La Argentina, llamada a ser el "granero del mundo", tiene el trigo más
Comercio Exterior

La Argentina, llamada a ser el "granero del mundo", tiene el trigo más caro a nivel global

 

 

19-10-2013 Fuente iprofesional. Según un informe del IERAL de la Fundación Mediterránea: la superficie sembrada de este cereal cayó a la mitad en los últimos dos años respecto a las hectáreas destinadas hace 7 años atrás. En cambio, su precio en dólares es el doble al que cotiza en el Golfo de México

 

Atrás quedó la fantasía de conseguir el kilo de pan a 10 pesos, aquel referencia que había establecido el Gobierno por junio pasado, en un acuerdo con panaderos y molinos.

 

De acuerdo al relevamiento mensual que realiza el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Córdoba, el costo mensual de una canasta básica de panificados (por adulto equivalente) pasó de $55 a $173 entre 2009 y 2013 (primeros 9 meses de cada año), una suba del 212% en cuatro años. En este 2013 esta canasta acumula una suba del 43% interanual.

 

Según un informe del IERAL de la Fundación Mediterránea, el mercado interno sufre una increíble escasez de trigo con calidad panadera, por ende de harina, y de productos panificados.

 

La situación, alerta el análisis, es sorprendente, principalmente, por los tres motivos:

• Argentina siempre generó grandes excedentes de trigo, es decir, históricamente produjo mucho más de este cereal del que se consume localmente.

• Lo que sucede en el país no se observa en otros estados productores.

• Argentina exportará muy poco trigo este año (en relación a lo que es habitual).

 

Según el relevamiento de Juan Manuel Garzón, analista del IERAL, "por detrás de la fuerte suba de precios de los panificados están, además de esta situación inusual de trigo escaso, la inflación general (en el rango del 20%-25% anual) y la tozudez de un gobierno que no parece dispuesto a reconocer la realidad tal cuál es, ni mucho menos, a aceptar que algunas de las cosas malas que suceden en ella tienen mucho que ver con errores y/o ausencias de su propia política económica".

 

Por lo tanto, Garzón considera que la realidad es que los consumidores argentinos enfrentan actualmente "el trigo más caro del mundo".

 

En el Mercado a Término de Buenos Aires hay quienes han pagado más de u$s500 la tonelada y en los últimos días más de u$s600.

 

En cambio, en el Golfo de México, región que genera la referencia más fuerte de precios internacionales, el trigo llegó a los $320 la tonelada, es decir, se encuentra en un rango de precios, como mínimo, un 40% por debajo que en Argentina.

 

"Las causas de la sobre reacción del precio interno del trigo deben buscarse en una combinación de mala praxis de política económica e infortunios climáticos", explica el informe del IERAL de la Fundación Mediterránea.

 

Por lo tanto, explica que la mala praxis surge desde el momento en que se castiga al trigo en el mercado interno con una "triple llave": elevados impuestos a la exportación, cupos de exportación y fuerte inflación de costos en dólares.

 

"Si un productor recibe entre el 55% y el 70% de lo que vale el trigo en el mundo durante muchos años seguidos (los últimos 7 para ser precisos) y además lo que recibe le permite comprar cada vez menos cosas en el mercado interno, debe esperarse que sus incentivos a producir trigo sean cada vez menores", concluye Garzón.

 

Y agrega: "Si un productor asume todos los riesgos que implica producir pero recibe un porcentaje de lo que vale su producto que es variable de acuerdo al criterio de un funcionario de turno, no debería sorprender, entonces, que se vaya inclinando cada vez más a destinar la tierra hacia otros cultivos. O que la deje en descanso hasta que entren los cultivos de verano".

 

Las estadísticas son contundentes según el informe: la superficie sembrada de trigo en Argentina pasó de un promedio de 6,4 millones de hectáreas (1997/2005) a 3,2 millones en la última campaña (2012/13).

 

Es decir, la producción se redujo en un 40% en estos años, y "la producción con calidad panificación probablemente más", considerando que las condiciones climáticas de la última campaña no fueron las ideales.

 

"La mala praxis fue un poco más allá. Se podría haber evitado o atenuado la sobre reacción del precio interno permitiendo la importación de trigo", explica Garzón.

 

El diferencial de precios entre mercado externo e interno "permite holgadamente pagar los costos de traslado de trigo desde otros países".

 

"Pero basta con preguntar en el Uruguay para encontrar testimonios de operaciones de exportación que quedaron frustradas frente a la negativa del gobierno argentino de permitir el acceso de trigo del país vecino. Nótese que la importación (o su simple posibilidad) hubiese eliminado todo componente especulativo que suele generarse en situaciones de escasez de un producto", analiza el experto de la Fundación Mediterránea.

 

¿Qué puede esperarse a futuro? Según el informe del IERAL, la superficie sembrada de trigo se ha recuperado levemente en la campaña 2013/14 y "quizás también lo haga la producción, aunque dependerá de cómo terminen de evolucionar los cultivos".

 

"Si los números productivos mejoran un poco, el mercado interno se distenderá y volverá cierta normalidad en materia de precios".

 

Y finaliza: "Aunque quedan muchos interrogantes abiertos por el lado de la política económica, respecto de si ha habido o no algún aprendizaje en cuanto a que los efectos nocivos sobre la producción de ciertos instrumentos de intervención llegan siempre, a veces más tarde a veces más temprano, pero en todos los casos se sienten".