Rosario: reformas en la policía para frenar la violencia urbana
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Rosario: reformas en la policía para frenar la violencia urbana

 

 

23/11/2014 Fuente lanacion. Con una "conducción férrea" y "la aplicación de mayor tecnología" las autoridades santafecinas quieren hacer cambios en una fuerza de seguridad cuestionada; ya se registraron 220 homicidios

 

OSARIO (De la Redacción de LA NACION).- El boulevard Oroño es uno de los ejes centrales de circulación en esta ciudad. En sus varios kilómetros de extensión se vuelve también un símbolo de las dos caras rosarinas, desde el ingreso a través de barrios más humildes y marginales, en algunos puntos, hasta la activa zona céntrica con su aire universitario, bares y la representación de poder económico que dan las nuevas torres frente al río. Todos los sectores sociales conviven sobre una misma arteria como quizás en ninguna otra parte del país. Una ciudad dividida también por una violencia urbana que llevó a las autoridades provinciales a idear hoy otras estrategias de respuesta.

 

Muchos aquí señalan las responsabilidades policiales en el crecimiento del delito. Complicidades o desidia en el trabajo policial, en el menor de los casos, pusieron a Santa Fe ante la necesidad de reformular el esquema de la policía. Los funcionarios provinciales estiman que para dar la lucha contra la violencia primero deben recuperar a la policía. Ese es el elemento central del plan de Santa Fe.

 

"¿Qué necesitan?", preguntó Sergio Berni al ministro de Seguridad provincial, Raúl Lamberto, en abril pasado, cuando estaba a punto de ordenar el desembarco de 2000 gendarmes. Lamberto hacía tiempo que pedía el apoyo federal, necesitaba establizar la situación en las calles. "Necesitamos frenar la violencia", fue su respuesta y señaló los "búnkers" de las drogas, esas casas fortificadas en asentamientos por donde giraban armas y muertes.

 

Las autoridades provinciales consideran que la justicia federal no tuvo reacción rápida ante la aparición de ese fenómeno. Cada investigación judicial demandaba seis meses por búnker y cuando se daba la orden de allanamiento ese lugar ya no funcionaba. El quiosco de drogas se había mudado a otra casa cercana. Y el circuito judicial empezaba de nuevo, mientras más soldaditos se sumaban al negocio de la violencia armada. En abril se atacaron finalmente múltiples puestos de droga a la vez. El narcomenudeo tuvo que modificar su negocio. Y en muchos casos los soldaditos treparon por el boulevard Oroño y pasaron al robo común.

 

De una u otra forma, la sospechada policía santafecina debía salir a la calle a dar respuesta. El diagnóstico no era bueno, ausencias de personal en comisarías sin justificativos, insólitas pérdidas de armas reglamentarias, patrulleros que no se movían, prácticamente una policía de brazos caídos. Conducción férrea y tecnología es la apuesta santafecina para cambiar esa situación.

 

Hace un mes se designó como secretario de Seguridad a Gerardo Chaumont, comandante general retirado de la Gendarmería y con experiencia en el armado de policías con criterio de la ONU, como lo hizo en Haití tras el terrible terremoto. Su primer paso fue poner policías en las calles. Con protocolos de seguimiento para verificar que los agentes circulen por la zona asignada. Una pantalla muestra el mapa de Rosario y con GPS en cada móvil se monitorea su ubicación. Unos 120 patrulleros circulaban en la noche en la noche del jueves pasado. Por el boulevar Oroño se los puede ver más seguido que antes.

 

Para conseguir una dotación estable de policías en las calles la provincia se hizo cargo de las horas extras, con pagos de 60 a 80 pesos adicionales de acuerdo al riesgo de la misión. Con eso se afirman haber recuperado parte de la capacidad operativa que se quitaba con el uso de adicionales en favor de privados. También se aumentó el salario policial. Y mensajes internos sobre un nuevo tiempo empezaron a bajar por la fuerza policial con la destitución de agentes bajo investigación judicial.

 

El gobierno santafecino espera reforzar la prevención del delito en Rosario con la colocación de 400 cámaras en los próximos dos meses. Eso duplicaría la actual vigilancia electrónica que se monitorea desde una sala coordinada con las llamadas recibidas al 911. Cada martes y viernes se coordina, además, la actividad con los gendarmes destinados para operativos en las zonas más calientes de la droga.

 

Mientras las autoridades provinciales intentan recuperar la confianza en la policía, la situación en Rosario sigue muy complicada, como lo muestran el asesinato de Norma Bustos y la amenaza al corresponsal de LA NACION en esta ciudad, Germán de los Santos, por parte de grupos narcos. Consideran que los fiscales federales deberían trabajar con más velocidad en los casos de narcomenudeo. Los fiscales provinciales que trabajan sobre las causas de crímenes narcos también fueron amenazados. Estiman que los principales grupos narcos perdieron capacidad operativa con relación al año pasado, pero que aún mantienen niveles peligrosos de sicariato. Algunos de esos asesinos se moverían con bolsas de dinero para intentar rápidas coimas frente a potenciales arrestos.

 

De todas maneras, para los principales funcionarios santafecinos, las cifras de homicidios en Rosario tienen esa magnitud porque no se ocultan políticamente las muertes. Indican que se suma a la estadística -220 homicidios este año- inclusive los casos de quienes fallecen varias semanas después en un hospital si su ingreso fue por una herida de arma. Dudan que esa transparencia de datos se dé en otras provincias. Y esperan que el mayor control sobre la policía permita poner al Estado con mejores oportunidades de enfrentar la amenaza narco.

 

La destrucción de las cuevas de la droga

 

La demolición de los "búnkers" en Rosario generó esperanza, pero no cambió el negocio de los narcos

 

Esta imagen representó un acto esperanza para los vecinos de Rosario en mayo último, cuando llegaron las fuerzas federales de seguridad y junto con las autoridades locales comenzaron los allanamientos de decenas de "búnkers" de venta de drogas, sino también su destrucción sistemática; hoy el narcomenudeo tuvo que modificar su negocio: en muchos casos los llamados "soldaditos de la droga" dejaron ese rubro y ahora cometen robos comunes en las calles.

 

Cómo mejorar a la policía

 

Las autoridades pretenden ahora manejar a la policía con una "conducción férrea" y que se acompañada de "mayores recursos tecnológicos".

Para conseguir una dotación estable de policías en las calles, la provincia se hizo cargo de las horas extras con pagos adicionales según los riesgos.

Quieren reforzar la prevención del delito con la colocación de 400 cámaras de seguridad en los próximos dos meses.