El Amor Enamorado 5. Quinta entrega
Fuente Artelope. Autor Lope de Vega
FEBO
Esto le advierto:
respete mi laurel, que ya corona
césares, capitanes y poetas.
2000
¿Cómo no habla? ¿Cómo no blasona?
CUPIDO
Vete, Febo, por Dios, que mis saetas
te han vengado de mí; las que tiraba
se vuelven a mi pecho.
FEBO
¿Cómo ha sido?
O ¿quién te hurtó las flechas del aljaba?
2005
Ya soy tu amigo: cuéntame, Cupido,
tan grande novedad, que te prometo
sentir tus penas y guardar secreto.
CUPIDO
¿Piensas, Febo, que el alma no te miro?
¿Ahora vienes a engañarme, Febo?
FEBO
2010
De verte amar me admiro:
¿no eres tú Amor? ¡Qué prodigioso y nuevo
portento, amar Amor quien no le quiere!
¡Llorad, pastores, que el Amor se muere!
CUPIDO
¡Basta, Febo, no más; ya estás vengado!
FEBO
2015
Cuantos males me has hecho, me has pagado.
Ahora, ingrato Amor, verás quién eres,
pues que, siendo el Amor, de amores mueres.
¡Con qué traición mirabas,
con qué crueldad herías!
2020
¡Paga, villano Amor, el mal que has hecho!
Las saetas trocabas,
y a Dafne me rendías,
en cuya nieve se abrasó mi pecho;
ya quedo satisfecho
2025
de todos mis agravios
con verte, Amor, rendido;
mira de hoy más, Cupido,
cómo hieres los dioses y los sabios,
que tantas maldiciones
2030
alcanzaron castigo a tus traiciones.
(Vase.)
CUPIDO
¿Qué tal venganza he dado?
Aves, fieras, pastores,
venid a ver a Amor enamorado;
y dí los pasadores,
2035
el arco y la cadena,
a la bella Sirena;
ella mata de amores,
ella sola es amor, ella enamora;
della os guardad, pastores, desde ahora;
2040
que ya no soy Cupido,
sino el Amor, que fue de amor vencido.
(Sale VENUS.)
VENUS
Amor, ¿de qué te lamentas?
CUPIDO
De mí mismo, aunque acertara
cuando de ti me quejara,
2045
que verme sin honra intentas.
¿Vienes a ver mis afrentas,
por dicha?
VENUS
Debes de estar
loco.
CUPIDO
Pudiera el pesar
enloquecerme de triste,
2050
porque tú sola pudiste
al Amor enamorar.
VENUS
Pues ¿estáslo, Amor, de mí?
CUPIDO
Yo siempre de ti lo estoy,
mas hoy que venganza doy
2055
al mundo, no fue por ti.
VENUS
¿Quieres bien?
CUPIDO
Señora, sí;
y tú lo sabes mejor.
VENUS
Mientes, Amor, que en rigor,
por tus ardientes castigos
2060
¿quién tiene más enemigos
en cielo y tierra que Amor?
¿Nunca has visto en una voz
la gente de algún lugar
juntarse para matar
2065
un fiero animal feroz,
que contra su furia atroz,
de que a todos parte alcanza,
cuál con dardo, cuál con lanza,
cuál con alabarda sale,
2070
porque entre todos iguale
al agravio la venganza?
Pues esto han hecho, contigo
los dioses, y yo pudiera,
pues no hay en Tesalia fiera
2075
como tú fuiste conmigo;
Marte en el cielo testigo,
como Adonis en el suelo:
pero puesto que recelo
la causa, dime quién es,
2080
para ayudarte después
a pedir piedad al cielo.
CUPIDO
Dulce madre mía,
Lucero el mayor,
que del cielo esmalta
2085
su azul pabellón;
divino planeta,
celeste esplendor,
prólogo del día,
preludio del sol,
2090
a quien por benigna,
Júpiter le dio
del tercero cielo
la jurisdicción:
yo tuve con Febo,
2095
cuando, cazador,
con valiente brazo
dio muerte a Fitón,
la cuestión que sabes,
de que procedió
2100
el laurel de Dafne
con alma y sin voz,
quejóse a los dioses,
llamóme traidor;
no sé cuál de todos
2105
a todos vengó.
Hay una serrana,
destos valles flor,
gloria de su aldea,
de su prado honor,
2110
basilisco en vista,
humano y feroz,
ángel en belleza,
fiera en condición.
Nunca con tal risa
2115
las hojas abrió
la rosa al rocío
del primero albor,
cuando Abril la esmalta
del rojo arrebol,
2120
que ocultaba el Marzo
en verde botón:
parece que el cielo
jazmines tomó
para hacer al rostro
2125
cándido color.
Si pintar quisiera
tanta perfección,
recibiera agravio
su eterno pintor.
2130
Quien mira su brío,
dice con razón
que la primavera
por allí pasó.
Yo la vi una fiesta
2135
que al valle salió;
no sé qué me dijo,
prestéla atención;
que el oír al ver
siempre fue veloz.
2140
Miróme al descuido,
cuidado me dio;
que en viendo los ojos,
¡ay del corazón!
Reparando en ella,
2145
un helado ardor
discurrió mis venas
y la alma llegó.
Pregunté la causa
del nuevo vigor,
2150
respondióme el alma,
madre, que era yo;
de suerte, señora,
que yo mismo soy
el amor que tengo,
2155
pues muero de amor.
Nunca su ponzoña
al áspid mató,
como a mí me mata
mi propio dolor;
2160
del aljaba pienso
que se me cayó,
yendo a recostarme,
algún pasador,
y por este lado
2165
de suerte me hirió,
que Amor, que era uno,
se ha partido en dos,
a cuanto le digo,
me responde: «No»,
2170
porque todos dicen
que quiere un pastor;
como es igual suyo
presto se rindió,
que amores iguales
2175
verdaderos son;
tales partes tiene,
que celoso estoy;
que hay gustos que dejan
por un hombre, un dios.
2180
Ella viene, madre,
voyme de temor;
dile que me quiera
si tu hijo soy,
de mí no se queje
2185
ningún amador,
yo renuncio el arco,
madre, desde hoy;
Sirena le tenga,
que al Amor venció;
2190
madre, ya soy celos,
ya no soy Amor.
(Vase.)
(Salen SIRENA y SILVIA.)
VENUS
Con justa razón se queja
Amor. ¡Qué gentil mujer!
Mas necia debe de ser
2195
si un dios por un hombre deja,
que implica contradicción
ser amor y no le amar.
SILVIA
De hoy más te puedes llamar
vengadora, y con razón,
2200
de las mujeres que amaron
y que mal pagadas fueron
pues que tus ojos rindieron
a quien a tantos negaron:
notable dicha has tenido.
SIRENA
2205
Silvia, yo no estoy contenta,
porque, cuando el Amor sienta
que por Alcino le olvido,
querrá, con desconfianza,
vengarse en los dos celoso.
SILVIA
2210
No hará; que en un poderoso
es bajeza la venganza.
Si un hombre de gran fortuna
dos mil virtudes tuviese,
como vengativo fuese,
2215
no tiene virtud ninguna;
que es ofensa del valor
el no saber perdonar.
SIRENA
Dirá Amor que es castigar
mi amor porque es dios de amor.
2220
Ve, Silvia, y llámame a Alcino,
hable con mi padre luego,
que Amor, de sí mismo ciego,
podrá hacer un desatino;
casémonos, que después
2225
él me guardará mejor.
SILVIA
Yo voy.
SIRENA
¿Qué me quiere Amor?
Si es amor, lo mismo es
querer a quien he querido.
VENUS
A verte sola esperaba,
2230
menos arrogante y brava,
más amor, menos olvido;
la madre del Amor soy,
Sirena, a quien tratas mal.
SIRENA
Yo, planeta celestial,
2235
en tu misma esfera estoy;
no soy ninfa de Diana,
ni sus ejercicios sigo
por estas selvas.
VENUS
No digo
que no procedes humana
2240
en querer a quien te quiere,
pero no de mejorarte,
pudiendo en más alta parte,
tu injusto desdén se infiere;
si mi Cupido te adora,
2245
¿cómo ofendes su deidad
con ajena voluntad?
SIRENA
Antes presumo, señora,
que le ofendiera en mudarme,
pues siendo amor verdadero,
2250
en sabiendo que a otro quiero,
podrá su ley castigarme.
VENUS
¿Serás la primer mujer
que a dos en un tiempo quiera?
SIRENA
Seré la mujer primera
2255
que a entrambos pueda querer;
el amor ha de ser uno,
esto bien lo sabéis vos,
porque la que quiere a dos,
no quiere bien a ninguno.
VENUS
2260
Poco sabes del papel
del amoroso teatro,
porque a dos, a tres y a cuatro
puede entretenerse en él.
SIRENA
Entretener no es amar.
VENUS
2265
Pues no ames y entretén.
SIRENA
Quiero bien, y querer bien
nunca dio tanto lugar;
que a la mujer que es dichosa
en querer quien la ha querido,
2270
no le ha de quedar sentido
para querer otra cosa.
VENUS
Muchos galanes, señora,
acreditan la hermosura.
SIRENA
La mujer que honor procura
2275
sin buena fama, no es buena.
VENUS
Nunca la verdad se infama;
la virtud ha de vencer.
SIRENA
¿Qué virtud puede tener
quien no tiene buena fama?
VENUS
2280
A la virtud que es segura,
no ofenden injustos nombres.
SIRENA
En habiendo muchos hombres,
es oficio la hermosura.
VENUS
¡Qué bachillera cansada!
SIRENA
2285
Obrar bien no es hablar mal.
VENUS
Métete monja vestal.
SIRENA
¿Para qué si estoy casada?
VENUS
No has de gozar lo que quieres.
(Vase.)
SIRENA
Será injusto tu rigor,
2290
o enemigos del honor,
mujeres para mujeres:
¡Qué consejos de una diosa!
¡Cuántas se pierden ansí!
(Voces de pastores, con silbos y estallidos de hondas.) (Dentro.)
¡Aquí, pastores, aquí!
SIRENA
2295
De todo estoy temerosa.
(Dentro.)
¡Al lobo, al lobo, pastores!
(Salga BATO con pellejo de lobo atado al pescuezo, que le cubre las espaldas, y la cabeza metida por la suya.)
BATO
¡Qué desdicha! ¡Muerto vengo!
¿Adónde podré esconderme?
SIRENA
¡Ay, triste! Una fiera veo:
2300
¿Por adónde podré huir?
BATO
Por Dios, Sirena, te ruego
que me defiendas.
SIRENA
Él habla:
¡cielos, qué animal tan fiero!
Sátiro o fauno, ¿qué quieres?
2305
¿Tan presto te vengas, Venus?
BATO
Que no soy sastre ni macho.
SIRENA
¿Eres centauro?
BATO
¡Eso es bueno!
¿Yo cigarro?
SIRENA
Pues ¿quién eres?
¡Ay, Dios!
BATO
Un lobo moderno,
2310
que aun no estoy examinado.
SIRENA
¿Lobo? ¡Socorredme, cielos!
Venus le envía a matarme.
BATO
¿Qué viernes o qué embeleco?
Mírame bien, que yo soy;
2315
¿tengo, por dicha, otro gesto
del que tuve siendo Bato?
SIRENA
¡Ay, Bato! Perdona el miedo:
¿Podré tentarte la cara?
Él es, ¿qué dudo?
BATO
¿Tan presto
2320
me desconoces, Sirena?
SIRENA
El temor, Bato, es tan ciego,
que cree lo que imagina;
pero dime, ¿quién te ha puesto
desta suerte?
BATO
Amor, Sirena.
SIRENA
2325
¿Tú tienes amor?
BATO
¿No tengo
mis diez y nueve sentidos,
sin los demás movimientos?
¿No sabes que quiero a Silvia?
Díjome que por secreto
2330
viniese en forma de lobo;
que hay vecino que del sueño
se quitan por acechar
si hay en la calle requiebro.
Yo, Sirena, que no estaba
2335
ducho a ser lobo, el pellejo
que ves le quité a Diana,
porque me lo dijo Febo.
La Diosa, con el enojo,
cuando las cabañas entro,
2340
solicitó los pastores
de valles, montes y cerros:
juntáronse contra mí;
yo, como era lobo nuevo
y no sabía el oficio,
2345
en cuatro pies iba huyendo;
pero como no sabía,
apenas en pie me vieron,
huyeron, imaginando
que fuese algún dios mostrenco;
2350
porque hay en Arcadia tantos
que ya nos damos con ellos,
pues solamente no es dios
el que no tiene dinero.
De pedradas, finalmente,
2355
y mordeduras de perros,
que por poco me mataran,
tal he quedado, que creo
que soy lobo, y así voy
a llevarle su pellejo
2360
y pedir que me perdone;
que Amor, autor de embelecos,
tuvo la culpa de todo.
SIRENA
Él viene, y viene a buen tiempo:
pídele, Bato, justicia
2365
de Silvia.
BATO
Ya no me atrevo;
que como andan estos dioses
con tantos enojos, temo
que me convierta en gazapo,
o por ventura en vencejo;
2370
y conozco un arcabuz
que está en tirallos tan diestro,
que ha despoblado los aires,
y no se halla uno dellos
por un ojo de la cara:
2375
pues si en toro me convierto,
sin que lo sepa la muerte,
dará conmigo en el suelo.
(Vase.)
(Sale CUPIDO.)
CUPIDO
¡Oh, bellísima Sirena!
No sin causa tan amenos
2380
hallé los prados de Arcadia,
que obedientes florecieron
a la estampa de tus pies.
Pienso que mi madre Venus
habló ya contigo.
SIRENA
Aquí
2385
me dijo tu pensamiento;
yo le respondí que amaba
y que, amando, fuera yerro
culpable amar otro amor.
Dilo tú como maestro
2390
de amar, y como quien es
el legislador y dueño
desta universal razón;
di que sin culpa me siento,
pues tú fuiste quien de Alcino
2395
me enamoró; mas yo quiero
quererte si tú me das
la libertad para hacerlo.
Desenamórame, Amor.
CUPIDO
Si soy Amor, cómo puedo
2400
ser desamor? Ese oficio
hace la ausencia, los celos
o la ingratitud.
SIRENA
Pues todo
te ofrece el mismo remedio;
cánsate de verme ingrata,
2405
y pues celoso te veo
de Alcino, auséntate, Amor;
mas ¿cómo ignoras, con serlo,
que amor con amor se cura?
Quiere bien otro sujeto:
2410
podrá desenamorarte.
CUPIDO
Toma tú el mismo consejo,
y enamórate de mí:
verás cómo olvidas luego
a Alcino.
SIRENA
No puede ser,
2415
si no me quitas primero
el amor que tú me diste.
(Salen SILVIA y ALCINO.)
ALCINO
Mucho, Silvia, le agradezco
que quiera que hable a su padre;
que temo algún mal suceso
2420
como el de Dafne, que hoy lloran
con turbias aguas Peneo
y el Príncipe de Tesalia,
que emprendió su casamiento.
SILVIA
Ella, que te adora, Alcino,
2425
quiere poner tierra en medio
con casarse; que este Amor
anda en perseguirla necio,
cuanto ella en aborrecerle
discreta.
ALCINO
Detente. ¡Ay, cielo!
2430
¿No es Cupido aquel? ¡Ay, Silvia,
qué buen aborrecimiento!
(Amor y SIRENA juntos.)
SILVIA
Sí, pero yo diferencio
el hablar por accidente
de haber sido por conciertos.
ALCINO
2435
No, Silvia, en la selva solos;
si del mismo Amor no tengo
celos, ¿de quién quieres, Silvia,
que tenga en el mundo celos?
SIRENA
Amor, Alcino está allí;
2440
que no le demos, te ruego,
celos; que te doy palabra
de amarte en llegando el tiempo
de llevar a la montaña
el ganado, pues con esto
2445
y su ausencia habrá lugar.
CUPIDO
El capítulo primero
de amar, es obedecer;
yo me voy, y te obedezco.
(Vase.)
ALCINO
No sé cómo acierte a hablarla.
SIRENA
2450
Nunca tuve más deseo
de verte, mi Alcino.
ALCINO
Aparta
los brazos, detén el pecho;
que si en él ha entrado amor,
¿cómo podrán estar dentro
2455
dos amores? Muchos años
le goce; que yo no emprendo
competencia con los dioses:
ni soy Tifón ni Japeto.
SIRENA
¿Qué dices? ¿Estás en ti?
ALCINO
2460
En ti no estoy, que es lo cierto;
ni en mí, que, si en mí estuviera,
nunca viera lo que veo,
con los ojos no hay engaño;
adiós, que al monte me vuelvo:
2465
si bajare al prado, plega...
SIRENA
Bueno está sin juramento;
vete, pues gustas, Alcino,
de tratar con tal desprecio
a quien deja un dios por ti.
ALCINO
2470
¿Tú le dejas?
SIRENA
Yo le dejo.
ALCINO
¿Cómo, si le tienes?
SIRENA
¿Yo?
SILVIA
Buenos andáis de conceptos;
ea, Alcino, habla a Sirena.
ALCINO
¿Que la hable yo primero?
SILVIA
2475
Quédate ahí como él plega;
que se está el cielo riendo
de los amantes perjuros:
Sirena, no des con esto
venganza a Amor, da los brazos
2480
a Alcino.
SIRENA
¿Quién, yo primero?
SILVIA
¡Que venganzas tiene Amor
tan tiernas!
SIRENA
Yo no me vengo.
ALCINO
Pues si yo también me enojo.
SIRENA
Pues confiese, como es cierto,
2485
que yo no he tenido culpa.
ALCINO
Que soy tu esclavo confieso,
y que mis brazos te doy.
SIRENA
¡Ay, Alcino! ¡Ay, Dios! ¡Ay, muero!
(Estará de pies SIRENA en la trampa del teatro, y al abrazarse los dos, se hundirá SIRENA.)
ALCINO
¡Oh, Júpiter soberano!
2490
Sirena, Sirena, ¿quién
te lleva?
(Dentro SIRENA.)
SIRENA
¡Alcino!
ALCINO
¡Mi bien!
Pero ¿qué te llamo en vano?
SILVIA
¡Qué desdicha! Por aquí
se entró.
ALCINO
Seguiréla yo.
(Salga una fuente de agua hacia arriba.)
SILVIA
2495
En agua se convirtió.
ALCINO
Lo mismo será de mí,
Sirena del alma mía;
agua son ya tus despojos,
pues hechos fuentes mis ojos,