Antoni Gaudí 2. Segunda y última entrega
Biografía

Antoni Gaudí 2. Segunda y última entrega

 

De interés general. 

 

 

 

Fuente Wikipedia. Vitrina para la Guantería Esteban Comella.

 

En mayo de 1878 diseñó Gaudí una vitrina para la Guantería Esteban Comella, que fue expuesta en el pabellón español de la Exposición Universal de París de ese año. Fue esta obra la que atrajo la atención del empresario Eusebi Güell, de visita en la capital francesa; quedó tan impresionado que a su retorno quiso conocer a Gaudí, empezando entonces una larga amistad y colaboración profesional, siendo Güell el principal mecenas de Gaudí y patrocinador de muchos de sus grandes proyectos.

 

El primer encargo que Güell realizó a Gaudí, ese mismo año, fue el diseño del mobiliario para la capilla-panteón del Palacio de Sobrellano en Comillas, que estaba entonces construyendo Joan Martorell, el maestro de Gaudí, por encargo del marqués de Comillas, suegro de Güell. Gaudí diseñó un sillón, un banco y un reclinatorio: el sillón estaba forrado de terciopelo, rematado por dos águilas con el escudo del marqués; el banco destaca por el relieve de un dragón, proyectado por Llorenç Matamala; el reclinatorio tiene decoración en bajorrelieve de formas vegetales.

 

 

Farmacia Gibert.

 

También en 1878 realizó unos planos para un teatro en la antigua localidad de Sant Gervasi de Cassoles (hoy día un barrio de la ciudad condal); Gaudí no intervino en la posterior construcción del teatro, actualmente desaparecido. Al año siguiente diseñó los muebles y mostrador de la Farmacia Gibert, con marquetería de influencia árabe. Ese mismo año efectuó cinco dibujos para una cabalgata en homenaje al poeta Francesc Vicent Garcia i Torres en Vallfogona de Riucorb, localidad en la que fue párroco este célebre escritor del siglo XVII, amigo de Lope de Vega. El proyecto de Gaudí giraba en torno al poeta glorificado y a distintos aspectos del trabajo en el campo, como la siega o la recogida de la uva y la aceituna; sin embargo, a causa de problemas organizativos del certamen, la idea de Gaudí no se llevó a cabo.

 

Entre 1879 y 1881 realizó el proyecto de decoración de la iglesia de Sant Pacià, perteneciente al Colegio de Jesús-María de Sant Andreu del Palomar: realizó el altar de estilo gótico, la custodia de influencia bizantina, el mosaico y la iluminación, así como el mobiliario del colegio. Incendiada la iglesia en la Semana Trágica de 1909, en la actualidad sólo persiste el mosaico, de “opus tesselatum”, probable obra del mosaicista italiano Luigi Pellerin.

 

 Para estas mismas religiosas se encargó de la decoración de la iglesia del Colegio de Jesús-María de Tarragona (1880-1882): realizó el altar en mármol blanco italiano, y su parte frontal, o antipendio, lo dispuso con cuatro columnas que exhibían medallones de alabastro polícromo, con figuras de ángeles; el ostensorio, de madera dorada, obra de Eudald Puntí, decorado con rosarios, ángeles, los símbolos del Tetramorfos y la paloma del Espíritu Santo; y la sillería del coro, destruida en 1936.

 

En 1880 hizo un proyecto de iluminación eléctrica para la Muralla de Mar de Barcelona, que finalmente no fue llevado a cabo. Habría consistido en ocho grandes farolas de hierro, profusamente decoradas con motivos vegetales, frisos, escudos y nombres de batallas y de almirantes catalanes. Ese mismo año participó en el concurso para la construcción del Casino de San Sebastián (actual Ayuntamiento), que finalmente ganaron Luis Aladrén Mendivi y Adolfo Morales de los Ríos; Gaudí presentó un proyecto que era síntesis de varios estudios suyos anteriores, como el proyecto de fuente para la plaza Cataluña o el de patio para la Diputación Provincial.

 

Un nuevo encargo de los Güell-López para Comillas fue el de una glorieta para la visita del rey Alfonso XII a la localidad cántabra en 1881. Gaudí diseñó un pequeño templete con forma de turbante de influencia hindú, recubierto de mosaico y decorado con una gran profusión de pequeñas campanillas que producían un constante repique musical. Posteriormente fue instalado en los Pabellones Güell.

 

 

Dibujo de Gaudí para la fachada de la Catedral de Barcelona según el proyecto de Joan Martorell (1882).

 

En 1882 realizó para su antiguo maestro, Joan Martorell, el proyecto para un monasterio benedictino y una iglesia dedicada al Espíritu Santo en Villaricos (Cuevas del Almanzora, Almería). Era de planta neogótica, parecida al convento de las Salesas que Gaudí proyectó igualmente con Martorell. Finalmente no se llevó a cabo, y los planos del proyecto fueron destruidos en el saqueo de la Sagrada Familia en 1936. Ese mismo año recibió el encargo para construir un pabellón de caza y unas bodegas en una finca llamada La Cuadra, en Garraf (Sitges), propiedad del magnate Eusebi Güell. Finalmente el pabellón no se llevó a cabo, construyéndose tan sólo las bodegas unos años más tarde.

 

Con Martorell colaboró igualmente en esas fechas en otros tres proyectos: la iglesia del Colegio de los Jesuitas de la calle Caspe, donde intervino como delineante; el convento de las Salesas del Paseo de San Juan, proyecto neogótico con altar en el centro del crucero; y el proyecto de fachada para la Catedral de Barcelona, según concurso convocado por el cabildo catedralicio en 1882, ganado finalmente por Josep Oriol Mestres y August Font i Carreras.

 

La colaboración de Gaudí con Martorell fue determinante para que éste recomendase a Gaudí para la Sagrada Familia. El famoso templo gaudiniano fue idea de Josep Maria Bocabella, fundador de la Asociación de Devotos de San José, para lo que adquirió una manzana completa del Eixample barcelonés. En principio se encargó del proyecto el arquitecto Francisco de Paula del Villar y Lozano, que planeó la construcción de una iglesia de estilo neogótico, iniciándose las obras en 1882. Sin embargo, al año siguiente Villar renunció por desavenencias con la junta constructora, y el encargo pasó a manos de Gaudí, que reformó por completo el proyecto –salvo la parte ya construida de la cripta–. Gaudí emplearía el resto de su vida en la construcción del templo, que será la síntesis de todos sus hallazgos arquitectónicos, culminando en su etapa final.

 

Etapa orientalista

 

 

Casa Vicens.

 

En estos años Gaudí realiza una serie de obras de marcado gusto oriental, inspiradas en el arte del Próximo y Lejano Oriente (India, Persia, Japón), así como en el arte islámico hispánico, principalmente el mudéjar y nazarí. Gaudí emplea con gran profusión la decoración en azulejo cerámico, así como los arcos mitrales, cartelas de ladrillo visto y remates en forma de templete o cúpula.

 

Entre 1883 y 1888 construyó la Casa Vicens, encargo del corredor de bolsa Manuel Vicens i Montaner. Está estructurada en cuatro niveles o plantas, con tres fachadas y un amplio jardín, con una fuente monumental de ladrillo formada por un arco parabólico encima del cual había un paso entre columnas. La casa se cerraba con un muro de cerca con un reja de hierro colado, decorada con hojas de palmito, obra de Llorenç Matamala. Los muros de la casa son de mampostería alternada con filas de azulejo, que reproduce unas flores amarillas propias de la zona; la casa se remata con chimeneas y unas torres en forma de templetes. En el interior destacan los techos de vigas de madera policromada, adornados con temas florales de "papier maché"; los muros tienen esgrafiados de motivos vegetales, así como pinturas obra de Josep Torrescasana; por último, el suelo es de mosaico romano de "opus tesselatum". Una de las estancias más originales es el fumadero, donde destaca el techo en forma de cielo raso decorado con mucarnas árabes, que recuerdan el Generalife de la Alhambra de Granada.

 

 

El Capricho, en Comillas.

 

El mismo año de 1883 Gaudí hizo un proyecto de capilla del Santísimo Sacramento para la iglesia parroquial de San Félix de Alella, así como unos planos topográficos de la finca Can Rosell de la Llena en Gelida, y recibió el encargo de un hotelito anexo al Palacio de Sobrellano, del marqués de Comillas, en la homónima localidad cántabra. Conocido como El Capricho, fue encargado por Máximo Díaz de Quijano y construido entre 1883 y 1885. La dirección de las obras corrió a cargo de Cristòfor Cascante i Colom, compañero de estudios de Gaudí. De estilo oriental, tiene planta alargada, con tres niveles y una torre cilíndrica en forma de alminar persa, revestida completamente de cerámica. El acceso presenta cuatro columnas y arcos adintelados, con capiteles decorados con pájaros y hojas de palmito, como en la Casa Vicens. El salón principal destaca por un amplio ventanal con ventanas de guillotina, y dispone de un fumadero cubierto por falsas bóvedas de estuco de estilo árabe.

 

 

Pabellones Güell.

 

Gaudí realizó un segundo encargo para Eusebi Güell entre 1884 y 1887, los Pabellones Güell de Pedralbes. Güell tenía una finca en Les Corts de Sarrià, unión de dos terrenos conocidos como Can Feliu y Can Cuyàs de la Riera. El arquitecto Joan Martorell había construido un palacete de aire caribeño, derribado en 1919, en cuyo lugar se construyó el Palacio Real de Pedralbes. Gaudí recibió el encargo de reformar la casa y construir un muro de cerca y los pabellones de portería. Realizó el muro de mampostería con varias puertas de entrada, la principal con una reja de hierro en forma de dragón, con una simbología alusiva al mito de Hércules y el Jardín de las Hespérides. Los pabellones constan de caballeriza, picadero y portería: la caballeriza es de base rectangular, cubierta con bóveda tabicada con forma de catenaria; el picadero es de base cuadrada, con una cúpula de perfil hiperboloidal, rematada por un templete; la portería consta de tres pequeñas edificaciones, la central de planta poligonal y cúpula hiperbólica, y otras dos más pequeñas de planta cúbica. Las tres están rematadas por unos ventiladores en forma de chimeneas recubiertas de cerámica. La obra está realizada con ladrillo visto de diversas tonalidades entre el rojo y el amarillo, y recubierta de cristal de colores; en ciertas secciones utilizó también bloques prefabricados de cemento. Actualmente los Pabellones son sede de la Real Cátedra Gaudí, de la Universidad Politécnica de Cataluña.

 

En 1885 Gaudí recibió de parte de Josep Maria Bocabella, el promotor de la Sagrada Familia, el encargo para un altar situado en el oratorio de la familia Bocabella, al haber obtenido licencia del Papa de poder tener un altar en su domicilio privado. El altar es de caoba, con barnizado de laca, con una losa de mármol blanco en el centro para las reliquias. Tiene decoración vegetal y varios motivos religiosos, como las letras griegas alfa y omega, símbolo del principio y el fin, frases del Evangelio e imágenes de San Francisco de Paula, Santa Teresa de Jesús y la Sagrada Familia; se cierra con una cortina con un crismón bordado. Su confección corrió a cargo del ebanista Frederic Labòria, que también colaboró con Gaudí en la Sagrada Familia.

 

 

Palacio Güell, detalle de la entrada.

 

Poco tiempo después Gaudí recibió un nuevo encargo del conde Güell, la construcción de su casa familiar, en la calle Nou de la Rambla de Barcelona. El Palacio Güell (1886-1888) sigue la tradición de las grandes casas señoriales catalanas como las de la calle Montcada. Gaudí diseñó una entrada monumental con unas magníficas puertas de arcos parabólicos y rejas caladas de hierro forjado, ornamentadas con el escudo de Cataluña y un yelmo con un dragón alado, obra de Joan Oñós. Destaca el recibidor interior, que tiene una altura de tres plantas; es el núcleo central del edificio, ya que está rodeado por las principales estancias del palacio, y destaca por su cubierta con doble cúpula de perfil paraboloide en el interior y cónico en el exterior, solución típica del arte bizantino. En la tribuna de la fachada Gaudí empleó un original sistema de arcos catenarios y columnas con capiteles hiperboloidales, estilo no empleado ni anterior ni posteriormente a Gaudí. Diseñó con esmero el interior del palacio, con una suntuosa decoración de estilo mudéjar, donde destacan los techos con artesonados de madera y hierro. En el tejado destacan las chimeneas, de formas geométricas, recubiertas de cerámica de vivos colores, así como la alta aguja en forma de linterna que supone el remate exterior de la cúpula del salón central, hecha igualmente de cerámica y rematada con una veleta de hierro.

 

 

Pabellón de la Compañía Trasatlántica (1888).

 

Con motivo de la Exposición Universal celebrada en el Parque de la Ciudadela de Barcelona en 1888, Gaudí construyó el pabellón de la Compañía Trasatlántica, propiedad del marqués de Comillas, en la Sección Marítima del certamen. Lo realizó en estilo nazarí granadino, con arcos de herradura y decoración de estuco; subsistió hasta la apertura del Paseo Marítimo de Barcelona en 1960. Con motivo de tal evento recibió de parte del Ayuntamiento de Barcelona el encargo de la restauración del Salón de Ciento y de la Escalera de Honor de la Casa de la Ciudad, junto con la realización de un sillón para la Reina Regente; del proyecto sólo se llevó a cabo el sillón que el alcalde Francesc Rius i Taulet regaló a la reina.

 

Período neogótico

 

 

Colegio de las Teresianas.

 

En esta etapa Gaudí se inspiró sobre todo en el arte gótico medieval, el cual asume de forma libre, personal, intentando mejorar sus soluciones estructurales. El neogótico fue en aquella época uno de los estilos historicistas de mayor éxito, sobre todo a raíz de los estudios teóricos de Viollet-le-Duc. Gaudí estudió con profundidad el gótico catalán, balear y rosellonés, así como el leonés y el castellano en sus estancias en León y Burgos, llegando al convencimiento de que era un estilo imperfecto, a medio resolver. En sus obras elimina la necesidad de contrafuertes mediante el empleo de superficies regladas, y suprime cresterías y calados excesivos.

 

Un primer exponente será el Colegio de las Teresianas (1888-1889), en la calle Ganduxer de Barcelona, encargo de San Enrique de Ossó. Gaudí cumplió la voluntad de la orden de reflejar austeridad en el edificio, en cumplimiento del voto de pobreza; siguiendo las indicaciones de las religiosas proyectó un edificio sobrio, realizado en ladrillo por fuera, y con algunos elementos de ladrillo por dentro. También incorporó a la fachada rejas de hierro forjado, uno de sus materiales preferidos, y la coronó con un conjunto de almenas que sugieren un castillo, posible alusión a la obra de Santa Teresa El castillo interior. En los ángulos de la fachada figuran unos pináculos de ladrillo con una columna helicoidal culminada con la cruz de cuatro brazos, típica de las obras de Gaudí, y con unos escudos de cerámica con diversos símbolos definitorios de la orden teresiana. En el interior existe un pasillo que es famoso por la sucesión de arcos catenarios que contiene.

 

Estos arcos de líneas elegantes no son meramente decorativos, sino que tienen la función de sostener el techo y la planta superior. Gaudí utilizó el arco en parábola como elemento constructivo idóneo, capaz de aguantar pesos elevados mediante perfiles poco gruesos.

 

 

Palacio Episcopal de Astorga.

 

El siguiente encargo lo recibió Gaudí de parte de un clérigo amigo de su Reus natal, Joan Baptista Grau i Vallespinós, que al ser nombrado obispo de Astorga encargó a Gaudí la construcción de un Palacio Episcopal para aquella ciudad, ya que recientemente se había incendiado el edificio anterior. Construido entre 1889 y 1915, es de aire neogótico, con una planta articulada con cuatro torres cilíndricas, rodeada por un foso. La piedra en la que está construido (granito gris de la comarca de El Bierzo) es respetuosa con el entorno, en especial con la catedral que se encuentra en la inmediata vecindad, así como también con la naturaleza, que en la Astorga de finales del siglo XIX estaba más presente que en la actualidad. El pórtico de entrada tiene tres grandes arcos abocinados, hechos con sillares separados entre sí por contrafuertes inclinados. La estructura del edificio se sustenta en pilares con capiteles decorados y en bóvedas de crucería sobre arcos ojivales de cerámica vidriada. Se remata con un almenado de estilo mudéjar. Gaudí abandonó el proyecto en 1893, a la muerte del obispo Grau, por desavenencias con el Cabildo, siendo terminado en 1915 por Ricardo García Guereta. Actualmente es Museo de los Caminos.

 

 

Casa Botines en León.

 

Otro proyecto de Gaudí fuera de Cataluña fue la Casa de los Botines, en León (1891-1894), encargo de Simón Fernández Fernández y Mariano Andrés Luna, comerciantes de tejidos leoneses, que recibieron la recomendación de Gaudí de parte de Eusebi Güell, con el que trataban en sus negocios. El proyecto de Gaudí fue un impresionante edificio de estilo neogótico, resuelto con su inconfundible estilo modernista.

 

El edificio sirvió para albergar en sus plantas bajas los despachos y almacenes del negocio de tejidos, y disponía al mismo tiempo de viviendas en las plantas superiores. La construcción se realizó con muros de sólida cantería caliza, dispuesta en forma de almohadillado. El edificio está flanqueado por cuatro torres cilíndricas rematadas con elevadas agujas de forma cónica, hechas de pizarra, y rodeado de un foso con reja de forja. Las ventanas son de guillotina, con voladizos inclinados para retener la nieve, muy frecuente en el invierno leonés. La fachada es de estilo gótico, con arcos lobulados, y tiene un reloj y una escultura de San Jorge y el dragón, obra de Llorenç Matamala. En la actualidad es la sede de Caja España.

 

 

Proyecto de Misiones Católicas Franciscanas de Tánger, en una tarjeta postal remitida por Gaudí a Mariano Andrés, dueño de la Casa Botines, en 1893. Se aprecia el plano de la fachada, a escala 1/100, y de la planta, a escala 1/500.

 

En 1892 recibió Gaudí de parte de Claudio López Bru, segundo marqués de Comillas, el encargo para unas Misiones Católicas Franciscanas para la ciudad de Tánger, en Marruecos (por aquel entonces una colonia española). El proyecto consistía en un conjunto compuesto por iglesia, hospital y escuela, y Gaudí concibió una estructura de planta cuadrilobulada, en forma de cinco cruces potenzadas (seña de los misioneros franciscanos de Marruecos), con arcos catenarios y torres de perfil parabólico, con ventanas hiperboloidales. Finalmente el proyecto no se llevó a cabo, cosa que Gaudí lamentó profundamente, guardando siempre consigo el boceto que realizó del conjunto. Pese a todo, este proyecto le influyó para las obras de la Sagrada Familia, especialmente en el diseño de las torres, de perfil parabólico como en las Misiones.

 

Bodegas Güell.

 

 

Torre Bellesguard.

 

Para la familia Güell proyectó en 1895 una capilla funeraria para el monasterio de Montserrat, obra irrealizada de la que se conocen pocos datos. Ese año por fin se iniciaron las obras de las Bodegas Güell, del antiguo proyecto de 1882 para un pabellón de caza y unas bodegas en la finca La Cuadra de Garraf (Sitges), propiedad de Eusebi Güell. Construidas entre 1895 y 1897 bajo la dirección de Francesc Berenguer, ayudante de Gaudí, las bodegas tienen un perfil frontal triangular, con cubiertas de gran verticalidad con pronunciadas pendientes de losas de piedra, rematadas por un juego de chimeneas y dos puentes que la unen al antiguo edificio. Tiene tres plantas: la baja para cochera, la vivienda y una capilla cubierta con bóveda catenaria, con el altar en el centro. El conjunto se completa con un pabellón portería, donde destaca la puerta de forja, con forma de red de pesca.

 

En el término municipal de Sant Gervasi de Cassoles (hoy día un barrio de Barcelona), Gaudí recibió el encargo, de parte de la viuda de Jaume Figueras, de reformar la Torre Bellesguard (1900-1909), antiguo palacio de veraneo del rey Martín I el Humano. Gaudí hizo un proyecto neogótico, respetando al máximo el edificio anterior; como siempre, procuró integrar la arquitectura en el marco natural circundante, por lo que efectuó la construcción con la piedra pizarrosa del lugar. El edificio es de planta cuadrada de 15 x 15 metros, con los vértices orientados a los cuatro puntos cardinales. Construido con piedra y ladrillo, tiene mucha más proyección vertical, ayudado por una torre troncocónica coronada con la cruz de cuatro brazos, junto a la bandera catalana y una corona real. La casa dispone de sótano, planta baja, planta noble y desván, con techo de cuatro aguas.

 

Etapa naturalista

 

 

Casa Calvet.

 

En este periodo Gaudí perfecciona su estilo personal, inspirándose en las formas orgánicas de la naturaleza, poniendo en práctica toda una serie de nuevas soluciones estructurales originadas en los profundos análisis efectuados por Gaudí de la geometría reglada. A ello añade el arquitecto una gran libertad creativa y una imaginativa creación ornamental. Partiendo de cierto barroquismo sus obras adquieren gran riqueza estructural, de formas y volúmenes desprovistos de rigidez racionalista o de cualquier premisa clásica.

 

Por encargo de la razón social Hijos de Pedro Mártir Calvet, Gaudí construyó la Casa Calvet (1898-1899), en la calle Caspe de Barcelona. La fachada es de piedra de sillería de Montjuïc, adornada con balcones de hierro forjado y rematada por dos frontones, coronados con cruces de hierro de forja. Destaca asimismo en la fachada la tribuna del piso principal, decorada con motivos vegetales y mitológicos. En este proyecto Gaudí utilizó un cierto estilo barroco, visible en el uso de columnas salomónicas, la decoración con temas florales y el proyecto de azotea con cascada y maceteros de aire rococó. Por esta obra ganó en 1900 el premio al mejor edificio del año otorgado por el Ayuntamiento de Barcelona.

 

Una obra casi desconocida de Gaudí es la Casa Clapés (1899-1900), en la calle Escorial 125, encargo del pintor Aleix Clapés, que colaboró en alguna ocasión con Gaudí, como en la decoración del Palacio Güell y de la Casa Milà. Tiene planta y tres pisos, de muros revocados y balcones de hierro colado. Por su falta de decoración o de soluciones estructurales originales se ignoró la autoría de Gaudí hasta 1976, fecha en que se hallaron los planos firmados por el arquitecto. En 1900 reformó la casa del doctor Pere Santaló, en la calle Nou de la Rambla 32, obra igualmente de escasa importancia. Santaló era amigo de Gaudí, al que acompañó en su estancia en Puigcerdà en 1911, y fue el que le recomendó hacer trabajos manuales para su reumatismo.

 

 

Puerta de la Finca Miralles.

 

También en 1900 diseñó dos estandartes: el del Orfeó Feliuà (de Sant Feliu de Codines), confeccionado en latón, cuero, corcho y seda, con motivos ornamentales basados en el martirio de San Félix (una rueda de molino), en la música (un pentagrama y una clave de sol) y la inscripción “Orfeó Feliuà”; y el de la Virgen de la Misericordia de Reus, para la peregrinación de los reusenses residentes en Barcelona, que presenta una imagen de Isabel Besora, la pastora a la que se le apareció la Virgen en 1592, obra de Aleix Clapés y, en el reverso, una rosa y la bandera de Cataluña. Precisamente, del Santuario de la Virgen de la Misericordia de Reus hizo Gaudí ese mismo año un anteproyecto para la reforma de la fachada principal de la iglesia, que finalmente no se llevó a término, ya que la junta del Santuario lo consideró oneroso. Este rechazo sentó muy mal a Gaudí, dejándole cierto resquemor hacia Reus, pudiendo ser el origen de su afirmación posterior de ser Riudoms su lugar de nacimiento. Entre 1900 y 1902 Gaudí trabajó en la Casa Miralles, encargo del industrial Hermenegild Miralles i Anglès; Gaudí sólo diseñó el muro de cerca y la puerta de acceso, hechos de mampostería de formas onduladas, con puerta de hierro rematada con la cruz de cuatro brazos. Posteriormente, la casa del señor Miralles fue obra de Domènec Sugrañes, arquitecto colaborador de Gaudí.

 

 

Parque Güell.

 

El principal proyecto de Gaudí a principios del siglo XX fue el Parque Güell (1900-1914), nuevo encargo de Eusebi Güell para construir una urbanización residencial al estilo de las ciudades-jardín inglesas. El proyecto no tuvo éxito, ya que de 60 parcelas en que se dividió el terreno sólo se vendió una. Pese a ello, se construyeron los accesos al parque y las áreas de servicios, desplegando Gaudí todo su genio arquitectónico y poniendo en práctica muchas de sus innovadoras soluciones estructurales que serán emblemáticas de su estilo organicista y que culminarán en la Sagrada Familia. El Parque Güell se sitúa en la llamada Montaña Pelada, en el barrio del Carmelo de Barcelona. Era un paraje abrupto, con fuertes desniveles que Gaudí sorteó con un sistema de viaductos integrados en el terreno. El acceso al parque tiene dos edificios, destinados a portería y administración, rodeados de un muro de mampostería y cerámica vidriada policromada.

 

Estos pabellones de entrada son muestra de la plenitud gaudiniana, con cubiertas de bóvedas catalanas en forma de paraboloide hiperbólico. Pasados los pabellones se encuentra un escalinata que conduce a los niveles superiores, decorada con unas fuentes esculpidas donde destaca el dragón, que se ha convertido en símbolo del parque y uno de los más reconocidos emblemas de Gaudí. Esta escalinata conduce a la Sala Hipóstila, que habría servido de mercado de la urbanización, hecha con grandes columnas de orden dórico. Encima de esta sala se encuentra una gran plaza en forma de teatro griego, con el famoso banco corredizo revestido de cerámica troceada (“trencadís”), obra de Josep Maria Jujol. La casa de muestra del parque, obra de Francesc Berenguer, fue residencia de Gaudí de 1906 a 1926, y actualmente acoge la Casa-Museo Gaudí.

 

 

La Resurrección de Jesús, Primer Misterio de Gloria del Rosario Monumental de Montserrat.

 

En esta época Gaudí colaboró en un interesante proyecto colectivo, el Rosario Monumental de Montserrat (1900-1916). Ubicado en el camino a la Santa Cueva de Montserrat, se trataba de una serie de grupos escultóricos que evocaban los misterios de la Virgen que se rezan en el Rosario. En este proyecto intervinieron los mejores arquitectos y escultores de la época, y es una singular muestra del modernismo catalán. Gaudí proyectó el Primer Misterio de Gloria, que aludía al Santo Sepulcro, con una estatua de Cristo resucitado, obra de Josep Llimona, y el grupo de las Tres Marías esculpido por Dionís Renart. Otro proyecto monumental ideado por Gaudí para Montserrat no se llegó a realizar: habría consistido en coronar el Cavall Bernat (uno de los picos de la montaña) con un mirador en forma de corona real, incorporando a la pared un escudo de Cataluña de veinte metros de altura.

 

En 1901 realizó Gaudí la decoración de la casa de Isabel Güell López, marquesa de Castelldosrius, hija de Eusebi Güell. Sita en la calle Junta de Comerç 19, la casa había sido construida en 1885 y reformada entre 1901 y 1904; la casa fue destruida por una bomba durante la Guerra Civil.122 Al año siguiente intervino Gaudí en la decoración del Bar Torino, propiedad de Flaminio Mezzalana, sito en Paseo de Gracia 18; Gaudí diseñó la ornamentación del Salón Árabe de dicho establecimiento, confeccionada con losetas de cartón prensado y barnizado, de estilo árabe (hoy desaparecido).

 

Un proyecto de gran interés para Gaudí fue la restauración de la Catedral de Santa María de Palma de Mallorca (1903-1914), por encargo del obispo de esa ciudad, Pere Campins i Barceló. Gaudí proyectó una serie de actuaciones como desmontar el retablo barroco del altar mayor, dejando a la vista la cátedra episcopal, desplazar el coro del centro de la nave y situarlo en el presbiterio, dejar expedita la capilla de la Trinidad, colocar nuevas cantorías y púlpitos, decorar la catedral con iluminación eléctrica, descegar los ventanales góticos de la Capilla Real y dotarlos de vidrieras, situar un gran baldaquino sobre el altar mayor y completar la decoración con pinturas. Las obras las dirigió Joan Rubió i Bellver, ayudante de Gaudí, interviniendo también Josep Maria Jujol y los pintores Joaquín Torres García, Iu Pascual y Jaume Llongueras. Gaudí abandonó el proyecto en 1914 por divergencias con el cabildo catedralicio.

 

 

Casa Batlló.

 

Uno de los mayores encargos y de las obras más emblemáticas de Gaudí fue la Casa Batlló (1904-1906). Encargo de Josep Batlló i Casanovas para reformar un edificio anterior de Emili Sala Cortés de 1875,124 Gaudí se centró en la fachada, el piso principal, el patio de luces y la azotea, y levantó un quinto piso para el personal de servicio. Para esta obra contó con la colaboración de sus ayudantes Domènec Sugrañes, Joan Rubió y Josep Canaleta. La fachada se hizo con piedra arenisca de Montjuïc, tallada según superficies regladas en forma alabeada; las columnas tienen forma ósea, con representaciones vegetales. Gaudí conservó la forma rectangular de los balcones del edificio anterior –con barandillas de hierro con forma de antifaz–, dando al resto de la fachada una forma ondulada en sentido ascendente. Asimismo revistió la fachada con cerámica de pedazos de cristal de varios colores ("trencadís"), que Gaudí obtenía en los desechos de la vidriería Pelegrí. El patio interno se cubrió con una claraboya de cristal sostenida por una estructura de hierro con forma de doble T, que apoya en una serie de arcos catenarios. En la azotea destacan las chimeneas de formas helicoidales y rematadas por sombreretes cónicos, revestidas de vidrio transparente en su parte central y de cerámica en la superior, y rematadas por unas bolas de cristal transparente rellenas de arena de distintos colores. Culmina la fachada una bóveda formada por arcos catenarios cubiertos con dos capas de ladrillo, recubierta con cerámica vidriada en forma de escamas (en tonos amarillo, verde y azul), que recuerda el lomo de un dragón; en la parte izquierda hay una torre cilíndrica con los anagramas de Jesús, María y José, y con la cruz gaudiniana de cuatro brazos.

 

En 1904, por encargo del pintor Lluís Graner, realizó el proyecto de decoración de la Sala Mercè, en la Rambla de los Estudios, uno de los primeros cines de Barcelona; la sala imitaba una gruta, inspirándose en las Cuevas del Drach de Mallorca. También para Graner diseñó un chalet en la Bonanova, del que sólo se construyó los cimientos y la puerta principal, con tres aperturas: para personas, carruajes y pájaros; el edificio habría tenido una estructura semejante a la Casa Batlló o a la portería del Parque Güell.

 

 

El chalet de Catllaràs (1905), en La Pobla de Lillet.

 

El mismo año construyó el Taller Badia, para Josep y Lluís Badia Miarnau, herreros y forjadores colaboradores de Gaudí en varias de sus obras, como las casas Batlló y Milà, el Parque Güell y la Sagrada Familia; sito en la calle Nàpols 278, era un edificio de líneas sencillas, hecho de mampostería (hoy desaparecido). En esas fechas diseñó también un pavimento hidráulico de baldosas de forma hexagonal para la Casa Batlló, aunque finalmente no se colocaron en esa ubicación y se reaprovecharon para la Casa Milà; eran de color verde y estaban decoradas con un alga, un caracol y una estrella de mar. Esta baldosa fue elegida posteriormente para pavimentar el Paseo de Gracia barcelonés.

 

Igualmente en 1904 construyó el chalet-refugio de Catllaràs, en La Pobla de Lillet, para la fábrica de cemento Asland, propiedad de Eusebi Güell. Tiene una estructura simple pero muy original, con forma de arco apuntado, con dos tramos de escaleras semicirculares para conducir a los dos pisos superiores. En esta misma localidad realizó entre 1905 y 1907 los Jardines de Can Artigas, en la zona llamada Fuente de la Magnesia, por encargo del industrial textil Joan Artigas i Alart; intervinieron en esta obra operarios que habían trabajado en el Parque Güell, realizando un proyecto parecido al del famoso parque barcelonés.

 

 

Jardines de Can Artigas, en La Pobla de Lillet.

 

En 1906 hizo el proyecto del puente sobre el Torrente de Pomeret, entre Sarrià y Sant Gervasi. Este torrente se encontraba precisamente entre dos obras de Gaudí, la Torre Bellesguard y el Chalet Graner, por lo que pidieron al arquitecto un estudio para salvar el desnivel: Gaudí proyectó una interesante estructura compuesta de triángulos yuxtapuestos que sostendrían el entramado del puente, siguiendo el estilo de los viaductos que había realizado en el Parque Güell. Se habría construido de cemento, y habría tenido una longitud de 154 metros y una altura de 15 metros; la barandilla estaría recubierta de azulejo, con una inscripción dedicada a Santa Eulalia. El proyecto no fue aprobado por el Ayuntamiento de Sarrià.

 

El mismo año intervino al parecer en la torre Damià Mateu, en Llinars del Vallés, en colaboración con su discípulo Francesc Berenguer, si bien no está clara la autoría del proyecto o en qué grado intervino cada uno. El estilo del edificio evoca las primeras obras de Gaudí, como la Casa Vicens o los Pabellones Güell; tenía una reja de entrada en forma de red de pescar, actualmente instalada en el Parque Güell. La casa fue demolida en 1939. También en 1906 diseñó un nuevo estandarte, esta vez para el Gremio de Cerrajeros y Herreros, para la procesión de Corpus Christi de 1910 en la Catedral de Barcelona. Era de color verde oscuro, con el escudo de Barcelona en el borde superior izquierdo, y una imagen de San Eloy, patrón del gremio, con instrumentos típicos del oficio. La bandera fue quemada en julio de 1936.

 

Casa Milà.

 

Otro de los mayores encargos y una de las obras más elogiadas de Gaudí será la Casa Milà, más conocida como La Pedrera (1906-1910), encargo de Pere Milà i Camps. Gaudí concibió la casa alrededor de dos grandes patios de forma curvilínea, con una estructura de pilares de piedra, ladrillo y hierro colado, y entramados de jácenas de hierro. Toda su fachada está realizada en piedra calcárea de Villafranca del Panadés, salvo la parte superior que está cubierta de azulejos blancos, evocando una montaña nevada. Posee un total de cinco plantas, más un desván –realizado en su totalidad con arcos catenarios– y la azotea, así como los dos grandes patios interiores, uno de planta circular y otro de planta oval. En la azotea destacan las salidas de escalera, rematadas con la cruz de cuatro brazos, así como las chimeneas, recubiertas de cerámica con unas formas que sugieren yelmos de soldados. La decoración interior corrió a cargo de Josep Maria Jujol y los pintores Iu Pascual, Xavier Nogués y Aleix Clapés. La fachada habría estado rematada por un grupo escultórico de piedra, metal y cristal con la Virgen del Rosario rodeada de los arcángeles Miguel y Gabriel, de 4 metros de altura. Se hizo un boceto a cargo del escultor Carles Mani, pero debido a los sucesos de la Semana Trágica de 1909 se abandonó el proyecto.

 

 

Boceto del Hotel Atracción, dibujo de Joan Matamala.

 

Con motivo del séptimo centenario del nacimiento del rey Jaime I Gaudí proyectó en 1907 un monumento en su memoria. Se habría situado en la Plaza del Rey, y habría supuesto también la reforma de los edificios adyacentes: nuevo techo para la catedral, así como la culminación de sus torres y cimborio; colocación de tres jarrones sobre los contrafuertes de la Capilla de Santa Águeda, dedicados a las advocaciones de las letanías lauretanas (Vas Spirituale, Vas Honorabile y Vas Insigne Devotiones), así como la figura de un ángel sobre el campanario de la capilla; por último, abrir una gran plaza junto a la muralla (actual Plaza de Ramón Berenguer el Grande). El proyecto no se realizó porque no gustó al consistorio barcelonense.

 

En 1908 Gaudí concibió un proyecto irrealizado para un gran hotel-rascacielos en Nueva York, el Hotel Atracción, encargo de dos empresarios estadounidenses de los que se desconoce el nombre. Habría tenido 360 metros de altura (más que el Empire State), con un cuerpo central más alto de forma paraboloide, rematado con una estrella, y flanqueado por cuatro cuerpos de edificio dedicados a museos, galerías de arte y auditorios, con formas parecidas a la Casa Milà. En el interior, habría tenido cinco grandes salones superpuestos, uno dedicado a cada continente.

 

 

Proyecto original de la iglesia de la Colonia Güell.

 

El último proyecto para su gran mecenas, Eusebi Güell, fue el de una iglesia para la Colonia Güell, en Santa Coloma de Cervelló, de la que sólo se construyó la cripta (conocida hoy día como Cripta de la Colonia Güell) (1908-1918). Proyecto de colonia obrera iniciado en 1890, se había construido la fábrica, edificios de servicios y viviendas para los obreros.

 

La que habría sido iglesia de la Colonia fue proyectada por Gaudí en 1898, aunque no se colocó la primera piedra hasta el 4 de octubre de 1908. Lamentablemente, sólo se construyó la cripta, ya que a la muerte del conde Güell en 1918 sus hijos abandonaron el proyecto. Gaudí proyectó una iglesia de planta oval con cinco naves, una central y dos más a cada lado. Ideó un conjunto plenamente integrado en la naturaleza, reflejo del concepto que Gaudí tenía de la arquitectura como estructura orgánica. Un pórtico de bóvedas de paraboloide hiperbólico antecede a la cripta, primera vez que Gaudí empleó esta estructura y primer ejemplo de bóvedas paraboloidales en la historia de la arquitectura.136 En la cripta destacan los grandes ventanales, de forma hiperboloidal, cubiertos con vidrios de colores en forma de pétalos de flor o alas de mariposa. En el interior se alternan pilares circulares de ladrillo con columnas inclinadas de basalto de Castellfollit de la Roca.

 

Etapa final: culminación de su estilo

 

 

Escuelas de la Sagrada Familia.

 

En los últimos años de su carrera, dedicados casi en exclusiva a la Sagrada Familia, Gaudí llega a la culminación de su estilo naturalista, haciendo una síntesis de todas las soluciones y estilos probados hasta aquel entonces. Gaudí logra una perfecta armonía en la interrelación entre los elementos estructurales y los ornamentales, entre plástica y estética, entre función y forma, entre contenido y continente, logrando la integración de todas las artes en un todo estructurado y lógico.

 

El primer ejemplo de su etapa final lo tenemos en un edificio sencillo pero muy ingenioso, las Escuelas de la Sagrada Familia, pequeño edificio destinado a escuela para los hijos de los obreros que trabajaban en el templo. Construido en 1909, tiene planta rectangular de 10 x 20 metros, y constaba de tres aulas, vestíbulo y capilla. La construcción se realizó con ladrillo visto, en tres capas superpuestas, siguiendo la técnica tradicional catalana. Tanto las paredes como el tejado tienen forma ondulada, que confiere a la estructura una sensación de ligereza pero a la vez una gran resistencia. Las Escuelas de la Sagrada Familia han sido un ejemplo en genialidad constructiva y han servido de fuente de inspiración para muchos arquitectos, por su simplicidad, resistencia, originalidad del volumen, funcionalidad y pureza geométrica.

 

En mayo de 1910 Gaudí pasó una breve estancia de reposo en Vich, donde recibió el encargo de diseñar unas farolas para la Plaza Mayor de la ciudad, en conmemoración del primer centenario del nacimiento de Jaume Balmes. Eran una farolas en forma de obelisco, con base y fuste de piedra basáltica de Castellfollit de la Roca y brazos de hierro forjado, rematadas por la cruz de cuatro brazos; la decoración era de motivos vegetales e incluía las fechas de nacimiento y defunción de Balmes. Las farolas fueron derribadas en 1924, pues presentaban mal estado de conservación.

 

Ese mismo año, con motivo de la obtención del título de conde por parte de Eusebi Güell, Gaudí diseñó un escudo de armas para su gran mecenas: hizo un escudo con la parte inferior de forma catenaria, tan típica en Gaudí; lo dividió en dos con la figura del templete del Palacio Güell, poniendo a la derecha una paloma con una rueda dentada –en alusión a la Colonia Güell de Santa Coloma de Cervelló (“coloma” es paloma en catalán) –, con la leyenda “ahir pastor” (ayer pastor) y a la izquierda un búho posado sobre media luna –símbolo de prudencia y sabiduría– con la leyenda “avuy senyor” (hoy señor). Remata el escudo un yelmo con la corona condal y la paloma símbolo del Espíritu Santo.

 

En 1912 construyó dos púlpitos para la iglesia de Santa María de Blanes: el del lado del Evangelio tenía planta hexagonal, decorado con la paloma del Espíritu Santo y los nombres en latín de los cuatro evangelistas y los siete Dones del Espíritu Santo; el de la Epístola tenía los nombres de los apóstoles que escribieron epístolas (San Pedro, San Pablo, San Juan Evangelista, San Judas Tadeo y Santiago el Mayor), con las tres virtudes teologales y las llamas del fuego de Pentecostés. Estos púlpitos fueron quemados en julio de 1936. Para la restauración de la Catedral de Manresa se pidió a Gaudí en 1915 que realizase una valoración del anteproyecto realizado por el arquitecto Alexandre Soler i March, encargado de las obras. Gaudí sugirió algunas correcciones, como colocar un pórtico junto al baptisterio, una cubierta a dos aguas sobre la nave principal y una sala sobre el pórtico para museo y archivo.

 

 

Templo Expiatorio de la Sagrada Familia.

 

Desde 1915 Gaudí se dedicó prácticamente en exclusiva a su obra cumbre, la Sagrada Familia, que supone la síntesis de toda la evolución arquitectónica del genial arquitecto. Después de la realización de la cripta y el ábside, todavía en estilo neogótico, el resto del templo lo concibió en un estilo orgánico, imitando las formas de la naturaleza, donde abundan las formas geométricas regladas. El interior debía semejar un bosque, con un conjunto de columnas arborescentes inclinadas, de forma helicoidal, creando una estructura a la vez simple y resistente. Gaudí aplicó en la Sagrada Familia todos sus hallazgos experimentados anteriormente en obras como el Parque Güell o la cripta de la Colonia Güell, consiguiendo elaborar un templo estructuralmente perfecto a la vez que armónico y estético.

 

La Sagrada Familia tiene planta de cruz latina, de cinco naves centrales y transepto de tres naves, y ábside con siete capillas. Ostenta tres fachadas dedicadas al Nacimiento, Pasión y Gloria de Jesús, y cuando esté concluido tendrá 18 torres: cuatro en cada portal haciendo un total de doce por los apóstoles, cuatro sobre el crucero invocando a los evangelistas, una sobre el ábside dedicada a la Virgen y la torre-cimborio central en honor a Jesús, que alcanzará los 170 metros de altura. El templo dispondrá de dos sacristías junto al ábside, y de tres grandes capillas: la de la Asunción en el ábside y las del Bautismo y la Penitencia junto a la fachada principal; asimismo, estará rodeado de un claustro pensado para las procesiones y para aislar el templo del exterior. Gaudí aplicó a la Sagrada Familia un alto contenido simbólico, tanto en arquitectura como en escultura, dedicando a cada parte del templo un significado religioso.

 

Durante la vida de Gaudí sólo se completaron la cripta, el ábside y, parcialmente, la fachada del Nacimiento –de la que Gaudí sólo vio coronada la torre de San Bernabé–. A su muerte se hizo cargo de la construcción su ayudante, Domènec Sugrañes; posteriormente, ha estado bajo la dirección de diversos arquitectos, siendo Jordi Bonet i Armengol director de las obras desde 1987. En la decoración escultórica han trabajado artistas como Llorenç y Joan Matamala, Carles Mani, Jaume Busquets, Joaquim Ros i Bofarull, Etsuro Sotoo y Josep Maria Subirachs, autor de la decoración de la fachada de la Pasión.

 

Durante los últimos años de su vida, aparte de su dedicación a la Sagrada Familia, sólo intervino en pequeños proyectos que no fueron llevados a término: en 1916, al morir el obispo de Vic Josep Torras i Bages, amigo de Gaudí, proyectó un monumento en homenaje al clérigo, que pensó instalar frente a la fachada de la Pasión de la Sagrada Familia. Realizó un boceto del proyecto, que finalmente no se llevó a cabo, y se realizó un busto de yeso del obispo Torras, obra de Joan Matamala bajo las órdenes de Gaudí; instalado en la Sagrada Familia –habría formado parte del monumento–, fue destruido en 1936. Otro proyecto de monumento conmemorativo, igualmente irrealizado, fue el dedicado a Enric Prat de la Riba, que se habría situado en Castellterçol, lugar de nacimiento del político catalán. El proyecto data de 1918, y habría consistido en una alta torre con dos pórticos y una aguja rematada en una estructura de hierro de la que pendería la bandera catalana. El dibujo del proyecto fue de Lluís Bonet i Garí, ayudante de Gaudí.

 

En 1922 recibió Gaudí un encargo de parte del padre franciscano Angélico Aranda de una iglesia dedicada a la Asunción en Rancagua (Chile). Gaudí se excusó diciendo que ocupaba su tiempo en exclusiva a la Sagrada Familia, pero envió a Chile unos bocetos de la capilla de la Asunción que había proyectado para el ábside de la Sagrada Familia, que más o menos coincidían un poco con los solicitado por el padre Aranda. Este proyecto no se llevó a cabo, aunque en la actualidad existe la intención de retomarlo –por parte del arquitecto chileno Christian Matzner–, y construir por fin una obra diseñada por Gaudí en el Nuevo Continente. Por el momento hay destinados unos terrenos —llamados Parque Cataluña— para la construcción de la iglesia, y se baraja la fecha de 2014 para su construcción.

 

Ese mismo año Gaudí recibió una consulta para la construcción de una estación monumental de trenes para Barcelona (la futura Estación de Francia). Gaudí sugirió una estructura de hierro en forma de gran toldo suspendido, solución original bastante adelantada a su época; quizá por ello, el proyecto arredró a los ingenieros encargados, que declinaron el ofrecimiento de Gaudí. Los últimos proyectos conocidos del arquitecto son el de una capilla para la Colonia Calvet en Torelló, de 1923, y el de un púlpito para Valencia (se desconoce el lugar exacto), de 1924. Desde entonces Gaudí trabajó ya exclusivamente para la Sagrada Familia, hasta el fatídico día del accidente que le causó la muerte.

 

Colaboradores de Gaudí

 

 

Reproducción del taller de Gaudí en la Sagrada Familia. Destruido en 1936, se hizo esta recreación a partir de fotografías.

 

La ingente tarea a la que hizo frente Gaudí –no en cantidad de obras, pero sí en la complejidad de las mismas, cuidadas hasta el último detalle– hizo que necesitase la colaboración de un gran número de ayudantes, tanto arquitectos como artesanos y profesionales de todos los sectores. Gaudí siempre marcaba las pautas de trabajo, pero dejaba margen de maniobra a las capacidades individuales de todos sus colaboradores. Prueba de su maestría tanto en el oficio como en las relaciones humanas es que supo aglutinar un gran número de profesionales, todos con distintas idiosincrasias y maneras de trabajar, y crear un equipo integrado y perfectamente estructurado.

 

Entre sus colaboradores destacan:

 

Arquitectos: Francesc Berenguer, Josep Maria Jujol, Cristòfor Cascante i Colom, Josep Francesc Ràfols, Cèsar Martinell, Joan Bergós, Francesc Folguera, Josep Canaleta, Joan Rubió, Domènec Sugrañes, Jaume Bayó i Font, Francesc Quintana, Isidre Puig i Boada, Lluís Bonet i Garí.

Escultores: Carles Mani, Joan Flotats, Llorenç Matamala, Joan Matamala, Josep Llimona.

Pintores: Ricard Opisso, Aleix Clapés, Iu Pascual, Xavier Nogués, Jaume Llongueras, Joaquín Torres García.

Constructores y maestros de obra: Agustí Massip, Josep Bayó i Font, Claudi Alsina i Bonafont, Josep Pardo i Casanova y su sobrino Julià Bardier i Pardo.

Artesanos: Eudald Puntí (carpintería y forja), Joan Oñós (forja), Lluís y Josep Badia i Miarnau (forja), Joan Bertran (yesería), Joan Munné (ebanistería), Frederic Labòria (ebanistería), Antoni Rigalt i Blanch (vidriería), Josep Pelegrí (vidriería), Mario Maragliano (mosaico), Jaume Pujol i Bausis y su hijo Pau Pujol i Vilà (cerámica).

 

Patrimonio de la Humanidad

 

Artículo principal: Obras de Antoni Gaudí.

 

Varias de las obras de Gaudí han sido declaradas por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad: en 1984149 el Parque Güell, el Palacio Güell y la Casa Milà; y en 2005150 la fachada del Nacimiento, la cripta y el ábside de la Sagrada Familia, la Casa Vicens y la Casa Batlló en Barcelona, junto con la cripta de la Colonia Güell en Santa Coloma de Cervelló.

 

La declaración de Patrimonio Mundial de estas obras de Gaudí supone reconocer su valor universal excepcional. Así fue razonado por la UNESCO:

 

La obra de Antoni Gaudí representa una contribución creativa excepcional y notable en el desarrollo de la arquitectura y de la construcción del final del siglo XIX y de principios del siglo XX.

 

El trabajo de Gaudí representa un importante intercambio de valores, estrechamente asociado a las corrientes culturales y artísticas de su tiempo representadas por el Modernismo catalán. Ha anticipado e influido sobre un buen número de formas y de técnicas que han jugado su papel en el desarrollo de la construcción moderna del siglo XX.

 

La obra de Gaudí incluye varios ejemplos notables de la tipología de construcción en la arquitectura del principio del siglo XX, tanto residencial como pública, en el desarrollo de la cual ha realizado una significativa y creativa contribución.