Plan Trifino: producir y preservar en verde
Medio Ambiente

PLAN TRIFINO: PRODUCIR Y PRESERVAR EN VERDE


10/07/2013 Fuente efeverde. Familias de Guatemala, Honduras y El Salvador que habitan el Trifinio, zona fronteriza administrada por estos tres países de Centroamérica, trabajan con prácticas agrícolas amigables con el medio ambiente para poder sobrevivir sin destruir su hábitat.

 

La zona del Trifinio se extiende por unos 7.584 kilómetros cuadrados y abarca 45 municipios: 22 de Honduras, 15 de Guatemala y 8 de El Salvador, países que forman el Triángulo Norte de Centroamérica.   En esta zona fronteriza, de más de 800.000 habitantes, los tres gobiernos impulsan desde hace 27 años, mediante el Plan Trifinio, diferentes proyectos para lograr el desarrollo de las comunidades con el respeto al medio ambiente que les rodea como eje central de su actividad.   Actualmente, algunos habitantes de esta zona trabajan en un programa de cafés especiales para exportar a Canadá y Europa, según datos del Proyecto Trinacional Café Especial Sostenible (Protcafes) proporcionadas por fuentes del organismo.  

 

Otros vecinos de estas comunidades trabajan en el proyecto Bosques Tropicales y Manejo de Cuencas, mediante el cual aplican técnicas agroforestales para ganarse el sustento diario, al tiempo que protegen el medio ambiente, dijo a Efe el hondureño Miguel Alberto Pineda Valle, secretario ejecutivo trinacional del Plan Trifinio.   En esta modalidad algunos han optado por la siembra de aguacate o la ganadería ambiental, esta última consistente en proteger y preservar para el bosque la misma cantidad de terreno utilizada para sembrar el pasto para el ganado.  

 

Dentro del Trifinio está la Reserva de Biosfera Transfronteriza Trifinio Fraternidad, la única trinacional que existe en América, declarada como tal el 30 de junio de 2011 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).   La reserva tiene unos 1.500 kilómetros cuadrados, abarca ocho municipios de El Salvador, dos de Guatemala y otros dos de Honduras, e incluye el Parque Nacional de Montecristo, en el que confluyen las fronteras de los tres países.   “La protección de la biodiversidad de la zona del Trifinio es fundamental para los tres países porque desde ahí surgen sus principales ríos”, dijo a Efe el ecologista Ángel Ibarra, presidente de la no gubernamental Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES).  

 

Ibarra señaló que las iniciativas del Plan Trifinio por la preservación de la zona continúan siendo “insuficientes” porque en sus entornos siguen realizándose malas prácticas ambientales. PRODUCIR CAFÉ SIN DAÑAR EL AMBIENTE. Unos 2.448 caficultores de los tres países del Triángulo Norte de Centroamérica trabajan de forma ecológica en la producción de café especial para exportarlo, principalmente a los mercados canadiense y europeos.   “Esta es una iniciativa público-privada que se realiza entre los torrefactores (tostadores de café) más grandes de Alemania, en asociación con los más grandes de Canadá y algunos caficultores de estos tres países centroamericanos”, dijo Pineda Valle.  

 

“A esos habitantes de las zonas altas del Trifinio se les capacita y se les conceden aportes financieros para que produzcan más y mejor café sin dañar el bosque”, agregó.   “Mayormente el café se vende en Canadá y Europa”, y también “hay organizaciones que están comercializando microlotes de café a Alemania, Japón y Suiza”, detalló a Efe Ángel Fredy Menéndez Martínez, coordinador de Protcafes.   En total, bajo este programa hay cultivadas unas 3.528,9 hectáreas de café en la región del Trifinio, de las cuales 548,9 están en Guatemala, 2.348,2 en Honduras y 631,8 hectáreas en El Salvador.   Estos caficultores exportaron 85.062,74 quintales (sacos de 46 kilos) de café durante la cosecha 2011-2012, según datos de Protcafes, que no especifican los países de destino.   Menéndez Martínez explicó que las cooperativas de caficultores no se encargan de exportar directamente el producto.  

 

“El proceso de comercialización se basa en la organización de las cooperativas, luego se hacen ruedas de negocios, donde las empresas de caficultores tienen reuniones con diferentes exportadores. Posteriormente se elige el que mejores condiciones presente, para (luego) establecer un contrato de entrega de café”, explicó.   Precisó que en cada país existe un exportador aliado de la fundación Hans R. Neumann de Alemania, que financia la iniciativa, para poder llevar a cabo las exportaciones. En Guatemala es Sertinsa, en El Salvador es Ibero El Salvador y en Honduras es Becano.   “También a través del envío de muestras a Europa por parte de la fundación Neumann se han podido establecer negociaciones con Mitsubishi Corporation (de Japón) para la compra de cafés especiales, con precios de hasta 300 dólares por arriba de los precios en bolsa”, añadió sin dar más detalles.  

 

GANADO Y PASTO A CAMBIO DE BOSQUES.   Mediante el proyecto Bosques Tropicales y Manejo de Cuencas, que es financiado por Alemania, se realizan distintos trabajos agroforestales en 15 microcuencas en el Trifinio, cuyo principal propósito es proteger el medio ambiente.   Este proyecto se trabaja con los habitantes de las 15 microcuencas, que están distribuidas en los tres países, dijo Pineda Valle.   Este proyecto es financiado por una donación de Alemania de 11,5 millones de euros (unos 15,1 millones de dólares), añadió el secretario ejecutivo trinacional del Plan Trifinio.   Pineda Valle señaló que se persigue que los habitantes, mediante técnicas agroforestales amigables con el ambiente, protejan la biodiversidad que les rodea y encuentren una manera sana de trabajar.   Algunas técnicas aprendidas por los habitantes son la cría de ganado sin destruir el medio ambiente y la siembra de aguacate.  

 

“La cría de ganado consiste en que, si los dueños de los terrenos utilizan cierta porción para la ganadería extensiva, tienen que comprometerse a cuidar la misma superficie de bosque”, comentó Pineda Valle.   “Es un intercambio: ellos liberan un área de bosque y se les apoya en la otra parte sembrando pastos para el ganado”, explicó Mauro Antonio Abarca, técnico encargado de este proyecto en el departamento de Chalatenango (El Salvador).   Precisó que sólo en la zona noroccidental salvadoreña, en los departamentos de Santa Ana y Chalatenango, unas 355 familias están siendo beneficiadas con este proyecto “con un área de 957 hectáreas” en pasto; el resto es liberado y protegido por la población, añadió.

 

Destacó que con este proyecto también se trabaja con la siembra de aguacate en la zona alta.   “Se llama sistema agroforestal porque en medio de la parcela ponemos aguacate y, al contorno, le metemos árboles forestales que nos sirven como cercas vivas”, explicó.   Irma Esperanza Huezo de Nuñez, habitante del cantón Las Pilas, en la zona alta de Chalatenango, es una de las beneficiarias de la siembra de aguacate y cría de ganado.   Esta nueva forma de trabajar “nos ha ayudado mucho en nuestra economía” y también “hemos aprendido a proteger nuestros suelos y a hacer las cercas vivas para proteger nuestros cultivos”, dijo a Efe.   “Nos ha ayudado mucho y estamos motivando a las personas a que dejen de usar químicos, que usen más lo orgánico”, añadió.   ZONA VITAL DEL TRIÁNGULO NORTE DE CENTROAMÉRICA.   El Trifinio es importante para Guatemala, Honduras y El Salvador no sólo porque contiene la reserva de biosfera transfronteriza, sino, sobre todo, porque los principales ríos de los tres países surgen de ahí.   Desde sus alturas surge el río Lempa, que cruza El Salvador y cuya cuenca es la única trinacional en Centroamérica, pues la comparten Guatemala y Honduras.   También está el río Motagua, que drena hacia territorio guatemalteco, y el río Ulúa, que se dirige hacia Honduras.  

 

Además cuenta con el Parque Nacional de Montecristo, donde se unen las fronteras de los tres países y que posee una flora y fauna excepcional; incluso, en el lado de El Salvador está “El jardín de los 100 años”, que posee enormes helechos de tipo arbóreo, auténticos fósiles vivientes.   El trabajo de los países centroamericanos por preservar la zona del Trifino es “importante”, pero continúa siendo insuficiente, dijo a Efe el presidente de la no gubernamental Unidad Ecológica Salvadoreña.   Que una parte del Trifinio haya sido declarada como reserva “es importante”, pero “hace falta más coherencia, financiamiento; hace falta que eso forme parte de una estrategia global” en toda Centroamérica, agregó Ibarra.  

 

“El Trifinio no puede ser un oasis en Centroamérica”; entonces, es necesaria “una política de sustentabilidad” a nivel global, enfatizó el dirigente ambientalista salvadoreño.   Indicó que el Trifinio está siendo amenazado por las malas prácticas en sus alrededores, entre ellas, las exploraciones de la mina Cerro Blanco, en Guatemala, que según la UNES y otras organizaciones podría contaminar aguas salvadoreñas.   “El Trifinio sigue siendo deteriorado ambientalmente y, fundamentalmente, es hoy un botín donde empresas trasnacionales están comenzando a la explotación intensiva de minas”, señaló.   “En Honduras y Guatemala hay varias minas, proyectos mineros ya aprobados”, agregó Ibarra.  

 

El Gobierno guatemalteco ha dicho en reiteradas ocasiones que la mina de Cerro Blanco aún está en fase de exploración.   Por su parte, Pineda Valle dijo a Efe que las autoridades son conscientes de que aún “existen muchas acciones” de depredación en el Trifinio y los alrededores de la reserva.   Asimismo, señaló que se hace lo necesario para revertir esta problemática, que no sólo le toca a la Comisión Trinacional, sino a los gobiernos de los tres países.