Van Gogh 1
Biografía

Van Gogh 1. Primera Entrega

 

De Interés General

 

 

Fuente Wikipedia. Vincent Willem van Gogh (en neerlandés Acerca de este sonido Vincent van Gogh (?·i) [ˈvɪnsɛnt fɑn'xɔx]) (Zundert, Países Bajos, 30 de marzo de 1853-Auvers-sur-Oise, Francia, 29 de julio de 1890) fue un pintor neerlandés, uno de los principales exponentes del postimpresionismo. Pintó 900 cuadros (de ellos 27 autorretratos y 148 acuarelas) y 1.600 dibujos. La figura central en su vida fue su hermano menor Theo, quien continua y desinteresadamente le prestó apoyo financiero. La gran amistad entre ellos está documentada en las numerosas cartas que se intercambiaron desde agosto de 1872. Para Theo fueron unas 650 de sus 800 cartas conservadas; las otras son correspondencia con amigos y familiares.

 

A pesar que desde muy joven tuvo inclinación hacia el dibujo, su primer trabajo fue en una galería de arte. Más tarde se convirtió en pastor y en 1879, a la edad de 26 años, se marchó como misionero a una región minera de Bélgica, donde comenzó a dibujar a la gente de la comunidad local. En 1885 pintó su primera gran obra Los comedores de patatas, en ese momento su paleta se componía de tonos sombríos de tierra. La luz de colores vivos por la que es conocido surgió en obras posteriores, cuando se trasladó al sur de Francia consiguiendo su plenitud durante su estancia en Arles en 1888. La calidad de su obra sólo fue reconocida después de su muerte considerándose uno de los grandes maestros de la pintura. Tuvo una gran influencia en el arte del siglo XX, especialmente entre los expresionistas alemanes y los fauvistas como Derain, Vlaminck y Kees Van Dongen. Sufrió frecuentes brotes de una enfermedad mental a lo largo de su vida, que le llevó a producirse una herida de bala que acabó con su vida a la edad de 37 años. A pesar de que existe una tendencia general a especular que su enfermedad mental influyese en su pintura, el crítico de arte Robert Hughes cree que las obras del artista están ejecutadas con un completo control.

 

Biografía []

 

Primera etapa de su vida (1853-1869) []

 

 

Nació el 30 de marzo de 1853. Hijo de un austero y humilde pastor protestante neerlandés llamado Theodorus y de su mujer Anna Cornelia, Vincent recibió el mismo nombre que le habían puesto a un hermano que nació muerto exactamente un año antes. El 1 de mayo de 1857 nació su hermano Theo y ambos tuvieron cuatro hermanos más: Cornelius Vincent, Elisabetha Huberta, Anna Cornelia y Wilhelmina Jacoba.

 

Durante la infancia acudió a la escuela de manera discontinua e irregular, pues sus padres le enviaron a diferentes internados. El primero de ellos en Zevenbergen en 1864, donde estudió francés y alemán. Dos años después se matriculó en el Instituto Hannik (Tilburg) y permaneció allí hasta que dejó los estudios de manera definitiva a los 15 años. Allí nació su afición por la pintura, aunque durante el resto de su vida se enorgulleció de ser autodidacta.

 

Sobre su infancia, Vincent van Gogh comentó: «Mi juventud fue triste, fría y estéril.»

 

Primeros trabajos []

 

Marchante de arte []

 

 

Vincent van Gogh en 1866.

 

 

 

 

Acequia (1872-73), dibujo juvenil de Van Gogh (La Haya).

 

Desde muy joven mostró un carácter difícil y un temperamento fuerte. Tras abandonar los estudios y después de un año en Zundert, van Gogh empezó a trabajar en 1869, a la edad de 16 años, como aprendiz en Goupil & Co. (más tarde Boussod & Valadon), una importante compañía internacional de comercio de arte de La Haya de la que su tío Vincent fue socio. Se adaptó bastante bien a esta nueva vida, llegando a escribir:

 

 

Es un negocio maravilloso. Cuanto más tiempo se trabaja en él más ambicioso se vuelve uno.

 

Cuatro años después fue trasladado a Londres para suministrar obras de arte a los comercios del lugar. Y fue en la capital británica, donde tuvo un primer contacto con Úrsula, la hija de la patrona de la pensión donde se hospedó. Se enamoró de ella, pero la chica estaba comprometida y lo rechazó. En 1874, un año después de su estancia en Londres, pasó las vacaciones en familia en Helvoirt y confesó su malestar por Úrsula. Vivió aislado, leyendo libros religiosos y perdiendo el interés por su trabajo.

 

En mayo de 1875 fue destinado a París, donde creció su amor por el arte. En una exposición de dibujos de Jean-François Millet comentó:

 

 

Cuando entré en la sala del hotel Drouot, donde estaban expuestos, sentí alguna cosa como: descálzate porque el suelo que pisas es sagrado.

 

El 10 de enero de 1878, en una carta dirigida a su hermano Theo, comunicó que había sido despedido de la galería de arte y que tendría que irse el 1 de abril. El despido fue debido a que interponía sus gustos personales sobre las ventas que debía hacer. En Boussod & Valadon quedó, sin embargo, su hermano Theo, cuatro años menor que él, que trabajaría allí desde 1873 hasta su muerte y sin cuya abnegación nunca hubiera sido posible la corta e intensa carrera artística de su hermano mayor. Su familia le propuso que abriera él mismo una galería, donde podría ofrecer la clase de pintura que él escogiera. Rechazó la idea y más tarde insistió a su hermano, también marchante de arte, para que dejase su trabajo ya que «el comercio de arte era una farsa».

 

Religión []

 

Su amigo Albert Djemal, un escritor, lo trató de ayudar. A fines de marzo de 1876 regresó a Inglaterra, donde permaneció dos años. Por aquel tiempo Van Gogh aumentó su fanatismo religioso. Le entusiasmaba la lectura de la Biblia, y La imitación de Cristo de Tomás de Kempis. Después de estar un tiempo como maestro auxiliar en Ramsgate, empezó a trabajar en Isleworth como ayudante del predicador metodista Jones, donde llegó a subir al púlpito de la iglesia y leer un sermón que se había preparado escrupulosamente. Sobre este primer sermón existe una copia que envió a su hermano Theo con frases como:

 

 

Cuando me encontraba en el púlpito, me sentía como quien desde una oscura cueva subterránea vuelve a salir a la plena luz, y es maravilloso pensar que, desde ahora, predicaré el Evangelio por todo el mundo.

 

Pasó unos seis meses en Dordrecht como empleado de una librería, y en mayo de 1877 se trasladó a Ámsterdam donde quiso hacerse teólogo. Tuvo que desistir y también abandonar sus deseos de entrar en una escuela metodista. Fue rechazado por no saber ni latín ni griego y su dificultad para hablar en público, aunque realmente el motivo era su falta de subordinación. Cada vez le era más difícil adaptarse a un cierto orden y someterse a alguien que le dirigiese.

 

En 1878, compadecidos por su profundo fervor, fue enviado como misionero a la región de Mons a las minas de Borinage, en Bélgica, donde en condiciones extremadamente duras realizó durante 22 meses un trabajo evangelizador entre los mineros de la zona. Pero con su fanatismo lo que conseguía era que le llegaran a temer. Dormía en una pequeña barraca y su estado se degradaba cada día más. Además repartía entre los pobres lo poco que tenía. Decía que estaba obligado a creer en Dios para poder soportar tantas desgracias. Sus superiores decidieron entonces enviarle a Cuesmes, permaneciendo un año completo en una absoluta pobreza y en contacto con los mineros, por los que sentía una gran simpatía: «Los carboneros y los tejedores siguen constituyendo una raza aparte de los demás trabajadores y artesanos y siento por ellos una gran simpatía y me sentiría feliz si un día pudiera dibujarlos, de modo que estos tipos todavía inéditos o casi inéditos fuesen sacados a luz.(...)». Después se le suprimió el pequeño sueldo que recibía. Ante todo esto, siguió los consejos de su hermano Theo, del que ya estaba recibiendo ayuda económica, y decidió dar un cambio a su vida y dedicarse a la pintura.

 

Pintura: aprendizaje []

 

 

Establecido en 1880 en Bruselas hizo amistad con el pintor neerlandés Anthon van Rappard. Se inscribió en la Academia de Bellas Artes donde estudió dibujo y perspectiva. En esta época realizó esbozos y dibujos basados en las pinturas de Jean-François Millet, representando personajes de campesinos y mineros, modelos de la vida cotidiana, y pintándolos muy realistas y con tonalidades oscuras.

 

Etten []

 

El 12 de abril de 1881 Vincent llegó a Etten a visitar a su hermano. Durante este período va a casa de su primo, el pintor Anton Mauve, y donde vuelve a enamorarse, esta vez de una de sus primas Cornelia Adriana Vos-Stricker (Kee), que acababa de enviudar, a la que propuso rápidamente matrimonio, la respuesta de Kee fue: «No, jamás, jamás». A pesar de esta negativa, insistió mediante cartas que la viuda no contestaba, además de negarse a verlo. Vincent insistió con los padres de ella, fue a su casa a intentar verla de nuevo, los familiares le llegaron a decir que su insistencia era «asquerosa». En diciembre de 1881, escribió a su hermano, le contó la historia y las disputas con su padre: « Pero como puedes ver, estoy nuevamente en La Haya; por Navidad tuve una disputa bastante grave con nuestro padre, que llegó al extremo de decirme que sería mejor que abandonase la casa. Lo dijo tan enérgico que me fui aquel mismo día».

 

La Haya []

 

 

Dibujos en La Haya

 

Dolor (1882) Posiblemente la modelo fue Sien Hoornik. Niña de rodillas delante de una cuna (1883)

 

En La Haya, su primo Antón, pintor de acuarelas, le aconsejó e insistió en la importancia de que aprendiese perspectiva y dibujo. Vincent hizo entonces sus primeras acuarelas y naturalezas muertas, utilizando tonos apagados, como se ve en las acuarelas: Los pobres y el dinero (1882) y Naturaleza muerta con col y zuecos (1881).

 

Mientras, su vida amorosa tomó un nuevo rumbo. Desesperado tras el rechazo de su prima Kee, o quizá por compasión, Vincent recogió de la calle a Sien Hoornik, una prostituta alcohólica, embarazada y con una hija, con la que vivió durante un año; tanto la madre como la hija le sirvieron de modelo. En el dibujo Dolor, en el margen inferior, citó las palabras de Jules Michelet del tratado La Femme (1860): Cómo es que hay en la tierra una sola mujer?. Sien, por la falta de recursos económicos, había vuelto a ejercer la prostitución y esto, unido a la gran presión que padecía Van Gogh por parte de su padre, de su hermano Theo y su primo Mauve (con quien llegaría a discutir y romper su amistad), hizo que este intento de vida familiar también fracasara.

 

Concluida esta relación con Clasina María Hoornik (Sien), se trasladó a Drente, al norte de los Países Bajos, donde permaneció durante tres meses y pintó temas paisajistas en pintura al óleo, en los que se puede apreciar la diferencia con los dibujos realizados anteriormente. Como quería plasmar todos los detalles, realizó los óleos con trazos gruesos y pinceladas espesas. Esta temporada sintió más que nunca la soledad; en las cartas dirigidas a su hermano, le insistía en que abandonara su trabajo de marchante y siguiese el camino de la pintura. En diciembre de 1883 regresó nuevamente a la casa paterna, esta vez en Nuenen, donde el padre había sido trasladado.

 

Nuenen []

 

 

En Nuenen, fue bien recibido por su familia que le acondicionaron una habitación como taller. En este periodo se dedicó a dibujar y pintar el trabajo en los telares. Coincidió con un amigo suyo Anthon van Rappard al que había conocido en Bruselas y que había venido a pasar unos días en Nuenen, los dos juntos estudiaron y pintaron a los tejedores rurales. En estas obras Van Gogh no consiguió la misma técnica que su amigo, pero éste le sirvió de ejemplo.

 

La pintura El tejedor en el telar, de mayo de 1884, expresa la dureza y el esfuerzo de este oficio, pero también la dignidad del personaje, aquí Van Gogh demuestra la solidaridad y su identificación con el protagonista, intentando representar el ideal de una sociedad libre de la industrialización y hace una alabanza al trabajo artesanal. La composición de esta pintura consigue el efecto de enmarcar al tejedor en el mecanismo del telar, dentro de un enrejado horizontal y vertical que parece integrar al personaje hasta conseguir que llegue a formar parte de la máquina. La claridad del fondo de la pintura hace resaltar todo el dibujo.

 

En el otoño de 1884, se enamoró de nuevo, ahora de la hija de un vecino, Margot Begemann, diez años mayor que Vincent, que le acompañaba en sus salidas pictóricas por el campo. Pensaron en contraer matrimonio, pero se encontraron con la firme oposición de la familia de Margot, la cual llegó a intentar suicidarse. Poco después el 26 de marzo de 1885, muere repentinamente el padre de Vincent. Las disputas por la herencia entre su madre y sus hermanas, hicieron que se marchase de su casa para irse a vivir a un lugar más amplio que le ofreció el sacristán de la iglesia católica; en su familia, que eran protestantes, este hecho fue considerado como una ofensa.

 

Durante la primavera de 1885 pintó la que se considera una de sus grandes obras tempranas: Los comedores de patatas. Hasta entonces sus esfuerzos se habían centrado siempre en la representación de una figura, en esta obra se encontró con la dificultad de tener que coordinar cinco personajes y conseguir relacionarlos. Para realizar esta pintura contrató modelos, y realizó diversos esbozos de dibujos de las figuras y estudios sobre detalles, con las manos sujetando el tenedor, la taza o la tetera. Los colores empleados de tonos terrosos no contribuyeron a una fusión armoniosa con el fondo.

 

En una de sus cartas26 expresó:

 

 

(...) He querido dedicarme conscientemente a expresar la idea de que esa gente que, bajo la lámpara, come sus patatas con las manos que meten en el plato, ha trabajado también la tierra, y que mi cuadro exalta, pues, el trabajo manual y el alimento que ellos mismos se han ganado tan honestamente.(...).

 

Con ayuda de Theo se imprimieron veinte litografías de Los comedores de patatas, que la gente de los alrededores pudo comprar a precios asequibles.

 

 

 

En un solo día trasladó directamente en la piedra, de memoria y sin dibujos previos, la imagen de Los campesinos comiendo patatas (obviamente, en la impresión en papel las figuras están invertidas). De las veinte litografías, Juliana Montford ha logrado localizar ocho, entre las que se encuentra la del Museo Thyssen-Bornemisza:

 

 

 

Campesinos comiendo patatas (1885) Litografía sobre papel Japón. Museo Thyssen-Bornemisza

 

Esta pintura provocó la ruptura con su amigo Rappard, ya que el hipersensible y vulnerable Van Gogh no aceptó sus comentarios. Rappard le hizo esta crítica basada en una de las 20 litografías:

 

 

Estarás de acuerdo conmigo en que este trabajo no se puede tomar seriamente. Por fortuna eres capaz de mucho más. Pero, ¿por qué todo lo observas y lo tratas superficialmente, de la misma manera? ¿por qué no estudias minuciosamente los movimientos? En este cuadro los personajes posan. La mano de la mujer del fondo...!qué poco real! ¿Y qué relación hay entre la cafetera, la mesa y la mano que toca el asa? ¿Qué función hace esta cafetera? No se mantiene, tampoco la sujetan, entonces, ¿qué? ¿Y por qué el hombre de la derecha no tiene rodillas, ni vientre, ni pulmones? ¿O quizá los tiene en la espalda? ¿Por qué a su brazo le falta un metro de largo, por qué le falta la mitad de la nariz? ¿Por qué la mujer de la izquierda tiene por nariz un mango de pipa acabada en un dado? ¿Y aún te atreves, con esta forma de trabajar, citar a Millet y a Breton? El arte es demasiado elevado para poderlo tratar con tanta negligencia.

 

Hay que aclarar que la dureza de la crítica por parte de van Rappard, se debía también al propio enfado que éste tenía con Van Gogh, por el hecho de no haber tenido noticia directa, de la muerte repentina del padre de Vincent. Al principio de esta misma carta se quejaba Rappard, ofendido de haber recibido una simple nota a pesar de su amistad : «¿Pensaste que tenía tan poco interés en tu padre y tu familia?»

 

A la vista de esta pintura en París, Camille Pissarro quedó profundamente impresionado por la fuerza expresiva del cuadro. También Émile Bernard escribió en un artículo:

 

 

Me quedé desconcertado, en esta confusión, por la comida de los pobres en una barraca inquietante bajo una mísera luz. Era grandioso en su fealdad y estaba lleno de una vida inquietante.

 

 

Seguramente cuando Bernard hablaba de la grandiosa fealdad, se refería a los colores puesto que él tenía un sentido del color mucho más luminoso. Durante estos dos años en Nuenen completó numerosos dibujos y acuarelas, y cerca de doscientas pinturas al óleo. Los colores usados continuaban siendo oscuros. Su hermano Theo se quejaba, en una de sus cartas, de que eran demasiado apagados y no estaban en la línea del estilo del momento, donde destacaban las pinturas brillantes de los impresionistas. Vicent escribió al respecto:

 

 

He leído con mucho placer Los maestros de antaño, de Fomentin. He encontrado «tratadas» en este libro, en diversos sitios, las mismas cuestiones que me preocupaban mucho estos últimos tiempos (...) tratar de dar un valor claro por medio de tonos relativamente obscuros. En una palabra, expresar la luz por oposición a la obscuridad. Ya sé todo lo que piensas del "demasiado negro", pero, sin embargo, no estoy aún absolutamente convencido,(...).

 

El cuadro Naturaleza muerta con biblia, fue pintado en octubre de 1885 antes de su partida hacia Amberes. Se aprecia la biblia como símbolo de la casa paterna y de toda una educación religiosa. Como contraste aparece La joie de vivre de Zola, el libro del naturalismo y, en opinión de su padre, una de las obras más nefastas. En la composición, Van Gogh coloca la vela, un símbolo religioso, con la idea de situar ambos símbolos al mismo nivel.

 

Amberes y París []

 

 

A la izquierda, grabado de Hiroshige representando El puente Ohashi y Atake bajo una lluvia repentina; a la derecha, copia de Van Gogh de este grabado japonés: Japonaiserie: Puente bajo la lluvia, 1887, óleo sobre lienzo, 73 x 54 cm, Rijksmuseum, Fundación Van Gogh, Ámsterdam.

En noviembre de 1885 llegó a Amberes, donde ocupó un pequeño taller encima de una tienda de pinturas; el alquiler lo pagaba su hermano. Compró en unos anticuarios algunas xilografías japonesas, y se dedicó a copiar modelos de yeso de esculturas antiguas, expuestas en la Real Academia, a pesar de su desacuerdo con la enseñanza académica. Descubrió las pinturas de Rubens, que con su colorido y sus formas femeninas le abrieron la alternativa del uso de colores como el carmín y el verde esmeralda. En esta época contrajo sífilis, que aunque fue tratada médicamente, le hizo perder casi todos los dientes. En febrero de 1886, comentó en cartas dirigidas a Theo que sólo se había podido permitir seis o siete comidas calientes desde el mes de mayo anterior.

 

El año 1886 se mudó a París, a vivir junto a su hermano menor Theo, a quien avisó con esta simple nota: «Estaré en el Louvre desde el mediodía, o antes, si lo deseas». Theo, que trabaja en Boussod & Valadon, le descubrió a Vincent los trabajos del impresionismo; lo que produjo una paleta más luminosa, donde el color jugaría un rol fundamental en el resto de su obra. Durante los dos años siguientes, los dos hermanos tuvieron múltiples fricciones y siempre tuvo que ser Theo el que cediese y perdonase.

 

Se instalaron en Montmartre y empezó a codearse con los artistas de la época que allí se reunían. Conoció a Émile Bernard y a Henri de Toulouse-Lautrec, haciéndose gran amigo de ellos, así como a Paul Gauguin, Georges Pierre Seurat, Paul Signac, Armand Guillaumin, Camille Pissarro, Paul Cézanne. Van Gogh, como muchos pintores de la época, admiraba el arte japonés: Hokusai, Hiroshige, Utamaro, prueba de ello son las réplicas que realizó de grabados japoneses y algunas pinturas suyas que reproducen ese país de modo escenográfico. A las reproducciones procedentes del Japón se las llamaba japonaiserie. Dos de estas obras realizadas por Van Gogh fueron Ciruelo en flor y Puente bajo la lluvia, copias de obras de Hiroshige. De ellas, Van Gogh dejó escrito el siguiente comentario:

 

 

Envidio a los japoneses por la increíble claridad de la que están impregnados todos sus trabajos. Nunca resultan aburridos ni hacen el efecto de haberlos realizado deprisa... Su estilo es tan sencillo como respirar. Son capaces de hacer una figura con solo unos pocos trazos seguros, que hace que parezca tan fácil como abrocharse el chaleco.

 

 

Utilizó los colores complementarios y todo esto le hizo abrirse a una expresión en su arte que no había sospechado en los Países Bajos. Pissarro también le explicó las nuevas teorías sobre la luz y el tratamiento divisionista de los tonos. El artista consiguió ir añadiendo colores más ricos y luminosos a su paleta, gracias a Signac, con quien trabajó en 1887. Practicó pintando paisajes urbanos del barrio de Montmartre y naturalezas muertas ya con colores más vivos; los rojos, amarillos y azules con sus complementarios ya se pueden apreciar casi en todas sus pinturas de este periodo.

 

Exaltado por la intensidad del clima artístico de París, Van Gogh consiguió, con la ayuda de Toulouse-Lautrec, la renovación de su pintura en lo que atañe a la investigación psicológica en los retratos. Pudo apreciar las pinturas exóticas realizadas por Gauguin en la Martinica. El retrato de Mujer en el Café de Tambourin es del mes de febrero de 1887. No representa una bebedora en una taberna cualquiera sino que es la imagen concreta de una antigua modelo de los pintores Degas y Corot, Agostina Segaroti, y que en ese momento era la propietaria del bar. El cuadro respira un cierto atractivo exótico, desde el peinado de la mujer pasando por su vestido hasta el fondo de la pintura donde en su decoración se observan láminas japonesas. Una de las cosas más importantes que aprendió en esta época fue la aplicación del contraste complementario, el contraponer los tres colores básicos (amarillo, rojo y azul) a la mezcla formada por los otros dos, como combinación rojo-verde, amarillo-violeta y azul-naranja que refuerzan su tono o se neutralizan al mezclarse en un gris deslucido. Así se observa la aplicación de esta técnica en los Cuatro girasoles donde claramente existe el contraste complementario entre el amarillo y el azul vivo del fondo.

 

Poco antes de acabar su etapa parisina, Van Gogh realizó tres retratos de Julien Tanguy, llamado por todos los artistas «Père Tanguy», en cuya trastienda de su establecimiento habían expuesto sus obras Van Gogh, Gauguin, Paul Cézanne y Seurat. Este retrato se considera la obra representativa de su etapa parisina. Con una visión frontal, es una imagen de una estructura simple, que contrasta con el fondo decorado con estampas japonesas. El artista holandés estaba dispuesto a realizar su sueño mediterráneo en busca de la luz cegadora de la Provenza, con la explosión de la naturaleza y los colores puros, colores que había estudiado en su colección de estampas japonesas. Fue un periodo muy fértil en el que su arte se inclinó hacia el impresionismo, pero por otro lado, la absenta y la fatiga mental agravaron su condición física.

 

Últimos tiempos: Arles []

 

 

Melocotonero en flor (1888).

 

 

Los descargadores en Arles (1888) Museo Thyssen-Bornemisza

 

El 21 de febrero de 1888 llega a Arlés, al sur de Francia, primero se instaló en una habitación situada en el Hotel-Restaurante Carrel, por la que pagaba cinco francos diarios; esto representaba sobrepasar sus posibilidades económicas, además el espacio era muy reducido para tener su taller. Pintaba todo lo que veía (como Huerto en flor con vistas de Arles) y ya no necesitaba estampas japonesas, como él mismo reconoció en una carta dirigida a su hermana: «Aquí no me hace falta para nada el arte japonés, porque me imagino estar en el Japón y nada más necesito abrir los ojos y ver lo que tengo delante» Sus primeros cuadros en Arles fueron típicamente japoneses; la pintura Melocotonero en flor, la realizó en marzo de 1888. Pintó la naturaleza de los alrededores, los campos de trigo, los pantanos del delta del Ródano, el canal del sur de Arles que reflejó en diversas obras como El puente de Langlois. Durante este periodo empezó a utilizar las pinceladas ondulantes y los amarillos, verdes y azules intensos que caracterizan su obra pictórica de los últimos tiempos.

 

El 24 de mayo de cada año, gitanos de toda Europa acuden en peregrinaje a Saintes-Maries-de-la-Mer para venerar a su patrona santa Sara. Van Gogh acudió a observarlo y aprovechó para realizar pinturas durante ese tiempo. Entre los cuadros hay la obra de Barcas a Saintes-Maries:

 

 

He pasado una semana en Saintes-Maries. En la playa de arena había pequeñas barcas verdes, rojas y azules, de formas y colores tan bellos que hacían pensar en flores. Son tan pequeñas que casi nunca van a alta mar. Salen cuando no hace viento y vuelven a tierra cuando sopla con demasiada fuerza

 

 

Vincent van Gogh, junio 1888.

 

Retratos []

 

Al principio de su estancia en Arles se dedicó a la ejecución de retratos. Sin embargo, tenía dificultades para conseguir que alguien posase para Él, sobre todo si eran mujeres; la primera que pudo retratar fue una mujer joven a finales del mes de julio, y le puso el nombre de La Mousmé, nombre japonés que le inspiró la lectura del libro Madame Chisanthème de Pierre Loti. Con los hombres le fue más fácil convencerlos, a cambio les invitaba a una copa en la taberna; podía retratarlos sin ningún problema, y así realizó las obras de El campesino, retrato de Patience Escalier, El zuau, El lugarteniente Millet y El cartero Roulin.

 

Con el cartero de nombre Joseph Roulin tuvo una buena amistad, casado con la señora Augustine Roulin y que tenía tres hijos: Marcelle Roulin, Armand Roulin y Camille Roulin. Vincent hace un gran número de pinturas sobre esta familia; el retrato conocido como "La Berceuse" pertenece a la señora de Joseph Roulin, el Retrato de Armand Roulin, Retrato de Camille Roulin y al cartero hasta seis retratos. El poeta, Retrato de Eugène Boch, lo realizó en una visita que le hizo este artista belga en el mes de julio, según explica a su hermano. En este retrato quería captar las ideas románticas del personaje:

 

 

He exagerado el rubio del cabello, he utilizado también tonos naranjas y amarillo pálido. Detrás de la cabeza, en lugar de pintar la pared ordinaria de la habitación, he pintado el infinito, un fondo plano del azul más rico e intenso que he podido conseguir y con esta sencilla combinación de la cabeza brillante sobre el fondo intensamente azul, he conseguido un efecto misterioso, como si fuera una estrella en la profundidad de un cielo azul.

 

 

 

El Sembrador (1888).

 

Van Gogh pasó todo el verano pintando paisajes al aire libre. Para realizar la composición colocaba en el fondo del cuadro toda la parte arquitectónica, con torres de iglesia, chimeneas, casas, pueblos, en una fina franja a la altura del horizonte, el primer plano lo reservaba para los campos y la vegetación. Esto lo hizo con el cuadro Vista de Arles con lirios en primer plano, Los segadores con Arles en el fondo, La cosecha, Campos labrados, La viña verde y una de sus obras paisajistas más conocidas El sembrador, realizada en el mes de junio, cuando la cosecha estaba casi a punto, como se puede apreciar en el campo de trigo maduro que hay detrás del sembrador. Con los colores azul y púrpura, y los amarillos relucientes del sol y el cielo consiguió un contraste cromático.

 

 

 

Casa amarilla (1888).

 

Vincent tenía la intención de crear un taller de artistas, y para esto alquiló en mayo la «casa amarilla» (llamada así por tener paredes de ese color) en Place Lamartine situada al norte de la ciudad de Arles. Theo le envió trescientos francos para poder acondicionar y amueblar modestamente la casa. El único que atendió a su petición del taller fue Paul Gauguin, con el que mantuvo diversas cartas sobre el tema del Atelier du Midi que juntos habrían de fundar y que pedirían la participación de Seurat, Signac y Bernard.

 

También Theo insistió a Gauguin para que hiciera el viaje a Arles. Gauguin vivía en aquel tiempo en Pont-Aven en la Bretaña; estaba lleno de deudas, se sentía incomprendido y soñaba con la fundación de un círculo de pintores, pero seguramente no había pensado en Van Gogh como componente del mismo. Su meta era la Martinica, pero la cuestión económica era un impedimento. Theo van Gogh era el galerista y el marchante de Gauguin y éste pensaba que detrás del carácter extraño de Vincent y las intenciones de Theo se ocultaba alguna estratagema comercial; por lo que no se decidía a viajar hacia Arles. Así se lo hizo saber en una carta dirigida a Émile Bernard, en octubre de 1888:

 

 

Por más que me aprecie, no creo que Theo se preste a mantenerme al Midi, solamente por mi cara bonita. Con su carácter frío holandés ha estudiado el terreno y proyecta alguna cosa...

 

 

 

Autorretrato como un bonzo dedicado a Gauguin.

 

Retrasó el viaje, disculpándose por carta, hasta que Theo acabó pagando todas las deudas que tenía Gauguin, entonces viajó a Arles el 23 de octubre. Mientras, Vincent había realizado diversas series de pinturas para decorar la casa, especialmente la habitación destinada a Gauguin.

 

La ideología del simbolismo surgió a finales del siglo XIX. Según escribió en el año 1886 Edouard Dujardin, uno de los grandes teóricos de esta técnica:

 

 

El objetivo de la pintura y la literatura es reproducir el sentimiento provocado por las cosas con los medios propios de las citadas artes. Lo que se debería expresar no es la imagen sino su carácter.

 

En la pintura Jarro con doce girasoles, pintado en agosto de 1888, Van Gogh buscaba el espíritu del simbolismo. La meticulosidad de las flores contrasta con la caótica situación de las hojas así como la pastosa aplicación del color que, delante del fondo azul claro, consigue que el cuadro tenga un significado que va más allá que la simple reproducción de las flores. Expone la imaginación del artista y su gran fuerza expresiva y esta fuerza exigía un gran delirio de sentimientos.

 

Durante este mes de agosto realizó cuatro pinturas sobre girasoles: primero con tres flores, después con cinco, hasta llegar a la de los doce girasoles sobre un fondo azul, y otro con quince girasoles sobre fondo amarillo.

 

Antes de la llegada a Arles de Gauguin, le envió un autorretrato, con el título de Autorretrato como un bonzo, cuadro en el que es evidente su identificación con el japonismo, se pintó con la cabeza rapada al estilo bonzo.

 

Gauguin fue el que impulsó a Van Gogh para que pintase lugares históricos de Arles y así trabajaron juntos y pintaron la serie de vistas de Alyscamps. Escogieron diferentes motivos, Gauguin pintó un paisaje con un encanto pintoresco y más bien refinado, mientras que Van Gogh escogió un paseo enmarcado por altos álamos que tenían un color amarillo puro que contrastaba con el verde-azul del cielo, en cambio el color empleado por Gauguin era mucho más tímido. Se pintaron mutuamente, Gauguin pintó de perfil a Van Gogh y éste pintó a Gauguin de espaldas.

 

 

Diferentes puntos de vista entre Gauguin y Van Gogh

 

Los Alyscamps (1888) por Paul Gauguin. La avenida de los Alyscamps (1888) por Van Gogh.

 

Corte del lóbulo de la oreja []

 

Con el paso de las semanas, la convivencia de los dos artistas fue empeorando, debido a sus diferencias personales, acentuadas por el carácter muy temperamental de ambos. Pasados menos de dos meses, en la tarde del 23 de diciembre de 1888, Van Gogh y Gauguin tuvieron un altercado que dio origen a una de las explicaciones que se han dado acerca de la pérdida de la oreja izquierda del primero, o de parte de ella. Gauguin en sus memorias señala que Van Gogh le amenazó y persiguió con una navaja y que por la noche el holandés se automutiló el lóbulo de la oreja izquierda (no la oreja completa). A continuación, Van Gogh habría envuelto el lóbulo en un paño y se habría dirigido a un burdel de Arlés, donde presentó este «regalo» a una prostituta llamada Rachel. Posteriormente regresó a la «casa amarilla». A la mañana siguiente la policía lo encontró inconsciente, y fue trasladado al hospital Hôtel-Dieu de Arles mismo. Se avisó a Theo, y Vincent quedó ingresado durante catorce días. Gauguin dejó Arles con rumbo a París y no volvió a tener contacto con Vincent, exceptuando algunas cartas posteriores.