¿Podemos ser adictos a cosas que no sean drogas?
Droga

¿Podemos ser adictos a cosas que no sean drogas?

 

¿Sabías que hay adicciones raras o menores, aquellas no relacionadas con alcohol o sustancias psicotrópicas, y que aún así tienen una gran importancia?

 

 

07/08/2013 Fuente webislam. Adicciones raras o menores

 

Las adicciones más conocidas son las que tienen efectos evidentes y causan estragos en la salud, tanto física como psíquica. Pero ¿qué pasa con las que están enmascaradas, bien por ser promovidas socialmente, bien por ser muy sutiles y estar casi normalizadas?.

 

A veces la frontera entre comportamiento aceptado y patológico no está tan clara, o puede pasar desapercibida durante mucho tiempo, antes de evidenciarse como una adicción, con consecuencias igual de graves a largo plazo.

 

Causas habituales

 

Una adicción llena un vacío no reconocido, normalmente sentido en la infancia temprana, y actúa tapando un dolor profundo que la persona no es capaz de afrontar. La adicción es una huida ante la vulnerabilidad: mientras me ocupo de satisfacer una necesidad compulsiva, no estoy siendo consciente de la carencia (vacío), ni de la herida (dolor), ni estoy presente con plenitud.

 

Solemos repetir las situaciones que tuvimos durante la niñez, y buscamos relacionarnos con personas que tienen algo de nuestros progenitores. Eso hace que nuestras heridas sean tocadas reiteradamente. Aparecen emociones muy molestas, y si no nos paramos a sentir qué es lo que sucede a nivel interno, puede darse el escapismo en diversas formas.

 

¿Cuál sería la frontera entre lo aceptable y la adicción?

 

En los siguientes casos, la normalidad, o sea la norma como lo común a la mayoría, no podría tomarse como punto de referencia, pues hay comportamientos tan extendidos, que pasarían por naturales, cuando en realidad no siempre es así.

 

Hablo de evasión y exceso, de llevar al límite algo que suele ser muy cotidiano, con perjuicio para nuestro equilibrio y buen funcionamiento. Detrás de una gran o pequeña adicción, hay una mala gestión de las emociones.

 

Cómo encarar las adicciones

 

Puede parecer chocante, y por tanto voy a mencionar algunas de estas adicciones raras o poco habituales, que son incluso propiciadas por un estilo de vida determinado o como signo de integración social:

 

    Azúcar. (El azúcar tiene la misma composición molecular que el alcohol, ¿te sugiere algo este dato?. Cabría preguntarme por qué necesito endulzar tanto mi vida, qué amargura hay a la que no puedo ni quiero mirar.

   

Café. La cuestión sería si estoy exigiendo a mi cuerpo mucho más de lo que puede dar de sí, o porqué no dispongo de suficiente energía para acometer las actividades diarias.

    Fármacos en general. Puede significar que también enmascaro las emociones que provocan los síntomas o molestias. Quizás hay un gran temor a sufrir y tendencia a buscar soluciones rápidas.

  

 Prisas. Si mi vida es un correr continuo de aquí para allá, sin tiempo para mí ni para los míos, es que justamente es imperativo que pare y mire hacia dentro… Hay algo de lo que estoy huyendo, aunque  es imposible escapar de mí misma/o.

  

 Hacer constantemente lo mismo: (muy valorado en la sociedad actual y no hablo sólo de adictos al trabajo). ¿estoy presente en mi propia vida, o escapo a través del hacer, para no sentir?

   

Victimismo/queja. (Esta adicción está tan extendida que apenas se percibe). Puede tratarse de que no esté afrontando lo que depende de mí misma/o, manipulando a los demás para no actuar.

   

Juicio/crítica. (Otra que compite por el número uno del ranking…). Si tengo la costumbre de tirar por el suelo a los demás o soy exigente en exceso, ¿será que escondo falta de seguridad y confianza en mí  misma/o, y tengo mucho miedo a ponerme en evidencia?

   

Relaciones sentimentales. Observo si huyo de la soledad, que propiciaría entrar en contacto conmigo misma/o y por tanto, con mis "demonios internos".

   

Ver TV; incluso leer según qué cosas o según con qué finalidad (escapismo). Habría que ver si es para evadirme de la realidad cuando resulta frustrante, a través de entrar en historias ajenas para no pensar en la mía propia.

 

Prevención/solución

 

La mejor manera de no caer en este tipo de adicciones raras o menores, que no necesariamente tienen que ver con el consumo de sustancias, es permanecer de diez a quince minutos diarios en completo silencio y quietud, procurando estar presente todo este tiempo…

 

Si ya tienes alguna de estas costumbres insanas muy arraigada, además de lo anterior atrévete a sentir tus emociones incómodas, si hace falta bajo supervisión de un/a profesional cualificado/a, y revisa qué estás tratando de tapar con éstas.

 

Nota: Valeria Joaniquet es Diplomada en aromaterapia emocional. Formada en trabajo con los sueños, varios sistemas florales y Reiki. Sanación vibracional con sonido, voz y otros.