Los chicos se convirtieron en arqueólogos por un día
Bienes arqueológicos, paleontológicos

Los chicos se convirtieron en arqueólogos por un día

 

 

Salta. 18/07/2013 Fuente eltribuno. El proyecto se ideó y comenzó a realizarse en 2005, y desde entonces las vacaciones de julio tienen una actividad muy esperada por los niños: la jornada de pequeños arqueólogos.

 Entre cucharas, pinceles, escuadras y reglas, zarandas y una carpeta para anotaciones, entre otras herramientas, unos 50 chicos de entre 7 y 12 años experimentaron ayer el trabajo del arqueólogo. Una tarea que les demandó más de tres horas, pero que pasaron como si fueran solo minutos y que terminó, por sobre toda la experiencia práctica, en satisfacción por el aprendizaje.

 La directora del Museo, Gabriela Recagno, junto al equipo de técnicos y arqueólogos del Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM) salteños transmiten los conocimientos básicos y adecuados a la edad de los concurrentes, pero los niños no dejan de sorprender con sus propios datos entremezclados con sus deducciones y fantasías. Uno de ellos responde: “La arqueología es cavar y encontrar vasijas o flechas de los indígenas”; otro agrega: “Podemos conocer cómo vivían y lo que comían”, y uno de los más chicos dice: “Es encontrar tesoros antiguos”. Y es en esta última idea en la que el arqueólogo Christian Vitry se detiene para lanzar un concepto elemental: “El mayor tesoro es la información del pasado, no si lo que hallamos es de oro o plata”, les dice con el claro objetivo de grabar en ellos, y en muchas de las madres que también concurrieron, el valor de nuestro pasado.

 

Las tareas de excavación

 

Luego de una charla básica para aclarar la diferencia entre arqueología, antropología e historia, Vitry les indica las herramientas de trabajo, se forman cinco grupos y los chicos se organizan guiados por ocho técnicos del Museo y por estudiantes de la Universidad Nacional de Salta.

 El paso siguiente es al frente, en la plaza 9 de Julio, donde cinco grandes cajones cubiertos de tierra los esperan para comenzar una simulación de excavación y hallazgo de restos arqueológicos. Difícil tarea por el entusiasmo de los niños por “descubrir”, pero aquí se forjan otras dos características de esta ciencia que, previamente, se les indicó: paciencia y registro de lo que se va haciendo y encontrando.

 Y en esta simulación comienzan a encontrar piedras, carbón, metales, restos de vasijas, alimentos, tejidos, elementos que los llevan a entender el ambiente y la época en la que vivieron los Niños del Llullaillaco. Los más grandes registran y clasifican en sus carpetas y, con la ayuda de los profesionales, hacen deducciones y elaboran hipótesis del contexto.