Mankell le da pelea al cáncer: “Yo soy ahora el que va a la ofensiva”
De interés general

Mankell le da pelea al cáncer: “Yo soy ahora el que va a la ofensiva”

 

 

14/02/2014 Fuente revistaenie. En enero, el escritor de novelas policiales reveló que padece la enfermedad. En un diario, el autor sueco describió la incertidumbre sobre su diagnóstico como un “descenso al infierno”.

 

“Después de ser diagnosticado con cáncer a principios de enero, soporté diez largos días de descenso al infierno. Recuerdo ese momento como una niebla, un escalofrío mental estremecedor que de vez en cuando derivó en fiebre imaginaria. Cortos y claros momentos de desesperación. Y toda la oposición que podía movilizar con mi voluntad”. Eso (d)escribió Henning Mankell, el autor sueco que se abrió camino en el mundo literario a través de sus novelas policiales y que el 29 de enero reveló que tiene un tumor en el pulmón izquierdo y otro en una vértebra cervical. Mankell se valió ayer de la columna que, ese mismo día, anunció que publicaría ocasionalmente en el diario sueco Goteborgs-Posten para narrar el derrotero de su enfermedad, y empezó refiriéndose a la espera para conocer los resultados de los análisis que, finalmente, determinaron que el cáncer no había llegado a hacer metástasis en su cerebro.

 

El autor nació en Estocolmo en 1948 y más de una vez tuvo a sus lectores en vilo con la serie de doce títulos que protagonizó su personaje emblema, el inspector Kurt Wallander, en libros como El hombre sonriente, Cortafuegos y Huesos en el jardí n. En algunas de sus novelas –y también en las obras de teatro que publicó–, Mankell, cuya vida migra entre Suecia y Mozambique, ha tratado cuestiones como el hambre y la trata de personas, muchas veces con el continente africano como escenario. Su ensayo de 2008, Moriré, pero mi memoria sobrevivirá, es precisamente una reflexión sobre cómo impactó el sida en ese territorio.

 

Acostumbrado a abordar temas comprometidos con su pluma, esta vez, seguramente la más difícil, la narración (pero sobre todo la lucha) que encara Mankell es la de la enfermedad propia: “Creo que ahora estoy de nuevo al nivel del suelo”, escribió en el periódico sueco, y agregó: “Esta espera puede ser difícil, a veces insoportable: no hay nada que uno pueda hacer al respecto (...) Naturalmente, mientras esperaba, uno se siente indefenso”.

 

“Cuando Eva –su compañera, hija del cineasta Ingmar Bergman– y yo nos sentamos con la Dra. M. y dijo que no habían encontrado nada en mi cerebro, ese fue un momento de gran liberación. Mi cáncer era tan serio como antes, pero la espera – que a veces había sido horrible – había sido recompensada con noticias positivas”, destacó Mankell, que denunció la burocracia que muchas veces retrasa los diagnósticos de pacientes oncológicos, así como la precarización salarial de los profesionales de la salud.

 

“En algunos días, empezará mi tratamiento (...) Comenzará el contraataque contra mis tumores. Para ampliar la imagen militar, se siente como si la caballería fuera a emerger desde el borde del bosque y lanzara un asalto sin cuartel a los enemigos que han invadido mi cuerpo”, aseguró Mankell, y concluyó: “Empieza otro período de espera. Pero a diferencia de hace un mes, yo soy ahora el que va a la ofensiva”. Y no hay metáfora en los términos bélicos.