Lacoste: la historia del "cocodrilo más rentable" y la trama de visión
Comercio Exterior

Lacoste: la historia del "cocodrilo más rentable" y la trama de visión y traición que se tejió en la compañía

 

 

03-09-2013 Todo empezó con René Lacoste, un tenista que supo leer las oportunidades de su época y en 1933 creó una prenda que revolucionó por su estilo elegante sport. Conozca por qué eligió ese particular logo y cómo la firma alcanzó el éxito. ¿Por qué la empresa ya no pertenece a la familia que la creó?

 

Si se ve un pequeño cocodrilo verde bordado en una prenda o impreso en un producto, no caben dudas: se está frente a un Lacoste. Y es que la marca francesa logró que ese ícono la identifique casi sin pensarlo.

 

¿Pero cómo llegó a popularizarse tanto esta casa de ropa y artículos varios? Como todo, hay que remontarse a los comienzos para entender la grandeza de hoy.

 

En el caso de Lacoste, su historia se desarrolla en paralelo al boom del deporte del siglo XX y a la ropa informal que dejó atrás trajes y corsés.

 

Creada originalmente para la élite francesa en la década de los ‘30, hoy en día es un gigante muy rentable con 1.200 boutiques en el mundo y 1.600 millones de euros en facturación (90% proveniente de fuera de Francia), recordó el medio español Cinco Días.

 

Y el nombre clave detrás de este éxito es el del tenista René Lacoste (1904-1996), quien tuvo la idea de fundar la firma en 1933.

 

Una "apodo de la prensa" que inicia un imperio

Su faceta empresaria sorprendió a más de uno, aunque René no era un hombre desconocido en su país. Todo lo contrario, era muy popular en su país por haber ganado tres veces Roland Garros, dos Wimbledon y otros dos US Open.

De hecho, junto a otros tres compatriotas, formaba parte del mítico equipo francés conocido como los mosqueteros. Pero aquí hay un dato clave: a él, particularmente, lo apodaban como "el Cocodrilo". ¿Por qué? El capitán del equipo galo de la Copa Davis le había prometido regalarle una maleta elaborada con la piel de ese animal si ganaba un partido y, ni lenta ni perezosa, la prensa estadounidense empezó a llamarlo así.

 

Fue entonces cuando se dio el primer paso de lo que hoy es un imperio: con sentido del humor, René decidió seguirles el juego y comenzó a salir habitualmente a la cancha con un cocodrilo dibujado en su camisa.

Así, mezclando su profesión con su visión empresaria, René vio una oportunidad incipiente: la de crear prendas deportivas para una sociedad que empezaba a desprenderse de los formalismos y saltaba a las canchas.

 

Su primera apuesta fue una chomba de manga corta, cuello ribete-canalé y tejido de algodón ligero y transpirable a base de petit piqué, a la que -de más está decir- le bordó el ahora mítico cocodrilo. Y fue de este modo como nació el polo Lacoste, conocido como el L12.12 en blanco, que se ha convertido en un símbolo de la moda y del marketing y que se mantiene joven pese a sus 80 años.

 

Esta prenda fue "revolucionaria" además por otro motivo: era la primera vez que una marca estaba visible en la parte exterior, una idea que, desde entonces, ya nadie discute.

 

Asociarse para crecer

Los grandes empresarios tienen en general algo en común: se asocian con los mejores para llevar su visión al siguiente nivel.

 

Y eso fue lo que hizo René, quien para confeccionar las prendas, comenzó a trabajar con André Gillie, un afamado empresario textil de la época.