Entrevista con J.M. Tebes: "el yahvismo le debe a las zonas meridional
Bienes arqueológicos, paleontológicos

Entrevista con J.M. Tebes: "el yahvismo le debe a las zonas meridionales mucho más de lo que se cree"

 

 

01/03/2014 Fuente mediterraneoantiguo. Oriente Próximo es una fuente constante de trabajo para historiadores y arqueólogos. Hasta los lugares más recónditos de su geografía esconden importantes pistas que nos ayudan a descifrar el rompecabezas del surgimiento de muchos de los elementos que caracterizaron el modo de vida de las sociedades que dieron lugar a las grandes civilizaciones que conocemos hoy en día. Mediterráneo Antiguo ha podido charlar con Juan Manuel Tebes, miembro del Centro de Estudios de Historia del Antiguo Oriente de la Pontificia Universidad Católica Argentina, quien ha participado en varias campañas de excavación en el desierto del Negev y Edom. Con él hemos hablado sobre la historia de esta árida, pero interesantísima zona geográfica.

 

Pregunta  - Descríbanos brevemente el panorama socio-económico del Negev y Edom en la Edad del Hierro a partir de los registros arqueológicos encontrados en la zona.

 

 

Panorámica de campo de trabajo metalúrgico, valle de Timna (2010). Foto: J.M. Tebes

Respuesta - Bien, primero déjame aclarar algunos conceptos. El Negev y Edom son dos áreas histórico-geográficas localizadas en el extremo sur del Levante, el Negev específicamente en la mitad meridional del actual estado de Israel, y Edom en la zona sur del moderno estado de Jordania. Ambas áreas se caracterizan por su extrema aridez, producto de las bajas precipitaciones. Es por ello que durante la Edad del Hierro, período que básicamente se puede fechar entre el 1200 y el 586 a.C., pero también durante la mayor parte de su historia, el Negev y Edom han estado habitados por poblaciones pastorales nomádicas, que se movían constantemente en busca de pasturas para sus rebaños. Ahora bien, tanto por razones estratégicas como económicas ambas áreas siempre atrajeron el interés de los estados sedentarios vecinos, tales como el antiguo Israel y Judá, y también de imperios centralizados como Egipto, Asiria y Babilonia. Es por ello que podemos ver diferentes fases históricas durante la Edad del Hierro, algunas determinadas por la hegemonía de tal o cual estado vecino, pero otras caracterizadas por la preponderancia de aquellas tribus pastorales de las que hablamos, en su estado “nomádico” o ya sedentarizadas y con base en asentamientos fijos.

 

Pregunta - ¿Cuáles son los yacimientos arqueológicos que más información nos han aportado y en cuáles se está trabajando actualmente?

 

 

Wadi Rumm, entre Jordania y Arabia Saudita. Foto: J.M. Tebes

Respuesta - La cantidad de yacimientos arqueológicos excavados es realmente enorme para la relativamente poca extensión de estas áreas. Para que te des una idea, solo el Negev tiene una extensión de unos 12,000 km2, un poco más de la mitad de la extensión de Tucumán, la provincia más pequeña de Argentina. Existen yacimientos de muchos períodos, pero los de la Edad del Hierro se ubican especialmente en el extremo norte del Negev y Edom, que no casualmente son las áreas que más precipitaciones reciben, y por pocas me refiero a 200 o 300 mm anuales, que es el mínimo con el que se puede practicar cierta agricultura. En el norte del Negev tenemos poblados como Tel Beersheba y Tel Masos, fuertes como Tel Arad, y pequeños sitios cúlticos como Horvat Qitmit. Todos son sitios fundados, o al menos habitados mayormente, por población israelita, junto con población local. Han sido excavados desde la década de los 70 por arqueólogos israelíes, entre ellos algunos muy reconocidos como Yohanan Aharoni y Zeev Herzog. En el norte de Edom solo un yacimiento se puede describir como un “poblado”, y éste es Buseira, que se cree que es la capital de los edomitas. El resto son pequeñas aldeas, y algunos ni si quiera eso, como puede verse en los pequeños asentamientos rocosos en las cimas de las montañas de Edom. Aquí están a la vanguardia los ingleses, que han venido excavando en el área desde la década de los 60. De hecho la pionera fue una arqueóloga británica, Crystal Bennett, que junto con la más conocida Kathleen Kenyon han tenido vidas muy interesantes de estudiar, dado que la arqueología ha sido en el pasado una profesión eminentemente de hombres. Un fenómeno muy interesante son los asentamientos establecidos en las regiones mineras de Timna y Feinán, actualmente excavadas por los israelíes y los norteamericanos y canadienses respectivamente. En el 2010 tuve la oportunidad de excavar con los israelíes en un sitio metalúrgico de Timna, y en Julio pasado en la expedición canadiense en Barqa el-Hetiye, un pequeño asentamiento en la zona del Feinán.

 

Pregunta - Uno de los puntos controvertidos en relación con el desarrollo económico y cultural de esta región es la posible presencia egipcia en la explotación de las minas de cobre de Timna y Feinán ¿qué grado de intensidad tuvo esta ocupación y cómo influenció en las poblaciones locales?

 

 

Santuario al aire libre, sitio no. 2, valle de Timna (2010). Foto: Juan Manuel Tebes

Respuesta - Si, las excavaciones actuales en Timna y Feinán han estado en el centro de las noticias últimamente, aunque los portales de noticias muchas veces exageran o tergiversan los resultados o las declaraciones hechas por los arqueólogos. Pero como digo siempre, en ciencia no existe la mala publicidad. Timna está ubicada en el extremo sur del Negev, a pocos kilómetros del Golfo de Aqaba, o Golfo de Eilat para los israelíes. Fue excavada desde los 60 por Beno Rothenberg, que primero fue fotógrafo del famoso arqueólogo Nelson Glueck y luego se convirtió en arqueólogo. Glueck y la mayoría de los estudiosos creían que las minas de cobre de Timna habían sido explotadas por los antiguos israelitas bajo el reinado de Salomón, en el siglo X a.C. Aunque la Biblia nunca menciona explícitamente las “minas de Salomón”, siempre se especuló cuál era la verdadera base económica detrás del poderío de ese rey, y la explotación de las minas de Timna venía como anillo al dedo. El problema es que en 1969 Rothenberg descubrió un pequeño templo egipcio dedicado a la diosa Hathor, datado en pleno siglo XIII y XII a.C., con lo que la hipótesis salomónica se vino abajo completamente. A partir de ese momento la visión tradicional ha sido que los egipcios del período ramésida, especialmente bajo Ramsés III, enviaron expediciones para explotar las minas de cobre de la zona conjuntamente con las poblaciones locales. Pero sabemos bien que el consenso académico es  difícil de mantener, y más aún en la llamada arqueología bíblica. Dos estudios recientes han ido en contra de la “hipótesis egipcia” propuesta ya hace mucho por Rothenberg, que lamentablemente falleció hace poco a los 98 años. Uno de los estudios es el realizado por el arqueólogo Erez Ben-Yosef, que ha continuado excavando en Timna, produciendo nuevos fechados de radiocarbono con dataciones en los siglos XI y X a.C., mucho más tarde que el período ramésida, y contemporáneo, o casi contemporáneo, con el período israelita. Esto le ha permitido ir también contra otro de los modelos aceptados en la arqueología bíblica, que es la fecha de la introducción del camello domesticado en el Levante. En las excavaciones de Rothenberg se descubrieron restos de camellos, presumiblemente prueba de su domesticación, y obviamente datados alrededor del siglo XII a.C. Ben-Yosef ha destacado estos mismos restos, y ha descubierto otros en sus propias excavaciones, que indican que la utilización del camello domesticado se realizó mucho más tarde de los que se creía anteriormente. El segundo estudio es el del arqueólogo Uzi Avner, quien realizó hace años sondeos en el templo de Hathor en Timna, y ha concluido que en realidad se ha sobredimensionado el papel de los egipcios. Avner aduce que el templo, o más bien “santuario” como él prefiere llamarlo, fue construido por las poblaciones locales en base a modelos de santuarios locales, y los egipcios sólo añadieron una pequeña capilla a este santuario. Avner también es de la opinión que la ocupación en Timna es mucho más tardía que lo defendido por Rothenberg. El presentó sus ideas primero en el seminario “Unearthing the Wilderness” que organicé en el Albright Institute, en Jerusalén, en 2010, y cuyos artículos están en un libro pendiente de ser publicado en los próximos meses por la editorial Peeters. Otros arqueólogos, sin embargo, son de la idea de que el modelo postulado por Rothenberg sigue siendo sostenido por las evidencias arqueológicas, especialmente la arqueóloga Tali Erickson-Gini, quien continúa excavando actualmente en Timna y también presentará sus resultados en el libro. En la zona minera de Feinán, al otro lado de la frontera, en lo que actualmente es Jordania, a pesar de la gran cantidad de excavaciones que se han realizado en las últimas décadas, no existen evidencias de ocupación o actividades egipcias.

 

 

 

Inscripciones rupestres con escenas de caza, valle de Timna (2010). Foto: Juan Manuel Tebes

Pregunta - Otro aspecto controvertido es la polémica entre Thomas Levy e Israel Finkelstein sobre la datación de la fortaleza de Khirbet en-Nahas ¿cuál es el estado de la cuestión al respecto y qué importancia tiene en la comprensión de la evolución histórica de la región?

Respuesta - Si Timna está actualmente en el centro de la atención mediática, Khirbet en-Nahas lo ha estado durante los últimos diez años. Khirbet en-Nahas es una gran fortaleza en la región de Feinán excavada desde principios de siglo por una expedición norteamericana dirigida por Tom Levy. Esta es una excavación muy significativa, tanto por la enorme inversión hecha en tecnología de última generación para el estudio del sitio, como por las interpretaciones a las que arribó Levy y su equipo. Levy ha excavado parte de la fortaleza y enormes colinas de escoria que se encuentran alrededor. Para los no entendidos, la escoria es básicamente el material residual producto de las actividades metalúrgicas del cobre. Levy ha recogido una gran cantidad de fechados de radiocarbono, tanto de la fortaleza como de las colinas de escoria, y éstos indican, al menos desde la posición de Levy, que la fortaleza fue fundada hacia el siglo X y abandonada hacia fines del IX a.C. El siglo X es, según la cronología bíblica, la edad de oro del estado israelita, bajo sus reyes David y su hijo Salomón. Y de hecho, algunos pasajes bíblicos indican que David conquistó Edom y que los israelitas establecieron gobernadores en el área. La cronología de Levy para Khirbet en-Nahas encaja perfectamente con lo mencionado por estos textos, y muchos han apuntado a él por querer volver a los postulados clásicos de la vieja arqueología bíblica, que veía un poderoso reino israelita en pleno siglo X a.C. Y aquí entran a jugar una serie de intrincadas investigaciones sobre fechados de radiocarbono y datación cerámica que muy pocos en este planeta pueden llegar a entender en su totalidad. Pero, básicamente, varios arqueólogos, especialmente Israel Finkelstein, Lily Singer-Avitz, Piotr Bienkowski y Eveline van der Steen, arguyen que tanto la metodología como las conclusiones de Levy están completamente erradas. En pocas palabras, apuntan que los fechados de radiocarbono tomados por Levy provienen de colinas de escoria, que son contextos arqueológicos muy mezclados imposibles de datar con certeza, y no de contextos seguros dentro de la fortaleza; que de hecho dichas colinas son anteriores a la fortaleza; y que la cerámica de la fortaleza es del siglo VIII a.C. en adelante. Todos están de acuerdo en que la fortaleza no es del siglo X, que no fue construida por los israelitas, sino que fue construida a partir del siglo IX u VIII por los edomitas o los asirios. Yo creo que el veredicto final, si es que se puede hablar de eso en este campo de estudio, se establecerá cuando se publique el reporte definitivo de las excavaciones, que espero sea pronto.

 

 

Prospección geográfica en la zona de Barqa, región de Feinán. Foto: J.M. Tebes

 

Pregunta - ¿Qué nos dicen los registros arqueológicos de las prácticas religiosas de estos asentamientos y cuáles eran los lugares de culto más importantes?

Respuesta - Aquí debemos diferenciar entre las prácticas religiosas de los pueblos autóctonos del Negev y Edom de las importadas por los poderes externos que hegemonizaron el área. Sabemos mucho menos sobre los primeros, por el simple hecho de que las tribus locales no poseían escritura, por lo que nuestro conocimiento proviene del estudio de sus sitios cúlticos y de la iconografía. Los pueblos locales practicaban lo que puede denominarse una religión de desierto, caracterizada por la utilización de santuarios simples, al aire libre, y con una mínima parafernalia de piedras moldeadas o trabajadas. Algunos de estos santuarios están delimitados por rocas, que se acomodaban alrededor de un patio interno, otros consisten meramente en un apilamiento de rocas en la cima de una colina (lo que la Biblia llama bamot), en otros aparecen piedras en posición vertical alineadas en forma recta, curva o circular (las mazzebot bíblicas), mientras que otros son espacios en las grietas de acantilados rocosos. Se han encontrado cientos de estos sitios, pero pocos los han relacionado con santuarios de la Edad del Hierro. Mi opinión es que el diseño de estos santuarios del desierto influyó en los santuarios de la Edad del Hierro, especialmente los sitios cúlticos de Horvat Qitmit y ‘En Hazeva, excavados en el norte del Negev y atribuidos a los edomitas, que tienen características muy similares. La iconografía cúltica aparece fundamentalmente en el arte rupestre y en las cerámicas utilizadas por estos pueblos. He estudiado por mucho tiempo la cerámica Qurayyah, también conocida como cerámica midianita, que es una cerámica pintada muy popular entre los siglos XII y X a.C., especialmente en la zona de Timna. En ella aparecen representaciones pintadas de figuras humanas con atavíos, armas, máscaras, plumas en la cabeza y colas falsas. Es muy posible que estas figuran representen personajes dedicados a ciertos ritos cúlticos, en los cuales era muy fuerte la relación con la caza y los animales del desierto. También aparecen representaciones de avestruces, aunque su interpretación es mucho más difícil. La avestruz ha sido siempre, dada su velocidad y agresividad, el animal a cazar por excelencia, y de allí probablemente un símbolo del poder del hombre sobre los animales. Mucha de esta imaginería aparece también en el arte rupestre, por lo que es posible hacer un entrecruzamiento de interpretaciones entre la iconografía cerámica y la rupestre. Ahora bien, cuando los estados sedentarios intervienen en el Negev y Edom, ellos establecen lugares cúlticos dedicados a sus propios dioses, pero, y he aquí un fenómeno muy interesante, comienzan a incorporar elementos de las prácticas religiosas locales. En Timna, como hemos visto, los egipcios construyeron un templo a la diosa Hathor, pero incorporando en su diseño elementos locales. Con los israelitas vemos un fenómeno similar.

 

 

 

Minas de Wadi Khalid, región de Feinán (2013). Foto: Juan Manuel Tebes

Pregunta - Una de sus líneas de investigación es la aportación de los cultos de las gentes del Negev y Edom en la creación del Yahvismo ¿cómo podemos constatar esta influencia a través de los registros arqueológicos?

Respuesta - Existe una línea de investigación en los estudios bíblicos, que viene del siglo XIX, que sugiere que el culto de Yahvé se originó en las zonas desérticas al sur de Palestina. La mayoría de las pruebas que se aducen son varios textos bíblicos, especialmente aquellos que narran la estadía de Moisés en Midian y algunos textos poéticos que relacionan a Yahvé con sitios del Negev o Edom. De hecho, la primera mención de Yahvé en una fuente histórica no proviene de Palestina, sino de Egipto, y son dos inscripciones de templos de Amenofis III y Ramsés II que mencionan a Yahvé asociándolo con los Shasu, que es el término con el que los egipcios conocían a los pueblos tribales del Negev y Edom. Sin embargo, pocos han investigado este tema en términos arqueológicos. Mis investigaciones me han llevado a concluir que el Yahvismo le debe a las zonas meridionales mucho más de lo que se cree. Elementos como el aniconismo, la importancia de los mazzebot, la imaginería bíblica que relaciona a Yahvé con la guerra y la caza, así como con la metalurgia, todos poseen antecedentes en la religión del desierto. Unos pocos ejemplos bastan. En el templo de Yahvé en Tel Arad estaba erigido un mazzeba en un nicho en la habitación más sagrada, una indicación de la influencia que el aniconismo de la religión del desierto tuvo sobre el Yahvismo. Otro ejemplo son las famosas inscripciones pintadas en grandes jarras encontradas en el sitio de Kuntillet ‘Ajrud, en el noreste del Sinaí. Las inscripciones son famosas por mencionar a Yahvé y su Ashera, pero lo que la mayoría de los investigadores han pasado por alto es que mucha de la iconografía cúltica que acompaña a estas inscripciones tiene paralelos en el arte rupestre del desierto.   

 

Pregunta - ¿Podría explicarnos las razones por las que se desarrolla una religión monoteísta como el Yahvismo en un entorno dominado por religiones politeístas?

Respuesta - Esa es una pregunta que todavía es muy difícil de responder, y en la que hay muchos matices que aclarar. Tradicionalmente se creía que el Yahvismo se desarrolló desde un comienzo como una religión monoteísta, ya sea por la misma dinámica interna de la religión israelita o debido a la influencia de fenómenos históricos externos, como la reforma de Akhenatón en Egipto. Ahora se tiende a creer que el Yahvismo nació inicialmente como una religión politeísta en un entorno absolutamente politeísta, como lo eran las religiones cananeas de la Edad del Bronce Tardío. En un proceso que duró varios siglos, el culto de Yahvé fue desplazando progresivamente al culto de dioses cananeos como Baal, o adoptando las característicos de otros, como el dios El. De hecho varios pasajes de la Biblia, sin duda muy antiguos, conservan reminiscencias de aquella fase politeísta de la religión israelita. La monarquía israelita ayudó mucho al ascenso de Yahvé como dios único, dada la relación especial que se veía entre dios y rey. Pero, sin duda, durante la época de los reinos israelitas el culto de Yahvé tuvo que competir con otros cultos, como es evidente en las continuas diatribas de los profetas contra los seguidores de falsos dioses. Es posible que para la época del exilio el proceso que llevó al monoteísmo se haya llevado absolutamente a cabo, sino es que el mismo exilio lo haya empujado hacia su definitiva consolidación.

 

Pregunta - ¿Qué tipo de relaciones se establecieron entre los habitantes del Negev y Edom con los pobladores del sur de Arabia?

 

 

“Nómadas en la encrucijada”, Tebes (Archaeopress, 2013)

Respuesta - Una de las rutas comerciales más importantes de la antigüedad, la ruta del incienso sudarábigo, pasaba por el Negev y Edom, y cuando este comercio se desarrolló, alrededor del siglo IX a.C., las tribus pastorales locales súbitamente adquirieron una importancia que hasta entonces no habían tenido. Tenemos que tener en cuenta que en la antigüedad el incienso era uno de los bienes de lujo por excelencia, y su costo podía alcanzar precios exorbitantes, mucho más caro mientras más lejos estaba su zona productora. Y el sur de Arabia, el actual Yemen y Oman, era la única zona productora de incienso en el Medio Oriente en dicho período. No solo estas tribus vivían y se movían alrededor de esta ruta, sino que comenzaron a actuar como intermediarias entre el sur de Arabia y Palestina, transportando el incienso desde el noroeste de Arabia, donde había sido llevado hasta allí por las caravanas sudarábigas, hasta Palestina, los puertos mediterráneos y Siria. Es posible que las tribus que estaban en una posición geográfica privilegiada adquirieran tal poder que comenzaran a establecer centros de poder fijos, como en el caso de Buseira en el norte de Edom. Estos hechos, por supuesto, no pasaron desapercibidos para los estados e imperios sedentarios, que intentaron por todos los medios establecer su dominio, o al menos cooptar, a estas tribus. Tanto los asirios, babilonios y judaítas enviaron expediciones militares al Negev o Edom, y en muchos casos tenemos evidencias de que establecieron pactos con las poblaciones locales.

 

Pregunta - ¿De qué manera puede complementar el estudio de la Biblia a los estudios arqueológicos?

Respuesta - Creo que la llamada arqueología bíblica está demasiado dividida en campos académicos que combaten entre sí y entre los cuales hay poco intercambio productivo. En un extremo están los que creen que todo lo dicho por la Biblia está corroborado por los hallazgos arqueológicos, que es un grupo muy periférico en la academia; y en el otro extremo están los que defienden la idea de que los textos bíblicos que hablan de la Edad del Hierro fueron en realidad escritos en períodos muy tardíos, como el período persa e inclusive el helenístico, por lo que dichos textos tienen poca o nada de información histórica fiable, y entonces debemos solo apoyarnos en las fuentes contemporáneas y la arqueología. La mayoría de los investigadores se encuentran equidistantes entre ambos extremos, y creo que esta es la posición correcta. Creo que cada pieza de información arqueológica debe juzgarse en sí misma, y luego intentar de relacionarla con los datos provistos por la Biblia, pero evitando pretender encajar lo arqueológico dentro de modelos preestablecidos, ya sean de la Biblia o de otro lugar.