Alejandro Amenábar
Biografía

Alejandro Amenábar. De interés general

 

 

Fuente Wikipedia. Alejandro Fernando Amenábar Cantos, más conocido como Alejandro Amenábar (Santiago, Chile, 31 de marzo de 1972), es un compositor, guionista y director de cine chileno-español. La totalidad de su carrera cinematográfica se ha desarrollado en España. Ha ganado nueve premios Goya y un Óscar. Ha escrito los guiones de sus cinco películas y ha compuesto casi todas sus bandas sonoras.

 

Biografía

 

Infancia y juventud

 

Es hijo del chileno Hugo Ricardo Amenábar y la española Josefina Cantos. En la actualidad, mantiene la doble nacionalidad, chilena y española. Su padre trabajaba como técnico en la General Electric, mientras que su madre, Josefina, se dedicaba al hogar y al cuidado de sus hijos. Alejandro es el pequeño de dos hermanos varones; el mayor, Ricardo, nació el 4 de diciembre de 1969.

 

Su madre había sido invitada por su hermana mayor, quien había trasladado su residencia a la capital chilena, y ahí fue donde conoció a Hugo, con quien un tiempo después contrajo matrimonio.

 

En agosto de 1973, Alejandro, con solo un año de vida, y su familia emigraron a España y se instalaron en Madrid.1 A su llegada a la capital se instalaron en una caravana de cámping, pero cuando Alejandro tuvo seis años cambiaron su residencia a una urbanización en las afueras de la localidad de Paracuellos del Jarama (Madrid).

 

Estudios

 

Alejandro comenzó sus estudios en el colegio de los Padres Escolapios de Getafe. En segundo de BUP trasladó sus estudios al Instituto Alameda de Osuna, en la zona noreste de Madrid. En un principio este instituto no era el que se correspondía a la zona donde residía Alejandro; sin embargo, sus padres muy preocupados por su educación decidieron matricularle en dicho centro puesto que era conocido como uno de los mejores. Es bien reconocida su faceta como estudiante.

 

Pese a su edad, ni Alejandro ni su hermano eran grandes consumidores de televisión. Sus padres ponían mucho cuidado en esto y su tiempo libre lo dedicaba sobre todo al cine en pantalla grande, al que acudió desde los quince años de edad. Además del cine, su otra pasión era escribir relatos y leer historias juveniles. Según su madre, Alejandro tenía la capacidad de absorber todo lo que leía. De su faceta como compositor se puede decir que desde pequeño compuso melodías con el teclado y la guitarra con la misma fluidez que al escribir historias.

 

Antes de su ingreso en la facultad, trabajó como reponedor en un almacén y como jardinero hasta que pudo comprarse una cámara de vídeo doméstico. No concebía iniciar sus estudios universitarios de imagen sin haber tocado antes una cámara. Por eso, cuando entró en la Facultad de Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid y vio la poca práctica que tenían los alumnos con las cámaras decidió emprender su aprendizaje en solitario. Lo positivo de su paso por la universidad fue el encuentro con gente que, más adelante, se convertirían en personas muy importantes a lo largo de su carrera (es el caso de Sergio Rozas y Carlos Montero, a través del cual conoció a Eduardo Noriega). Allí conoció también a Mateo Gil, amigo y compañero, con el que realizó un pacto en el que siempre contarían el uno con el otro a la hora de realizar todos sus proyectos.

 

Carrera cinematográfica

 

Entre 1991 y 1995 realizó 4 cortometrajes que de un modo muy significativo influirán en sus primeros largometrajes. La cabeza (corto), Himenóptero (corto) y Luna tienen sus hermanos mayores en Tesis, Mar adentro y Abre los ojos. Aprende música de un modo autodidacta para poder musicalizar sus cortometrajes. En 1993 trabajó estrechamente con Guillermo Fernández Groizard y realizó la música y premezclas de "Al lado del Atlas", cortometraje de alumnos de Metrópolis c.e., de hecho parece ser que regaló su primera composición para el tema principal de Tesis al mencionado cortometraje.

 

El hecho de conocer a José Luis Cuerda fue un momento decisivo en su biografía. Un compañero de José Luis Cuerda le entregó el corto de Himenóptero, para que éste le diera su opinión. A partir de entonces, Cuerda se interesa por el guion de la futura película Tesis (1996), y se convirtió en productor de ésta y de las dos siguientes. "Tesis" es un thriller ambientado en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Consiguió llamar la atención de la crítica en el Festival de Cine de Berlín y obtuvo 7 Goyas, incluidos el de Mejor Película y Mejor Director Novel.

 

En 1997 realizó Abre los ojos, una película de ciencia ficción e intriga psicológica que se hizo con un notable éxito de crítica en festivales internacionales como los de Berlín o Tokio. Impresionado por la película, Tom Cruise adquirió los derechos de adaptación y produjo y protagonizó un remake, Vanilla Sky.

 

Su tercer largometraje fue Los otros, protagonizado por Nicole Kidman. Consiguió un gran éxito de crítica y público a nivel internacional, especialmente en España, donde fue la película más vista del año, y también en los Estados Unidos, donde se mantuvo durante varias semanas entre las más vistas. Se estrenó en la sección oficial del Festival de Venecia de 2001, consiguió ocho premios Goya, incluidos el de Mejor Película y Mejor Director, y fue candidata al Premio de la Academia de Cine Europeo a la mejor película.

 

En 2004 presentó Mar adentro, un relato de la vida real del tetrapléjico Ramón Sampedro (interpretado por Javier Bardem), donde abordaba temas como la eutanasia, el aborto o "el derecho a una vida digna". La película ganó 14 goyas, incluidos el de mejor película y mejor director, y el Óscar a la mejor película de habla no inglesa en 2004.

 

En 2008 preparó su siguiente película, inicialmente titulada Mists of Time y que finalmente se llamó Ágora. Tiene por estrellas protagonistas, entre otros, a Rachel Weisz y a Max Minghella y se estrenó el 9 de octubre de 2009. Con un presupuesto de 50 millones de euros es la película española más cara de la historia.

 

Amenábar es también el compositor de la banda sonora de sus películas, así como de otras como La lengua de las mariposas dirigida por Jose Luis Cuerda y Nadie conoce a nadie dirigida por Mateo Gil.

 

Vida privada

 

Amenábar ha sido siempre muy discreto y celoso de su intimidad. En 2004, cuando se estrenaba Mar adentro, se produjo su salida del armario. Los diarios y publicaciones españoles se hicieron eco de ello; el director, a propósito de su aparición en las portadas de las revistas gais Zero y Shangay, declaró en una entrevista:

 

«Yo no quiero que nadie entre en mi intimidad. Pero ni puedo ni quiero negarme a una entrevista en cualquier revista y tampoco quiero negarme a dar la cara por los gais, creo que contribuye a normalizar la situación y además no quiero entrar en el juego ambiguo del sí pero no. Es tan fácil como decir que eres gay y ya está».

 

Valoración

 

Aunque es un autor de gran popularidad, Amenábar no ha escapado de las críticas más duras. El crítico Jordi Costa lo considera el epítome de un modelo cinematográfico basado en el simulacro del talento, la competencia técnica y la asfixia de lo dionisíaco.

 

Influencias

 

El cine de Alejandro Amenábar muestra la influencia de diversas fuentes literarias y cinematográficas, como el propio autor ha reconocido en alguna ocasión. Ha declarado su admiración por los grandes cineastas que han cultivado más y mejor géneros como el thriller, el suspense, la intriga o la ciencia-ficción, entre otros, admira a Alfred Hitchcock, Fritz Lang, Jacques Tourneur, Stanley Kubrick o Roman Polanski.

 

La inspiración de su largometraje Los otros se puede rastrear con facilidad en Otra vuelta de tuerca, el relato de Henry James;

 

De Tesis, thriller con el que debutó, se ha dicho que tiene un claro antecedente en El fotógrafo del pánico del director británico Michael Powell;

 

En Abre los ojos se reflejan elementos argumentales y narrativos de Plan diabólico, de John Frankenheimer, o de la obra maestra de Orson Welles, Ciudadano Kane, así como de la novela de Philip K. Dick, Ubik, escrita 30 años antes.

 

Filmografía

 

Como director

 

1991 - La cabeza (cortometraje)

1992 - La extraña obsesión del Doctor Morbius (cortometraje)

1992 - Himenóptero (cortometraje)

1994 - Luna (cortometraje)

1996 - Tesis

1997 - Abre los ojos

2001 - Los otros

2004 - Mar adentro

2009 - Ágora

2013 - Me encanta (I love it) videoclip de Nancys Rubias

 

Como guionista

 

1991 - La Cabeza (cortometraje)

1992 - La extraña obsesión del Doctor Morbius (cortometraje)

1992 - Himenóptero (cortometraje)

1994 - Luna (cortometraje)

1996 - Tesis

1997 - Abre los ojos

2001 - Los otros

2004 - Mar adentro

2009 – Ágora

 

Como productor

 

2004 - Mar adentro

2010 - El mal ajeno

 

Como compositor

 

1991 - La extraña obsesión del Doctor Morbius (cortometraje)

1992 - Himenóptero (cortometraje)

1994 - Luna (cortometraje)

1996 - Tesis

1997 - Abre los ojos

1999 - La lengua de las mariposas

1999 - Nadie conoce a Nadie

2001 - Los otros

2004 - Mar adentro

 

Como actor

 

1991 - La Cabeza

1992 - La extraña obsesión del Doctor Morbius

1992 - Himenóptero

1994 - Luna

1997 - Abre los ojos (cameo)

2009 - Spanish Movie (cameo)

 

 

Fuente biografiasyvidas. (Santiago de Chile, 1972) Cineasta español. Aunque Alejandro Amenábar nació el 31 de marzo de 1972 en la capital chilena, sólo residió en su ciudad natal hasta agosto del año siguiente, cuando sus padres, dos semanas antes del golpe de estado de Augusto Pinochet, decidieron emigrar a España y se instalaron en Madrid.

 

Con el año y medio de edad que tenía al dejar Chile, el conocimiento de su tierra tuvo que formarse a través de las referencias, el acento y las costumbres de sus mayores. Estos y otros indicios de su identidad, que cobraron formas más definitivas en sus posteriores viajes a Chile para presentar sus películas, hicieron que mantuviese su doble nacionalidad, no obstante sentirse y declararse español. Y si bien parece poco probable que haga cine político, dado el estilo de su filmografía, no descarta rodar en el futuro una película sobre aquellos funestos acontecimientos que cambiaron la historia de su país el 11 de septiembre de 1973.

 

 

Alejandro Amenábar

 

Apasionado por las imágenes, más que por los juegos infantiles, el niño Amenábar ocupaba su tiempo libre entre cintas de vídeo. Vio decenas de veces su película favorita, 2001: una odisea del espacio (1968), de Kubrick, algo que seguramente lo vincula a algunos compañeros de generación, aunque en su caso existía una peculiaridad: para Amenábar, las imágenes eran indisolubles de la música de fondo.

 

Una apreciación que le aficionó a las bandas sonoras, lo convirtió en coleccionista y le orientó más tarde a la composición musical y a la convicción de que, si no fuera director de cine, sería músico. De hecho, con su Macintosh, un secuenciador multipistas, un teclado, una mesa de mezclas y varios sintetizadores ha compuesto la música no sólo de todas sus películas sino también de Nadie conoce a nadie, de su amigo Mateo Gil, y La lengua de las mariposas, de José Luis Cuerda.

 

Suspenso universitario en realización

 

En 1990 inició sus estudios de imagen y sonido en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense, pero ya entonces se sentía urgido por poner en marcha sus primeros proyectos como realizador, y así lo hizo, so pena de perder no pocas clases. Cuando casi le tocaba licenciarse, abandonó los estudios por culpa de un suspenso: la asignatura era precisamente realización.

 

Por entonces ya había rodado sus primeros cortometrajes, en los que no sólo ejerció de director, sino también como guionista, protagonista, autor de la banda sonora y montador: La cabeza (1991), que obtuvo el primer premio de la Asociación Independiente de Cineastas Amateurs (AICA), e Himenóptero (1992), cuya proyección en el Festival de Elche despertó los elogios de Bigas Luna y el interés de otro director, José Luis Cuerda, quien a partir de entonces ejerció de mecenas del joven realizador.

 

 

Amenábar en el rodaje de Mar adentro

 

Cuerda fue el productor del siguiente corto, rodado ya con mayores recursos técnicos y en 35 milímetros, Luna (1995), con el que Amenábar inició una práctica común a todos sus trabajos posteriores: la composición de la banda sonora. El filme prefiguraba su gusto por el cine de género y también el talento como narrador que decidió a Cuerda a financiar su primer largometraje.

 

Con tan sólo veintitrés años, un equipo de jóvenes actores hasta entonces desconocidos (excepción hecha de la protagonista, Ana Torrent), encabezado por los más tarde famosos Fele Martínez y Eduardo Noriega, y con un modesto pero bien aprovechado presupuesto, realizó Tesis (1996), en la que también tuvo cabida con un breve papel su «padrino» cinematográfico, en un perverso personaje inspirado en el profesor que lo suspendió en realización.

 

Esta ópera prima mostraba su dominio de la intriga en un tema tan morboso y macabro como el de las snuff movies (rodajes de asesinatos no fingidos), y pese a su excesivo metraje y a algún giro rocambolesco, tras su presentación fuera de concurso en el Festival de Berlín de 1996 inició una lenta pero contundente carrera comercial que la convirtió en el gran éxito del año delcine español, con un público cercano al millón de espectadores. A ello contribuyeron las ocho candidaturas a los premios Goya que otorga la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, de los que obtuvo siete, entre ellos los más importantes, como el de mejor película y el de mejor director novel.

 

Abre los ojos y Los otros, la confirmación

 

Era el momento de que el tándem Amenábar-Cuerda se pusiera manos a la obra para la realización de una segunda película, Abre los ojos (1997), un filme de presupuesto mucho más holgado y mayor ambición, de tratamiento más cercano a la ciencia-ficción que al thriller psicológico, y con un sorprendente diseño de producción.

 

La atmósfera enigmática de este filme fascinó al actor y productor Tom Cruise, quien compró los derechos para producir y protagonizar un remake que encargó al director Cameron Crowe. El resultado, Vanilla Sky (2001), no cubrió las expectativas, y las críticas fueron tan adversas como discretísima su carrera comercial a ambos lados del océano. Por el contrario, el original de Amenábar, sólo en España, llegó a duplicar las recaudaciones de su ópera prima, además de servirle de plataforma de lanzamiento internacional con su exhibición en los festivales de Berlín y Sundance, donde tuvo ocasión de descubrirlo el actor estadounidense.

 

 

Nicole Kidman en Los otros (2001)

 

En Los otros (2001), rodada con un presupuesto de más de 21 millones de euros, al contrario que en las anteriores, la historia no se articula en la ingeniosidad del desenlace, sino en la tensión generada y dosificada a lo largo del filme. Historia de fantasmas más sobrecogedora que terrorífica, mantiene con maestría su doble lectura de principio a fin, y la fácil identificación hitchcockiana en el aspecto y la composición del personaje de Grace (Nicole Kidman), como un remedo de la Grace Kelly que dirigiera Hitchcock, adquiere tintes de manifiesto homenaje al «maestro del suspense», y acaso pierde contundencia ante la aproximación más directa a la atmósfera y la trama de Otra vuelta de tuerca, de Henry James.

 

Los otros, con actores británicos, la australiana Nicole Kidman como protagonista, equipo español y rodada en inglés en una mansión cántabra que figura situarse en la isla de Jersey, fue el primer caso en la industria española de una coproducción de estas características. Esto redundó en beneficio del filme, considerado norteamericano en Estados Unidos y español en España, con recaudaciones que superaron, respectivamente, los 100 millones de dólares y los 20 millones de euros en las primeras ocho semanas de exhibición.

 

En este sentido, el director no se desentiende de las influencias, al menos en lo que respecta a sus tres realizadores favoritos, y las adjudica no sólo al plano estilístico, sino a la manera en que cada uno de ellos se planteaba el cine: «En el caso de Hitchcock, está directamente relacionada con el suspense; en el caso de Kubrick, con la búsqueda de la mayor simplicidad y el punto de vista más preciso a la hora de contar algo, y en el caso de Spielberg, se coloca en la posición del espectador y hace la película que a él le gustaría ver».

 

 

Fotograma de Mar adentro (2004)

 

A juzgar por el éxito logrado, Amenábar parece haber hallado las dosis justas de estas premisas. Tras la espectacular trayectoria comercial por las salas de medio mundo, Los otros fue la gran vencedora en la ceremonia de la entrega de los Goya 2002, con ocho galardones, entre ellos los concedidos a la mejor película, al mejor guión original y al mejor director. Un director que ha dejado de ser el niño prodigio del cine español para convertirse, a sus treinta años, en un nombre sobresaliente entre los buenos realizadores de cine fantástico del panorama internacional.

 

Mar adentro, el Oscar

 

En el año 2004 Amenábar dio un nuevo giro a su producción con un título que supuso un acercamiento a la muerte (presente en todas sus películas desde una u otra perspectiva) de una manera completamente distinta. En septiembre de ese año presentó a la prensa Mar adentro, un filme que narra la vida de Ramón Sampedro, el tetrapléjico gallego que puso fin a su vida, con ayuda de algunas personas cercanas, en 1998 tras pasar confinado en la cama por un accidente más de treinta años.

 

 

Recibiendo el Oscar por Mar adentro (2004)

 

El papel de Sampedro, magistralmente interpretado por Javier Bardem, así como el de todos los actores que intervienen en el filme, fue muy alabado por la crítica. La película, de gran intensidad emocional, fue elegida para representar a España en la carrera por los Oscar de Hollywood y ha servido para retomar un tema tan polémico como la eutanasia en España. Amenábar recibió además el Premio Especial del Jurado de la Mostra de Venecia, el premio al mejor director en los Premios del Cine Europeo, celebrados en diciembre de ese mismo año en Barcelona; y el Globo de Oro a la mejor película extranjera.

 

 

 

Todos estos augurios se vieron refrendados en la XIX edición de los Premios Goya, donde el filme consiguió el récord de catorce estatuillas, al ganar catorce de las quince categorías en las que estaba nominada. También fue premiada en febrero de 2004 con el premio del cine independiente estadounidense, los Spirit Awards, a la mejor película extranjera. Pero sería en febrero de 2005 cuando la película recibiera el espaldarazo definitivo y pasara a convertirse en una de las películas más premiadas del cine español, tras conseguir el Oscar a la mejor película de habla no inglesa.

 

 

Fuente alohacriticon. Nació el 31 de marzo de 1972 en Santiago de Chile (Chile)

 

Biografía

 

Alejandro Amenábar nació en Chile, hijo de padre español y madre chilena. Cuando se estaba preparando el golpe de estado de Pinochet, un año después de nacer, Alejandro se trasladadó con su familia a España, residiendo en la ciudad de Madrid.

 

A pesar de que desde niño siempre deseó ser arquitecto, Alejandro, aficionado en su infancia a idear historias de terror, terminó estudiando Imagen y Sonido en la Universidad Complutense madrileña, acudiendo a la facultad de Ciencias de la Información. Sin demasiada fortuna académica abandonó sus estudios para dedicar su tiempo a escribir y rodar cortos.

 

A comienzos de los años 90 con cortometrajes como “La Cabeza” (1991) o “Himenóptero” (1991) debutó como director, haciendo también sus pinitos como intérprete.

 

Su tercer corto fue “Luna” (1995), película en la que aparecían como protagonistas Eduardo Noriega y Nieves Herranz, actriz que compaginó tareas de guión con Amenábar.

 

Por estos títulos Alejandro Amenábar recibió sus primeros galardones en diversos festivales especializados.

 

En estas películas se apreciaba su inclinación al thriller y las influencias de Alfred Hitchcock, Stanley Kubrick o Steven Spielberg, fundamentándose principalmente su carrera en títulos de suspense, como “Tesis” (1996), su primer largometraje que abordaba una intriga sobre las snuff movies.

 

El film, producido por su descubridor, José Luis Cuerda, y co-escrita por Mateo Gil, estaba protagonizado por Ana Torrent, Eduardo Noriega, Fele Martínez y Xavier Elorriaga.

 

 

La música fue compuesta por el propio Amenábar, hecho que repitió en todas sus películas y en títulos ajenos, como “Nadie Conoce a Nadie” de Mateo Gil o “La Lengua De Las Mariposas”, film dirigido por Cuerda por el que fue nominado al Goya a la mejor música original.

 

Con anterioridad y gracias a su labor en “Tesis” Amenábar ganó el Goya al mejor director novel y al mejor guión original. El film también logró, entre otros premios, el Goya a la mejor película española del año.

 

José Luis Cuerda también se encargó de la producción del segundo largometraje de Alejandro Amenábar, “Abre Los Ojos” (1997), título que conoció un remake en Hollywood, “Vanilla Sky”, dirigido por Cameron Crowe y protagonizado por Tom Cruise, Cameron Diaz y Penélope Cruz, protagonista del título original junto a Eduardo Noriega.

 

Por “Abre Los Ojos”, película candidata al Goya como mejor film español del año, Amenábar recibió una nominación como mejor director y como mejor guionista, compartiendo candidatura con Mateo Gil.

 

        

Cruise, encantado con “Abre Los Ojos”, se ofreció al director para producirle su siguiente trabajo, que se materalizó en la película de fantasmas “Los Otros” (2001), título protagonizado por Nicole Kidman que consiguió una excelente acogida internacional y el Goya a la mejor película, logrando también el galardón al mejor director y al mejor guión original, además de una nominación a la mejor música.

 

 

El drama “Mar Adentro” (2004) fue una película de nuevo escrita entre Amenábar y Gil, con montaje del propio director, que se basaba en las vivencias del parapléjico Ramón Sampedro con el protagonismo de Javier Bardem.

 

La película ganó el Oscar y el Globo de Oro a la mejor película de habla no inglesa y catorce premios Goya, entre ellos mejor película y mejor dirección.

 

Más tarde dirigió "Ágora" (2009), film de carácter histórico ambientado en Alejandría y en los tiempos del primer cristianismo. Gira en torno a la figura de la astrónoma Hipatia encarnada en la película por Rachel Weisz.

 

En cuanto a sus relaciones amorosas, Amenábar se ha declarado homosexual.

 

 

Fuente teinteresa. Alejandro Amenábar desvela las nueve películas que le enseñaron a hacer cine

 

Alejandro Amenábar, director de cine, compositor y guionista, tiene como referente a Steven Spierlberg.

 

Sus preferidas: "2001, una odisea en el espacio", "Encuentros en la tercera fase", "Todos los hombres del presidente", "Doctor Zhivago", "La lista de Schindler", "El gran Lebowski", "Tiburón", "La ventana indiscreta" y "Matar a un ruiseñor".

 

Alejandro Amenábar desvela las nueve películas que le enseñaron a hacer cine

 

El director de cine, guionista y compositor Alejandro Amenábar ha desvelado al canal TCM HD, que iniciará sus emisiones el próximo domingo uno de septiembre, sus nueve películas favoritas. Aquellos grandes clásicos que marcaron al director y de los que sacó recursos y planos, que luego utilizó en sus obras. Alejandro Amenábar, uno de los grandes del cine español tiene referentes, como todos, y confiesa sus debilidades.

 

"2001, una odisea en el espacio", de Stanley Kubrick, se sitúa en el primer puesto de sus nueve películas favoritas. De hecho, Amenábar tiene en su casa un fotograma gigante de la película iluminado. "Es el viaje perfecto. No espero nada más que sentarme, que suene la música, ver las imágenes y dejarme llevar", afirma Amenábar.  Lo que más le llamó la atención de la película es el salto al espacio, cuando a través de imágenes se produce el cambio de dimensión. Aun hoy en día, la realización de esa secuencia sigue siendo un misterio para Amenábar, que afirma que "se quedó flipado", cuando vio el film con sólo 15 años.

 

Para Amenábar, la debilidad del cine de Kubrick es "esa búsqueda de la perfección y de intensidad". Stanley Kubrick es un director que siempre busca el plano perfecto. "No siempre se puede conseguir el plano perfecto, pero él no para hasta que lo hace , algo que se traduce en dos años de rodaje en algunas de sus películas", afirma el director español.

Otro elemento que utiliza Kubrick y que cautivó a Amenábar es el uso de los recursos. "En estos tiempos que corren en los que los planos no duran más de tres o cuatro segundos, él no cambia el plano hasta que está obligadísimo a cambiar al contraplano".

 

"2001, una odisea en el espacio" introduce la modernidad en el aire de ciencia ficción.

 

Amenábar lo tiene claro: Spielberg es el mejor, "como una buena bofetada, hace que te despiertes", Steven Spielberg como director y John Williams como compositor son los trabajadores de la industria del cine que más admira el director español."Encuentros en la tercera fase", la película de 1977, es para Amenábar la mejor película de ovnis de todos los tiempos. El secreto del éxito radica en que su director, el gran Steven Spielberg, creía en la existencia de vida extraterrestre.

 

Para rodar una película hay que tener fe Amenábar afirma que es necesario que el director crea lo que plasma en sus películas, ya que es cuando le aporta mayor realismo, y éste precisamente fue la clave de "Encuentros en la tercera fase". "Es una película hecha desde la fe" afirmaba Alejandro Amenábar.

 

"Spielberg es como una bofetada buena, hace que despiertes", afirmaba Amenábar a TCM, en una admiración del cine de Spielberg, del que afirma que conoce el punto justo de cuando detener un rodaje. Muchos directores pecan de repetir el mismo plano demasiadas veces en una búsqueda de la perfección, como por ejemplo Kubrick, y no se dan cuenta de que posteriormente el plano elegido sería la primera toma. Spielberg sabe contar con ese valor añadido, va a los rodajes sabiendo lo que va a necesitar, algo que Amenábar admira y una clave de la que ha aprendido.

Amenábar cumplió el sueño de niño y acudió a un rodaje de Spielberg... ¡y casi le corrige!

 

El director aún no puede olvidar la aventura de su vida: acudir a un rodaje de su ídolo. Le invitó Tom Cruise y el filme fue 'La Guerra de los Mundos. AllíAmenábar vio como Spielberg daba por válido un plano que al director español le pareció erróneo. "Cuando vi la película me di cuenta de que funcionaba perfectamente". Él supo cuando parar. ¡Y Amenábar también al no corregirle!

Tiburón: ¿Cómo pudo Spielberg meter miedo a medio mundo con un Tiburón al que nadie ve? ¡Con la música, ahí aprendí su importancia!

 

"La lista de Shindler" es otra de las nueve películas favoritas de Alejandro Amenábar.  "Es para mí, la película definitiva sobre el Holocausto", afirma Amenábar. Y en "Tiburón", Spielberg fue capaz de hacer Tiburón sin el tiburón. "Creó  un tiburón jugando con planos subjetivos y la música. Todos los que vieron la película de 1975 sufrieron la angustia al presenciar el ataque de un tiburón, y sin embargo no estuvo personificado en ningún momento. La clave de la película es la colocación de la cámara, cómo ilumina, cómo utiliza las luces de contra para no dejarte ver lo que no quiere que veas". Una película en la que la música fue un elemento clave, del segundo de abordo, su admirado compositor John Williams. "Podría oírla todos los días", afirma Amenábar.

"Todos los hombres del presidente va a ser un referente para mi próxima película"

 

"Todos los hombres del presidente", película de 1976 del director Alan J. Pakula, es otra de las películas favoritas de Alejandro Amenábar. "Tiene toda la esencia del gran cine de los 70, películas que se planteaban desde el realismo. Me encanta como están trazados los personajes con un par de líneas".

 

Para Amenábar una clave del éxito es que los personajes se conozcan a través de la trama y su interacción entre ellos, sin la necesidad de conocer su pasado. "Todos los hombres del presidente es un ejemplo de ello. "No sabes si Dustin Hoffman y Robert Redford están casados o no..." y sin embargo afirma que consigues ponerte en su piel.

 

El recurso que le cautivó de esta película fue el uso de las llamadas telefónicas offline, es decir, sólo aparece la imagen de uno de ellos y no se incluye el feedback del otro lado del teléfono. Esto es algo impensable en el cine actual, y sin embargo "es algo que planeo hacer en mi próximo proyecto" afirmaba Amenábar, un proyecto que mantuvo en secreto en todo momento. En referencia a este recurso, Amenábar hace una crítica a aquellos directores que pretenden crear una película de los 70, y sin embargo utilizan muchos planos y mucho movimiento de cámara, algo que no se hacía en la época, perdiendo totalmente la esencia del gran cine de la década.

 

En Doctor Zhivago la película son los ojos de Omar Shariff, solo se muestra lo que se quiere mostrar "Doctor Zhivago" es otra de las apuestas de cine de Alejandro Amenábar. Una película de 1965 dirigida por David Lean. Para el director español, el éxito de este film radica en la capacidad que poseía su director de "combinar lo espectacular y gradioso con lo íntimo". El cine es un arte en el que es de vital importancia saber lo que hay que mostrar y lo que no. "Es algo con lo que tenemos que jugar siempre los directores". Lean supo aprovechar este recurso de manera espectacular. A través de los ojos y la mirada de Omar Shariff, el protagonista que encarnaba al personaje de Zhivago, los espectadores podían sentir lo que ocurría, sin necesidad de verlo plasmado a través de imágenes demasiado violentas o grandiosas.

 

Otro elemento que Amenábar valora especialmente de esta película es que está íntegramente rodada en España. La música de la película también consiguió marcar en el director español, creada por Maurice Jarre, con quien afirma guardar "una relación de amor odio". Amenábar contó a TCM, la sorpresa que se llevó al ver la mala combinación de música en "La hija de Ryan", película de 1970 que contaba con el mismo director y compositor que "Doctor Zhivago", donde consiguieron una perfecta armonía.

 

El Gran Lebowski, la película que más le ha hecho reír Otra de las favoritas de Amenábar es "El gran Lebowski", la única película de comedia que se encuentra entre su ránking de nueve. El film de 1998, "es una de las películas con las que más me he reído en mi vida", afirmaba el director español. Amenábar confiesa que nunca ha hecho una película de comedia porque para él lo cómico es "lo cutre, lo feo, lo chabacano", y cuando se pone en la dirección busca grandes planos y cosas más elegantes.

 

Sin embargo, que Amenábar no sea capaz de transmitir lo que desea a través de una comedia, no significa que no puedan hacerlo los hermanos Coen, los directores de "El gran Lebowski", donde para Amenábar "te están contando historias muy americanas pero de un modo muy especial y muy poderoso".

 

En relación a esta película, Amenábar recordó una anécdota que le ocurrió en el rodaje de "Mar Adentro". En "El gran Lebowski" el personaje protagonista surca volando los cielos en una visión clara mostrada en el film, tipo Superman. Cuando Amenábar planteó el vuelo de Ramón San Pedro en "Mar Adentro", los realizadores le preguntaron si buscaba otro Lebowski volador. Sin embargo Amenábar ya había pensado en mostrar el plano del vuelo mediante una visión subjetiva de Ramón San Pedro. Una vez más, mostrando lo obvio, pero sin mostrarlo. Una de las técnicas más importantes del cine.

 

"La ventana indiscreta", de 1954, también se encuentra entre las películas más admiradas por Amenábar. "Es una de las películas más perfectas de Hitchcock, en la que resume todos sus temas, y en la que el virtuosismo técnico queda más patente". Hitchcock es el director perfecto para aprender a hacer cine, "basta con ver sus películas y preguntarte por qué lo ha hecho" afirmaba el director español.

 

El miedo de Matar a un ruiseñor siempre le recordó al que él tenía cuando era pequeño "Matar a un ruiseñor", de Robert Mulligan, otro de los grandes clásicos que dentro de las nueve películas favoritas de Alejandro Amenábar. El director español empatizó con el pequeño protagonista, que quedaba aterrazo por los sucesos que ocurrían a lo largo del film. En relación a esta película Amenábar desveló un secreto de la infancia. "Yo era un niño muy miedoso, pero conseguí vencer mi miedo cuando mis padres me llevaron al colegio interno. Se equivocaron y llegué un día antes. El cura que había en el centro me dijo que si quería dormir en su habitación, pero le dije que no. Dormí solo en un enorme cuarto vacío y completamente a oscuras. Esa noche superé mis miedos".

 

Amenábar aconseja esta película afirmando que "sólo por sus títulos de crédito merece la pena verla". Lo mismo ocurre con "Supermán", la película de 1978. Además, "Matar a un ruiseñor" tiene un valor añadido, ya que el cine de terror "es el que más rápido envejece porque los trucos se van gastando" y sin embargo, esta película ha seguido causando miedo a lo largo de los años, se ha mantenido en el tiempo. Es lo que quiere Amenábar, que su cine siga siendo joven cuando él ya no esté aquí para verlo, para que cualquier niño que entre en la casa de su vecina pueda como él, enamorarse de esta profesión que a veces, solo a veces, produce genios. El ya sabe cuáles son los suyos. Tal vez en el futuro, algún director le considere a él uno de sus profesores.