Carl Sagan, precursor del sapiens Gnomonico
Bienes arqueológicos, paleontológicos

Carl Sagan, precursor del sapiens Gnomonico

 

 

En medio de la orfandad de precursores en torno a la concepción del sapiens/sapiens como un sapiens gnomónico, insospechada y sorprendentemente, luego de leer “EL VIENTO LEVANTA POLVO”, surge la figura del prestigioso astrofísico Carl SAGÀN, como un verdadero precursor de la mirada gnomónica sobre la evolución humana.

 

Si bien es cierto que el propósito del trabajo encarado por Carl SAGÀN se circunscribe a reivindicar a la ciencia como un sistema metodológico de verdades donde las leyes y las fuerzas de la naturaleza, ¡¡¡y no los dioses!!!, son los responsables del orden y existencia del mundo, no obstante, el autor estudia detalladamente el método de rastreo y caza de los bosquimanos y concluye en que los bosquimanos contaban con un calendario astronómico (gnomónico para nosotros) en su mente y la metodología por ellos empleada es esencialmente idéntica a la empleada por los astrónomos/astrofísicos para analizar los cráteres dejados por el impacto de asteroides y planetoides

 

El trabajo de referencia es:                 

 

 “EL VIENTO LEVANTA POLVO”

 

Carl SAGÀN comienza refiriéndose a los antiguos jónicos como los primeros en argüir  de manera sistemática que las leyes y las  fuerzas de la naturaleza, ¡¡¡y no los dioses!!!, son los responsables del orden y existencia del mundo. Sin embargo, observa que, excepto en la primera semana de cualquier curso de introducción a la filosofía, los nombres e ideas de los primeros jonios no se mencionan casi nunca, en tanto que los dioses reaparecen de la mano de la mayoría de los referentes de la ciencia, suprimiendo lapidariamente el origen jónico.

 

 El proceso civilizatorio y la domesticación de plantas y animales empezó hace aproximadamente unos 12.000 años, de los cuales solo 2.500 llevamos experimentando el jónico entretenimiento de reconstruir en nuestras cabezas y a modo de maqueta desprovista de dioses, lo que solemos llamar ciencia. No obstante, abundan los pensadores que como el filósofo Alfred North Whitehead y el historiador de la tecnología china Joseph Needham, según señala Carl SAGÀN, al igual que otros de renombre, han sugerido que lo que faltaba en el desarrollo de la ciencia en las culturas no occidentales era el monoteísmo. Y sin embargo, nos aclara el propio SAGÀN, creo que hay fuertes pruebas que contradicen esta tesis y aparecen a través de los milenios...>>. Seguidamente el autor se entrega a una descripción y análisis de las conductas de los bosquimanos como un elocuente ejemplo del método de caza de esta cultura-

 

Los lxam o joi San bosquimanos se autonominaban lxam ka!ei o simplemente !xam y constituyen un grupo humano que, según recientes estudios genéticos, representarían la muestra viva de la primer escisión humana ocurrida hace cerca de 100.000 años A. P., y por extensión, de lo que fueron o pudieron ser nuestros primeros y más lejanos ancestros, de modo que de su mirada del mundo, podemos inferir la posible mirada de aquellos, y en este sentido, según surge de las costumbres de vida, es probable que los primeros sapiens/sapiens, desde épocas muy tempranas se hayan  dedicado exitosamente a la experimentación gnomónica con su propio cuerpo, si como los bosquimanos,  concebían la tierra como "el polvo solar" y eran como estos, capaces de dibujar figuras corporales y de sombras con tanta facilidad.

 

Estos hombres eran de grácil figura, constitución delgada y apariencia delicada, con una altura cercana al metro y medio, miembros superiores e inferiores relativamente largos para con sus proporciones, Bosquimanos o bocimanes significa hombres del bosque y son actualmente conocidos como los Joisán o Khoisan. Este pueblo habita el suroeste de África y vive de la caza y la recolección, además de la cría y extremo cuidado de su ganado. Se caracterizan por ser de baja estatura, piel amarillenta satinada, lo que suele llamarse amielada y párpados de pliegues epicánticos, como los de los chinos, cabellos negros y rizados, nariz achatada, labios túmidos y según se afirma, son anteriores a el àfrica negra,

 

Construyen sus casas con ramas y en forma de iglú que cubren con pieles de animales. Durante la estación lluviosa se trasladan a las montañas en búsqueda de abrigos o cuevas donde refugiarse.

 

Se estima que los antepasados de los joi/San o bosquimanos, ocupaban la casi totalidad del Àfrica meridional y originariamente pudieron provenir de la primera escisión acaecida en el Àfrica oriental ecuatorial.

 

Son personas que para sobrevivir en su medio acumularon reservas grasas de una manera tan singular que no se traduce en un impedimento para moverse con peculiar agilidad y flexibilidad, ya que lo hacen cual si estuvieran danzando. Al observarlos en plena llanura, se los ve portadores de una delgada anatomía, especialmente diseñada para la proyección de sombras rectas, pues parados sobre un solo pié o sobre ambos, son capaces de desarrollar figuras perfectamente centradas sobre su eje gravitacional manteniendo su postura recta y vertical.

 

Estas cualidades anatómicas y el intenso ejercicio de su naturaleza en pos de la adaptación al medio y la sobrevivencia, hicieron que sus cuerpos resulten ser excepcionalmente gnomónicos.

 

Un bosquimano parado sobre sus pies, es un excelente y recto gnomon animal, vertical y ambulante.

 

Estos humanos son el resultado evolutivo en respuesta a los condicionamientos del medio ambiente ecuatorial e intertropical  y en las arrugas de su satinada y mielada piel, presentan pliegues disipadores de calor, que evidencian la clara adaptación biológica a la agresividad de los rayos solares incidiendo directamente sobre su cuerpo.

 

En esas condiciones, los bosquimanos han desarrollado un método de rastreo y caza que para la aguda mirada de Carl SAGÀN, resulta esencialmente idéntico al que usan los astrónomos/astrofísicos para analizar los cráteres dejados por el impacto de asteroides y planetoides.

 

En ambos casos, tanto en una huella rastreada por el bosquimano como en un cráter estudiado por el astrofísico, tenemos que, cuanto más superficial se muestre, más antigüedad se deduce.

 

Los cráteres, como las huellas rastreadas por un bosquimano, guardan en consecuencia una relación esencial entre la profundidad alcanzada por el peso y el diámetro del mismo, al mismo tiempo que, en ambos casos también, cuanto más  partículas finas se acumularon en su interior, la huella o cráter es más antiguos, y esto en ambos casos,  es observación directa y socialmente acumulada en tanto que transmitida generacionalmente.

 

 En cuanto a la actividad de caza, Carl SAGÀN nos dice que las manadas que van al galope rechazan el sol caliente y frente a estas circunstancias, los animales aprovechen todas las sombras que se encuentren en su camino, pudiendo en ocasiones, alterar el curso elegido para refrescarse bajo la sombra de un bosque de  árboles o de algunos arbustos.

 

Luego reflexiona gnomónicamente y describe que la sombra no se encuentra siempre en el mismo lugar ni tampoco, agregamos nosotros, se direcciona de manera estable, más bien depende del momento del día y de la posición que el sol tenga en cada momento de su recorrido sobre el arco diurno.

 

Al amanecer, el sol sale por algún punto en el horizonte del lateral Este y las sombras que provocan los objetos y el propio cuerpo del hombre, se proyectan hacia el oeste. Luego, la sombra decrece hasta que al mediodía alcanza su longitud más corta llamada umbra mínima y por la tarde, al ponerse el Sol por el oeste, las sombras vuelven a crecer en longitud pero contrariamente a lo experimentado al amanecer, se proyectan hacia el Este.

 

Esto lo podemos simplificar diciendo que debido a que el recorrido aparente del sol sobre el arco diurno es un trayecto en el sentido Este Oeste, las sombras de cada día fuera de la umbra mínima,que por definición se extiende sobre el meridiano del lugar, son siempre arrojadas sobre uno de estos dos grandes campos de proyección, hacia el Este o hacia el Oeste y de este modo resulta que el campo de proyección de la sombra, es necesariamente el opuesto al campo donde se encuentra el Sol.

 

Si bien esto es cierto y fácil de entender, no resuelve todo el problema, puesto que esas sombras tendrán longitudes y direcciones tan diferentes para cada día y estación del año trópico, como diferente se presente la altura diaria del Sol, por lo que en su conjunto, el correlato entre el Sol y el movimiento del plano ecuatorial frente al plano eclíptico en torno suyo, configura un mecanismo calendárico que, según Carl SAGÀN, los cazadores recolectores debieron tener perfectamente reflejado en su mente como para poder predecir los movimientos aparentes del Sol sobre el arco diurno. Esto, a nuestro juicio, convierte a los bosquimanos en verdaderos ejemplos de sapiens gnomónicos vivientes.

 

Estos hombres, decía Carl SAGÀN, estaban dotados de formidables habilidades de forenses que les permitían rastrear las pistas valiéndose de lo que él consideraba “ciencia en acción”.

 

Esta sola afirmación induce a pensar que los bosquimanos, y con ellos nuestros antepasados, eran calendarios zoológicos solares y ambulantes, que conocían perfectamente el lenguaje de las sombras en general y muy particularmente el lenguaje de su propio cuerpo expuesto a los rayos solares intertropicales. Así, los bosquimanos y nuestros pretéritos ascendientes, han sido  gnomónes zoológicos solares y ambulantes que en algún momento temprano de su existencia como especie, tomaron conciencia de ello y se supieron a sí mismo, gnómones calendáricos.

 

En definitiva, estos hombres viviendo entre la  luz del Sol y las sombras de sus cuerpos, la vida y la muerte inseparablemente unidas, concebían a la tierra como "el polvo solar de los lxam", esto es algo asì como lXam–ka!au, polvo solar que el viento levanta para dar “título” a la obra de Carl SAGÀN “EL VIENTO LEVANTA POLVO” y de este modo se hace historia porque "Una historia es como el viento viene de un lugar lejano y la sentimos. Tal cual lo dice Kabbo “la gente de la llanura escucha las historias de quienes viven lejos. Ellos escuchan esas historias, y las vuelven a contar. Porque un cuento es el viento: le gusta ir flotando de un lugar a otro".>>

 

 Viñeta de caza del pueblo !Kung San del desierto del Kalahari expuesta por Carl SAGÀN:

 

El pequeño grupo de cazadores sigue el rastro de huellas de cascos y otras pistas. Se detienen un momento junto a un bosque de árboles. En cuclillas, examinan la prueba más atentamente. El rastro que venían siguiendo se ve cruzado por otro. Rápidamente deciden qué animales son los responsables, cuántos son, qué edad y sexo tienen, si hay alguno herido, con qué rapidez viajan, cuánto tiempo hace que pasaron, si los siguen otros cazadores, si el grupo puede alcanzar a los animales y, si es así, cuánto tardarán. Tomada la decisión, dan un golpecito con las manos en el rastro que seguirán, hacen un ligero sonido entre los dientes como silbando y se van rápidamente. A pesar de sus arcos y flechas envenenadas, siguen en su forma de carrera al estilo de una maratón durante horas. Casi siempre han leído el mensaje en la tierra correctamente. Las bestias salvajes, elands u okapis están donde creían, en la cantidad y condiciones estimadas. La caza tiene éxito. Vuelven con la carne al campamento temporal. Todo el mundo lo festeja.>>

 

 Los cazadores-recolectores no sólo han evidenciado ser expertos en rastros de animales, sino que también estaban familiarizados con los de cada miembro de su comunidad o vecinos, al igual que lo estaban con sus caras. Como vemos, estamos frente a una excepcionalidad anatómica que poseen estos hombres y que probablemente han poseído nuestros ancestros, que nos permite afirmar que en cada sapiens/sapiens supo estructurarse un complejo calendario mental a modo de maqueta gnomónica, reflejo de lo que ocurría en su entorno y que esa maqueta es lo que en el proceso inferencial funciona cual la muestra analógica planteada metodológicamente por Juán SAMAJA y desde la que los cazadores/recolectores, podían calcular y predecir las salidas del Sol, sus posiciones y el migrar de las presas para cada uno de los días y estaciones del año. En cuanto al calendario mental, Carl SAGÀN nos dice textualmente que Este cálculo será diferente en las distintas estaciones del año. Así pues, los cazadores deben tener en la mente una especie de calendario astronómico que prediga el aparente movimiento solar>>

 

Como detalle complementario, digamos que hay documentos fotográficos de la vida cotidiana de los  bosquimanos que los muestran en poses y figuras cuasi danzantes y sugerentes a su vez, de la posibilidad cierta de producir a voluntad una diversidad de formas gnomónicas.

 

Entre las distintas figuras corporales observadas, merece destacarse una por su parecido con la aguja gnomónica doble utilizada para evitar los errores de paralaje de sombras. Esta postura reiteradamente expuesta, si es utilizada gnomónicamente, pude servir para el trazado de los ejes cardinales, pues parado sobre un solo pié, de espaldas al Norte o Sur, según sea el hemisferio en que nos ubiquemos y con rodilla alzada formando un ángulo de 90º con el torso, permite que la rodilla sobresalga de la linealidad de la sombra proyectada hasta que el Sol se sitúe perfectamente a sus espaldas.

 

Cuando la rodilla deja de verse, es porque estamos frente a la sombra más corta del día o umbra mínima, lo cual está indicando que el sol llegó a su punto más alto del arco diurno en el mediodía.

 

Siguiendo con las fotos que reflejan la vida cotidiana de los bosquimanos se observan también muchos palos clavados verticalmente en el suelo y/o en manos de los más ancianos, de modo que cada patriarca cuenta con el suyo para en ese palo y a través de los grabados incisos, escarbar los hechos relevantes de su pueblo de manera semejante a como lo hace un inka con los  nudos de un kipo, un músico con una partitura o un mapuche con el rewe del mismo modo que lo supieron hacer sus antecesores para no perderse a la hora de narrar oralmente sus memoria bajo la luz de la luna llena,

 

Estos palos grabados son semejantes a los usados por los mapuches de la Patagonia y a los huesos calendáricos hallados en distintos lugares de Àfrica, como por ejemplo el hueso de ishango de una antigüedad de 25.000 años hallado sobre la zona ecuatorial  y el de Lebombo de 37.000 años de antigüedad y hallado en el Sur del continente. En general son huesos o palos tallados que operan cual calendarios lunares y disco rígido de memoria al momento del ceremonioso relato en círculo bajo la plateada luz de la luna; como una suerte de partitura hierocèntrica.

 

TSODILO de 1489 metros de altura se compone de cuatro colinas que emergen del desierto del Kalahari y representa   el punto más alto de BOUTSUANA. Desde el año 2001 se catalogó como Patrimonio de la humanidad debido a la cantidad de pinturas rupestres halladas en sus rocas. La colina más alta fue denominada Macho, luego Hembra se denomina a la que contiene el mayor número de pinturas rupestres y le sigue Niño, La cuarta y menor no tiene nombre. El sitio se encuentra al oeste del delta del OKAVANGO y fue consagrado por los bosquimanos por ser el lugar de las “Rocas que susurran“.

 

Las pinturas, posiblemente fueron hechas en tiempos que los propios bosquimanos desconocen, por lo que  frente a ellas, cada bosquimano ha de sentir que sus antepasados, suavemente le susurran en sus oídos y que él debe respetuosamente escuchar con atención y sobrecogimiento, sin cuestionarse la verdad ni la historia que pueda haber detrás de cada trazo sobre la roca,

 

Para el bosquimano, las pinturas están y han estado ahí, desde siempre como enseñanzas de sus antepasados, de manera que las pinturas existen desprovista de historia propia, carecen de origen y los bosquimanos ante ellas, solo sienten que deben consagrarse a apreciar el susurro.  

 

En este sentido no hallamos relatos que refieran a la realización de peregrinaciones tradicionales de los propios bosquimanos como tampoco que ellos en el lugar lleven o hayan llevado a cabo rituales u oraciones formales, de manera que la manifestación del pasado humano en formas de pinturas rupestres ha impactado en la subjetividad bosquimana de modo tal que ante cada encuentro con las pinturas, se generó el reencuentro identificatorio con sus ancestros pero sin derivar en rituales formales, ceremoniales y mucho menos se alcanzó a institucionalizar.

 

En resumen, el sobrecogimiento ante las pinturas es el acto subjetivo de identificación de la persona que observa y aprecia, con las generaciones pasadas que las han plasmado en la piedra. Es en este caso del bosquimano, una identificación vehiculizada por las pinturas y sostenida esencialmente en la racionalidad humana que no ha quedado atrapada en la reificación dogmática.

 

De este modo los bosquimanos, habitantes del desierto sudafricano, se mantuvieron dentro de un animismo no religioso y relación esencial con el Sol, que no cristalizó en dogma ni fueron contaminados por las religiones dominantes. Esto es muy importante porque así pudieron ser aquellos primeros sapiens/sapiens asumidos para/sì mismos como sapiens gnomónicos que en todo momento se relacionaban con el Sol,

 

No ocurrió lo mismo con los beduinos del desierto arábigo que sí han sido totalmente captados y coptados por el islamismo, no obstante que, en sus regulares oraciones, reflejan la ancestralidad gnomónica que los originara,

 

Los beduinos orientados en dirección gibla o «alquibla» y mirando hacia la Meca  o en la Meca misma mirando hacia el templo Kaaba, donde se encuentra la piedra negra meteórica, el musulmán se dispone a orar y el momento de orar está determinado por las posiciones del Sol sobre el arco diurno y la longitud de la sombra del propio cuerpo de la persona que ora. Esto significa que el beduino del desierto arábigo es un sapiens/sapiens  que ancestralmente se supo gnomónico en algún tiempo pasado, pero que ese saberse a/sì en el pasado, quedó atrapado en el cristal de las formas del dogma y hoy su relación con el Sol no es más esencial que con la piedra negra..

 

Entre los musulmanes son cinco las oraciones en las cuales el musulmán deja claramente unos instantes sus obligaciones cotidianas para invocar a su Creador y los movimientos no son más que la adoración y sumisión ante Él.

 

 

NOMBRES Y HORARIOS DE LAS 5 ORACIONES

 

 Oración del Fáyr (del alba) :

 

Está comprendida entre el alba y la salida del sol, parte del dìa en el que inicialmente no se producen sombras nítidas porque no hay un sol a la vista, pero cuando este aparece, las sombras son SOMBRAS LONGITUDINALMENTE INDETERMINADAS y trazan la dirección de los rayos correspondiente al dìa del año.

 

 Oración de Ad-duhr (del medio día) :

 

Desde el momento en el cual el sol está en su cenit hasta la oración del Asr (de la tarde) que se produce cuando la sombra proyectada adquiere una longitud igual a la altura del individuo que la provoca o la llamada SOMBRA UNITARIA DEL DÌA.

 

 Oración del Asr (de la tarde):

 

Desde el momento en que las sombras de los objetos sean iguales a los mismos, es decir desde la SOMBRA UNITARIA DEL DÌA  hasta la puesta del sol.

 

 Oración del Magrib (del anochecer) :

 

Comienza inmediatamente tras la puesta del sol y se extiende hasta el final del crepúsculo. SOMBRAS INDETERMINADAS

 

 

Oración del ishá (de la noche): 

 

Va desde la desaparici6n del crepúsculo y se extiende hasta que se anuncia el alba. SOMBRA INFINITA

 

Jonia y la antigua Grecia no se caracterizaron por dejarnos importantes inventos tecnológicos sino por inventar ese juego reflexivo que a partir de un cuerpo de hipótesis concretas, se interroga sistemáticamente hasta alcanzar a explicarse los fenómenos naturales descubriendo las leyes que los rigen.

 

Al principio, a este juego se le llamó filosofar y según Aristóteles era motivado por la admiración provocaba por los solsticios y las diagonales y según surge de la historia de la filosofía, los primeros elementos concretos tomados como hipótesis fueron las montañas, las rocas, los árboles, el agua, el aire, la tierra y/o el fuego, cada uno a su turno tuvieron su lugar en el animismo y las cabezas.

 

En este juego, las hipótesis son generalmente concretas o en su defecto, abstractos inmediatos de aplicación concreta por eso hablamos de agua, tierra fuego, que son abstractos en cuanto a lo que de ellos sabemos pero de aplicación inmediata a la formación de nuevos concretos.

 

Podeos desconocer y abstraernos de que el agua es un oxígeno doblemente hidrogenado, pero sabemos que al unirlo con otro abstracto del que desconocemos y nos abstraemos de sus componentes como la tierra, se forma el barro, del que ya sabemos con un grado mayor de concreción, que es agua y tierra.

 

En este juego, el valerse de hipótesis no inmediatas y absolutamente vacías de contenido, no genera concretos o en todo caso esos concretos resultan estériles pues suelen cortar la cadena de hipótesis y de reproducción de nuevos concretos. Es lo que ocurre cuando se parte con Dios como hipótesis, Si Dios creó al hombre, se corta la cadena en el sentido de quien creó a Dios y esto justifica el decir de Enrico Ferri “Dios es una hipótesis que la ciencia no necesita”

 

En este sentido la metodología de caza utilizada por  los bosquimanos  y que les permite hacer una correcta lectura concreta de cada situación concreta, se basa en leyes generales acrisoladas y transmitidas generacionalmente y resultan tan certeras que le hacen decir a Carl SAGÀN que Casi siempre han leído el mensaje en la tierra correctamente. >>.

 

Por tal motivo y contrariamente a lo que muchas veces se pretende, el hombre en su lucha por la vida, no necesita valerse de hipótesis absolutas y mucho menos de la institucionalización de esas hipótesis.

 

Lo prueban los bosquimanos los cuales a diferencia de los beduinos, que aunque pudieron sentir y apreciar religiosamente al igual que siente y aprecia un científico las leyes de su ciencia, no tuvieron religión, solo tuvieron hipótesis concretas y leyes implícitas y un calendario gnomónico y mental (Carl SAGÀN) implícito que alguna vez se lo explicitó para sí mismo frente a la admiración primera generada por los solsticios y los rayos solares incidiendo en diagonal. Pero luego pudo olvidar como olvidó el beduino el porqué se vale del Sol para sus horarios o el ciudadano que puede pasar días y meses sin ver el Sol.

 

La ciencia no resulta difícil de enseñar y menos aún de ser aprendida. El enorme celo que despierta la ciencia entre los estudiantes y la lección de los cazadores-recolectores esencialmente gnomónicos, hablan elocuentemente de que en todos los tiempos tuvimos y tenemos una profunda vocación por la ciencia en todas las formas, lugares y culturas y sin duda alguna ha sido el medio de nuestra supervivencia. Es nuestro derecho de nacimiento (SAGÀN)

 

La ciencia es comunicación horizontal y generacional. Los bosquimanos se reunían en círculos y en ellos incluían a los niños.

 

Cuando, por indiferencia, falta de atención, incompetencia o temor al escepticismo, alejamos a los niños de la ciencia, les estamos privando de un derecho, los despojamos de las herramientas necesarias para manejar su futuro.>> --Carl SAGÀN.