Diálogo y ética, los reclamos del Papa a la clase dirigente
De interés general

Diálogo y ética, los reclamos del Papa a la clase dirigente

 

 

28/07/2013 Fuente lanacion. Francisco exhortó a rehabilitar la política; apoyó a los jóvenes y la protesta pacífica

 

RÍO DE JANEIRO.- Diálogo, diálogo, diálogo. Eso reclamó ayer el papa Francisco a la clase dirigente de todo el mundo, tras las masivas protestas que convulsionaron Brasil el mes pasado, protagonizadas por jóvenes a quienes invitó a hacer oír sus demandas por una sociedad más justa y equitativa de forma pacífica.

 

En el mensaje de mayor tono político desde que llegó a Brasil el lunes pasado para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), el Papa exhortó a las autoridades a devolver la ética a la política, a no ignorar su responsabilidad social y a buscar un diálogo constructivo con todos los sectores de la sociedad.

 

El propio papel de la Iglesia no quedó fuera del fuerte diagnóstico del Papa. En una autocrítica más aguda que la de anteayer, llamó a los obispos y sacerdotes a recuperar la sencillez para salir a la calle al encuentro de la gente.

 

Sus pedidos y consejos fueron recibidos con aplausos por la comunidad religiosa, por los representantes de la sociedad civil brasileña y por unos dos millones de jóvenes que anoche abarrotaron la playa de Copacabana.

 

"Entre la indiferencia egoísta y la protesta violenta, siempre hay una opción posible: el diálogo. El diálogo entre las generaciones, el diálogo con el pueblo, la capacidad de dar y recibir, permaneciendo abiertos a la verdad. Un país crece cuando sus diversas riquezas culturales dialogan de manera constructiva: la cultura popular, la universitaria, la cultura artística y tecnológica, la cultura económica, de la familia y de los medios de comunicación", resaltó el ex arzobispo de Buenos Aires en su discurso en español ante representantes de la clase dirigente en el Teatro Municipal de Río de Janeiro, donde recibió varias aclamaciones de pie.

 

Allí contó que cuando los líderes de diferentes sectores le piden consejos para resolver problemas, su respuesta es siempre la misma: diálogo.

 

"La única manera de que la vida de los pueblos avance es la cultura del encuentro, una cultura en la que todo el mundo tiene algo bueno que aportar, y todos pueden recibir algo bueno a cambio. El otro siempre tiene algo que darme cuando sabemos acercarnos a él con actitud abierta y disponible, sin prejuicios; a esa actitud yo la llamo humildad social", destacó, sobre el escenario del elegante auditorio, donde defendió la importancia de un Estado laico.

 

"El futuro exige la tarea de rehabilitar la política, que es una de las formas más altas de la caridad, y una visión humanista de la economía. Una política que evite el elitismo y erradique la pobreza, que asegure dignidad y solidaridad", añadió.

 

Con su simplicidad, mensaje esperanzador y una constante sonrisa, Jorge Bergoglio cautivó a los más de 2000 invitados especiales presentes, entre los que había políticos, empresarios, artistas, diplomáticos, científicos y periodistas. En una fiesta llena de música, fue rodeado por un grupo de niñas bailarinas; lagrimeó al escuchar la historia de superación de un joven habitante de una favela, huérfano, ex drogadicto y hoy profesor universitario; besó a adolescentes con síndrome de Down; abrazó a representantes de otras religiones, y hasta se colocó la corona de plumas que le ofreció un emocionado indio pataxó, del estado de Bahía.

 

Al caer la noche, de nuevo a bordo del papamóvil y abrigado con un sobretodo, recorrió otra vez más la rambla de Copacabana, para visitar a los millones de peregrinos que se aprestaban a pasar la noche allí a la espera de la misa final de la JMJ, que se celebra esta mañana, antes de su regreso al Vaticano.

 

Después de que la lluvia de los días anteriores obligó a transferir el servicio religioso de la zona rural de Guaratiba a Copacabana, la famosa playa carioca se había convertido ayer en un inmenso campamento con carpas y banderas de más de 150 países diferentes, varios de ellos sacudidos en los últimos tiempos por manifestaciones callejeras.

 

 Cerca de tre millones de peregrinos colmaron la playa, en la vigilia para la misa de hoy. Foto: AP

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"Sigo las noticias del mundo y veo que tantos jóvenes en muchas partes del mundo han salido por las calles para expresar el deseo de una civilización más justa y fraterna. Los jóvenes en las calles son jóvenes que quieren ser protagonistas del cambio. Por favor, no dejen que otros sean protagonistas; ustedes son los que tienen en sus manos el futuro. Por ustedes pasa el futuro. Sigan superando la apatía y ofreciendo una respuesta cristiana a las inquietudes sociales y políticas presentes en sus países", les dijo el Papa, aclamado por la multitud, que había pasado largas horas cantando, dándose baños en el mar y jugando al fútbol.

 

El Pontífice pidió a los emocionados jóvenes "jugar en el equipo de Jesús", convertirse en "atletas de Cristo", "jugar adelante", y les aseguró: "¡Jesús nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo!".

 

Nueva autocrítica

 

Por la mañana, en una misa en la catedral, el Papa había señalado a los 655 obispos de todo el mundo que lo acompañaron, junto con miles de sacerdotes, seminaristas, religiosos y religiosas, la necesidad de una amplia reforma en la manera en que la Iglesia -que pierde cada vez más fieles frente a los evangélicos- se relaciona con los jóvenes.

 

"Ayudémoslos, pongamos nuestra oreja para escuchar sus logros, sus necesidades. La paciencia de escuchar: esto se lo pido de todo corazón. Sepamos perder el tiempo con ellos", dijo Bergoglio durante la homilía en la que llamó a los sacerdotes a ser "callejeros de la fe". "No podemos quedarnos enclaustrados en la parroquia, en nuestra comunidad, cuando tantas personas están esperando el Evangelio. [?] Empujemos a los jóvenes para que salgan", explicó.

 

Más tarde, en un almuerzo con los cardenales de Brasil, les repartió un texto programático en el que hizo hincapié en los retos que tiene la Iglesia. "A veces perdemos a quienes no nos entienden porque hemos olvidado la sencillez, importando de fuera también una racionalidad ajena a nuestra gente [...].Tal vez la Iglesia se ha mostrado demasiado débil, demasiado lejana de sus necesidades, demasiado pobre para responder a sus inquietudes, demasiado fría para con ellos, demasiado autorreferencial, prisionera de su propio lenguaje rígido; tal vez el mundo parece haber convertido a la Iglesia en una reliquia del pasado, insuficiente para las nuevas cuestiones; quizá la Iglesia tenía respuestas para la infancia del hombre, pero no para su edad adulta."

 

El diario de la visita: día 6

 

En vísperas de su partida de Brasil, el Papa protagonizó ayer otra intensa jornada de actividades.

 

 

Sin parar

 

Francisco inició su día con una misa para obispos y religiosos. Luego, se reunió con empresarios y líderes políticos. Tras ello, almorzó con los cardenales brasileños y obispos de la región. Y a las 19.30 presidió la gran Vigilia de Oración

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3 Millones de personas

 

El alcalde de Río prevé que entre 2,5 y 3 millones de fieles asistirán hoy, en Copacabana, a la misa que Francisco celebrará en su último día en el país

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La agenda

 

Hoy

 

Despedida a todo ritmo

 

A las 10, el Papa celebrará la misa de clausura de la JMJ, en Copacabana. Luego, recitará el Angelus y anunciará el sitio de la próxima JMJ. Por la tarde, se reunirá con el comité de coordinación del Celam, en Sumaré. Después, mantendrá un encuentro con voluntarios de la JMJ en el Palacio Río Centro, desde donde partirá al aeropuerto. A las 18.30 habrá una ceremonia de despedida en el Galeao y a las 19 partirá para Roma

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DIXIT

 

"El futuro nos exige hoy la tarea de rehabilitar la política, una de las formas más altas de caridad"

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"Entre la indiferencia egoísta y la protesta violenta siempre hay una opción: el diálogo"