Bill Viola: sensatez y sentimientos
De interés general

Bill Viola: sensatez y sentimientos

 

 

14/04/2014 Fuente lanacion. Por primera vez, Francia dedica una retrospectiva al artista estadounidense. En un gesto inédito, el Grand Palais exhibe veinte obras realizadas durante décadas por uno de los pioneros del videoarte, que expuso en 2013 en Buenos Aires su visión contemporánea sobre la vida, la muerte, la trascendencia, el renacimiento y el tiempo

 

PARIS.- La sala de conferencias del Grand Palais repleta de periodistas dice mucho sobre el interés y el aprecio de los franceses por este artista estadounidense. Pionero y referente mundial del videoarte, Bill Viola (Nueva York, 1951) fue detectado y exhibido en Francia desde el principio de su carrera, aunque nunca le habían dedicado una retrospectiva. Hasta hoy. El Grand Palais expone 20 obras -lo que representa 50 pantallas y varias horas de imagen- realizadas desde 1977. Es también la primera vez que la institución, creada hace cinco décadas para exhibir clásicos como Rembrandt, Picasso y Cézanne, le dedica una retrospectiva a un videoartista. Doble estreno para una institución que está cambiando: en los últimos días inauguró una muestra de fotografías de Robert Mapplethorpe.

 

No se ven cables: la escenografía está milimétricamente cuidada para que todo recaiga en las sensaciones frente a cada nueva proyección. Bill Viola se apodera de la tecnología, la hace suya con formatos y técnicas que cambian en cada una de sus obras. Él mismo dice haber nacido con el video, pero sus trabajos no transmiten la sensación de estar mirando una serie avejentada de los años 80 o un viejo VHS. La imagen sigue fresca, y la magia técnica es invisible a los ojos del público. Es la fuerza de su obra, atravesada por sus reflexiones sobre la vida, la muerte, la trascendencia, el renacimiento, el tiempo.

 

Bill Viola estuvo a punto de ahogarse cuando tenía 16 años, y eso lo marcó para siempre. "La muerte es necesaria, me preocupa que se hable de extender la vida. Entiendo que las personas tengan miedo. Yo también lo tuve. Pero durante mi experiencia de casi ahogado vi el más lindo de los mundos, me quería quedar ahí, y nunca más tuve miedo. La humanidad está formada por dos categorías eternas, los que vendrán después de nosotros y los muertos, y por nosotros, los del medio, los que vivimos en este momento del tiempo. Nuestro tiempo es limitado, y por eso la condición humana es tan poderosa", confiesa el artista, quien a mediados del año pasado expuso en el Parque de la Memoria, en Buenos Aires.

 

El desierto y el océano vuelven en varias ocasiones, paisajes de esa California donde Viola, el caótico, vive desde hace 30 años con su mujer Kira Perov, la ordenada. La pareja trabaja en conjunto. "Es un gran artista clásico cuyo trabajo se destaca por su atemporalidad pero también por su universalidad: no es prisionero del espacio-tiempo. No es alguien que está de moda y después deja de estarlo. Aborda temas y formas plásticas que sensibilizan a todos, cualquiera sea la cultura geográfica", analiza en diálogo con adn el curador de la exposición, Jerôme Neutres, quien desde 2010 trabajó junto con la pareja en este proyecto.

 

El estanque que refleja (1977-79) es un video en color de siete minutos donde la imagen se congela en el momento en el que un hombre está a punto de saltar a una pileta. El resto sigue moviéndose. El reflejo del agua se va transformando lentamente y el hombre en forma de bola termina por desaparecer casi sin que el público se dé cuenta.

 

En Nueve intentos de alcanzar la inmortalidad (1996), la proyección en blanco y negro muestra las nueve tentativas de un hombre por mantener la respiración. Dura 18 minutos. El sonido, amplificado, cobra relevancia cuando el hombre ya casi no puede aguantar la respiración y de repente explota, extenuado.

 

Cuatro manos (2001) son cuatro pantallas chicas que enfocan, cada una, un par de manos (las de un joven, las de una mujer y las de un hombre de unos 40 años, y las de una mujer mayor). Filmadas en blanco y negro y con luz baja, las manos se mueven lentamente y con una serie de gestos predefinidos, inspirados en múltiples fuentes, desde mudras búdicos (gesto sagrado hecho con las manos) hasta el lenguaje de las manos del siglo XVII. Los símbolos de estas tres generaciones describen un recorrido cronológico relacionado con los ciclos de la vida humana.

 

El quinteto de los asombrados (2000), retroproyección en color de 15 minutos, hace referencia a las pinturas del Bosco: cinco personajes que representan sus sentimientos en cámara lenta. En Los soñadores (2013), su última obra, que ya forma parte de la colección de François Pinault, siete pantallas alargadas proyectan a siete personas de diferentes edades durmiendo... bajo el agua.