Tras la tumba de Alejandro Magno
De interés general

Tras la tumba de Alejandro Magno

 

 

22/08/2014 Fuente historiayarqueologia. Rey de reyes, casi Dios, fue el conquistador más joven de la historia. Su nombre se hizo eco hasta nuestros días. Su tumba, un misterio tan intrigante como el de la búsqueda del santo Grial, muchos matarían por encontrarla, algunos, cercioran haberla encontrado, otros que fue destruida hace mucho tiempo. Sea cual sea la verdad, todas estas habladurías, han alimentado la leyenda de un Rey que alcanzó la inmortalidad.

 

… Esta es la Historia de Alejandro Magno tras su muerte…

 

Las hazañas llevadas a cabo por el rey macedonio siguen estando en boca 2000 años después de su muerte, en el 323 a. C. en Babilonia, lugar poseído tras sus muchas victorias, lugar donde comienza todo tras su fallecimiento.

 

Comienza la lucha por el Imperio

 

En la película Alejandro Magno, de Oliver Stone (2004), se ve como tan pronto el Rey exhala su último aliento, sus generales comienzan a discutir qué parte se van a quedar del Impresionante Imperio que el macedonio deja tras su muerte, y esto, más o menos, es lo que sucede.

 

Perdicas, a pesar de ser nombrado regente por el mismo emperador, es desechado de su cargo por el resto de generales. Las conspiraciones, entre unos y otros, comienzan a ser importantes, lo que se juegan era mucho, ya no había amigos de quién fiarse, había quedado claro cuando su rey había muerto por envenenamiento.

Pero había algo más, quien obtuviese el cuerpo del Rey, podía llegar a ser reconocido como sucesor. Sería el gobernante con mayor poder del Imperio.

 

Comienza otra batalla

 

La tradición macedónica era incinerar a sus reyes, sin embargo Alejandro, fue embalsamado y depositado en un sarcófago de oro.

La ciudad mesopotámica, parecía el mejor lugar para depositar el cuerpo, sin embargo los macedónicos, votaban porque el rey volviese a su ciudad natal, se quedarían con esta idea, pero tras el traslado de un lugar a otro, la historia se trunca.

 

Tolomeo, uno de sus generales y supuesto amigo, consiguió hacerse con el cadáver a la altura de Damasco y se lleva el cuerpo a Egipto, otra de sus conquistas en vida y Estado que le había tocado en la repartición del imperio al general. Deposita el cuerpo, en un primer momento en la tumba del faraón Nectanebo II, en Menfis. Un hecho que, provoca que se funde la dinastía de los Tolomeos, la última del Egipto “faraónico” y una de las que más ha dado que hablar (recordemos que la famosa Cleopatra VII, era descendiente de Tolomeo I, “el amigo” del rey macedonio)

 

Tolomeo, establece su residencia en Alejandría. Para afianzar todavía más su poder, trasladan el cuerpo de Alejandro Magno a esta ciudad. Allí, según cuenta Estrabón, ya en tiempos de Tolomeo IV, fue construido un mausoleo en el que residir por siempre jamás, en el distrito de los Palacios (al norte de la ciudad), rodeado por el lugar de reposo eterno de la dinastía de los Tolomaicos.

Se inicia un culto religioso importante ante la tumba del famoso rey, generándose un lugar clave de peregrinación que tendrá el respeto de todos los Césares, incluso, cuando estos se adueñan del Mediterráneo. Tras esta invasión, comienzan a contarse los días para que la tumba de Alejandro Magno se convierta en leyenda y en Santo Grial, pues tras la inestabilidad que sufre el Imperio romano a partir del siglo III d.C la tumba desaparece.

 

Constantino acepta el cristianismo como primera religión del Imperio. La tumba de Alejandro Magno se convierte en la competidora directa del Santo Sepulcro, en Israel, La tumba de ambos reyes simboliza el enfrentamiento entre paganos y cristianos. Y misteriosamente, la tumba del rey macedonio desaparece en extrañas circunstancias.

 

Comienza la búsqueda de “Indiana Jones”

 

El rey se convierte en Dios inmortal y el dios inmortal se convierte en leyenda. Hallar el cuerpo, suponía demasiado, no solo llevarse la gloria del hallazgo sino también de poder, y suerte, ya que se tenía la creencia de que, quien poseyese un trozo de la momia del rey, le proporcionaría suerte.

 

Por ello, la búsqueda de su cuerpo se convierte en la ambición de muchos, entre ellos los musulmanes, que lo consideraban un profeta según el Corán. O en 1798, por el gran Napoleón, el cual llegó a Attarina, donde supuestamente se encontraba un sarcófago atribuido a Alejandro, sarcófago que Champollion demostró que pertenecían a Nectanebo II, tras descifrar sus jeroglíficos. El sarcófago terminó siendo expuesto en el Museo Británico, tras su pequeña hazaña.

 

Aun así, la búsqueda seguía su curso, Heinrich Schliemann (descubridor de la legendaria Troya) buscó la tumba en la mezquita de Nabi Daniel, pero no tuvo suerte, lo mismo le sucedió al famoso Howard Carter, que decía tener su teoría sobre la tumba, pero nunca la encontró, con un descubrimiento histórico le bastaba, no hay que ambicionar tanto.

Los años pasan, la tumba sigue sin aparecer, el misterio flota en el aire, llega Liana Souvaltzi, en la época de los 90, confirmando que había encontrado la tumba en la zona de Siwa, lugar donde supuestamente se habían trasladado los restos una vez se destruyó su panteón en Soma. El cuerpo se guarecería bajo un templo grecorromano, las inscripciones del sarcófago parecían confirmar las sospechas de la doctora. La inscripción hablaba sobre el traslado del cuerpo de manos de Tolomeo e incluso de las causas de su muerte. Parecía que iba por el buen camino.

 

Pero comienza la polémica, unos dicen que sí, otros que no. Acusan a Souvaltzi de haber manipulado el sarcófago y esta se defiende de una forma muy mística, diciendo que las serpientes la habían guiado hacía la tumba, como más de un milenio atrás, éstas, habían guiado a Alejandro Magno por el desierto de Siwa. Después de esta teoría era de suponer, que las Souvaltzi se lo había inventado todo, aun así, el gobierno griego, se acercó a Siwa para confirmarlo.

El afán por encontrar el cuerpo es tal, que los restos del emperador, llegan a Venecia, donde se le había confundido con el cuerpo de San Marcos y aunque las teorías de Andrew Chugg, parecían tener consistencia, la confirmación de esta sigue siendo un misterio.

 

La búsqueda prosigue, los nervios, las ganas y la emoción, sigue llevando a investigadores a buscar la tumba de tan legendario rey, ¡parece la búsqueda de la tumba de Cleopatra! – otro misterio-

Actualmente en mayo de 2014, arqueólogos polacos, han encontrado en Egipto un mausoleo de mármol y oro que, según ellos, podría tratarse de la tumba del macedonio. El lugar se emplazaría en Kom el-Dikka, Alejandría. El monumento, con una decoración mestiza, entre griega, egipcia y persa, al parecer, fue sellado y ocultado entre los siglos III y IV d.C. para protegerlo de la represión cristiana. Los polacos, se apoyan en esta teoría gracias a las inscripciones, en jeroglífico, donde se puede leer “Rey de Reyes” y el conquistador del mundo, Alexander III.

 

El mausoleo, contiene un sarcófago roto de vidrio, junto con 37 huesos muy dañados. La teoría coincidiría con la historia, ya que Tolomeo X había mandado fundir el sarcófago de oro, para pagar sus deudas y reemplazarlo por uno de este material.

En las instalaciones del mausoleo, también se han encontrado un poco de cerámica rota, que data de la época de los Tolomeos.

 

¿Estaremos ante el descubrimiento más importante del siglo XXI?

 

Lo sabremos después de que los polacos realicen la prueba de carbono para datar las piezas y las pruebas para determinar la edad de los huesos.

Por ahora la leyenda sigue viva y el cuerpo de Alejandro sigue siendo un misterio.