Ascenso y caída de un capo
Droga

Ascenso y caída de un capo

 

 

01/11/2014 Fuente elpais. Una descarga acabó con la carrera del narco arousano Vázquez Roma, que competía con la coca más pura, veloces planeadoras y una militar en nómina

 

En la última oleada de desembarcos de cocaína en la Ría de Arousa, la casualidad quiso que Aduanas torciera los planes de José Ramiro Vázquez Roma, un tosco pero audaz marinero de Cambados que llegó a controlar el negocio del narcotráfico entre Portugal y Galicia a mediados de la pasada década. Emulando a los grandes capos de otras épocas, Vázquez Roma tenía fama de fletar los mejores cargamentos de cocaína (con más del 75% de pureza) y construía sus propias planeadoras en un astillero próximo al mar, en la localidad portuguesa de Viana do Castelo. Entre sus clientes había enlaces de los cárteles proveedores de la droga que aprovecharon las abundantes mareas de coca de aquellos años para rivalizar con los gallegos en el transporte de cargamentos. Pero Vigilancia Aduanera descubrió la oculta faceta de Vázquez Roma cuando tenía pinchados los teléfonos de un famoso traficante colombiano que le había encargado una lanzadera de 25 metros de eslora para ejecutar una operación y que fue incautada en el astillero del capo arousano.

 

Vázquez Roma creyó que tenía todo bajo control y preparó una de sus voluminosas descargas, en esta ocasión de cuatro toneladas cuando la cocaína se pagaba a más de 33.000 euros el kilo. A partir de las 20,30 horas del día 28 de octubre de 2007, el capo, que entonces tenía 43 años, dio las últimas instrucciones a sus lancheros —que iban a salir desde el astillero de Portugal— y a los porteadores que esperaban en una playa la llegada de los fardos, una intendencia coordinada por su sobrino José Manuel Vázquez. En el grupo de lugartenientes y personal de confianza destacaba una adiestrada militar, María Belén Cordeiro Sabana, con carné profesional de la Armada. Su cometido dentro de la organización de 14 empleados era el diseño de las labores de contravigilancia durante los desembarcos hasta la recogida de la droga en tierra y su traslado a un lugar seguro. Cordeiro tenía bajo sus órdenes a ocho hombres y una mujer, Digna Vázquez García, a la que había encomendado las labores de centinela desde cabo de Udra, en la península de O Morrazo, hasta las inmediaciones del aeropuerto vigués de Peinador, para que alertase de cualquier movimiento de los medios aéreos con los que el Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) peinaba el litoral.

 

Sobre las dos de la madrugada del 29 de octubre de 2007, el helicóptero y dotaciones marítimas del SVA pudieron observar dos embarcaciones semirrígidas entrando en Galicia y fueron a por ellas. Venían de alijar la droga de un barco nodriza y cambiaron de rumbo cuando sus tripulantes fueron sorprendidos. Una de ellas viró hacia la playa de Mourisca, en Bueu, y la otra embarrancó en una cala de Meloxo, en O Grove, mientras tiraban fardos al agua para poder escapar a mayor velocidad. En las planeadoras abandonadas se encontraron cerca de 3.000 kilos de cocaína.

 

Situado cerca de Cangas para dirigir el desembarco, Ramiro Vázquez dio órdenes por el teléfono móvil a sus marineros de que aguantaran hasta la extenuación antes de perder la mercancía. De hecho, en el posterior visionado de los vídeos de Aduanas, sorprendió a los investigadores la larga persecución que soportaron las tripulaciones antes de abandonar los barcos.

 

Cuando la operación se había ido a pique, el jefe era pillado girando en una rotonda, escapando a gran velocidad en un Volvo todoterreno. Llevaba encima cuatro teléfonos móviles y ocho cargadores, dos emisoras, dos bases de antena, un GPS, un repetidor de radio y una emisora HF, además de 800 billetes de 50 euros. El capo había caído con todo el equipo.

 

Vázquez Roma —que está en libertad desde 2011 al superar los cuatro años de prisión preventiva— se enfrenta a una petición del fiscal de 27 años de cárcel por narcotráfico y blanqueo, además de una multa de 604 millones de euros. Junto a él se sentarán en el banquillo otras 19 personas, entre el personal de su organización y testaferros de bienes y empresas en España y Portugal. El fiscal ha solicitado que se remita un informe con sus conclusiones provisionales previas al juicio al jefe del Estado Mayor de la Armada sobre María Belén Cordeiro. Pide para ella la inhabilitación absoluta como militar, 17 años de prisión por narcotráfico y pertenencia a organización criminal, además de una multa de 400 millones de euros.

 

 

 

Declaraba a Hacienda 1.300 euros de ingresos

 

E. L.

 

En apenas cinco años, Ramiro Vázquez Roma invirtió en la hostelería, compró fincas con viñedos de albariño y se implicó de lleno en el sector naval. El astillero Vianapesca, Construçoes e Reparaçoes Navais LDA, fue un negocio muy rentable, tanto que cuando fue detenido también proyectaba construir otro en Oubiña (Cambados) con la representación de materiales de poliéster para hacer los cascos de las lanchas tipo zodiac que se emplean en el transporte de droga.

 

En Portugal amplió sus contactos y se relacionaba con empresarios e inversores de la zona de Viana do Castelo, donde llegó a hacerse con un contrato para construir embarcaciones de vigilancia para la Policía Judiciaria. Los 2,5 millones de euros de patrimonio que figuran a su nombre en el país vecino serán repartidos entre España y Portugal una vez que Vázquez Roma sea juzgado. El reparto se acordó en una reunión celebrada en la sede central de Eurojust en La Haya, en febrero de 2012.

 

Del inventario de gastos e inversiones calculado por Hacienda —solo en el astillero portugués invirtió medio millón de euros — llama la atención la declaración del IRPF que presentó en los últimos años el ahora acusado por la Fiscalía Antidroga de Pontevedra. En 2003, Vázquez Roma declaró unos ingresos brutos anuales de 1.700 euros, que aumentaron progresivamente hasta situarse en 2007 en 13.000. Su exesposa y su posterior compañera sentimental, además de un sobrino de 10 años, figuran como principales testaferros de sus bienes.

 

El fiscal Luis Uriarte sostiene que Vázquez Roma se inició en el narcotráfico en 1997. Al año siguiente comenzó a acumular patrimonio adquiriendo varias fincas rústicas, acciones en bancos como Santander y en Afinsa o comprando billetes premiados de lotería. En el momento de su detención, Vázquez Roma estaba construyendo un hotel en el polígono de O Salnés, en Ribadumia.