En Rosario, los vecinos se ilusionan con vivir en paz
Droga

En Rosario, los vecinos se ilusionan con vivir en paz

 

 

13/04/2014 Fuente lanacion. Todos confían en el masivo desembarco de prefectos y gendarmes; destruyen los búnkeres

 

OSARIO.- Las postales se moldean efímeras, aunque en el ánimo de los vecinos de la zona sur de Rosario permanece la ilusión de que ese tiempo perdido, de cierto sosiego, sin el sonido tosco de los disparos y los muertos, puede volver.

 

Hoy esa tranquilidad está sólo en la superficie, con 2000 uniformados de fuerzas federales que patrullan las calles, y como si fueran tropas de ocupación dividieron la ciudad en cuadrículas: en el Sur, está la Gendarmería Nacional; en el Norte, la Prefectura Naval, y en el centro, la Policía Federal.

 

Este nuevo aspecto de Rosario cambió a partir del miércoles pasado, cuando unos 3000 efectivos arribaron en el marco de un megaoperativo contra el narcotráfico, comandado por el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni.

 

Se hicieron 89 allanamientos en búnkeres de drogas y se empezó a diseñar un plan de seguridad en conjunto con el Ministerio de Seguridad provincial, que se iniciará mañana.

 

También participará la policía provincial y apuntará a desarticular las bandas vinculadas con el narcotráfico que operan en la zona.

 

El ministro de Seguridad de Santa Fe, Raúl Lamberto, explicó que "en los barrios más violentos se priorizará la presencia de los federales, mientras que los efectivos policiales se redistribuirán en zonas de menor conflictividad". El foco está puesto en 20 barrios que tienen altos índices de violencia.

 

El gobierno de Antonio Bonfatti pasó un listado con más de 170 quioscos de droga que están identificados en la ciudad. Alrededor de los búnkeres funciona la espiral de violencia que dejó en 2013 en Rosario 264 homicidios y 95 en lo que va del año.

 

Zona roja

 

El barrio La Tablada, en el sur de la ciudad, es una zona catalogada como "roja" por las autoridades provinciales. Manuel, un vendedor de pescados, cuenta que ya lo asaltaron 11 veces. Cada vez que pretende iniciar su relato recae en lo mismo: "Me robaron 11 veces". "Y yo sé quiénes son. Unos pibes que viven a dos cuadras, que roban para comprar droga en el búnker que está allá." Y señala hacia la calle Ayacucho.

 

Desde esa arteria vienen dos patrulleros de la Gendarmería, lentos, sin prisa. A las 10, el barrio, donde el año pasado se cometieron 22 homicidios, está copado por los vecinos que hacen las compras.

 

"Uno sale con miedo a la calle. Es difícil andar por este barrio porque pasan cosas a toda hora", se lamenta Raquel, una mujer de 65 años que vive desde hace 40 en esta zona.

 

A unos pocos metros de donde habla Raquel, dos sicarios en moto mataron en noviembre pasado a Leonel Segovia, un pibe de 14 años que caminaba por el lugar. Los vecinos se cansaron de denunciar que allí había una guerra entre dos bandas: la de Ameghino y la de Centeno.

 

Son los nombres de dos calles. Es el asentamiento irregular que está dentro de La Tablada, donde viven entre 1500 y 2000 familias. Ayer a la mañana dos retroexcavadoras removían tierra para abrir lo que se denomina Cordón Ayacucho. Está previsto que esa arteria, a la que se sumará alumbrado y agua potable, sirva para ordenar un poco la zona.

 

Le llevó mucho tiempo a la Municipalidad de Rosario poder llevar adelante esta obra porque por el medio de la calle que se pretendía abrir había un búnker regenteado por dos mujeres, que tenían mucho poder en el lugar.

 

En el otro extremo, al sudoeste de la ciudad, en Uruguay al 8200, un grupo de vecinos apila escombros. Una joven apunta con su dedo índice a un cuadrado vacío. "Ahí funcionaba un búnker, pero ahora no hay nada. Nos juntamos entre todos y lo hicimos polvo. Ahora nos van a tener que matar a todos", explica la chica, con una beba de un año y medio en brazos.

 

Ese quiosco de drogas fue uno de los que allanó la Gendarmería el miércoles a la tarde. Durante la noche, según relatan los vecinos, "volvieron los soldaditos a vender cocaína". Ese lugar fue allanado 15 veces por las policías Federal y provincial. Cansada, anteayer la gente decidió demolerlo. Es una escena que se repite en muchos barrios: la destrucción de los puestos de venta de drogas..