El laberinto de creta 2. Segunda entrega
Tragedia de Lope de Vega Carpio dedicada a la señora Tisbe Fenix en Sevilla
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Valeroso Teseo, Albante noble,
no me llaméis el vencedor, que el cielo
me quita de las manos la victoria
con un suceso de portentos lleno:
nació en mi casa un monstruo en esta ausencia;
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que en ausencia, atenienses, de un marido,
¿qué puede sino un monstruo haber nacido?
Cuantos males nacieron en el mundo,
hijos crueles fueron de la ausencia;
vengados estaréis de que Pasife
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pariese un medio humano y medio toro,
hazaña infame del lascivo Júpiter,
deidad indigna de tan alto nombre,
pues tiene acciones y bajezas de hombre.
Si cuando yerra un rey dicen que tiene
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indignamente el cetro, no conviene
que tenga el de los cielos dios lascivo
que, en toro transformado, me ha quitado
la honrosa vida del honor sagrado;
porque cuando es secreto el adulterio,
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no viene a ser con tanto vituperio.
Mas no penséis que no os alcanza parte;
que en parias quiero que me deis cada año
diez hombres de vosotros, que devore
y coma aqueste monstruo de Pasife.
TESEO
400
Serás obedecido como mandas.
MINOS
En dejando presidio en vuestros muros,
parto a la patria a ver mi desventura,
si dura hasta llegar vida tan dura.
(Váyanse, y queden TESEO, ALBANTE y FINEO.)
TESEO
Extraño suceso.
ALBANTE
Extraño,
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y que venganza nos diera
a no ser por nuestro daño.
FINEO
Diez hombres para una fiera,
fiero tributo de un año;
pedid que resuelva en uno,
410
si no es más de sentimiento
tributo tan importuno.
ALBANTE
No lo, hará, que no le siento
para partido ninguno.
FINEO
Pues si de aquel blanco toro
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la señora, su mujer,
se enamoró sin decoro,
¿no fuera mejor querer
parias y tributo en oro?
¿Qué culpa le tiene Atenas?
420
¡Ah, mujeres! ¿Qué no haréis?
TESEO
Respeta, necio, las buenas.
FINEO
¿Agora toros corréis,
de extraños antojos llenas?
¡Ah, señor, que aquellos son
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los daños que se cometen
con capa de religión!
Dioses dicen que se meten
en toros; ¡linda invención!
Lo mismo es el ir al templo,
430
vengo del templo, contemplo,
doy al templo, y lo interior
es todo vicio y error,
como lo dice este ejemplo.
TESEO
Menester es que pensemos
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cómo un hombre se ha de dar
cuando ser uno alcancemos;
que una vida no hay pensar
que por dineros la hallemos.
FINEO
¿Cómo no? Mil hallaréis
440
cuya vida, así a la sorda,
como de un puerco, veréis
que la quieren corta y gorda,
y ésta comprarla podréis.
Aquel que su vida emplea
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sólo en vicios, no repara
en que larga o corta sea,
porque solamente para
en cumplir lo que desea.
Hombre he visto yo tan malo,
450
que por un mes de regalo
seis años de vida vende.
TESEO
Quien esa vida pretende,
a tales bestias le igualo.
ALBANTE
Paréceme a mí, Teseo,
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que para excusar las muertes
de aqueste tributo feo,
se echasen comunes suertes
y se hiciese igual empleo.
TESEO
Dices bien, que, en general,
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todos tendrán esperanza,
y será la ley igual;
que no es ley la que no alcanza
del plebeyo al principal.
FINEO
¡Vive el cielo, que no quede
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hombre en Atenas!
TESEO
Si hará,
pues la ley a nadie excede.
FINEO
Necio está Minos.
ALBANTE
Querrá
vengarse.
TESEO
Vengarse puede.
FINEO
¿No fuera más acertado
470
que este Minos, o cominos,
matara este monstruo airado,
que no por tales caminos
dar a la fama cuidado?
¿Está loco?
ALBANTE
Puede ser.
FINEO
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Hará bien, pues su mujer
ha dado en esta flaqueza;
de aquel toro, en la cabeza
las armas ha de tener.
Y desde hoy queda sabido
480
que por este blanco toro,
el desdichado marido
a quien se pierde el decoro,
queda en toro convertido.
(Vanse, y entran ORANTEO, príncipe de Lesbos, y ARIADNA.)
ARIADNA
No puedo significar
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mi pena con más rigor.
ORANTEO
Yo no me quejo de amor,
que amor no puede agraviar;
de mí me debo quejar,
no por el alto sujeto,
490
mas porque no fui discreto
en amar tan confiado,
causa que nunca ha dejado
de producir tal efeto.
ARIADNA
Si mi padre quiere darme
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a Feniso por marido,
y lo que allá le ha servido
pagarle aquí con matarme,
mejor puedo, yo agraviarme
de la pena que me alcanza
500
por mi necia confianza;
pero, discúlpome luego,
pues le guía, como a ciego,
siempre al amor la esperanza.
Por servicios de la guerra
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me han escrito que me dan
a este fiero capitán,
que toda mi paz destierra;
si Minos, mi padre, yerra,
presto lo dirá el efeto;
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si obedecerle es preceto,
yo le prestaré obediencia;
pero para vuestra ausencia
corta vida me prometo.
No me puedo, resistir,
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aunque no es la causa el miedo;
mas si resistir no puedo,
bien sé que puedo morir.
Sin vos no quiero vivir,
y bien me podéis creer;
520
que aunque mujer, puede ser
porque cuando, tiene amor,
no hay fortaleza mayor
que la más flaca mujer.
ORANTEO
¡Hermosa Ariadna mía,
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como el alba pura, hermosa,
centro del alma dichosa
que por su cielo os tenía!
Ya se acabó mi alegría
y comenzó mi tristeza;
530
que puesto que mi firmeza
vuestros agravios resista,
¿quien vivirá sin la vista
de vuestra rara belleza?
Estoy tan agradecido
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de ver vuestro sentimiento,
que ha crecido mi tormento
y mi obligación crecido;
menos hubiera sentido
en verme en tan triste estado
540
siendo de vos olvidado.
ARIADNA
Luego ¿pésaos de tener
este amor que me deber?
ORANTEO
¿Qué os debo si os he pagado?
Desconciertan mi sentido,
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señora, vuestros conciertos;
siendo los daños tan ciertos
como las nuevas lo han sido;
quien tanto bien ha perdido
en esta injusta mudanza,
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¿en qué tendrá confianza,
quedando en esta ocasión,
quien creyó la posesión,
apenas con la esperanza?
Pero no podrá mi suerte,
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ya que de vos me divida,
quitarme tanto la vida
que se dilate mi muerte;
todos mis males concierte;
que no podrán sus enojos
560
triunfar de tantos despojos
que lleve el tiempo la palma,
pues más os deja en el alma
que os aparta de los ojos.
Fortuna contraria intente
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mostrar en mí su poder,
que no ha de poder hacer
que no os quiera eternamente:
tan dueño seréis ausente,
como siempre lo habéis sido,
570
y por consuelo he tenido,
si le tiene pena igual,
que no ha de hacerme otro mal
después de haberos perdido.
Temores han de matarme
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de que puesto que juréis
que en el alma me tendréis,
estáis cerca de olvidarme,
de cuanto bien pudo darme
quien me puso en tal estado,
580
hoy quedo desobligado,
y de mi dicha quejoso,
pues no fuera yo dichoso
para no ser desdichado.
(Vase.)
ARIADNA
¿Adónde vas amenazando ausencia,
585
dueño del alma venturosa mía?
que no se suele olvidar el que porfía,
porque donde hay memoria no hay paciencia.
Amenaza atrevida la presencia;
mas luego que la vista se desvía,
590
vuelve en su fuerza amor, que a sangre fría
no sabe hacer al gusto resistencia.
Amor, cuando se ha dado por despojos,
no muda la pasión mudando cielos;
que ven las almas si no ven los ojos.
595
Juegan los que aman si lo son desvelos;
mas no se ausente nadie por enojos,
que lo que saca amor vuelven los celos.
(Sale FEDRA, hermana de ARIADNA.)
FEDRA
¿Con ese cuidado estás?
Luego ¿no escuchas la salva
600
que hoy ha hecho el mar al alba?
ARIADNA
En mí a la noche dirás.
Porque, partido Oranteo,
¿qué me puede haber venido
que iguale al bien que he perdido,
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ni satisfaga al deseo?
FEDRA
¿Y si dicen que es el Rey?
ARIADNA
¡Mayor mal si con él viene
Feniso!
FEDRA
Amor nunca tiene
con su misma sangre ley.
ARIADNA
610
¡Ay, Fedra, que no hay consuelo
para tan grave dolor,
porque es la ausencia en amor
un rayo ardiente del cielo!
Que como a un árbol desnuda
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de sus hojas y sus ramas,
y en sus abrasadas llamas
su verde esperanza muda,
así, donde ausencia alcanza,
aunque son sus fuegos hielos,
620
trueca en lo azul de los celos
lo verde de la esperanza.
FEDRA
Pésame de verte ansí;
pero si la fiera ausencia
es del amor resistencia,
625
lo mismo será de ti:
si te olvida, olvidarás.
ARIADNA
Amor juzga lo presente,
y yo presumo que ausente
querré más, penando más.
630
¿Qué voces son éstas?
FEDRA
Creo
que se acerca el Rey.
ARIADNA
Si fuera
mi muerte, mejor viniera
a mi esperanza y deseo.
(Salen MINOS, FENISO, soldados y cajas.)
MINOS
Echad esas banderas por el suelo,
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como conviene a un capitán sin honra.
FENISO
Mira que ofende tu dolor al cielo
en presumir que Júpiter deshonra.
ARIADNA
Si tus hijas te pueden dar consuelo,
padre y señor, su cuello y brazos honra
640
de los que tantos reinos han vencido.
MINOS
Vencido vengo yo, mi honor perdido.
¿Dónde está la cruel?
FEDRA
Tu furia huyendo.
MINOS
Hijas, yo vengo como veis; que es justo
perdone amor si con mi honor le ofendo.
ARIADNA
645
Carece de consuelo tu disgusto.
MINOS
Dejadme aquí mientras venganza emprendo,
de un poderoso no, puesto que injusto;
pero de la cruel que me ha ofendido...
FEDRA
Guárdete el cielo.
MINOS
Aún vida no le pido.
650
¡Hola! ¡Llamadme a Dédalo!
FEDRA
Aquí viene
el mayor arquitecto que respeta
Grecia, ni ha visto el Asia.
DÉDALO
Den los dioses
a tu venida prósperos sucesos.
MINOS
Dédalo amigo, ¿qué sucesos prósperos
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puede esperar un hombre desdichado,
a quien, para consuelo de sus penas,
ponen la culpa al poderoso Júpiter,
y ha sucedido a Marte, que tenía
envidia de mis armas y victorias,
660
tomó venganza, oscureció mis glorias?
¿Has visto acaso el monstruo que ha infamado
la bella, en variar naturaleza,
y aquí tan fea, bárbara y disforme?
DÉDALO
Sí, gran señor.
MINOS
Pues ¿cómo haré una fábrica
665
donde pueda encerrar aquesta fiera,
de tan sutil ingenio y artificio,
que el que entrare una vez salir no pueda?
DÉDALO
Después que me escribiste que tenías
esa intención, y que encerrar querías
670
este monstruo feroz, a quien la fama,
de toro y Minos, Minotauro llama,
yo hice y estudié varios diseños,
y de tantos modelos y artificios
hice elección del que verás presente,
675
que aquí te le tenía prevenido,
para que, si te agrada lo pintado,
quede en madera y piedra ejecutado.
(Corriendo una cortina se vea en un lienzo pintado el Laberinto, y el Minotauro dentro.)
MINOS
¡Por los dioses, que es digno de tu ingenio
Y dime: ¿es de esta suerte el fiero monstruo?
DÉDALO
680
Este, es señor, el monstruo retratado,
aquí ha de estar de aquesta plaza en medio;
esta es la puerta; pero no hay remedio
de hallarla el que una vez por ella entrare.
MINOS
Pues ¡alto! A ejecutalla, insigne Dédalo;
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que a ti te dará fama en todo el mundo
del más supremo e ingenioso artífice,
y a mí del hombre de mayor desdicha.
DÉDALO
Tú verás brevemente en pie la fábrica.
MINOS
Matara el Minotauro; pero temo
690
la ira del gran Júpiter si es suyo;
que para mí, sin diferencia alguna,
es hijo de la envidia y la fortuna.
(Vanse, y salen TESEO y FINEO.)
FINEO
No te quiero consolar.
TESEO
No hay en este mal consuelo.
FINEO
695
Airado tienes el cielo.
TESEO
Hoy me mandan embarcar.
FINEO
¡Que te cupiese la suerte
entre más de seis mil hombres
de tan diferentes nombres!
TESEO
700
¡Fuerte mal! ¡Desdicha fuerte!
FINEO
Si fuera para algún bien,
la suerte se te escondiera.
TESEO
Para bien no me cupiera,
ni me dieran parabién;
705
para mal, y tanto mal,
conmigo acertó mi nombre.
FINEO
¿Cómo permiten que un hombre
tan valiente y principal
vaya a dar pasto a una fiera?
TESEO
710
Porque es república justa,
y no ha de hacer cosa injusta
cuando, más valor tuviera.
Aquí, con justicia igual,
sin que a uno falte, a otro sobre,
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al que es rico y al que es pobre,
se reparte el bien y el mal.
Estos gobiernos difieren
de otros injustos y odiosos,
adonde los poderosos
720
se salen con lo que quieren.
¡Ay del reino en que por fuerza
el pobre ha de padecer,
y el rico hacer y poder
que la ley con él se tuerza!
FINEO
725
No entiendo lo que es justicia;
mas con los que nobles son,
es justo que haya excepción.
TESEO
Debes de hablar con malicia.
FINEO
Esto es cosa natural,
730
puesto que un sabio decía
que en la muerte sólo había
justicia a todos igual.
En fin, ¿te piensas partir
a morir?
TESEO
Si esto conviene
735
a la patria, un noble tiene
obligación de morir.
FINEO
Acompañarte es forzoso,
de tu valor animado.
TESEO
Eres, Fineo, criado
740
leal, noble y animoso.
Por lo menos, si la suerte
para morir me ha cabido,
piadosa conmigo ha sido
en la causa de mi muerte.
745
Vamos, que aguarda la nave,
y el mar bonanza promete.
FINEO
Más que todo se inquiete
con cuantas tormentas sabe...
TESEO
No llegare a salvamento,
750
puesto que es el viento tal.
FINEO
Para caminar al mal,
a nadie ha faltado viento.
(Vanse, y salen ORANTEO y LAURO.)
LAURO
Si no se la pediste,
¿de qué te quejas, que es injusta cosa?
ORANTEO
755
¡En eso no consiste
haber perdido mi querida esposa!
Consiste en las estrellas,
que no importa querer si olvidan ellas,
¡Ay, Lauro! Yo vivía
760
en Creta, de Ariadna enamorado,
esperando que el día
que del gobierno militar cansado
Minos cruel volviera,
de mi esperanza posesión me diera.
765
Escribióle el tirano
que la daba a Feniso en casamiento;
Feniso, a cuya mano
debe su victoriosa fama, a intento
de hacerle rey de Creta,
770
al cetro trasladando la jineta.
Mal hizo, porque Minos
no ignoraba mi amor, ni que desciendo
de los dioses divinos,
y que de Lesbos soy Príncipe.
LAURO
Entiendo
775
que, si allí te aguardaras,
el fin de tu esperanza conquistaras.
ORANTEO
Lauro, si la ha casado,
¿qué esperanza me queda? Yo soy muerto.
¡Plega al cielo que, airado,
780
el mar sorba sus naves en el puerto,
y en las ondas furiosas
derrame las banderas victoriosas!
LAURO
Son cortas maldiciones,
para la grande que del cielo tiene,
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si a contemplar te pones
que a ver un monstruo de deshonra viene.
ORANTEO
Yo he visto en Creta, Lauro,
el fiero y espantoso Minotauro.
En tanto que fabrica
790
el Laberinto, que este nombre llama
al sitio en que le aplica
infamia para él, y eterna fama
para su gran maestro,
Dédalo insigne, en todas artes diestro,
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y en cercos intrincados
se pierden sin poder hallar salida,
a muerte condenados,
los que le sirven de sustento y vida,
yo tendré prevenido
800
el monstruo, de un ejército lucido.
Este, en el Laberinto,
de naves de alto bordo irá a quitalle,
en término sucinto,
la vida que me quitas, y roballe
805
a Feniso la joya,
como a los griegos el ladrón de Troya
Ven, porque demos luego
voz a la fama, lienzo al mar, a Marte
materia, a amor más fuego.
LAURO
810
Ya los consejos son sólo ayudarte.
ORANTEO
Dar consejo al que ama,
es animar con soplos a la llama.
(Vanse, y salen MINOS, ARIADNA, FEDRA, FENISO y DÉDALO.)