Ayer en la Feria, los lectores también votaron por los libros
De interés general

Ayer en la Feria, los lectores también votaron por los libros

 

 

28/04/2015 Fuente revistaenie. Hubo largas filas para todas las actividades gratuitas. Y el gran tema por los pasillos fue el precio de los libros.

 

Ayer, el centro de gravitación de la vida porteña fueron las PASO para la elección de Jefe de Gobierno de la Ciudad. La rutina de los domingos cambió: en las zonas que concentran varias escuelas hubo movimiento constante y, por ejemplo, las canchas de fútbol estuvieron vacías, como cada vez que se vota. Para varios miles, la Feria del Libro se convirtió en un buen plan, aunque no hubo tanto público como el sábado, hasta ahora el día más poblado del evento que recién comienza y se extenderá hasta el lunes 11 de mayo.

 

De todas las opciones que ofrece la Feria, las gratuitas son, a simple vista, las más concurridas por el público: ayer hubo cola para jugar a “La rueda de Melquíades”, inspirada en Cien años de soledad y con un póster en clave pop de Gabriel García Márquez como premio; hubo cola para aprender ruso en el stand de ese país, en el que se enseñaban fonéticamente los números jugando al bingo; hubo cola también para tomar un vaso de agua potable en el espacio de AySA –sobre todo a la hora en la que el otoño era más bien una metáfora del calendario y el sol rajaba la arena del picadero de La Rural–; hubo cola para que los más chicos aprovecharan los crayones y las acuarelas en el espacio de Celulosa Argentina o para que les pintaran un corazón, los colmillos de un vampiro o un Batman en el stand de Planeta. Hubo cola –y pedidos encarecidos de paciencia a los chicos que se ponían impacientes– para conseguir una bolsa ecológica.

 

Entre las cuatro y las seis y media de la tarde, hubo también bastante gente en los stands de las editoriales más grandes, en los que por momentos todas las cajas estaban atendiendo al público, y también en los de las grandes ofertas. “Siempre doy una vuelta por estas mesas porque me gusta leer de todo y aparecen libros interesantes. Hoy me llevo una biografía de Aristóteles Onassis y otra de Michelle Bachelet”, dijo Saúl, de 72 años, que visita la Feria todos los años. “En estos espacios se encuentran muy buenos precios”, dijo.

 

Juan, que tiene 33 años y vive en General Rodríguez, visitó por primera vez el evento: “Leer es mi mayor hobby y esto es como viajar a Disney para los que leemos. Hay una gran diversidad, aunque soy profesor de Educación Física y no encuentro material específico sobre ese tema”, dijo. En cambio, Ana y Juan, que tienen 41 años, traen a Carolina, su hija de 10, cada año a la Feria: “El principal motivo es que encontramos más variedad que en las librerías”, explicó Ana. Fernando, que tiene 26 años y estudia Antropología, aseguró: “Lo bueno de la Feria es encontrarse fácilmente con editoriales que en las librerías están más escondidas o directamente no están, como las que agrupa el stand de Waldhuter, pero a veces veo algunos libros más baratos en Mercado Libre que acá”.

 

Sofía, Michelle, Jessica, Marina, Azul y Fernanda tienen entre 17 y 19 años y se conocieron en 2012 a través de un grupo de Facebook que reúne a seguidores de la saga Los juegos del hambre. Algunas son de San Nicolás, una de ellas es de Tucumán, y otras viven en Ramos Mejía y Vicente López, pero ayer pasaron la tarde juntas en Palermo, recorriendo la Feria y comprando, sobre todo, libros en inglés para no tener que esperar las traducciones: “Los libros aumentaron hace dos semanas y fue como una puñalada a la billetera”, explicó Fernanda, y Marina destacó que, por no haber tanto público, “se pudo recorrer mejor los stands”. “En general la organización está bien, pero a veces en los eventos que tienen que ver con los autores que nos gustan a nosotros parece que calculan mal: el año pasado hubo una cola larguísima para ver a James Dashner y no lo previeron. Es como que todavía no se dan cuenta de la repercusión de los autores juveniles”, criticaron las chicas. A favor de su argumento están las ventas cada vez más fuertes de los libros infantiles y juveniles, y la importancia que las editoriales están empezando a darles a las recomendaciones (virales) de libros por YouTube e incluso el espacio que los propios “booktubers” se ganaron en esta edición de la Feria.

 

A la Feria todavía le falta inundar sus pasillos: recién empieza y hay tiempo para visitarla, tal vez con el próximo salario en el bolsillo. Pero, en una jornada de elecciones obligatorias, ayer hubo muchos que, además y voluntariamente, votaron por los libros.