Fábrega resiste con la tasa en el 25% hasta que Kicillof recorte el ga
Comercio Exterior

Fábrega resiste con la tasa en el 25% hasta que Kicillof recorte el gasto

 

 

19-05-2014 Fuente iprofesional.  La relación entre titular del BCRA y el ministro de Economía, dos hombres muy cercanos a Cristina, no es la mejor   

 

 La relación entre titular del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, y el ministro de Economía, Axel Kicillof, es cordial en términos personales. En la gestión, hasta ahora cuando aparecieron divergencias se dejaron de lado por imperio de la necesidad, con tal de frenar una fuerte sangría de reservas y una corrida contra el peso entre diciembre y enero.

 

Pero con un clima más estable desde hace cien días, y mientras la economía real paga las consecuencias de la "pax financiera", vuelven a emerger las visiones contrapuestas de los dos hombres que hablan a diario con la presidenta Cristina Kirchner.

 

Por un lado, Kicillof hace suyo el reclamo de la Unión Industrial Argentina (UIA) de que empiecen a reducirse las tasas para que las empresas puedan financiarse barato y mejorar la producción.

 

Pero por el otro, en el Central entienden que más allá de algunas rebajas en el margen, el costo del dinero no puede bajar mucho más allá del 25%. Consideran que sigue siendo negativo si se lo compara con un índice de inflación que ronda el 35%, y además, aseguran que la industria tiene líneas de crédito todavía más baratas a través de planes oficiales de tasas subsidiadas.

 

En este punto es donde se puede definir el futuro del modelo versión 2014. Los economistas coinciden en que la jefa de Estado debe elegir: sostener el ajuste monetario que le permite ir controlando la cotización del dólar (más aún cuando vuelve a empezar a deslizar el tipo de cambio que ayer completó una semana de 1% de devaluación), o relajar el freno de la economía, que ya le pasa factura en términos de consumo y empleo.

 

La tablita que maneja Fábrega es sencilla. El jefe del BCRA devaluará en línea con los niveles oficiales de inflación.

 

Su arma de gestión es no decir cómo lo hará, pero ya les dijo a banqueros y a empresarios que imaginen un dólar oficial a $ 9 o $ 9,50 hacia diciembre. El camino tendrá forma de serrucho, según Perfil.

 

En el directorio del organismo tienen claro que sólo se devaluará menos si ceden los aumentos de precios, y para ello, a contramano del relato y del pensamiento de Kicillof y compañía, piden recorte fiscal para emitir unos $ 30 mil millones menos en el resto del año. Eso es más frío en la economía, y un sapo más grande que deberá tragarse el ministro, salvo que persuada a la jefa de ambos de lo contrario.