La arqueología descubre la “ruta de la seda”.La joya del pecio del Nan
Bienes arqueológicos, paleontológicos

La arqueología descubre la “ruta de la seda”.La joya del pecio del Nanhai

 

 

21/02/2015 Fuente abc.

 

Todo lo exquisito y admirable viene de las Indias Orientales. Gentes instruidas remarcan que en el mundo entero no hay comercio comparable al de China».

Leibniz. Filósofo, lógico y matemático Alemán, siglo XVII-XVIII.

 

En junio de 2014, la UNESCO designaba el corredor Chang’an-Tianshan de la Ruta de la Seda como Patrimonio de la Humanidad.

 

Todo comenzó con la pregunta en una tertulia entre curiosos, historiadores y arqueólogos  ¿pero realmente Marco Polo fue a China?. La doctora Francés Wood, directora del departamento de sinología del British Museum, en su libro del año 1996 titulado precisamente ¿Did Marco Polo go to china?, lo negó. En esta obra expuso sus dudas acerca de la credibilidad de Polo, se basaba, no tanto en lo que el veneciano había narrado en su épico relato de viaje, escrito en el siglo XIII, como en lo que había omitido. Y parece que debió omitir muchas cosas para negar tan rotundamente su existencia. Y de esa conversación sobre Polo, sobre la credibilidad o no a ese “Libro de las maravillas”, un contertuliano preguntaba directamente en aquella ponencia sobre los influjos de Oriente desde el mundo matitimo”¿Que es lo que dicen los hechos?. Vayamos a ellos. ¿Que dicen los pecios, la arqueología submarina sobre la ruta de la seda?. La seda marcó un territorio del mundo en lo económico, cultural y religioso por muchos siglos. “Espero que no ocurra igual que con los pecios de la Corona Española en época moderna, que también marcó el rumbo de la economía mundial de forma global y no se conoce ni un solo yacimiento arqueológico submarino excavado cientificamente”.Sentenció. ¿Ocurre lo mismo en China con la ruta de la seda?. Afortunadamente podemos contar una recién e interesante historia. De hecho hace tan solo unos días, los responsables de patrimonio y arqueología chinos mostraban orgullosos fotografías de las colecciones de porcelana del Nan Hai a todo el mundo. De manera pionera en la cuestión submarina, y a pesar de estar recién entrados en esta apasionante disciplina, hablan con resultados y con hechos acerca de un episodio fundamental de su historia. Y lo hacen desde la arqueología…

 

Una porción de la historia llamada… “La ruta de la seda”

 

Jorge Pires llegó en 1513 a las islas Lintín y el mercader Ferno Pires hizo la primera factoría comercial europea en el estuario del Zhujiang. Aquello si que era explorar y emprender a miles de kilómetros. Para los europeos era el primer vistazo, la primera ojeada que podían dar a aquel lugar del mundo. No podía ser menos apasionante.Para los que llegaban a aquellos lares era todo un mar de oportunidades. Para los foráneos, aquello era una ruta naval centenaria de prosperidad e intercambio cultural que regaba una extensa superficie del mar meridional de China, desde que tenían memoria. Para los mercaderes y ciudades de aquel “dragón asiatico”, toda aquel trasiego comercial era de lo más normal. Diariamente, desde su red de puertos y con las mercancías que sus naves desplegaban en sus bodegas, que iban desde el oro, la plata, piedras preciosas, marfil, cristal, perfumes tintes y otros textiles provenientes de Europa. Y todo esto fluía entre los reinos por donde transitaba la ruta y los aledaños que tenían sus propias rutas comerciales, entroncandose en algún punto con la misma ruta principal, que era azul y provenía de la mar. Como si de un corazón vivo se tratase, en su impulso de diástole, el imperio chino exportaba seda, cerámica, porcelana, especias, jade, bronce, laca y hierro de vuelta a Europa. El galeón de Manila a este propósito, y debatiendo con los contertulias, era una de sus modernas versiones y ramificaciones de aquella prosperidad oriental. Cuando la Ruta de la Seda sufrió en sus vías terrestres el tremendo desbarajuste del fin del reinado de los mongoles, se estímulo la búsqueda de nuevas rutas hasta el próspero imperio chino por parte de potencias europeas por vía marítima. Esa que siempre es más segura, y que a modo de un “camino azul” unía culturas y economías. Se esperaban grandes beneficios de la relación comercial directa con Asia y por ello fue por lo que nuestros hermanos portugueses estaban muy interesados en desarrollar las exploraciones portuguesas del Indico, incluyendo el mar de China.

 

La entrega de Macao a Portugal en 1557 por el emperador de China (como recompensa por los servicios prestados contra los piratas que infestaban el mar de China meridional) dando lugar al primer puesto comercial y marítimo europeo permanente entre Europa y China. Se daba ese pistoletazo de salida a eso que los arqueólogos e historiadores náuticos entienden es vital para la investigación marítima. Vincular economía, comerciantes y mercaderes por la mar. En este caso entre Occidente y Oriente en época moderna. Peregrinos con monjes y soldados. Nómadas con funcionarios imperiales. Habitantes de China, la India y el mar Mediterráneo, construyen un fenómeno cultural de inusitada importancia. Que no decir acerca del mestizaje. Ese maridaje tan atractivo y que tan interesantes resultados para eso de las influencias y que lo ha sido tambien para la historia y los lazos de nuestra cuktura iberoamericna . Y como muestra un botón, vayamos a las mercancías. A eso tan arqueologico como es una cerámica. El caso de la llamada “sancai” o cerámica de “Tres colores”, de origen Chino se relacionaba y compartía bodega con aquellas otras cerámicas azules  y blancas provenientes de oriente. Y a su vez, cerámicas realizadas en el norte de Italia, a mediados del siglo XV, con otra que venía de Oriente, y que influían sobre las modas, sobre las formas de hacer artesania occidentales. Son las cosas del mercado y de la mercadería, la esencia de ser en la ruta de la seda. El Musée du Louvre nos lega ese testimonio de fructíferas relaciones siglos después, al alcance de cualquier curioso del siglo XXI. La extensión de 4.000 millas (6437 kilometros) de la “Ruta de la Seda” nos dejaba bien claro su influencia territorial. Bautizada así por el geógrafo alemán Ferdinand Freiherr von Richthofen,  fue el responsable de introducirlo en Europa, en plena época romántica que tanto gustaba de los exotismos orientales y del mar de la china. El que un germano pusiese un nombre u otro, daba igual. En realidad la ruta llevaba funcionando y comerciando siglos antes, más concretamente desde la dinastía Han, allá por el 206 dc. Mucho antes de nuestra historia, la que contamos hoy aquí en espejo de navegantes.

 

Cerámica italiana

Cerámica italiana y china que compaginaban bodega y asuntos mercantiles vivificando y siendo los principales protagonistas de la ruta de la seda entre Europa, Oriente Medio y el mar de la China.

 

  El pecio del Nanhai. La Arqueología que nos transporta a la seda

 

Arqueólogos en tareas de dibujo y documentación sobre la carga del yacimiento. Apilamiento de la vajilla en la bodega. Fase de excavación.

 

Persia, Europa y Arabia, apertura de larga distancia, interacciones políticas y económicas entre las civilizaciones, que cabalgaban diariamente sobre las olas de los barcos de la seda. El Nanhai, uno de los descubrimientos más relevantes en la actualidad, fue una de estas naves que surcaban la mar. Huang Zongwei, profesor de la Universidad de Sun Yat-Sen en Guangdong nos lo deja bien claro. El Nanhai es una prueba vital de aquel fenómeno cultural tan importante para la cultura oriental. El pecio se encontraba en la parte occidental de la desembocadura del río de la Perla (Zhu Jiang), punto de salida de la “Ruta de la Seda Marina” y su descubrimiento tenía un terrible antecedente. Como ocurre con la mayoría de los naufragios, el pecio era descubierto previamente por la industria de los Cazatesoros con la intención de ser expoliado. Industria, que lejos de estar ociosa, ya en la década de los ochenta y los noventa rastreaban con tecnología aquellas aguas indonesias, Filipinas y chinas pecios de la Compañía de Indias Orientales. En la memoria de los arqueólogos, se encontraba el amargo recuerdo de Mike Hatcher, el cual descubrió los restos del pecio de Geldermalsen (o la carga de Nankín), en mayo de 1985 en Mar del Sur de China. El Gedermalsen viajaba la habitual ruta comercial entre el té de Guangdong de China y los Países Bajos, transportando en sus bodegas un importante cargamento de oro y porcelana. El objetivo de estos ladrones de la historia estaba claro; metales preciosos y todo lo que pudiesen expoliar para vender en el mercado negro, también, como se ve, desgraciadamente también les valía la fina porcelana. En el momento en el que el gobierno chino conoce el paradero de este importante yacimiento arqueológico submarino para su país, se hace cargo del destino de aquella nave para la ciencia. Un hecho incontestable de recuperación de la soberanía sobre sus yacimientos por parte de sus responsables, que no dudan en estudiar todas las posibilidades que tienen en sus manos, incluídas las jurídicas, para recuperar tan preciado legado cultural e inmediatamente protegerlo, excavarlo y ponerlo en valor.

 

Capas superficiales de la carga de la nave en la superficie del yacimiento arqueológico.

 

 Aquel junco se convertiría para el gobierno chino, en una cuestión de estado y he aquí una de las primeras cuestiones relevantes del asunto. Tras localizar el expolio de una nave y subsanar el problema, establecen al yacimiento como estratégico para los siguientes veinticinco años, así como para los intereses culturales del país. Una cuestión en donde su Ministerio de cultura se convierte en punta de lanza de la preservación, investigación y puesta en valor de un fenómeno cultural, el de la ruta de la seda maritima, que hasta el momento, por diferentes avatares, había sufrido el abandono y el olvido Para China es el mayor hallazgo submarino de su historia y para comenzar cuanto antes, piden colaboración, dado que aun no poseen el Know-how ni la tecnología necesaria. Un claro sinónimo de la voluntad política en materia arqueológica al no querer dejar abandonado un patrimonio, que hasta el momento estaba pendiente de dar resultados en las aguas del Sur de China. El Instituto japonés de investigación submarina, se pone desde el primero momento a disposición de las autoridades culturales chinas. Paralelamente crean un centro de arqueología subacuática para que en unos años sean ellos los que cuenten las historias de su cultura. El Centro de Arqueología Subacuática de China sería fundado en 1987, y Zhang Wei seria el primer director del centro. Con los japoneses localizan el pecio del Nanhai, y a partir de ahí comienzan las diferentes fases de descubrimiento y excavación del pecio. Hasta la actualidad.

 

Operario muestra el descubrimiento de algunas monedas chinas de cobre.

 

 Un proyecto pionero. Para comenzar ingeniería y arqueología

 

La localización del pecio comenzaba con el uso de tecnología para descubrir el naufragio que se encontraba enteramente cubierto por sedimentos.Los primeros sonares de barrido lateral acompañados de un perfilador de lodos hacen acto de escena sobre los barcos para delimitar las dimensiones del yacimiento submarino. Una vez la tecnología hizo su papel y se conocen tanto la manga como la eslora del pecio, tocaba idear el futuro. Y vaya si lo idearon. De un modo sostenible fueron proyectando sobre este pecio su posterior rescate, excavación y musealizacion en un proyecto que no ha dejado indiferente al mundo. Desde el primer momento quieren controlar la situación y desarrollan un proyecto colosal en su ingenieria y en su concepción. En esta materia, los chinos ya tienen experiencia con los guerreros de terracota de Xiang, un conjunto de más de 8000 figuras de guerreros y caballos a tamaño real, que fueron enterradas cerca del primer emperador de China de la Dinastía Qin, Qin Shi Huang, en 210-209 a. C, y para los cuales se construye una nave que albergue a la totalidad del yacimiento arqueológico y sobre todo, puedan ser visitados in situ, por el público en general.

 

La ingeniería al servicio de la cultura

 

La operación de rescate de ingeniería de Nan hai resultó una operación compleja. De forma pionera en la arqueología , sin tener precedentes y siguiendo las normas de preservación científica del yacimiento, los directores de la intervención idearon recuperar de manera integral todo el yacimiento submarino. Estructura, carga y sedimentos de tierra incluidos. Una grúa de gran tonelaje fue transportada al lugar donde se encuentra el yacimiento. La primera fase de la operación, supuso transportar el pecio a un lugar seguro y controlado donde los científicos podrán operar sobre el navío. El reto era complejo y ambicioso. Para proteger las maderas y el material arqueológico, proyectan un singular museo para albergar el pecio y excavarlo detenidamente en el interior del mismo. Lo inédito hasta el momento, mostrar al público en directo las diferentes fases de intervención del pecio por parte de los submarinistas y los arqueólogos. Algo completamente novedoso hasta el momento en el panorama internacional.

 

El museo abarca una superficie total de 19.409 metros cuadrados, y cuenta con dos áreas funcionales. Un área de exposición que estará abierta al público, mientras que la segunda área está dedicada al estudio y la investigación.El museo tiene un sentido, un mensaje y una museologia clara. Esta dedicado a la historia de la civilización del océano y comercio marítimo de china, mostrando un especial hincapié por la ruta de la seda que es lo caracteristico de aquella zona cultural del mundo. Para ello nos ilustran el desarrollo y los frutos de la arqueología subacuática de la zona a través de la literatura y fotografías. Estructuralmente, el museo consta de cinco salas, conectada por una serie de anillos elípticos. El mayor de ellos, el “tercer palacio”, es donde se encuentra el pecio del Nanhai.

 

Los arqueólogos marinos establecen que la excavación del pecio y la retirada de sedimentos, nos descubrió la estructura de madera de la nave, que permaneció intacta y en buen estado de conservación. Amplias zonas del museo destinados al visitante, están dotadas de amplias salas, para ello se han configurado unas instalaciones de 60 metros de largo por 40 metros de ancho, como se da en los túneles de parques océanográficos dotados de techos de cristal, para poder caminar y ver a través de los mismos el agua de la piscina.  Por otra parte, el museo tiene una plataforma en la que los espectadores pueden ver el relieve original del barco hundido, así como el trabajo bajo el agua de los arqueólogos y buzos. Los arqueólogos excavarán el buque dentro del acuario, lo que permite a los curiosos observar las diferentes fases y técnicas bajo el agua. Un museo vivo que tiene como principal puesta en valor a sus principales actores, los arqueólogos y su trabajo en tiempo real. Una verdadera e innovadora apuesta sin precedentes en la actualidad, que incluso ha hecho que la UNESCO se interesase por el proyecto. Además se han conseguido otros retos relacionados con la conservación del yacimiento. El pecio se encuentra colocado en una piscina de cristal donde intentarán replicar la temperatura del agua, presión y otras condiciones ambientales, en las mismas condiciones en donde el buque fue encontrado en el mar.  El objetivo, no alterar las condiciones bioquímicas de las maderas y los materiales del naufragio. La piscina que alberga el Nanhai es de 64 metros de largo, por 40 metros de ancho ,23 metros de altura y 12 de profundidad. Después de siete años de excavación, más de 60.000 artefactos de porcelana de la dinastía Song (960-1279), nos van a descubrir al mundo las bondades de su cultura.

 

A juzgar por la posición del barco hundido, cuya proa estaba apuntando al suroeste, los arqueólogos deducen que la partida y el rumbo de la nave era desde Asia hacia Medio Oriente. A partir de las excavaciones existentes, los arqueólogos llegan a una serie de conclusiones a tenor de los resultados. La primera fase de la excavación del Nanhai 1, ha concluido recientemente. Y ha finalizado tras una planificación minuciosa, así como una ocupación y preocupación publica por un fenómeno cultural intrínseco al legado cultural del pueblo chino. Y se ha hecho por una dirección estatal, la de la dirección del Centro de Protección del Patrimonio Cultural Subacuático de la Administración Estatal de Cultura que es la responsable en la materia. Innovación, planificación e intervención que le permiten situarse en el panorama internacional de la arqueología naútica. El gobierno chino llega tarde, pero con actitud a esta oportunidad. Sus resultados han dispuesto la base de la Arqueologia subacuática del futuro en la región. Desde Oriente Medio a la China meridional.

 

Afloramiento de vajilla en el yacimiento arqueológico del Nanhai. Como suele ocurrir en muchos de los pecios que no son contaminados por el expolio de los yacimientos, la ceramica adopta un importante papel arqueologico.

 

Esta es la primera exposición al público y a gran escala de una excavacion subacuática. La estructura naval formada por el marco de las maderas de la quilla y las cuadernas utilizadas en la antigua construcción naval de la nave ocupan buena parte e interés del yacimiento por parte de los técnicos. El sentido que han establecido los proyectistas del museo, es que el visitante sienta que se encuentre en el corazón de la antigua nave. Por otro lado y junto a la importancia que se otorga a la estructura naval y maderamen, la cuestión arqueológica dominante en el pecio es la cerámica, carga privilegiada y objeto principal de la nave por la fructífera ruta de la seda. Además de las cerámicas, que como se pueden observar se encuentra en un magnífico estado de conservación, se encontraron artículos exóticos en la carga del buque, como el de las denominadas “piedra de tinta cresta de gallo”, elemento decorativo muy popular en los países árabes de la época, cuya conexión occidental con la ruta de la seda en su prolongación hacia Europa, se materializa con el descubrimiento de estos materiales en la carga del yacimiento.

 

Supervisando estructura y maderamen de los barcos

 

El deseo de comerciar directamente con China y la India fue el principal motor de la expansión de los portugueses más allá de África, después de 1480, y del español a través del Océano Pacífico a las Filipinas en 1521. Mientras los portugueses (y, posteriormente, otros europeos) estaban navegando a China por la costa sur, por la ruta marítima, se planteó la cuestión de si  esto era el mismo país, el llamado Cathay, que Polo había alcanzado por la ruta terrestre, narrado por activa y por pasiva en Europa. En 1600, los jesuitas estacionados en China, dirigidos por Matteo Ricci, estaban bastante seguros de que se trataba de la ruta elegida por el Veneciano.  Para comprobar la veracidad de los hechos, Bento de Góis , un ex soldado y explorador portugués que se había unido a los jesuitas como hermano en Goa, India , viajó en 1603-1605 desde la India a través de Afganistán en la ruta de la seda tradicional, a través de Badakhshan, Pamir , Yarkand , Kucha , y Turpan a la frontera de China Ming en Suzhou.Era curioso. Marco Polo, que dijo visitar hace más de quinientos años aquellos polvorientos caminos, describe sus cultivos, industrias y personas casi en los mismos términos que los viajeros en la actualidad los describen. Y es que a día de hoy, en una playa de Kerala, en la India, rápidamente se podía transportar uno al siglo XIII, y allí poder observar como centenares  de pescadores semidesnudos recuperaban rítmicamente las redes, de la misma manera que lo habían hecho desde tiempos inmemoriales, sin ninguna señal de que esa escena perteneciese al siglo actual. No había motores, sino remos; ni smartphones o camisetas, sino pies descalzos y cánticos. siempre se ha hecho. Igual que hace siglos.Relatos sobre los que los historiadores, como denuestra la profesora Wood, aun no se ponen de acuerdo sobre la veracidad de aquellos relatos. No son los únicos, los contemporáneos de Polo no creyeron sus relatos sobre el viaje a la lejana Catay. Desde el primer momento en el que aquellos tres hombres bajaron ataviados con mantos de seda de una galera en los muelles venecianos, parece que no crearon mucha atención, ni tan siquiera parece que se acercaron a recibirlos. Letras y palabras que se llevó la historia, a pesar de ser el referente mas conocido en Europa de la ruta de la seda.

 

 

 

Pues bien, ya podemos decir, gracias al estudio del pecio del Nanhai, que las maderas, las porcelanas y los miles de materiales arqueologicos procedentes de su yacimiento arqueologico submarino nos hablan detenida y sólidamente de un fenómeno cultural, que tiene al patrimonio cultural subacuatico como su principal protagonista. La atención y ocupación por parte de las autoridades chinas en materia de cultura, crucial, para no olvidar aquel fenómeno de la historia es una cuestión importante, máxime cuando hasta el momento eran los Cazatesoros los tristes protagonistas de aquellas historias.Se trata de Ciencia. Así, de esta forma, nadie, por muy veneciano del siglo XIII que se sea, podra dejar de creer en aquellas historias que nos hablan de mares, de arena del desierto, de rutas y de mercados. Se trata de la ruta de la seda. Una de las redes comerciales mas importantes de la historia de la humanidad en la antigüedad. Por eso lo traemos a espejo de navegantes, para viajar y para descubrir. Para darnos cuenta que cambian los caminos y los valores. Mas no las culturas .Y así, mediante la arqueologia poder investigar los hechos, mediante su minucioso estudio podamos oír el agua corriendo por los jardines de cachemira, o imaginar la belleza que debían tener todos los puertos y los mares de aquellas ciudades azules. De seda. Marítimas.