Entrevista con Carlos de Juan: "el estudio del Bou Ferrer está aportan
Bienes arqueológicos, paleontológicos

Entrevista con Carlos de Juan: "el estudio del Bou Ferrer está aportando una importante información histórica"

 

 

01/11/2014 Fuente mediterraneoantiguo. La arqueología subacuática avanza a buen ritmo en España. En aguas alicantinas se está investigando sobre uno de los pecios más grandes de todo el Mediterráneo, el Bou Ferrer, que más allá de la espectacularidad de las imágenes, está aportando una gran cantidad de información sobre su carga, sobre la construcción de las naves romanas y sobre el comercio en nuestro mar. Mediterráneo Antiguo ha querido repasar estos trabajos con Carlos de Juan, el director de la excavación, que ha atendido amablemente nuetras preguntas.

 

Pregunta - El pecio Bou Ferrer es probablemente el yacimiento que alberga el mayor barco romano en excavación de todo el Mediterráneo. Descríbanos brevemente lo que se ha encontrado hasta ahora.

Respuesta - Efectivamente en estos momentos el Bou Ferrer es el pecio romano de mayor envergadura en fase de excavación en el Mediterráneo y según avanzan las investigaciones quizás podamos asegurar en un futuro no muy lejano que es el pecio en excavación de mayor tonelaje del periodo imperial, sin embargo esta característica en realidad no tiene mayor importancia frente a la información histórica que está aportando su estudio. El Bou Ferrer no es el barco romano más grande conocido por la arqueología naval, ya que el pecio de época republicana de La Madrague de Giens (79 a.C.) excavado en la década de los setenta, es el más grande (a pesar de que el pecio de Albenga pueda ser considerado por algunos de mayor envergadura).

 

Por el momento conocemos que el cargamento principal del Bou Ferrer está formado por un numero entre las 2000 y las 2500 ánforas. Hasta la fecha se ha excavado principalmente en la zona central del barco, la que se corresponde con la manga máxima de la nave en cuya bodega se dispusieron apiladas conformando una retícula posiblemente de cuatro pisos, ánforas gaditanas, siendo el tipo mayoritario las Dr. 11. Todas ellas estuvieron estibadas entre sarmientos de vid para proteger la carga durante el transporte. Las ánforas excavadas, divididas en cuatro grupos tipológicos principales, se encuentran todas ellas impregnadas en su interior con resina para impermeabilizarlas por lo que desde el inicio de las investigaciones se planteó que el contenido fuera muy líquido, barajándose la posibilidad de que fuera algún tipo de salsa de pescado, dato que se corroboró más tarde con el análisis de la ictiofauna conservada dentro en las ánforas. Por el momento se conoce que la base de esta salsa de pescado muy bien elaborada era el boquerón, la caballa y el jurel junto con especies por determinar de mayor tamaño. Rápidamente nos viene a la mente el garum sin embargo por ahora no tenemos ningún dato científico para asegurar que el contenido en las ánforas del Bou Ferrer fuera esta salsa de pescado de máxima calidad. El garum, la muria, el liquamen y el hallec procedentes de la provincia romana de la Bética eran unas de las mercancías más apreciadas de la época, base de la gastronomía romana. La excavación en la zona de la quilla del barco permitió la localización de una serie de lingotes de plomo triangulares procedentes de Sierra Morena (Linares-La Carolina), algo superiores en peso y tamaño a los estándares romanos. La presencia repetida en ellos de una serie de estampillas con el acrónimo IMP AVG GER certifica el timbrado de los lingotes por un agente imperial.

 

Se trata de una marca de propiedad del emperador, augusto y germánico, que sugiere a priori un flete del poder de Roma. Ello abre la puerta a dos hipótesis de trabajo, bien que se trate de un encargo para el mismo emperador y su familia o bien que fuera el Bou Ferrer una nave annonaria, aquellas que participaban de los programas imperiales de abastecimiento de alimentos para la metrópoli. Por el momento, el cruce de los datos conocidos sitúan el naufragio del barco en torno a la mitad del s. I d.C. entre los reinados de Calígula, Claudio y Nerón. Por último queremos destacar que bajo el cargamento de ánforas se conserva en excepcional estado la obra viva del barco en madera. El estudio de la arquitectura naval del pecio Bou Ferrer tiene mucho interés para investigación ya que hasta la fecha, han sido varios los pecios del s. I d.C. excavados por la escuela francesa en las costas de Córcega, relacionados con el transporte marítimo de alimentos procedentes de la Bética con destino principalmente hacia la metrópoli Roma u otros grandes puertos de la Península Itálica Central y Meridional, como pueden ser por ejemplo los pecios de Sud-Perduto 2, Sud-Lavezzi 2 o Lavezzi 1.

 

Sin embargo por diversas razones de profundidad o conservación, no contamos con información relevante sobre la arquitectura naval de ninguno de las naves comparables con el Bou Ferrer, tan solo conocemos algunos detalles que se han podido observar a partir de la documentación fotográfica, por lo que el desconocimiento de los grandes mercantes del Alto Imperio es elevado. Por ello el Bou Ferrer se presenta como una oportunidad para la investigación. Para la época Republicana podemos destacar por su importancia los datos sobre la arquitectura naval de pecios como La Madrague de Giens, Dramont A  o Titan y para el s. II d.C. destacamos pecios como Saint Gervais 3, Tiboulen de Maïre o La Bourse sin embargo para el s. I d.C. la ausencia de datos sobre los grandes mercantes es completa en la bibliografía.

 

Pregunta - ¿Con qué dificultades se encuentra el arqueólogo subacuático?

Respuesta - La principal dificultad lógicamente es tener que desarrollar la investigación bajo del agua. Ello obliga no solo a dominar completamente las técnicas del buceo, el trabajo en el medio marino y la metodología propia para la excavación subacuática, sino que además todo ello ha de realizarse con tiempos de permanencia en el fondo limitados en función de la profundidad. Cuando la visibilidad es reducida y el clima marítimo no acompaña, el trabajo se complica exponencialmente.

 

Pregunta - ¿Cuál es la composición del equipo que está trabajando en el pecio?

Respuesta - En el pecio trabajamos un grupo muy pequeño de arqueólogos subacuáticos y un especialista en imagen, pero no estamos solos, ya que aparte hay todo un equipo consolidado participando en el proyecto de investigación. En tierra contamos con el equipo de virtualización del patrimonio de la Universidad de Alicante y todo el personal técnico de Vilamuseu. La asociación y colaboración de varias instituciones en el proyecto hace que sea posible la investigación en este gran velero mercante del periodo romano. Participan la Dirección General de Cultura de la Generalitat Valenciana, junto con la Universidad de Alicante y su Fundación General, el Vilamuseu y su Ayuntamiento y el Club Náutico de Villajoyosa.

 

 

 Pregunta - Como la arqueología en tierra, imagino que la labor del arqueólogo subacuático continúa más allá de las profundidades marinas ¿cuál es el proceso que siguen las piezas encontradas en un yacimiento de este tipo?

Respuesta - La cerámica si está bien cocida como es el caso de las ánforas del pecio Bou Ferrer, no conlleva mayores problemas de conservación y tratamiento, más allá de la obligatoria desalación para evitar que con el paso del tiempo los cristales de sal puedan deteriorar las piezas. Las ánforas, tras llegar a superficie son trasladadas a los almacenes del Museu de La Vila, donde se combina la desalación por el procedimiento de ósmosis, junto con el vaciado y cribado de su contenido. Por lo que hace referencia a los lingotes de plomo, éstos no son tampoco problemáticos y el personal del museo se encarga de limpiezas mecánicas para eliminarles parte de la concreción marina que puedan llevar adherida. Por último, la madera y demás material orgánico, lleva un proceso completamente independiente mediante la consolidación por saturación en politienglicol de diversos pesos moleculares y la liofilización. Por el momento no hemos planteado la extracción de material orgánico por la problemática que ello conlleva, si bien en un futuro no muy lejano llegará el momento de abordar esta cuestión.  

 

 

Una de las inscripciones que está aportando información histórica de gran importancia para las investigaciones. Foto: José Antonio Moya 

Pregunta - ¿Hasta cuándo tienen previsto seguir trabajando en la zona y qué objetivos se han planteado?

Respuesta - Seguiremos excavando en el pecio hasta que se haya obtenido respuestas a todas las cuestiones de partida que justificaban la intervención arqueológica en pecio. Nuestro objetivo no es sacar ánforas del fondo del mar, sino obtener datos que nos permitan saber más sobre el comercio marítimo del periodo, las producciones anfóricas, las salsas y salsamentas, así como sobre la arquitectura naval de este gran mercante.

 

Impresionante acumulación de ánforas del pecio. Foto: José Antonio Moya 

Pregunta - ¿Cuál es su valoración sobre la situación actual de la arqueología subacuática en España?

Respuesta - La arqueología subacuática española ha evolucionado mucho en las pasadas dos décadas y se han dado pasos muy importantes, tanto a nivel científico como en la gestión del Patrimonio Cultural Subacuático si nos comparamos con los países mediterráneos, muchas veces en un contexto mucho más complicado que éstos. Creo que hay un muy buen análisis de la situación, con las luces y sombras de la disciplina en el Libro Verde.

 

Autor

 Mario Agudo Villanueva