"Soy un consumidor social pero no narco, sólo me gusta pasarla bien"
Droga

"Soy un consumidor social pero no narco, sólo me gusta pasarla bien"

 

 

03/08/2014 Fuente infonews. Está detenido en el penal de Devoto por la causa que se conoció como "Narco Vip". Jura que es inocente pero los presos lo tratan como a una celebridad. "Los medios de comunicación se manejaron con una sola campana", afirma.

 

Rodolfo Bomparola tiene la voz de un locutor de FM. El hermano de Evangelina, reconocida diseñadora de ropa y ex pareja del empresario Franco Macri, duerme en una "palmera" –como se le dice a la cama marinera en prisión– desde noviembre pasado, cuando fue acusado de integrar un grupo que vendía cocaína a famosos en Las Cañitas. En diálogo exclusivo con Tiempo Argentino, Bomparola jura que no es "narco" y que la causa judicial que torció su destino de hombre libre nació en el rencor de Viviana Rosa Vitali, su ex pareja, que lo acusó ante la justicia y provocó su procesamiento y el de otras diez personas.

 

"Es una mujer despechada y está enferma. Antes de mi detención me mandaba mensajes texto que decían 'Que disfrutes de la libertad. Consumite toda la droga con tus putas porque el allanamiento es inminente, te vas a pudrir en la cárcel'. Pero resulta que ahora viene a visitarme al penal", revela desde el teléfono del pabellón donde sus compañeros ghaneses, paraguayos, colombianos, austríacos y argentinos, la mayoría de ellos detenidos por causa de drogas, gritan cosas inentendibles.

 

Bomparola cuenta que no fue fácil adaptarse a la vida tras las rejas. Primero lo llevaron a Marcos Paz, donde fue recibido como una celebridad, al punto que algunos de los internos lo hacían hablar con sus familiares. "Mirá ma, acá esta 'Bompa', el de la tele", repetían los muchachos.

 

Pero el paso de los días disipó la calma inicial y trajo alguna que otra amenaza. Por eso, el acusado presentó un escrito en el juzgado de Norberto Oyarbide y fue trasladado al penal de Devoto, donde está terminando la escuela secundaria. Además, dice, completó un curso de informática y trabaja haciendo bolsas. "Me despierto a las 7:30 para el recuento y me acuesto a medianoche. Trato –agrega– de hacer gimnasia por la tarde y de pasar el tiempo sin tener problemas con nadie."

 

 

–¿Por qué está preso?

 

–Por mi ex pareja. Después se sumó el cóctel que los medios de comunicación necesitaban: Cañitas, drogas y un apellido famoso. Viviana fue canal por canal ofreciendo fotos y detalles de nuestro pasado en común. Los medios de comunicación se manejaron con una sola campana, que sonó desafinada, y Sergio Berni utilizó todo esto para promocionarse.

 

–Las escuchas telefónicas lo ubican como comprador de los otros imputados. ¿Los conocía?  

 

–Obvio que los conocía, pero no tenía relación comercial. En las escuchas asocian mal, yo quería vender una moto y ellos creen que hablaba de droga.

 

–Pero en su casa hallaron marihuana, cocaína, éxtasis y una balanza. 

 

–Estando preso me di cuenta que la balanza que encontraron en mi casa la compró Viviana para que yo pudiera medir la cantidad de droga que tomaba y así reducir el daño. El pan de marihuana era para consumo personal, lo había comprado porque se venían Navidad, Año Nuevo y las vacaciones. La piedrita de cocaína era para hacer los "nevados". Y las tres pastillas de éxtasis me las habían regalado mis amigos.

 

–¿Cómo era su vida antes de caer?

 

–Conocía chicas de la noche y me gustaba pasarla bien. No soy narco, soy consumidor, sólo me gustaba ser un buen anfitrión. Comer bien, pasarla lindo y tener un buen postre. 

 

–¿Se lleva bien con el encierro?

 

–Es una experiencia única por donde se mire. Cuando entré a Marcos Paz fue un golpe psicológico terrible. Inolvidable, imborrable, indeseable. Acá soy un viejo, me dicen "El tío Bompa".

 

–¿La pasó mal alguna vez?

 

–En Marcos Paz estaba amenazado de muerte y me trasladaron a Devoto. Pedí por mi vida. No tengo ni un tatuaje y no quiero llevar una marca de por vida. Acá estamos bien, no hay enfrentamientos. Hay respeto, y más códigos que en la calle.

 

–¿La relación con su hermana se rompió?

 

–No existe.  Mi mamá Aurora me visita todas las semanas, miércoles y domingos. Ella me ayuda y también el padre de un amigo está esperando que salga a la calle para darme trabajo. No tengo enemigos, nadie habla mal de mí.

 

–¿Su ex también lo visita?

 

–Ella no está bien, miente. Cuenta fantasías y vino acá burlándose de la justicia. Pidió custodia policial y les mintió para venir a verme a mí. Me trae comida y prometió traerme películas.

 

–¿De qué hablan en los encuentros?

 

–Se me hace muy difícil. Ella lastimó a mucha gente, no sólo a mí, sino que destruyó otras familias y hay hijos que no pueden ver a sus padres. Venía con aires de justiciera y por eso tuvo problemas a la salida de una de las visitas. Trato de no escucharla pero es difícil mirar a la cara a una persona sabiendo que te mandó preso por despecho. La primera visita me pidió disculpas y después trajo unos papeles para que le firme por Pucho, mi perro. No está bien de salud mental, todavía no entiendo cómo la justicia la escuchó.

 

–En los programas de televisión lo acusó del golpeador

 

–No sólo me acusó de pegarle, también dijo que la violé tres veces y es todo mentira. Mis vecinos son testigos, una de mis vecinas es testigo mía en la causa. Metió gente en el medio y ahora deberá demostrar todo lo que dijo. Ella estaba bajo tratamiento psiquiátrico. Cuando tomaba las pastillas era divina, si no la cosa cambiaba de la noche a la mañana.

 

–¿No se arrepiente de nada?

 

–El pasado ya fue, hay que mirar hacia adelante. Es lo que me tocó. Si soy culpable, lo estoy pagando. Cuando allanaron mi departamento jamás presenté resistencia. Cuando me llevaron a Drogas Peligrosas conocí a gente que no sabía que estaba en mi causa. Ahí me crucé con los otros imputados, entre ellos Zahina Rojas.

 

–¿La conocía de antes?

 

–Era vecina mía, vivía a la vuelta y laburaba en una casa de ropa. Ella acomodaba la vidriera y yo pasaba caminando y la cargaba. Le hicieron la causa porque mi ex estaba celosa de ella.

 

–¿Qué le produce todo lo que le pasó?

 

–Conozco gente de mierda y te puedo asegurar que nunca jodí a nadie. Si veo una película y muestra lo que me pasó a mí, me atraparía por la trama. Es increíble que una persona sin antecedentes penales termine presa porque un juez escuchó a una mujer despechada. Soy el último eslabón de esta cadena, un consumidor social, no un narco. Nunca oculté nada, sólo me gustaba pasarla bien.

 

–¿Qué se siente ser una celebridad en la cárcel?

 

–Es raro. En Marcos Paz me jugó en contra, pero acá nada que ver. Cuando baila María Eugenia Ritó en lo de Tinelli me cargan, pero yo no me siento especial, soy igual que el resto. Los periodistas hablaron de mí mucho tiempo, y tal vez no sabían que las hijas de algunos me conocen, vinieron a mi casa y tenemos amigos en común.

 

–¿Su situación económica empeoró con el encierro?

 

–No me enriquecí con la venta de droga, el departamento de Cañitas lo tengo hace 18 años. Ahora gano 2500 pesos haciendo bolsitas y mi madre jubilada me ayuda a pagar los impuestos del departamento. Si fuera rico como dicen, tendría abogado de renombre, no defensor oficial.  «

 

 

El sobrino de la diputada margarita stolbizer

 

 El otro apellido famoso que tiene el expediente que el juez federal Norberto Oyarbide elevó a juicio oral, es el de Mario Arrospide Stolbizer, sobrino de Margarita, diputada nacional por el GEN/FAP.

 

Sin embargo, a diferencia de Rodolfo Bomparola, Arrospide, también procesado en el expediente, espera el inicio de los debates en la comodidad de su casa de Martínez, partido de San Isidro. El sobrino de la diputada está acusado como partícipe secundario.

 

Esta es no es la primera vez que Arrospide es noticia.

 

El 16 de mayo de 2013 estuvo involucrado en un confuso episodio, presentado en los medios de comunicación como un secuestro extorsivo, cuando en realidad se trató de una "mexicaneada".

 

Esa noche, su vivienda fue "allanada" por cuatro delincuentes que, vestidos de policías, llevaron adelante un falso operativo antinarcóticos. Uno de los autores de ese hecho, habló con Tiempo Argentino y confirmó las presunciones. "No fue un secuestro. El tipo vendía falopa en la casa, nosotros fuimos a buscar la plata", reveló la fuente.