Dramático alerta y pedido de ayuda por el avance de las drogas en el b
Droga

Dramático alerta y pedido de ayuda por el avance de las drogas en el barrio Pacará

 

 

16/03/2014 Fuente elliberal. Describen un estado de situación en el que todos los integrantes de la familia están expuestos al consumo y comercialización de diferentes drogas.

 

Publicado el 16/03/2014 - Como el frondoso árbol que le da nombre a esta porción de la ciudad, y que es característico de esta populosa barriada bien santiagueña, la droga hunde sus raíces en el Pacará de tal manera que lo que antes todos sabían que estaba mal, ahora es moneda corriente. Padres que se drogan. Jóvenes que cada vez se inician más niños en esta autodestructiva práctica. Madres que envían a sus hijos más pequeños a vender porros en la calle.

 

En esta selva de inconsciencias desmedidas, la asociación de las Madres del Pacará lucha día a día con la lacra de la droga que destruye vidas y familias. Nadie mejor que ellas conoce los vericuetos de este cruel laberinto de deshumanización.

 

Dueñas de la profunda esperanza de salvar a los hijos del barrio, las Madres del Pacará lanzaron un grito desesperado de ayuda, para no sentirse tan solas en medio de tan desigual pelea, y tienen muy claro hacia dónde se tienen que dirigir, qué hombre quieren junto al suyo para no desmayar, a pesar de que íntimamente saben que como sea, ellas seguirán tratando de proteger a los suyos.

 

El pedido de auxilio parte de Gladys Sosa, presidenta de esta asociación que se ha especializado en el trabajo en las calles, quien está convencida que su mejor aliado es la Iglesia: “Es muy importante la presencia de la Iglesia en los sectores más desprotegidos de la comunidad”, donde los flagelos como el alcoholismo, la droga y la delincuencia han ganado terreno de manera dramática. “Por eso le pedimos a la Iglesia que nos acompañe a trabajar en el barrio”.

 

Aunque a la vez, expresó: “Hay que hacer algo por la sociedad, por estos chicos, porque sino después va a ser un ‘sálvese quien pueda’. Tenemos que trabajar todos. Porque todos somos culpables. Todos tenemos que hacer el compromiso, primeros los padres, docentes, la sociedad, el Estado, las iglesias, los centros vecinales, todos. Las oficinas que tiene el Estado deben trabajar en los barrios”.

 

“¿Cómo haríamos? Concientizando, ayudando a los padres. Aquí la prevención en la droga ya no sirve, tal vez en el jardín de infantes, porque se puede ver en el Pacará por ejemplo que madres permiten que sus hijitos salgan a vender el porro. Cuando uno va y habla con esa madre, plantea que no tiene para comer, ni para vivir. No se dan cuenta el daño que le hace a su familia, a sus hijos, a sus nietos. Eso se puede ver cotidianamente y es un dolor profundo verlo a diario. Sabemos que no es fácil parar la olla, pero no justifico que hagan eso”.

 

Pedido

En este contexto, Sosa explica: “Necesitamos una audiencia con el nuevo obispo para que nos escuche, para que nos acompañen (los sacerdotes) y vuelvan a trabajar en el Pacará, por la familia, porque está perdiéndose cada día”.

Argumentó que “la Iglesia es un pilar fundamental en los barrios periféricos. ¿A dónde van a ir a predicar algo de fe, algo de esperanza? ¿Arriba? No, tienen que venir abajo, para acompañar a las familias que están totalmente destruidas”, insiste Gladys. l