Guerra blanca: Rosario una ciudad marcada por la violencia narco
Droga

Guerra blanca: Rosario una ciudad marcada por la violencia narco

 

 

28/11/2014 Fuente lanacion. Amparadas por la inacción o la connivencia de parte de la policía, crecieron las bandas que luchan por el control del territorio a fuerza de balas, venganzas y amenazas

 

Era la madrugada del 1° de enero y sólo habían transcurrido cuatro horas y media del año nuevo, las únicas que 2012 les depararía a los tres jóvenes . Jeremías Jonatan Trasante, de 17 años; Claudio Damián Suárez, de 19, y Adrián Leonel Rodríguez, de 20, charlaban sentados en un banco detrás del arco de la canchita de fútbol de un club de Villa Moreno, zona sur de Rosario. En pocos minutos, el cielo comenzaría a clarear del otro lado del Paraná, pero ellos no vieron asomar el sol del nuevo año. Antes de las 4.45, tres hombres se acercaron y los ametrallaron por la espalda.

 

La policía santafecina intentó sepultar en la nada el triple crimen de Villa Moreno presentándolo como un mero ajuste de cuentas entre bandas de narcos. Narcos eran los asesinos, no las víctimas, que realizaban trabajo social en el barrio y las asesinaron por error. El error hizo historia.

 

De Rosario se ignora su nacimiento. Los historiadores nunca dieron con el acta, la fecha o el lugar de la elusiva fundación. La misma dificultad enfrentan quienes intentan precisar en qué momento la ciudad dio el primer paso rumbo al infierno del narcotráfico que hoy la abrasa y tal vez anticipe el rumbo que puede seguir el país. Pero los especialistas identifican aquel 1° de enero de 2012 como el día en que la realidad del narcotráfico hizo erupción en Rosario y saltó a la superficie instalando lo que muchos preferían ignorar y casi nadie ignoraba, y menos en los barrios pobres del Gran Rosario: que en la ciudad y en la provincia reinaba y mataba el narcotráfico y la policía provincial era su socia.

 

El triple crimen arrancó las máscaras. Ya no fue preciso disimular. Desde aquella masacre hubo 675 asesinatos, la mayoría relacionados con la droga. El pico de violencia que comenzó en 2010 siguió escalando: guerras y venganzas entre narcos que luchaban por sus parcelas de territorio y sus búnkeres o puestos de venta; el sicariato; los "soldaditos" o niños que emplean los narcos y ganan mucho más que los efectivos policiales; la caída de un jefe de policía acusado de connivencia con el negocio de la droga; el ataque a balazos a la residencia del gobernador socialista Antonio Bonfatti , y, hace dos semanas, una amenaza de los narcos al corresponsal de LA NACION en la ciudad, Germán de los Santos.

 

En Rosario se mata por venganza y también por error, porque la vida vale poco, y menos que poco en los barrios del Sur

 

En Rosario se mata por venganza y también por error, porque la vida vale poco, y menos que poco en los barrios del Sur. Los asesinos del triple crimen de Villa Moreno no iban a matar a los chicos de la canchita sino a Ezequiel Villalba, quien vivía cerca, y confundieron a los tres chicos con sus custodios. Pocas horas antes, Villalba habría baleado en su auto a Maximiliano "Quemadito" Rodríguez, hijo del jefe de la banda, Sergio "Quemado" Rodríguez, narco presunto y ex barrabrava de Newell's Old Boys. Todo comenzó, a su vez, porque un testigo vinculó a "Quemadito" Rodríguez con el ataque a un chico de 17 años, el 29 de diciembre de 2011, al que le dispararon seis balazos en las piernas.

 

Las cadenas de nombres, apodos, balazos y muerte parecen no tener fin. El año del triple crimen hubo 182 asesinatos, y el año pasado, 261. Este año ascienden a 232. En 2004 fueron sólo 70 y en la década transcurrida superan los 1370. Según un estudio de la Universidad Nacional de Rosario, el 90 por ciento de las víctimas sólo tenían entre 18 y 25 años. Por imperio de este vértigo mortal, las cinco grandes bandas, como la de Alvarado y "los Monos", se fueron atomizando y al ruedo ingresaron grupos más pequeños y más difíciles de combatir.

 

En Rosario hay mucho dinero en el centro y en las barrancas del Paraná y mucha pobreza en los barrios que la circundan. Y una violencia de larga data. Si sumamos su condición de ciudad puerto cercana a los puertos privados, las rutas de asfalto que la conectan con los principales centros de consumo y la enorme ruta líquida que es el Paraná con sus barcazas que bajan del Paraguay, más la complicidad policial y la inacción del gobierno nacional, no es difícil comprender cómo llegó la droga. La ciudad es un centro de consumo, de distribución y de exportación.

 

El año del triple crimen hubo 182 asesinatos, y el año pasado, 261. Este año ascienden a 232. En 2004 fueron sólo 70 y en la década transcurrida superan los 1370

 

"Tan promisorio pintaba el negocio que varias bandas de piratas del asfalto, asaltantes de bancos y secuestradores decidieron cambiar de rubro", dice un experto en el tema. A diferencia de aquellos delitos, la droga proporciona a los narcos un ingreso diario de dinero que blanquean, por ejemplo, al comprar autos de lujo con billetes de cinco y diez pesos transportados en cajas de cartón.

 

Las ganancias se maximizaron con la aparición de una cocaína de bajo costo adulterada con sustancias de alta toxicidad fabricada en laboratorios ilegales rosarinos para su venta en los centenares de búnkeres. La droga de los pobres.

 

La vidriera narco

 

"Rosario se convirtió en la vidriera del narcotráfico por la violencia, pero sin esa violencia extrema hay tanta o más droga en otras partes, como Mendoza o el Gran Buenos Aires, y esto ocurre porque las bandas sólo se instalan porque tienen la franquicia del negocio", dice Horacio Calderón, otro especialista en el tema, aludiendo a la complicidad policial.

 

Lo mismo sostiene el fiscal general Adolfo Villate, titular nacional de la Procuraduría de Narcocriminalidad y fiscal ante el Tribunal Oral Federal Nº 1 de Rosario. "Los asesinatos que cometen las bandas son preocupantes y creo que no disminuyeron. La peculiaridad que presenta la provincia de Santa Fe -explica- es la aparente vinculación directa de la policía con el narcotráfico, que no está acreditada, aunque es objeto de investigación."

 

La caída de Tognoli le sirvió al kirchnerismo para arremeter contra el gobierno de una provincia que le resultaba electoralmente esquiva, y el diputado camporista Andrés Larroque llegó a hablar de "narcosocialismo" . El muerto se asustaba del degollado.

 

Un abogado recuerda su extrañeza y la de sus colegas ante el orgullo con el que la policía santafecina hablaba hace años de su brigada de Drogas Peligrosas: "Lo raro era que nunca atrapaban a un grandote, sólo perejiles".

 

Otro penalista relata que desde el 10 de febrero pasado rige en la provincia un nuevo Código de Procedimiento Penal, similar al que quiere imponer el gobierno nacional, mediante el cual nuevos fiscales reemplazan a los jueces como instructores de las causas. "Estamos en un período de transición. El sistema anterior contribuyó a agravar el problema, porque en los hechos la instrucción la realizaba la policía sin control directo de la justicia. Y entonces uno se encontraba en esa fuerza con casos de crecimientos patrimoniales, connivencia con delitos y apremios ilegales. Siempre había una pata policial, no sólo en el narcotráfico, sino también en otros delitos. Hoy, los jefes policiales tienen mucho menos poder."

 

El jueves pasado, los periodistas realizaron un acto en apoyo al corresponsal amenazado frente a la sede rosarina de la gobernación. Horas antes, una moto se detuvo frente al quiosco de Norma Bustos en el barrio La Tablada, cerca de Villa Moreno. El joven que le pidió un atado de cigarrillos de pronto extrajo una pistola y la mató de dos balazos. El 27 de enero del año pasado, Norma había perdido a su único hijo, Lucas Fabián Espana, de 25 años, ametrallado al mejor estilo mafioso desde dos autos. Otro error. Lo confundieron con un amigo suyo. Los presuntos autores están procesados y a uno se lo acusa de asesinar en 2013 a uno de los líderes de la banda narcocriminal "los Monos", Claudio "Pájaro" Cantero.

 

Desde 2008, Norma denunciaba a las bandas que dominaban el sur del Gran Rosario. Como en la dictadura, las madres tuvieron que atreverse donde los hombres no se animaban.

 

Su muerte indignó y asustó a otras mujeres que integran la ONG Madres Solidarias, como Betina Zubeldía y Adriana Abaca, que se convirtieron en denunciantes para intentar salvar a sus hijos de la droga.

 

La pionera en esa lucha solitaria y desigual fue Norma Castaño, en la capital provincial, cuando hace diez años logró infiltrarse entre los narcos para denunciar quiénes le vendían droga a su hijo. Ella denunció la presunta vinculación con el narcotráfico del comisario Hugo Tognoli, titular de la brigada de Drogas Peligrosas durante la gobernación de Hermes Binner . Luego, el gobierno provincial lo nombró jefe de la policía santafecina. Según el actual gobernador, Bonfatti, cuando Tognoli asumió, la única mácula en su legajo era una amonestación por llegar tarde un día. Tognoli tuvo que renunciar en 2012 cuando se supo que la justicia federal lo investigaba. Aquel año, Castaño afirmó que ella le proporcionaba a Tognoli datos de quiénes vendían droga y luego recibía represalias y amenazas de los denunciados. Agregó en aquella oportunidad: "Hace dos años que vengo denunciando a Tognoli y no fui escuchada. Nunca me atendieron, ni Binner ni Bonfatti. En todo este tiempo he mandado cartas, y hasta entregué copias en Tribunales. Lo que pido es que se haga justicia. Nosotras fuimos abusadas en su momento por Tognoli y él después hacía los arreglos".

 

La violencia les dio a Rosario y a la provincia una odiosa visibilidad que obligó a las autoridades locales a actuar. En febrero pasado se procesó a 35 integrantes de la banda de "los Monos"

 

Hay dos causas contra Tognoli, pero sus abogados han planteado que ciertas pruebas se habrían incorporado en forma irregular.

 

La caída de Tognoli le sirvió al kirchnerismo para arremeter contra el gobierno de una provincia que le resultaba electoralmente esquiva, y el diputado camporista Andrés Larroque llegó a hablar de "narcosocialismo". El muerto se asustaba del degollado.

 

El gobernador Bonfatti y su ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, están amenazados de muerte. El 11 de octubre del año pasado cuatro sicarios en dos motos balearon el frente de la casa de Bonfatti mientras el mandatario se encontraba en el interior. Jueces y fiscales también recibieron amenazas. La muerte y su amenaza. Los narcos ejercen las dos. Ambas se potencian y completan un cuadro de terror.

 

La violencia les dio a Rosario y a la provincia una odiosa visibilidad que obligó a las autoridades locales a actuar. En febrero pasado se procesó a 35 integrantes de la banda de "los Monos". Algunos son policías. En abril, el gobierno nacional envió 1500 gendarmes a la ciudad y las autoridades locales descabezaron la cúpula de la Brigada Operativa de Drogas Peligrosas de Rosario, y en estos días entra en su etapa final el juicio oral a los acusados de ametrallar a los tres jóvenes de Villa Moreno. Los tres que, involuntariamente, pusieron fin al silencio cómplice en Rosario. Ahora falta romper ese silencio en el resto del país.

 

Cinco pasos que marcaron a fuego la reciente historia rosarina

 

El triple crimen

 

Tres militantes sociales del Frente Darío Santillán fueron asesinados por narcos en una cancha de fútbol en el barrio La Tablada el 1° de enero de 2012. Jeremías Trasante, de 17 años; Claudio Suárez, de 19, y Adrián Leonel Rodríguez, de 20, murieron al ser confundidos con narcos

 

El asesinato del Pájaro Cantero

 

El líder de la banda de los Monos, Claudio Ariel "Pájaro" Cantero, de 29 años, fue asesinado el 19 de mayo de 2013 en la puerta del boliche Infinity Night, situado en el límite entre Rosario y la localidad santafecina de Villa Gobernador Gálvez. Ese crimen desató una ola de venganzas narco

 

Atentado al gobernador Bonfatti

 

El 11 de octubre de 2013 la violencia en Rosario tuvo su episodio más resonante: el ataque a balazos a la casa del gobernador Antonio Bonfatti. Varios de los 14 disparos penetraron en la vivienda donde se encontraba el mandatario provincial. Fue arrestada una banda mixta de narcos y policías

 

Caen los Monos

 

En febrero de este año, el juez el juez de Instrucción Juan Carlos Vienna procesó a 35 integrantes de la banda de los Monos, entre ellos a varios miembros de la familia Cantero y a diez policías en actividad. El juez y el fiscal Guillermo Camporini recibieron amenazas de muerte

 

Acribillan a los Bassi

 

Tres integrantes de la familia Bassi -rivales de los Monos- murieron en el mismo lugar, su remisería en Villa Gobernador Gálvez. Los asesinatos fueron en momentos diferentes, en diciembre de 2013 y en febrero y octubre de 2014. El padre, Luis Bassi, y sus hijos, Leonardo y Maximiliano, fueron asesinados en venganza por la muerte del Pájaro Cantero.