Con islas artificiales China desafía la primacía de EE.UU. en Asia
Comercio Exterior

Con islas artificiales China desafía la primacía de EE.UU. en Asia

 

 

11/06/2015 Fuente cronista. A pesar de las advertencias de Washington, Beijing continúa construyendo muelles, puertos y hasta aeropuertos en pequeñas islas en el Mar del Sur de China

 

Están pasando cosas extrañas en el Mar del Sur de China. En los últimos 18 meses, Beijing ha construido más de 800 hectáreas de tierras sobre varios arrecifes y rocas sumergidos que convirtió en "islas" completamente desarrolladas. Sus esfuerzos para hacerse del control de las mismas eclipsan los que hacen otros países, especialmente Filipinas y Vietnam, que también reclaman las Islas Spratly.

 

China además está montando muelles, puertos y edificaciones de varios pisos. En el arrecife Fiery Cross Reef, en las Islas Spratly, construyó una pista de 3 kilómetros para aviones militares a disposición de Beijing.

 

El derroche de actividad hizo sonar las alarmas. Este mes en un discurso en Tokio, Benigno "Noynoy" Aquino, presidente de las Filipinas, comparó la actividad de China con la anexión de Checoslovaquia por parte de la Alemania nazi. Ashton Carter, secretario de Defensa norteamericano, aseguró que las acciones chinas "no están en sintonía" con las normas internacionales. EE.UU., dijo, "volará, navegará y operará" donde el derecho internacional se lo permita. Explícitamente negó que el acto de "convertir una roca sumergida en un aeródromo" confiera derechos de soberanía o restrinja el derecho de otras naciones de transitar por mar o aire. China y los otros países, dijo, deberían de inmediato cesar todo tipo de reclamo de tierras.

 

La pregunta es qué va a hacer Norteamérica al respecto. La respuesta concisa sería "no mucho". EE.UU. sigue volando aviones militares cerca de las islas nuevas. Junto a otras naciones están intensificando la cooperación militar en un esfuerzo por demostrar un frente unido. Sin embargo, el programa chino de reclamos de islas siguió adelante a buen ritmo. Las palabras de Carter sonaron como la "línea roja" del presidente Barack Obama en Siria. Si Beijing sigue desafiando a Washington, saldrá a la luz la verdad: EE.UU. habla fuerte pero actúa poco.

 

¿Por qué le resulta tan difícil actuar a Washington? Por un lado, si bien las acciones de Beijng quizá no tengan espíritu de cooperación, tampoco son totalmente ilegales. Filipinas y Vietnam también reclaman tierras. China simplemente lo hizo a escala industrial. Y el reclamo de China por las Spratlys no es totalmente espurio, aseguran los expertos legales. Es cierto que las islas están más cerca de Filipinas, Vietnam y Malasia, tres de los otros reclamantes (junto con Brunei). Pero la proximidad no siempre es determinante tal como puede atestiguar Argentina en relación con su disputa con el Reino Unido por las Islas Malvinas. China obviamente no está amenazando la libertad de navegación. Sí busca restringir la actividad militar dentro de las aguas territoriales reclamadas. Eso puede contravenir el derecho internacional, si bien la Convención de la ONU sobre la Ley del Mar sostiene que la actividad militar –como la vigilancia– debería llevarse a cabo con "debida consideración" de los derechos de estado costero pertinente. Lo que China claramente está probando es su esfuerzo por ampliar esas restricciones a las islas artificiales. Cuando hace poco EE.UU. voló un avión P-8 Poseidon cerca de una isla nueva, la marina china le ordenó retirarse.

 

Otra vez habría que saber qué es lo que EE.UU. estaría dispuesto a hacer. Dice que está analizando enviar buques de guerra dentro de las 12 millas de las nuevas creaciones chinas. Después de esa amenaza, bien podría sentirse obligado a cumplirla. China, sin embargo, no es incapaz de responder. Podría mandar sus propios buques de guerra. Si realmente quiere subir la apuesta, podría declarar una zona de identificación de defensa aérea sobre todo o parte del Mar del Sur de China, lo que teóricamente obligaría a los aviones que ingresan a reportar su presencia a Beijing.

 

Si China y EE.UU. se disputan quién es más valiente, la sospecha es que China tiene más estómago para pelear. China busca desafiar la "primacía" estadounidense en la región. Xi Jinping quiere un nuevo tipo de "relación de grandes potencias" que le otorgue a Beijing un mayor respeto –y poder– en Asia. Eso no amenaza la primacía global de EE.UU., pero sí en Asia, donde China quiere ser tratada como un igual, al menos.