La cifra de muertos en el terremoto de Nepal asciende a 3.600
De interés general

La cifra de muertos en el terremoto de Nepal asciende a 3.600

 

 

27/04/2015 Fuente elpais. Unicef calcula que el seísmo ha dejado a cerca de un millón de niños afectados

 

El balance de víctimas por el terremoto de intensidad 7,8 que el sábado golpeó Nepal ha ascendido la mañana de este lunes a 3.617 muertos y 6.538 heridos, según informa The Guardian, que cita fuentes policiales. La lluvia que cayó durante la noche, la falta de comunicaciones y de medios y las réplicas del seísmo complican la búsqueda de supervivientes y la atención a los heridos. Unicef ha advertido de que hay cerca de un millón de niños afectados que necesitan ayuda urgentemente.

 

Las autoridades del país intentan desesperadamente rescatar a los supervivientes de entre los escombros y atender a los miles de heridos. Muchos de ellos esperaban a ser tratados en las polvorientas calles de Katmandú, debido a la insuficiencia de medios y saturación de los hospitales. “Tantos los centros médicos públicos como los privados están saturados y están atendiendo a los pacientes en la calle”, alerta el embajador de Nepal en India.

 

 

Teléfonos de emergencia

 

El Ministerio de Asuntos Exteriores ha facilitado dos direcciones de correo electrónico y dos teléfonos para las "personas afectadas o que puedan tener afectados entre sus allegados". Los teléfonos son: (91)1141293000 y (91)9810174160. Las direcciones de correo son emb.nuevadelhi@maec.es y unidaddecrisis@maec.es.

 

El país ha declarado el estado de emergencia nacional y el primer ministro, Sushil Koirala, que regresó precipitadamente la pasada noche de un viaje oficial a Indonesia, ha pedido la colaboración de todos los ciudadanos y ha instado a no perder la calma pese a las fuertes réplicas que continúan sacudiendo el terreno. Este domingo se registró un nuevo movimiento de 6,3 grados.

 

El seísmo causó el colapso de muchos edificios de la capital, sobre todo en el extrarradio, donde se encuentran los barrios más pobres. De los que quedan en pie, muchos tienen graves problemas de estabilidad. Algunos ciudadanos intentan levantar los escombros con sus propias manos. Otros acuden a donar la sangre que requieren desesperadamente unos hospitales desbordados y donde, según testigos presenciales, ya no hay espacio donde colocar a los muertos. Las comunicaciones se han visto gravemente afectadas y el funcionamiento de los teléfonos y de internet es, cuando menos, esporádico. Los cortes en el suministro eléctrico que ya padece el país de modo crónico se han agudizado.

 

Uno de los grandes problemas potenciales en Katmandú es la falta de agua potable. El suministro de agua corriente ha dejado de funcionar y la embotellada ya escasea. Hay también temor a que puedan extenderse las enfermedades contagiosas.

 

Varios países se han movilizado para apoyar a las autoridades nepalíes enviando equipos de rescate y asistencia así como alimentos, pero el esfuerzo humanitario avanza con grandes dificultades. La intensa lluvia se suma a las carreteras cortadas y a las deficiencias estructurales.

 

En el Everest, los equipos de rescate continúan evacuando en helicóptero a los montañeros atrapados en la montaña más alta del mundo, según cuenta el escalador rumano Alex Gavan, que se encuentra en el campamento base.

 

En India el balance de muertos a causa del seísmo es de 62, mientras que otras 20 personas han fallecido en la región china de Tíbet. Ambos países han anunciado el envío de personal y ayuda humanitaria para intentar aliviar la situación, en medio de los esfuerzos de los equipos de rescate por localizar a más supervivientes.

 

El terremoto del sábado, que arrasó el densamente poblado valle de Katmandú y que provocó una avalancha mortal en el Everest, ha sido el de mayor magnitud en casi 80 años en Nepal, desde que en 1934 un seísmo causó unos 8.500 muertos. También es el peor que ha vivido la región en una década desde que en 2005 un movimiento telúrico causara una tragedia de grandes dimensiones en la Cachemira, con un balance de más de 84.000 muertos.