Simón Bolívar 2. Segunda y última entrega
Biografía

Simón Bolívar 2. Segunda y última entrega

 

De interés general

 

Templo Histórico de Cúcuta, donde se desarrolló el Congreso de Cúcuta. En su interior hay una estatua de Bolívar.

Mientras tanto, Bolívar seguía preparando la invasión militar de Nueva Granada tratando de mantener los detalles de la campaña en secreto por lo que su duración, características, fecha de inicio y alcance eran datos desconocidos, lo cual contribuía a aumentar el factor sorpresa y la imprevisibilidad del ataque.

Morillo estaba al corriente de la llegada de la Legión Británica a Angostura bajo el mando de James Rooke e intuyó que el siguiente paso lógico de Bolívar sería unir fuerzas con José Antonio Páez, destacado líder rebelde de Los Llanos, por lo que tras analizar la situación decidió atacar el principal reducto rebelde neogranadino en Casanare con tropas al mando del coronel José María Barreiro que fueron hostigadas constantemente por las tropas del General Santander mediante tácticas de guerrilla que fueron desgastando a las fuerzas de la Tercera División española.

La llegada de la época de lluvias hizo los caminos intransitables y las operaciones militares difíciles por lo que los españoles decidieron replegarse ante la lógica de que el enemigo haría lo mismo.

Sin embargo, el desarrollo de los acontecimientos hacían presentir lo peor al General Morillo ya que su Ejército expedicionario, exhausto y sin recibír refuerzos desde hacía mucho tiempo, estaba combatiendo contra fuerzas militares eficaces de las que se desconocía su capacidad real.

 

Paso del ejército del Libertador por el Páramo de Pisba.

Es entonces cuando Bolívar realizó una de sus hazañas militares más destacadas, el Paso de los Andes, que realizó en una estación poco propicia y que se consideraba imposible con los medios de la época. El difícil avance de las tropas patriotas se produjo a través del Páramo de Pisba, hasta dar alcance a los realistas el 25 de julio de 1819 en la Batalla del Pantano de Vargas, en la cual la tropa realista finalmente huyó, situación que le permitió a los patriotas llegar a la ciudad de Tunja el día 4 de agosto.

Allí se reúne con las tropas patriotas que estaban bajo el mando de Santander en la población de Tame (actualmente ubicada en el departamento de Arauca), en donde comienza la campaña libertadora de la Nueva Granada.

 

Batalla de Boyacá.

El ataque de Bolívar logró sorprender a los españoles que, ante el desastre, intentaron tomar medidas. Barreiro todavía pensaba que podía controlar la situación pero el estado de sus tropas le obligaba estar a la defensiva por lo que decidió replegarse hacia la ciudad de Bogotá donde las condiciones le serían mucho más favorables.

El enfrentamiento decisivo con los realistas se produjo en la Batalla de Boyacá el 7 de agosto de 1819, por medio de la cual se pretendía detener el avance de las tropas leales comandadas por Barreiro hacia la ciudad de Bogotá y que resultó en una gran victoria para Bolívar y el ejército revolucionario.

Cuando el virrey Sámano quien conocía como los demás realistas el Decreto de Guerra a Muerte, se enteró de la derrota, huyó inmediatamente de Bogotá y de esta forma, el ejército libertador entró triunfante a la capital el día 10 de agosto.

Congreso de Cúcuta

El resultado de este Congreso fue el nacimiento oficial de la República de Colombia, conocida como la Gran Colombia, mediante la promulgación de la Ley Fundamental de Colombia y cuya extensión abarcó en ese momento los territorios de la Nueva Granada y Venezuela que se dividen políticamente en tres departamentos: Cundinamarca (Bogotá), Venezuela (Caracas) y Quito (Quito).

También el Congreso proclamó, en diciembre de 1821, a Bolívar Presidente de la República y a Francisco de Paula Santander12 como Vicepresidente de forma que «las Repúblicas de Venezuela y la Nueva Granada quedan desde este día reunidas en una sola bajo el título glorioso de República de Colombia».

Campañas finales

Batalla de Ayacucho.

 

Durante los próximos años la oposición realista fue completamente eliminada. El 24 de junio de 1821 en la Batalla de Carabobo, campo cercano a la ciudad de Valencia, se obtuvo una victoria decisiva sobre el ejército español que fue completada con la batalla naval del Lago de Maracaibo el 24 de julio de 1823 y se liberó definitivamente Venezuela.

Durante su permanencia en Bogotá, se dieron otros procesos libertarios como el de Guayaquil el 9 de octubre de 1820 que se llevó a cabo sin la participación de Bolívar, lo cual incidió para que posteriormente el Libertador optara por ocupar aquella provincia que se había declarado independiente bajo la presidencia de José Joaquín de Olmedo. Recién dos años después Simón Bolívar llega a Guayaquil con su ejército, destituye a la Junta de Gobierno y la anexa a la Gran Colombia.

Después de la victoria de Antonio José de Sucre sobre las fuerzas españolas en la Batalla de Pichincha el 24 de mayo de 1822 el norte de Sudamérica fue liberada. Con esa gran victoria Bolívar se preparó para marchar con su ejército y cruzar los Andes y liberar definitivamente Perú que ya había declarado su independencia el 28 de julio de 1821 luego del desembarco del general José de San Martín en Paracas y la toma de Lima el 12 de julio.

 

Hemiciclo de la Rotonda con el monumento a los libertadores Simón Bolívar y José de San Martín en el Malecón 2000, Guayaquil, Ecuador.

 

El 26 de julio de 1822 Bolívar tuvo una conferencia con San Martín en Guayaquil para discutir la estrategia de liberación del resto de Perú. Nadie sabe qué ocurrió en la secreta reunión entre los dos héroes sudamericanos, pero San Martín volvió a Argentina, mientras Bolívar se preparó para la lucha contra los últimos reductos españoles en Sudamérica, en la sierra y el Alto Perú. En 1823 Bolívar fue autorizado por el Congreso de la Gran Colombia para tomar el mando y en septiembre llegó a Lima cuyo gobierno le pedía que dirigiera la guerra y se reunió con Sucre para planificar el ataque. El Congreso peruano le nombró dictador el 10 de febrero de 1824, y a partir de entonces logró controlar las intrigas de la nueva república.

El 6 de agosto de 1824 Bolívar y Sucre juntos derrotaron el ejército español en la Batalla de Junín. A raíz de esta victoria; el poeta guayaquileño José Joaquín de Olmedo le escribió el poema épico "Victoria de Junín. Canto a Bolívar", verdadera obra maestra de la poesía de las nacientes naciones suramericanas y de la gran patria ecuatoriana, y en ella, no sólo se describe la batalla; sino también Olmedo pone en boca de Huayna Cápac los destinos de la América Libre del yugo español.

El 9 de diciembre de 1824 Sucre destrozó el último baluarte del Ejército español en la Batalla de Ayacucho, acabando con el dominio español en Sudamérica.

Bolívar como estratega

Militarmente, las guerras dirigidas por Bolívar no implicaron a un número importante de efectivos, y en total el ejército expedicionario español nunca sobrepasó tampoco la décima parte de la cifra de los realistas. Sin embargo, Bolívar no era un militar profesional en el sentido literal de la palabra, y mucho menos un teórico de la estrategia. Su formación militar fue básica, y su instrucción teórica no pasó los límites de las nociones de disciplina y jerarquía. Su paso por las formaciones militares coloniales de Venezuela fue breve, y se ha comprobado que nunca estuvo en L'École de Sorèze, ni en ningún otro instituto militar de ninguna clase.

Sin embargo, la forma en que desarrolló sus diversas campañas militares y la terminología utilizada en su correspondencia sugieren que sus éxitos no pudieron deberse a casualidades afortunadas, y que poseía conocimientos de estrategia militar más avanzados[cita requerida] de los que debía tener por su formación.

Mediante el análisis de sus hazañas bélicas se aprecia que Bolívar utilizaba los fundamentos de la Planificación y Estrategia[cita requerida] para elaborar sus operaciones y en determinadas acciones demostró tener conocimientos de clásicos del arte de la guerra aplicando tácticas como la del orden oblicuo del rey Federico II de Prusia, formaciones romanas descritas por Tito Livio, puso en práctica los principios militares de Maquiavelo, era consciente de la importancia de la economía de fuerzas, hacía análisis del terreno y del adversario y consideraba fundamental el uso de la Logística.[cita requerida]

Dentro de la literatura militar se sabe que Bolívar leyó Historias de Polibio y la Guerra de las Galias de Julio César pero además existen indicios suficientes para creer que manejó los textos militares de Mauricio de Sajonia y del Conde de Guibert. Sin embargo, se sabe casi con seguridad que no conoció las obras de Montecuccoli hasta 1824, ni los estudios sobre Napoleón hasta cuando casi terminó sus campañas militares.

Todo esto da como resultado un balance militar favorable a Bolívar ya que, a pesar de una supuesta escasa formación militar puesta en entredicho, ha demostrado ser un auténtico líder que dio la talla como estratega[cita requerida] dotado de audacia e imaginación.

Gobernante del Perú

 

Bolívar desembarcó en el puerto del Callao el 1 de septiembre de 1823 en el bergantín Chimborazo luego de que una comitiva enviada por el Congreso de la República del Perú encabezada por José Faustino Sánchez Carrión le enviara una invitación mientras estaba en Guayaquil, provincia cuya anexión a la Gran Colombia dispuso en julio de 1822. A dicho recibimiento asistió el presidente José Bernardo de Tagle, marqués de Torre Tagle, y su gabinete ministerial en Pleno.13 Al día siguiente de su llegada, el Congreso lo nombra "suprema autoridad"14 y poco después le encarga la dirección de la lucha contra el ejército realista disponiendo que el mismo Torre Tagle debería rendirle cuentas de sus acciones.

La primera acción de Bolívar fue eliminar las fuerzas de José de la Riva Agüero, quien fuera presidente del Perú antes que Torre Tagle y se oponía a la llegada del Libertador, en Trujillo. Riva Agüero fue apresado en noviembre de ese año pero logró escapar y se fue a Inglaterra. Mientras tanto, el primer Congreso Constituyente que estaba próximo a proclamar la primera Constitución política del Perú emite una resolución señalando que entrarán en suspenso las disposiciones de esa carta magna que sean contrarias a las disposiciones y deseos de Simón Bolívar. La Constitución fue jurada el 11 de noviembre de ese año pero nunca entró en vigencia.

El ejército realista tenía el control de la sierra central y el sur del país (actuales departamentos de Junín, Ayacucho, Cusco y Arequipa). Por su parte, luego de la derrota de Riva Agüero, las fuerzas del ejército unificado tenían posesión de la costa central y norte, y de la sierra norte (actuales departamentos de Piura, La Libertad, Ancash, Lima y Cajamarca). Ante ello, siendo factible la posibilidad de que Lima fuera invadida por fuerzas realistas (como en efecto lo fue tras el motín del Callao), Bolívar decidió mudar su cuartel general al pueblo de Pativilca, 200 kilómetros al norte de Lima.

Bolívar instruye a Torre Tagle que se acerque a los mandos españoles acantonados en Jauja para lograr una negociación con la finalidad de ganar tiempo para lograr aumentar su ejército y ser capaz de vencer al realista (que en el manifiesto tras la batalla de Junín, Bolívar se jactaba de derrotar tras 14 años de triunfos contra los independentistas). Torre Tagle cumple ese encargo pero, paralelamente, es acusado por Bolívar de negociar con el Virrey La Serna la expulsión del Libertador y obtener así la plenitud de su mandato.

Al margen de esas intrigas, el 5 de febrero de 1824, las tropas bolivarianas de las fortalezas del Callao pertenecientes a la expedición libertadora, acaudilladas al mando de un sargento de apellido Moyano, se levantan en motín del Callao argumentando falta de pago a los soldados. Esa sublevación liberó a los presos españoles que estaban recluidos en la Fortaleza del Real Felipe y les entregó las instalaciones y las defensas del puerto. Las fuerzas realistas ocuparon Lima el 29 de febrero, para más tarde replegar su fuerza principal a la sierra central y sostener una guarnición en el Callao, cuyas defensas quedaron bajo el mando del militar español de José Ramón Rodil, en las que se le refugiaron varias facciones patriotas, inclusive el mismo Torre Tagle que se quedaría en la Fortaleza del Real Felipe donde murió al año siguiente en el sitio del Callao.

Ante la falta de respuesta del presidente Torre Tagle, el Congreso lo depone el 10 de febrero y entrega a Bolívar todo el poder político y militar. Acto seguido, el Congreso se autoinmola y entra en receso hasta que el Libertador lo convoque. Bolívar se convirtió en la única y máxima autoridad en el Perú, nombrando como único Ministro General a José Faustino Sánchez Carrión. Bolívar nombrado jefe supremo, volvió a Pativilca y ordenó el repliegue generalizado del ejército unido a Trujillo y Huamachuco.

 

Formación del ejército

Desde Pativilca, Bolívar empieza las acciones para aumentar el Ejército Unido Libertador del Perú. Nombra como jefes principales del ejército unido a los generales grancolombianos Sucre, Córdova y Lara. Ningún peruano formó parte del estado mayor siendo que sólo el general José de La Mar estuvo a cargo de la rama peruana del éjercito. Ello se debía a que el Libertador no sentía aprecio por los peruanos tal como se muestran en diversas cartas que envió.

Hiram Paulding, un marino inglés escribió en sus notas de la bitácora que supuestamente Bolívar le refirió sobre los peruanos "eran unos cobardes y que, como pueblo, no tenían una sola virtud varonil. En suma sus denuestos fueron ásperos y sin reserva... Luego me dijeron que siempre solía hablar así de los peruanos", pero en recientes aclaraciones se ha dejado entrever que estas aseveraciones tuvieron origen ante la lentitud y demora de los peruanos al reaccionar por su emancipación, pero ésta aseveración cae en total contradicción con la gallardía demostrada en la batalla naval de El Callao, como hecho final que encumbró a la recién creada nación peruana como una república.

Bolívar escribió instrucciones precisas sobre todo lo referido a la arma del ejército, en sus cartas incluyó instrucciones desde cómo hacer las correas y cómo herrar los caballos. Así ordenó que los jefes militares tomaran del norte peruano los recursos necesarios, la mayoría fueron obtenidos mediante amenaza y otros fueron simplemente arrebatados de sus dueños. La orden de Bolívar respecto a utilizar la riqueza que hubiere en las iglesias dio lugar a abusos y saqueos por parte de los jefes militares grancolombianos.

Durante todo ese tiempo, la guerra se desarrollaba en el mar. El almirante Martin George Guisse, jefe de la escuadra peruana, destruyó los barcos de guerra españoles que asediaban las costas peruanas, permitiendo que llegasen pertrechos y refuerzos desde Colombia y asediando constantemente la fuerza realista de España en Perú; acantonada en el Callao bajo el mando de José Rodil.

El 2 de agosto, en la localidad pasqueña de Rancas, Bolívar pasa revista al ejército que logró armar y que contaba 12.000 hombres listos para acometer al ejército del virreinato del Perú, que desde principios de 1824 había quedado paralizado por la Rebelión de Olañeta. El 6 de agosto se dio la batalla de Junín donde la caballería del ejército realista fue derrotada por primera vez en el Perú. El 9 de diciembre de ese año se pone fin al virreinato del Perú mediante la victoria en Ayacucho.

 

Dictador del Perú

 

Simón Bolívar por Antonio Salas.

Ya antes de la batalla de Ayacucho, Bolívar había vuelto a nombrar un gabinete ministerial. Para ello mantuvo a José Faustino Sánchez Carrión como ministro pero esta vez encargado de la Cancillería, Hipólito Unanue a cargo del Ministerio de Hacienda y al militar grancolombiano Tomás de Heres como Ministro de Guerra. Su gobierno en el Perú se caracterizó por una gran represión contra el pueblo y sus opositores a la par que ejerció una gran injerencia tanto dentro del recién formado Poder Judicial y en la elección del Congreso. No obstante ello, el gobierno de Bolívar se caracterizó por la creación de instituciones básicas dentro de lo que sería la organización del naciente estado peruano.

El 10 de febrero de 1825, un año después de que el Congreso entrara en receso, Bolívar lo convoca de nuevo. Este Congreso sesionó por un mes antes de disolverse y dar por concluidas sus funciones el 10 de marzo. Durante este periodo, el Congreso autorizó la salida de 6.000 soldados peruanos a la Gran Colombia, acordó la entrega de premios a los militares vencedores y emitió una resolución desentendiéndose del futuro que escoja el Alto Perú.

El 20 de mayo de 1825, desde la ciudad de Arequipa, Bolívar convoca a elecciones para un Congreso General que debería reunirse el 10 de febrero del año siguiente. Sin embargo, ese día no se pudo inaugurar el nuevo congreso ya que el Libertador no estaba conforme con la incorporación de algunos diputados como Francisco Xavier de Luna Pizarro quien fue electo por el departamento de Arequipa. Recién en el mes de abril se logra reunir el Congreso pero sus sesiones preliminares fracasan ya que el gobierno declaró no válidos los poderes de los diputados de Arequipa, Lima, Cusco y otras provincias.

El 26 de mayo de 1826, el gobierno retira a los municipios el derecho de elegir a sus autoridades y poco después decreta que los prefectos convoquen a los colegios electorales de las provincias para que, cada una, apruebe directamente la Constitución Vitalicia elaborada por Simón Bolívar que lo nombraba como Presidente Vitalicio.

El 4 de septiembre de 1826, Bolívar se embarca en el bergantín "Congreso" con dirección a Colombia dejando en el Perú un "Consejo de Gobierno" cuya misión era lograr la vigencia de la Constitución Vitalicia. Bolívar no regresaría más al Perú. El Consejo de Gobierno no logró que la Corte Suprema del Perú apruebe la Constitución Vitalicia y el nombramiento de Bolívar como Presidente Vitalicio por lo que recurrió al Cabildo de Lima que, presionado, dio validez a las actas de los colegios electorales y luz verde a la promulgación de la Constitución. Esta constitución sólo tuvo vigencia hasta el 26 de enero del año siguiente cuando cae el Consejo de Gobierno y se convocan nuevas elecciones.

Durante su gobierno, Bolívar dio cumplimiento al acuerdo de "reposiciones" del ejército grancolombiano, en virtud de los cuales se debía reponer a éste las bajas que sufriera durante las batallas libradas en el Perú, no sólo por muertes en campo de batalla sino también por deserciones y enfermedad. Para ello, el Libertador ordenó el reclutamiento forzoso de peruanos para la formación de tropas y su posterior envío a Venezuela, ello se dio mientras se mantenían en el Perú las tropas grancolombianas.

El Libertador restituyó el Tributo indígena estableciendo su "reducción al monto que se pagaba en 1820", contribución que debían pagar los indígenas peruanos por el sólo hecho de ser indígenas. José de San Martín había abrogado esa contribución el 27 de agosto de 1821 por lo que la norma no hizo sino reinstaurar un pago ya proscrito. Por otro lado, prohibió la mita y se garantizó como en las otras naciones recientemente independizadas la libertad de vientres, con la cual se garantizaba que los hijos de esclavos que sirvieran y se circunscribiesen y tuvieran en embarazo a sus esposas los hijos de estas uniones nacerían libres, y aquellos soldados que en anterioridad fuesen esclavos, se les concedería su libertad, como recompensa por sus leales servicios a la causa libertadora.

En el ámbito de la organización del Estado, Bolívar reemplazó el 6 de marzo de 1824 la "Alta Cámara de Justicia" que había reemplazado, por orden de San Martín, a la Audiencia de Lima. Esta Cámara dio origen a la Corte Superior de Lima y, luego de la batalla de Ayacucho, dio lugar a la Corte Suprema de Justicia. Bolívar nombró como presidente de ésta a Manuel Lorenzo de Vidaurre, quien dejó varios escritos altamante halagüeños hacia el Libertador. Sin embargo, tal como pasó en el juicio que se llevó adelante por el asesinato de Bernardo de Monteagudo donde Bolívar interrogó directamente a los sospechosos y estableció sus condenas, el Libertador ejercía directa injerencia en la Corte Suprema. También creó la Corte Superior de Justicia de Trujillo, la Corte Superior de Justicia de Arequipa y la Corte Superior de Justicia del Cusco.

Bolívar creó varios importantes colegios nacionales como el Colegio Nacional de Ciencias y el colegio Educandas en el Cusco, instituciones que fueron conocidas como los colegios bolivarianos. Igualmente fundó el Diario Oficial El Peruano, gaceta oficial del Estado Peruano. Expidió la primera Ley de Imprenta que logró reprimir toda fuente escrita que lo desfavoreciera. El reglamento de esa ley condenaba a seis años de prisión a los autores de los escritos que el gobierno considerase como subversivos y prohibía las sátiras contra disposiciones gubernamentales.

Dentro de las finanzas peruanas, el gobierno de Bolívar realizó dos actos principales. En primer lugar, se establecieron las recompensas para el ejército unificado, cuyo pago estuvo a cargo del Estado Peruano hasta mediados del siglo XIX y se negoció un empréstito con Inglaterra del que sólo se recibió el 25% del capital y se tuvo que pagar el íntegro más intereses. Bolívar recibió un país quebrado y su administración no mejoró ese punto.

Durante su gobierno se ejerció represión contra sus principales opositores. Así, se dispuso el destierro de Francisco Xavier de Luna Pizarro y de Mariano Necochea, el encarcelamiento del Almirante Martín George Guisse, los hermanos Ignacio y Francisco-Javier Mariátegui y varios militares chilenos y argentinos así como la ejecución de personajes como el ministro de Torre Tagle, Juan de Berindoaga, vizconde de San Donás. Adicionalmente se tendió un manto de suspicacia respecto del asesinato de Bernardo Monteagudo.

Si bien Bolívar había dispuesto la anexión de la provincia de Guayaquil a la Gran Colombia en 1822 (lo que inició la disputa territorial entre Perú y Ecuador), en 1825 dispuso la secesión del Alto Perú y la creación de la República Bolívar.

 

Vida política

 

El 6 de agosto de 1825 Sucre creó el Congreso del Alto Perú en el cual creó la República de Bolivia en honor de Bolívar. La Constitución de 1826, aunque nunca fue usada, fue escrita por Bolívar mismo. También en 1826 Bolívar convocó al Congreso de Panamá, la primera conferencia hemisférica.

Cuando iba camino de Venezuela, llamado por el estallido de la sublevación de la Cosiata, que había tenido lugar el 30 de abril de 1826, en Perú le nombraron presidente vitalicio el 30 de noviembre de ese año, pero el Libertador no aceptó. Siendo nombrado Presidente de Perú el general Andrés de Santa Cruz el 28 de enero de 1827.

Pero a partir de 1827 debido a rivalidades personales entre los generales de la revolución, explotaron conflictos políticos que terminaron por destruir las perspectivas de una unión sudamericana por la cual Bolívar había luchado.

Ya en Venezuela, indultó a los comprometidos en la Cosiata y el 1 de enero de 1827 sostuvo en el cargo de jefe superior civil y militar a Páez. Reformó los estatutos de la Universidad de Caracas (actual Universidad Central de Venezuela) y se dirigió a Santa fe de Bogotá el 5 de julio siguiente para convocar una convención que debía crear una nueva constitución y el restablecimiento de la concordia nacional después de las batallas contra los españoles y las discordias entre los partidos. Bolívar no regresó nunca a Venezuela.

La convención se reunió en Ocaña el 9 de abril de 1828, desde el comienzo de la reunión, los asistentes se dividieron en tres fracciones: la primera estaba dirigida por el general, Francisco de Paula Santander, Vicepresidente de la Gran Colombia que defendía una concepción federalista del gobierno; la segunda, capitaneada por el propio Simón Bolívar, abogaba por un gobierno Central; y, por último, una tercera, la de los independientes, en la cual militaban Joaquín Mosquera y los indefinidos. La Convención fracasó porque ninguna de las propuestas para una nueva constitución fue aceptada; por esa razón, los seguidores de Bolívar resolvieron ausentarse de Ocaña el 10 de junio de 1828 y la reunión se quedó sin el cuórum reglamentario.

Creyendo que mediante su acción podría imponer el orden y mantener la unión de la Gran Colombia, Bolívar se declaró a sí mismo dictador el 27 de agosto de 1828, mediante el Decreto Orgánico de la Dictadura y queda abolida la Vicepresidencia de la República.

El 25 de septiembre de 1828, en Bogotá, se llevó a cabo un atentado contra su vida, conocido como la Conspiración Septembrina, de la cual resultó ileso gracias a la ayuda de su compañera sentimental, Manuela Sáenz, quiteña que recibió en 1821 la orden de "Caballeresa del Sol" del general José de San Martín y que a raíz del suceso con Bolívar fue llamada por él: "La Libertadora del Libertador". Bajo la ventana de la residencia de Bolívar, frente al actual Teatro Colón, por donde realizó su escape, fue puesta una placa con la inscripción del cuadro lateral.

 

SISTE PARUMPER SPECTATOR GRADUM

SI VACAS MIRATORUS VIAM SALUTIS

QUA SESE LIBERAVIT

PATER SALVATORE PATRIAE

SIMON BOLÍVAR

IN NEFANDA NOCTE SEPTEMBRINA

AN MDCCCXXVIII39

DETENTE, ESPECTADOR, UN MOMENTO

Y MIRA EL LUGAR POR DONDE SE SALVÓ

EL PADRE Y

LIBERTADOR DE LA PATRIA

SIMÓN BOLÍVAR

EN LA NEFANDA NOCHE SEPTEMBRINA AÑO 1828''

Bolívar inicialmente intentó perdonar a los que fueron considerados como conspiradores, miembros de la facción "santanderista". Eventualmente se decidió someterlos a la justicia marcial, después de la cual debieron ser fusilados los acusados de ser los directos implicados, algunos sin que quedara plenamente establecida su responsabilidad. El mismo Francisco de Paula Santander, quien había sabido con antelación de la conspiración y no se había opuesto directamente a ella por sus diferencias con Bolívar, partió al exilio.

Después de los hechos, Bolívar siguió gobernando en un ambiente enrarecido, acorralado por disputas fraccionales y sufriendo de tuberculosis. La revueltas continuaron. Perú se declaró en contra de Bolívar y su Presidente José de La Mar invadió Guayaquil más fue vencido por Antonio José de Sucre en la batalla de Tarqui el 27 de febrero de 1829. Venezuela se proclamó independiente el 13 de enero de 1830 y José Antonio Páez ocupó la presidencia de ese país desterrando a Bolívar.

Bolívar dimitió de la presidencia el 20 de enero de 1830 en el Congreso Admirable pero esta no fue aceptada hasta el 4 de mayo de 1830 concediéndosele una pensión de 3.000 pesos anuales.

Solo y desengañado, Bolívar emprendió un viaje destinado hacia Jamaica y Europa pero su enfermedad se lo impidió, y hubo de acogerse a la amistad y protección de un español, don Joaquín de Mier y Benítez, que lo invitó a quedarse en la Quinta de San Pedro Alejandrino, al suroccidente de la ciudad de Santa Marta, en el departamento del Magdalena.

 

Muerte

 

El 8 de mayo de 1830, Bolívar partió de Bogotá acompañado de un grupo de amigos y políticos con solo 17 mil pesos, producto de la venta de su vajilla de plata, sus alhajas y sus caballos. El vicepresidente de Colombia Domingo Caicedo le envió a Bolívar su pasaporte, pues éste tenía la intención de volver a Europa. En junio llegó a Cartagena, donde los lugareños le animaron a seguir luchando, mientras que en Bogotá continuaba la campaña en su contra. El 1 de julio el general Mariano Montilla le informó al Libertador del asesinato del Gran Mariscal de Ayacucho, noticia que desilusionó tremendamente a Bolívar. A fines del mes vio publicada en la prensa la resolución del Congreso venezolano de romper relaciones con Colombia mientras el Libertador permaneciera en suelo colombiano. El agravio devoró la salud de Bolívar y sus seguidores le convencieron a no partir de Colombia.

Bolívar llegó a Santa Marta en estado de postración el 1 de diciembre de 1830, tras una penosa travesía por el río Magdalena desde Bogotá. A pesar del buen clima y las atenciones recibidas, su salud empeoró a los pocos días, teniendo algunos momentos de lucidez que le permitieron dictar su testamento y su Última proclama, donde un Bolívar gravemente enfermo clamaba porque su muerte, por lo menos, permitiera la consolidación de la unión y la desaparición de los partidos.

Finalmente, el Libertador Simón Bolívar falleció el 17 de diciembre de 1830, a los 47 años de edad, en la Quinta de San Pedro Alejandrino, en Santa Marta. A la una y tres minutos de la tarde murió el sol de Colombia, según rezó el comunicado oficial.

Poco después de su fallecimiento, ya en 1831, la Gran Colombia —que estaba en disgregación debido a las disputas políticas internas que fragmentaron el orden constitucional— fue legalmente disuelta. Se establecieron así las tres repúblicas de Nueva Granada, Venezuela y Ecuador, que quedarían bajo el liderazgo e influencia del neogranadino Francisco de Paula Santander (regresado del exilio), del venezolano José Antonio Páez, y de Juan José Flores en Ecuador, respectivamente.

 

Historia de sus restos mortales

Los despojos mortales de Bolívar recibieron cristiana sepultura en el altar mayor de la suntuosa Catedral Basílica de Santa Marta y allí permanecieron hasta el 22 de noviembre de 1842, cuando fueron exhumados para trasladarlos a su país de origen Venezuela, cumpliéndose así el mandato de su testamento.

 

Sus restos llegaron a Caracas el 16 de diciembre de 1842 en medio de una gran conmemoración oficial y fueron inhumados en la cripta de la Santísima Trinidad de la Catedral de Caracas, santuario de mucha advocación de la familia Bolívar, que guarda las cenizas de sus padres, de sus dos hermanas y de la que fuera su esposa. Allí permanecieron en medio de plural satisfacción, hasta el definitivo traslado al Panteón Nacional, el 28 de octubre de 1876, durante el gobierno de Antonio Guzmán Blanco.40

En 1947 el constituyentista Andrés Eloy Blanco pidió ante el Congreso que los restos de Bolívar no debían estar en un sarcófago en un material tan innoble como el plomo. En 1972 fue abierto el sarcófago (no la urna que contiene sus restos) y ésta se cubrió con una bandera de Venezuela elaborada en Gran Bretaña.

El 16 de julio de 2010, los restos mortales de Bolívar fueron exhumados por orden del gobierno venezolano de Hugo Chávez para su análisis y tratar de comprobar si en realidad murió por causas naturales o fue asesinado. También se realizarán pruebas de ADN. Asimismo, fue cambiada la urna de plomo por otra hecha de metacrilato sellada al vacío con detalles en oro y ésta será colocada dentro de otra urna hecha de madera de cedrillo llanero, árbol maderero oriundo de Venezuela, con un escudo de oro. A partir del día 24 de julio de 2010, una nueva bandera de la República Bolivariana de Venezuela, bordada por mujeres en siete zonas diferentes del país, cubre los restos mortales de Simón Bolívar.

El 15 de julio de 2011, la unidad Criminalística del Ministerio Público de Venezuela que exhumó los restos de Bolívar informó que la causa de muerte no fue tuberculosis como lo diagnosticó el médico que lo atendió en 1830 sino un trastorno hidroelectrolítico, Otras fuentes oficiales indicaban que la causa de la muerte no pudo determinarse.45 El vicepresidente Jaua declaró que en los huesos no se encontraron rastros de tuberculosis crónica, aunque no descarta una “tuberculosis sistémica mucho más virulenta” que no habría llegado a penetrar los huesos.

El 24 de julio de 2012 el Presidente de Venezuela Hugo Chávez Frías presentó, en una transmisión conjunta de televisión, una imagen reconstruida digitalmente del rostro del héroe venezolano a partir del estudio antropomórfico de su cráneo que se realizó tras la exhumación de sus restos en 2010, el cual se puede ver en la página oficial del Gobierno Bolivariano de Venezuela46 junto con un informe preliminar elaborado por la Doctora Yanuacelis Cruz y el Doctor José Monque que no es concluyente acerca de la enfermedad que le llevó a la muerte.

Legado, honores, y culto a la personalidad

 

Monumento a Bolívar en Ciudad Bolívar.

En general, Bolívar tuvo que compaginar en muchas ocasiones las obligaciones políticas con las militares por lo que muchas veces se ven entremezcladas entre sí. Sin embargo, la trascendencia de sus ideales políticos ha desembocado en un culto al personaje, vigente en muchas naciones latinoamericanas que se consideran herederas de su obra.

Su obra política ha sido analizada principalmente a través de la copiosa correspondencia, informes y discursos que realizó a lo largo de su vida. Así, el Manifiesto de Cartagena, la Carta de Jamaica y el Discurso de Angostura están consideradas sus principales exposiciones políticas.

La gran cantidad de bibliografía bolivariana contrasta con la monotonía interpretativa y la infiltración de anécdotas que han servido para estructurar el culto bolivariano. Son pocas las obras históricas de carácter crítico sobre la vida y obra de Simón Bolívar. El romanticismo literario ha tenido mucho que ver con este proceso de idealización realizado por escritores que no eran historiadores y que crearon al principio la corriente de culto a Bolívar.

Culto a la personalidad

La figura y pensamiento de Bolívar han sido evocadas en América Latina por distintas corrientes políticas para defender sus ideas y proyectos, que van desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha. La sacralización de la figura de Bolívar es, sin embargo, muy notable en Venezuela, siendo utilizada por los gobiernos de turno para justificar y blindar sus proyectos. Son notorios los esfuerzos realizados en este sentido por el presidente Hugo Chávez, quien ha intentado conferir a la figura de Bolívar un carácter sagrado, haciendo de él un ser perfecto, intachable, lleno de virtudes e intocable.

El historiador Germán Carrera Damas ha descrito el proceso de formación del culto a la personalidad de Simón Bolívar. Otro historiador venezolano, Manuel Caballero, también dedicó varias obras a analizar la propagación de ese culto para fines políticos por parte de diversos grupos en Venezuela y fuera de ella.

Ya Páez, pese a sus conflictos con Bolívar, usó su figura para unificar a la población bajo su mando. Durante mucho tiempo numerosos parlamentarios venezolanos se habían negado a rendir culto a Bolívar. Recién el 30 de abril de 1834 los congresistas en tordo a Páez consiguieron aprobar un decreto que permitía el culto al llamado Libertador. El decreto estipulaba, además, que Bolívar 'regresase' al congreso, al menos en forma de estatuas de mármol.

El 30 de abril de 1842 José Antonio Páez firmó un decreto en el que, entre otras cosas, se ordenaba repatriar los restos de Bolívar, llevar luto por ocho días si se era empleado público, celebrar un aniversario fúnebre en toda capital de provincia y dar días de luto a todos los empleados. Además, se ordenaba erigir efigies de Bolívar en todos los salones del Congreso y del Ejecutivo.

Páez no consiguió cambiar el nombre de Caracas por el de Ciudad Bolívar. Angostura sí recibiría este nombre en 1846.

El historiador Damas habla de una concepción teológica de la historia en la que se veía a la Independencia como obra titánica de un solo hombre. El historiador alemán Norbert Rehrmann comenta: en los primeros años de la reconstrucción eran evidentes las ventajas de semejantes visiones. Después de todo, a todos los que iban contra estos mandamientos, los amenazaba el castigo del creador, aunque fuese en la forma de sus representantes en la tierra.

Guzmán Blanco fue el segundo caudillo después de Páez que volvió a aumentar el culto a Bolívar. Se introdujo la moneda de El Libertador, que luego se llamaría Bolívar. Guzmán Blanco, que quería afianzar el centralismo, renombró la plaza mayor 'Plaza Bolívar' y encargó en Italia una estatua ecuestre de Bolívar para que ocupara el centro de ese espacio.

Honores

Simón Bolívar ha sido honrado muchas veces incluso a título póstumo con realizaciones tales como:

Monumento conmemorativo a Simón Bolívar, Puente de Boyacá, Colombia.

Monumento a Bolívar en la ciudad de Panamá.

Monumento en Buenos Aires.

 

En Bogotá el 20 de julio de 1847 se renombró la antigua plaza mayor como plaza de Bolívar en honor al Libertador. En el centro de esta plaza se erige desde mediados del siglo XIX la primera estatua de cuerpo entero del Libertador, esculpida en 1844 por Pietro Tenerani. Las plazas principales de varias poblaciones de Colombia han sido bautizadas con este nombre. Un departamento de la Costa Caribe también recibe el nombre de Bolívar.

En Venezuela casi todas las capitales de los municipios tienen una plaza Bolívar, existen parques, monumentos, poblaciones y municipios con su nombre, además tiene su nombre el estado más grande de Venezuela, al sureste del mismo país. Todos los países sudamericanos independizados de España tienen importantes departamentos, ciudades, plazas, calles o monumentos dedicados al Libertador Bolívar.

En la ciudad de Panamá se erige un monumento en su honor situado en una plaza que lleva el nombre de Plaza Bolívar. A un costado de esta plaza se ubica el Palacio Bolívar, actual cancillería de la República de Panamá. Dentro del edificio se encuentra el "Salón Anfictiónico" en donde se celebrara el Congreso de Panamá, en este salón reposa reposa una espada de El Libertardor.

En Socha, Colombia, se encuentra un busto de Bolívar, conmemorando la ruta libertadora.

En la Argentina hay un enorme monumento realizado por el escultor argentino José Fioravanti, inaugurado el 28 de octubre de 1942, que ocupa el centro del parque Rivadavia, en Buenos Aires. La escultura está formada por un arco de líneas rectas de 11 metros de altura y 22 metros de ancho, con una inscripción que dice: “A Simón Bolívar, la Nación Argentina” acompañada de cuatro bajorrelieves y, en el centro de la escultura, una estatua. Además existe la ciudad de San Carlos de Bolívar, cabecera del Partido de Bolívar en la Provincia de Buenos Aires.

 

Monumento a Bolívar en Cádiz.

En Cádiz se erige un monumento a Simón Bolívar, obsequio de Venezuela a la ciudad de Cádiz. Enfrente de la misma se encuentra el Aulario Simón Bolívar de la Universidad de Cádiz.

En Madrid está el Monumento al Libertador en Parque del Oeste.

El Monumento al Libertador en Barcelona.

En Sevilla también se realizón el Monumento al Libertador.

También pueden encontrarse monumentos en muchos países no sudamericanos como Estados Unidos, Alemania, Portugal, Francia, Irán etc.

A partir del año 2001 la República de Venezuela pasó a llamarse "República Bolivariana de Venezuela" en honor al Padre de la Patria.

En el Perú diversas provincias llevan su nombre, instituciones, escuelas, etc. Asimismo la Plaza del Congreso (antigua Plaza de la Inquisición en Lima) tiene un monumento al Libertador. La casa en donde vivió en el distrito de Pueblo Libre es un museo. Sin embargo, en vista de los resultados de sus acciones, en ese país es un personaje polémico, que ha dividido a los historiadores, habiendo diversa literatura al respecto.55

Aeropuertos, ferrocarriles, metros y estaciones del mismo, al igual que numerosas escuelas y universidades públicas en América Latina llevan su nombre.

En el estado mexicano de Durango, existe la municipalidad que lleva el nombre del libertador Simón Bolívar.

Ciudad Bolívar, capital del estado más grande de Venezuela, el estado Bolívar.

La unidad monetaria de Venezuela tiene su nombre "Bolívar".

Documentos suyos guardados en museos de todo el mundo, sobre sus pensamientos y su entorno. La mayoría se exhiben en la región latinoamericana, principalmente en los países liberados por él.

Una de las universidades más importantes de Venezuela es la "Universidad Simón Bolívar", que ofrece carreras de pregrado científicas y tecnológicas, así como estudios de postgrado en diversas áreas como música, ciencias políticas, filosofía, además del área de ciencia y tecnología.

En Bogotá, una de las 20 localidades se llama Ciudad Bolívar, el parque más grande de la ciudad es el Parque Metropolitano Simón Bolívar, que tiene unidades deportivas, lago, ciclorutas, biblioteca, museo, centro de alto rendimiento deportivo, estadio de atletismo, coliseo, plaza de eventos para 100.000 personas.

En Colombia la moneda oficial es el Peso Colombiano. Simón Bolívar es la imagen de las monedas de 1 y 2 pesos y de la actual moneda de 20 pesos. Asimismo, es la imagen de los billetes de 1000 pesos (los azules: 1982-1994) y de 2000 pesos (ocre, 1983-1994)

En República Dominicana, una de las principales avenidas de la ciudad de Santo Domingo lleva su nombre; la misma se encuentra ubicada al suroeste de la ciudad, y en ella se encuentran numerosos locales y edificios de importancia, así como casas nacionales de diferentes partidos del país. En la intersección de ésta con la Av. Máximo Gómez, se encuentra ubicada la Plaza Simón Bolívar de Santo Domingo, inaugurada el 6 de noviembre de 2004 con la asistencia de los presidentes Leonel Fernández y Hugo Chávez.

En Nicaragua, una de las principales avenidas de su capital Managua lleva el nombre del Libertador en su honor.

Se bautizó al certamen de fútbol más importante de América, Copa Libertadores de América, en honor a los héroes de la historia sudamericana Bolívar, Bernardo O'Higgins, José de San Martín, Pedro I, entre otros.

 

 

Fuente biografiasyvidas. Caudillo de la independencia hispanoamericana (Caracas, Venezuela, 1783 - Santa Marta, Colombia, 1830). Nacido en una familia de origen vasco de la hidalguía criolla venezolana, Simón Bolívar se formó leyendo a los pensadores de la Ilustración (Locke, Rousseau, Voltaire, Montesquieu…) y viajando por Europa. En París tomó contacto con las ideas de la Revolución y conoció personalmente a Napoleón y Humboldt. Afiliado a la masonería e imbuido de las ideas liberales, ya en 1805 se juró en Roma que no descansaría hasta liberar a su país de la dominación española. Y, aunque carecía de formación militar, Simón Bolívar llegó a convertirse en el principal dirigente de la guerra por la independencia de las colonias hispanoamericanas; además, suministró al movimiento una base ideológica mediante sus propios escritos y discursos.

 

Simón Bolívar

 

En 1810 se unió a la revolución independentista que estalló en Venezuela dirigida por Miranda (aprovechando que la metrópoli se hallaba ocupada por el ejército francés). El fracaso de aquella intentona obligó a Bolívar a huir del país en 1812; tomó entonces las riendas del movimiento, lanzando desde Cartagena de Indias un manifiesto que incitaba de nuevo a la rebelión, corrigiendo los errores cometidos en el pasado (1812).

 

En 1813 lanzó una segunda revolución, que entró triunfante en Caracas (de ese momento data la concesión por el Ayuntamiento del título de Libertador). Aún hubo una nueva reacción realista, bajo la dirección de Morillo y Bobes, que reconquistaron el país para la Corona española, expulsando a Bolívar a Jamaica (1814-15); pero éste realizó una tercera revolución entre 1816 y 1819, que le daría el control del país.

 

Bolívar soñaba con formar una gran confederación que uniera a todas las antiguas colonias españolas de América, inspirada en el modelo de Estados Unidos. Por ello, no satisfecho con la liberación de Venezuela, cruzó los Andes y venció a las tropas realistas españolas en la batalla de Boyacá (1819), que dio la independencia al Virreinato de Nueva Granada (la actual Colombia). Reunió entonces un Congreso en Angostura (1819), que elaboró una Constitución para la nueva República de Colombia, que englobaba lo que hoy son Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá; el mismo Simón Bolívar fue elegido presidente de esta «Gran Colombia». Luego liberó la Audiencia Quito (actual Ecuador) en unión de Sucre, tras imponerse en la batalla de Pichincha (1822).

 

En aquel mismo año Simón Bolívar se reunió en Guayaquil con el otro gran caudillo del movimiento independentista, San Martín, que había liberado Argentina y Chile, para ver la forma de cooperar en la liberación del Perú; ambos dirigentes chocaron en sus ambiciones y en sus apreciaciones políticas (pues San Martín se inclinaba por crear regímenes monárquicos encabezados por príncipes europeos), desistiendo San Martín de entablar una lucha por el poder y dejando el campo libre a Bolívar (poco después se marcharía a Europa).

 

Bolívar pudo entonces ponerse al frente de la insurrección del Perú, último bastión del continente en el que resistían los españoles, aprovechando las disensiones internas de los rebeldes del país (1823). En 1824 obtuvo la más decisiva de sus victorias en la batalla de Ayacucho, que determinó el fin de la presencia española en Perú y en toda Sudamérica. Los últimos focos realistas del Alto Perú fueron liquidados en 1825, creándose allí la República de Bolívar (actual Bolivia). Bolívar, presidente ya de Colombia (1819-30), lo fue también de Perú (1824-26) y de Bolivia (1825-26), implantando en estas dos últimas Repúblicas un modelo constitucional llamado «monocrático», con un presidente vitalicio y hereditario.

 

Sin embargo, los éxitos militares de Bolívar no fueron acompañados por logros políticos comparables. Su tendencia a ejercer el poder de forma dictatorial despertó muchas reticencias; y el proyecto de una gran Hispanoamérica unida chocó con los sentimientos particularistas de los antiguos virreinatos, audiencias y capitanías generales del imperio español, cuyas oligarquías locales acabaron buscando la independencia política por separado.