Detenido en Cantabria un sospechoso de ser el pederasta de Ciudad Line
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Detenido en Cantabria un sospechoso de ser el pederasta de Ciudad Lineal

 

 

24/09/2014 Fuente elpais. El hombre, español de 42 años, secuestró a cinco menores y lo intentó con otras tres

 

El presunto pedófilo vivía en Madrid y había cumplido condena por abusar de una menor

 

La Policía Nacional ha detenido a un hombre sospechoso de ser el pederasta de Ciudad Lineal (Madrid) en el marco de un dispositivo policial desplegado tras meses de investigación, según ha informado el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en rueda de prensa. El hombre ha sido apresado en Santander (Cantabria) a las 7.37 de este miércoles y la policía le atribuye cinco secuestros de menores y abusos sexuales consumados y tres tentativas, todos de niñas de entre cinco y 11 años, según ha relatado el ministro. El detenido es de nacionalidad española, tiene 42 años "aunque aparenta menos edad" y un "dilatado historial delictivo, con antecedentes en secuestro, detenciones ilegales, robos con violencia e incluso una condena a siete años de cárcel por abuso sexual de una niña de seis años", ha explicado Fernández Díaz. En la cárcel estuvo preso en los años 90.

 

El presunto pederasta de Ciudad Lineal tenía fijada su residencia habitual en la capital. Se había desplazado a Santander, al domicilio de un familiar, para "quitarse de en medio", según fuentes policiales. El arrestado se había dedicado a la compraventa de coches y tecnología, era aficionado al culturismo y a las artes marciales, y tenía relación con el crimen organizado, ha informado el ministro Fernández Díaz. Fuentes policiales le describen como un "auténtico depredador".

 

El ministro ha confirmado que las agresiones se producían contra menores con las que no tenía ninguna relación y con las que contactaba en parques o zonas de ocio habituales de menores, factores que complicaron la investigación.

 

El detenido llevaba dos semanas vigilado por la policía en Santander, pero no ha sido hasta esta mañana cuando se ha procedido a arrestarle. A esta hora está siendo trasladado a la capital. El caso, bajo secreto de sumario, está siendo investigado judicialmente por el Juzgado de Instrucción 10 de Madrid.

 

Al secuestrador se le atribuyen al cinco secuestros de menores en la zona de Ciudad Lineal, pero hasta ahora solo eran conocidos públicamente tres, con posibilidad de un cuarto. La primera señal de alarma sonó el pasado 10 de abril, cuando una niña desapareció en su trayecto a una tienda de chucherías cerca de un parque del distrito de Ciudad Lineal. Este hecho se produjo sobre las 20.30 y la niña estuvo desaparecida durante cinco horas. Apareció, ya entrada la madrugada, desorientada, cerca de una boca de metro. La policía se encontró entonces con un hecho muy extraño: la niña había sido drogada y su cuerpo había sido lavado, por lo que no aparecían rastros de ADN. La policía comentó en ese momento que se trataba de un caso puntual, que no tendría por qué repetirse, y así pensaban también algunos expertos.

 

Pero el 17 de junio el caso se repitió. Esta vez la víctima era una niña de origen chino que jugaba en la calle, en el exterior de una tienda que regentaban sus padres. La niña, que también fue secuestrada a la caída de la tarde, estuvo desaparecida durante cuatro horas. Y había sido igualmente drogada. Fue ingresada en un hospital, donde permaneció unos días.

 

El patrón de conducta del pederasta se repetía en casi todos sus términos: la niña era abandonada a varios kilómetros de distancia del lugar donde había sido secuestrada, había sido drogada y posteriormente lavada, y había permanecido durante algún tiempo en un local o un domicilio.

 

Establecido ya como un caso excepcional, que ponía en estado de alerta a la policía, se supo que pudo haber un antecedente en septiembre de 2013, cuando fue raptada una niña negra en condiciones parecidas. La policía, sin embargo, no ha terminado por incorporar este caso al currículum del pederasta porque la menor apenas recuerda lo sucedido.

 

El tercer (o cuarto caso) se produjo el viernes 22 de agosto. Puede hablarse, por tanto, de una frecuencia de algo más de 66 y 68 días entre un suceso y otro si se atiende a los tres últimos sucedidos en Madrid. Ese día, una niña de madre dominicana se despista de su abuelo en un parque y cae en manos del pederasta. Son algo más de las 18.00 horas. Aparece casi una hora después, en un descampado entre dos autovías. Esta vez la niña no ha sido drogada ni lavada, ni ha sido conducida a un domicilio. La menor manifestó en su declaración que un hombre hizo “cosas feas” con ella, aunque antes pararon en un establecimiento, donde la imagen del pederasta no fue grabada. La cámara era falsa.

 

El error que pudo precipitar su detención

 

En el último rapto, el pederasta se arriesgó en exceso, según confirmaron a EL PAÍS varios testigos. Un error que le ha podido costar la detención. El criminal aparcó en segunda fila y se bajó del coche en la carretera de Canillas para entrar en una tienda de todo a cien y comprar algo. Dentro del vehículo se quedó la pequeña, que ni se movió ni pidió ayuda. Después continuó su camino hasta que la liberó una hora después en el distrito de San Blas.

 

Ni siquiera llegó a hablar con la dependienta. Le dejó el dinero encima del mostrador (unos siete euros) y se marchó por el mismo camino, en sentido contrario. Pagó como a escondidas sin que la dependienta pudiese verle la cara ni fuera capaz de una descripción fiable del mismo. Pero justo enfrente de donde estacionó su utilitario, había una sucursal bancaria con el consiguiente riesgo de ser grabado. Otro de los negocios cercanos a la tienda de alimentación era también un banco.

 

La policía ha dedicado todos estos meses un gran despliegue de medios para encontrar al criminal, que ha actuado tres veces a lo largo de cinco meses. Se trataba de un delincuente sin precedentes en España, y era la "única prioridad" para los agentes del cuerpo en Madrid. Miembros de las cinco secciones en que se divide la Brigada de Policía Judicial fueron destinados a trabajar por las tardes en la llamada Operación Candy (golosina, en inglés).

 

Los agentes recuperaron todas las imágenes de las cámaras de videovigilancia de las zonas en las que actuó, incluidas las de los transportes públicos, y las visionaron una a una para tratar de obtener una imagen del delincuente. La policía combinó esa labor con el análisis de 78.000 vehículos de pequeñas dimensiones, gracias a los detalles aportados por la primera niña secuestrada, de nueve años, y a los testigos.

 

El presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, ha felicitado a la policía por la detención. González ha destacado el "descanso para muchas familias" que supone la noticia.