mi compadre Vargas sabían que dentro de las cajas había droga, yo les pedí un favor y ellos colaboraron pensando que el envío era de insumos informáticos y electrónicos como computadoras para automóviles, portátiles, etcétera, cosas chicas”, manifestó Betros y también señaló que Julio Otto Schwarz tampoco estaba al tanto de qué contenías las cajas.

 

Schwarz está procesado por facilitar el traslado de la droga en un camión térmico que manejaba para una firma de transporte de pollos al galpón de una vivienda, también de su propiedad, de calle Doctor Doglio 415 (kilómetro 7) en Eldorado, donde se habrían cargado las denominadas cunas de droga.

 

Betros al respecto aseguró que “las 30 cajas llegaron a Eldorado el 22 de mayo, al galpón de Otto Schwarz, y que fueron acondicionadas por Daniel Vargas y cuatro chicos (jóvenes) de Puerto Rico”.

 

En cuanto a Daniel Vargas, es el sujeto que en octubre de 2011 fue abatido por expertos del Grupo Especial de Operaciones Federales (PF) en Garupá, donde también se secuestraron más de dos toneladas de droga que estaba siendo acopiada para ser enviada a Buenos Aires. En el mismo operativo fue atrapado Betros, por entonces prófugo desde mayo de 2011.

 

Betros aseveró ayer que Daniel Vargas era quien proveía o “conseguía” la droga, es decir que “era el único” que sabía en qué consistía el cargamento, además de él.

 

Así buscó establecer que contrató “el flete de Schwarz por diez mil pesos más o menos”, pero que nadie sospechaba que las cajas estaban repletas de marihuana.

 

Betros también fue consultado por uno de los abogados defensores si sabía quién o quiénes introducían la marihuana a Misiones desde el Paraguay: “Cuando llegué a San Ignacio la droga ya estaba allí, no sé, a lo mejor Prefectura o Gendarmería la llevó hasta ese sitio”.

 

Versión distinta

 

La coartada de Betros ayer colisionó con la del propio Schwarz, quien pidió declarar sin saber lo dicho por el presunto “cerebro de la banda”. El conductor de colectivos y camiones aseguró que “nunca, jamás, realizó el traslado de las caja, ni flete alguno para Betros”. Aceptó que lo conoció a través de un joven que conoce desde pequeño y que trabajaba con él en la venta de papas y cebollas. “Sandro Salazar me lo presentó como un vendedor de autopartes que traía desde Buenos Aires, me dijo que era su primo”. Salazar es uno de los doce procesados que tiene la causa.

 

“Yo no tengo nada ilegal, detuvieron a mi madre (Mabel Montiel, también acusada) porque ella vive en la casa de (calle) Doctor Doglio, pero no tiene nada que ver tampoco en este asunto”, expresó llorando Schwarz.

 

Schwarz también perteneció al SPF, pero hasta 1995. Aunque ayer buscó desprenderse de la sospecha: “Yo no sé a quién están tapando, a mí me engañaron y yo le presté la llave de la casa para que Sandro Salazar arreglé su moto, yo ese lunes me estaba yendo a Tucumán a repartir pollos, y no le hice ningún flete a Betros dos días antes (el 24 de mayo de 2011)”.

 

El eldoradense también manifestó que varios de los demás acusados, incluyendo a Vallejos, Betros y Salazar, “me apretaron esta mañana cuando nos traían para acá (al Tribunal), ‘vos tenés que decir esto y esto’ y yo sólo digo la verdad, igual que mi madre”.

 

Sandro Salazar había complicado a Schwarz previamente, declarando que éste le dio la llave del galpón y casa de calle Doctor Doglio y que limpió los restos de grasa y marihuana.

 

También sostuvo que Schwarz buscó la droga en San Ignacio con su camión térmico (Scania 113), el mismo con el que repartía pollos en varias provincias.

 

Salazar también admitió que conocía a Hernán Vargas (SPF), porque venía a visitar a Betros desde Buenos Aires en un lujoso automóvil color gris de la marca alemana Audi.

 

Jornada caliente

 

• Olfato: Juan Andrés Betros fue contundente ayer con varias afirmaciones: “Ningún perro podía detectar la droga de la forma en que estaban armadas las cajas. Selladas, pintadas con látex negro, no con aerosol como dijo Gendarmería, embaladas con film plástico industrial, nada que ver con el de cocina”.

 

• Mejor Eldorado: Betros sostuvo que las cajas fueron llevadas cargadas a la propieda de Schwarz y hasta allí fue el camión del Servicio Penitenciario a buscarlas porque “yo conocía mejor la zona, de San Ignacio no sabía nada, pero no salió bien porque el camión fue delatado”.

 

• Transporte: Sobre el móvil utilizado para cargar la droga en Eldorado, Betros señaló que le “sorprendió” que sea del Servicio Penitenciario, pero con Hernán Vargas ya había acordado que “cualquier otro camión podía ser, él debía encargarse de eso para transportar los equipos electrónicos”.

 

• “Eran míos”: Julio Otto Schwarz buscó justificar la presencia en su propiedad de tres rollos de film plásticos, una lata de aerosol negro y latas de grasa, que fueron secuestradas en el allanamiento de Gendarmería en Eldorado horas después de descubierta la droga en Puerto Rico: “Eran todos míos, los rollos quedaron el camión  cuando embalaron pollos congelados y los cargaron al camión, la pintura la compré para cubrir un rayón de una motocicleta y los potes de grasas los usamos para cargar los bujes del camión”.