Libro aborda censo de la ciudad de México hecho durante la Intervenció
Bienes arqueológicos, paleontológicos

Libro aborda censo de la ciudad de México hecho durante la Intervención Norteamericana

 

 

18/12/2013 Fuente inah. ***  María Gayón, investigadora del INAH, estudió el padrón de población de 1848, levantado por la fuerza invasora para cobrar cuota de “protección”

 

*** El documento revela la complejidad de la vivienda en la urbe capitalina, la cual se dividía en cuarteles mayores y menores, manzanas, pueblos y barrios

 

   En 1848, la ciudad de México estuvo ocupada por el ejército estadounidense compuesto por entre 10 y 20 mil soldados, al mando del general Winfield Scott, aún así la Asamblea municipal en funciones ordenó levantar un censo de población muy detallado, con la finalidad de cobrar la cuota de “protección” de 150 mil pesos impuesta por la fuerza invasora.

 

 La doctora María Gayón Córdova, investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), publicó el libro 1848. Una ciudad de grandes contrastes. I. La vivienda en el censo de población levantado durante la ocupación militar norteamericana, que aporta información sobre la estructura urbana y el funcionamiento de la capital mexicana.

 

 1847 y 1848 fueron años difíciles para la ciudad de México, porque el ejército yanqui se instaló de septiembre de 1847 a junio del año siguiente; el estudio del censo de población de 1848, así como de cientos de documentos y fuentes alternas como crónicas de viajeros y obras literarias, le permitieron a la historiadora hacer una descripción detallada de las moradas.

 

 Para desentrañar la complejidad y diversidad de la vivienda urbana, la investigadora de la Dirección de Estudios Históricos del INAH, se centró en el documento titulado Padrón de las casas de los habitantes de esta ciudad, 1848. En el segundo volumen, aún inédito, Gayón Córdova dará a conocer el perfil de la población.

 

 Dividida en ocho cuarteles mayores y 32 menores, la ciudad de México estaba compuesta por 245 manzanas. No obstante, para su mejor análisis, en su estudio la especialista fraccionó la metrópoli por zonas, quedando la antigua traza como zona central, siete intermedias y una periferia de siete áreas más.

 

 Dentro de esta demarcación existían, además, 88 pueblos y barrios, como Mixcalco, Santiago Tlatelolco, Tizapán, Tlatilco, Peñón de los Baños, San Antonio Tomatlán, San Miguel Nonoalco y San Antonio Tepito, entre otros.

 

 Toda la información que proporciona el censo de 1848, explicó la investigadora, se vació en una base de datos, compuesta por 84 mil 497 registros, lo que permitió “un sistema de interrelación entre los datos que el censor anotó en el padrón para las calles, casas, viviendas e individuos”.

 

Además se elaboró un “plano base”, a partir de planos históricos, como el de Juan Nepomuceno Almonte (1853) y actuales del INEGI, que facilita “la ubicación espacial de cada uno de los registros en las manzanas, cuarteles y zonas correspondientes, dibujadas en el plano base de la ciudad de ese año”, añadió.

 

 

Proyecto de largo aliento

 

María Gayón señaló que la elaboración de la base de datos para el censo de 1848, forma parte de dos proyectos de mayor alcance, emprendidos hace 14 años por investigadores del INAH (Sonia Lombardo, María Dolores Morales, Guadalupe de la Torre y Jorge González Angulo): Censos históricos de la ciudad de México, 1753-1910 y Espacio y Estructura social de la Ciudad de México, 1753-1910.

 

 El primer proyecto dio como resultado principal la creación de cinco bases de datos de los padrones de población de la Ciudad de México en los siglos XVIII y XIX (1753, 1790, 1811, 1848 y 1892).

 

 El segundo, originó las bases geoestadísticas de cada padrón y varias publicaciones colectivas, como El quehacer de censar. Cuatro historias (2006), y Territorio y demarcación en los padrones de población de la Ciudad de México 1753, 1790, 1848 y 1882 (2009), así como dos estudios sobre la vivienda en la capital del país para los siglos XVIII y XIX, y cinco ensayos sobre extranjeros en la ciudad.

 

 

Calle por calle y casa por casa

 

En el libro editado recientemente por el INAH, Gayón Córdova va desmenuzando la ciudad de México de mediados del siglo XIX prácticamente calle por calle y casa por casa, llegando incluso a las zonas rurales y semirurales donde la traza desaparece. Además, precisa que las llamadas “casas” estaban subdivididas en dos, tres o muchas viviendas, clasificadas por los empadronadores, como cuartos, altos, bajos, cocheras, cajones (local comercial), accesorias, entresuelos, covachas (bajo las escaleras), jacales y corrales, entre otras.

 

 El documento Padrón de los habitantes de las casas… de 1848, arrojó un total de cinco mil 603 casas censadas y 30 mil 616 viviendas (en el conjunto de la ciudad se tenía un promedio de 5.5 viviendas por casa).

 

 El ejercito de ocupación estadounidense, ocupó cerca de 275 viviendas, la mayoría en la zona centro de la ciudad, e inmuebles emblemáticos como Palacio Nacional, Palacio Arzobispal, Monte de Piedad, Administración municipal, Aduana, Apartado, los cuarteles de Moras, Gallos, Húsares, Órdenes, Policía, Puesto Nuevo y del Regimiento de Puebla. También los conventos del Espíritu Santo, La Merced, San Agustín, San Francisco, San Felipe Neri, Santo Domingo y el Colegio de San Pedro y San Pablo, entre otros.

 

 Además de pagar contribuciones por “protección” (150 mil pesos) y una cuota adicional por “el costo de la guerra” (400 mil pesos), la ciudad tuvo que aguantar los “desórdenes y abusos en casas, calles y plazas”, que cometieron las tropas yanquis, las cuales, por ser extranjeras, no fueron empadronadas.

 

 El doctor Mario Barbosa Cruz señaló que uno de los aciertos de la publicación fue “establecer una zonificación del territorio”, porque permite a la autora estudiar la diversidad de las condiciones materiales, la composición demográfica y la vivienda en la capital mexicana.

 

 El autor del libro El trabajo en las calles. Subsistencia y negociación política en la ciudad de México a comienzos del siglo XX (2006), comentó además que María Gayón Córdova “hace una exposición de la forma como la ciudad enfrentó el sitio por parte de las tropas militares de los Estados Unidos, y cómo la guerra afectó la cotidianidad de los habitantes e incluso la actividad comercial”.

 

La doctora en Historia, Sonia Pérez Toledo, precisó que 1848. Una ciudad de grandes contrastes… es un libro que permite observar los cambios, las transformaciones, pero también las continuidades “que nos llevan a explicarnos con mejores y mayores elementos las características y especificidades de la ciudad de mediados del siglo XIX”.