El laberinto de creta 3. Tercera entrega
de Lope de Vega

El laberinto de creta 3. Tercera entrega

 

Tragedia de Lope de Vega Carpio dedicada a la señora Tisbe Fenix en Sevilla

 

MINOS

  La fábrica es excelente.

ARIADNA

Es imposible que en Grecia

815

haya un edificio igual.

FEDRA

Ya por naciones diversas

va discurriendo la fama

con alas plumas nuevas.

DÉDALO

Yo pienso, invicto señor,

820

que el Laberinto no sea

menos que su Minotauro,

monstruo de naturaleza.

MINOS

Yo estoy servido de ti,

y así pienso hacer que tenga

825

Icaro, tu hijo, el premio

del trabajo que te cuesta.

FEDRA

Aquí viene, invicto Rey,

un embajador de Atenas.

(Salen TESEO y FINEO.)

TESEO

Yo no soy embajador,

830

supuesto que mi nobleza

diera ocasión a la patria

para cargos de más fuerza;

Teseo soy; y aunque fui

duque generoso en ella,

835

por la suerte me ha cabido

ser el más vil de mi tierra;

vengo a morir, con que he dicho

que no soy nada, y quisiera

ser mas, para que estimara

840

perder la vida por ella;

sus ciudadanos te dieron

palabra segura y cierta

de darte cada año, en parias,

diez hombres para esta fiera;

845

yo soy, rey Minos, el uno,

que no me he puesto en defensa

por la lealtad que te digo,

y que a tus pies me presenta;

porque en razón de su honor,

850

que es una vida me pesa,

pues por ella aventurara

cuantas el cielo me diera:

¿Qué quieres hacer de mí?

MINOS

Teseo, la fortaleza

855

de tu generoso pecho

no pudo dar mayor muestra;

pésame que fueses tú,

a quien la pasada guerra

hizo ilustre en mi opinión;

860

pero si lo quiere Atenas,

y tú serle tan leal,

Feniso a una torre lleva

al Duque, en tanto que al monstruo

de su arrogancia sustenta.

(Vase.)

TESEO

865

Voy contento de saber

que por tales medios quieras

encubrir tu deshonor.

(Vase TESEO, y asga ARIADNA a FINEO.)

ARIADNA

¿A quién digo?

FINEO

¿Quién es?

ARIADNA

Tenga

el paso, que yo le llamo.

FINEO

870

¡Ah, mi bellísima Reina!

¿Cuándo mereció mi boca

besar la dichosa arena

adonde ponéis los pies,

aunque está revuelta en perlas?

ARIADNA

875

¿Es éste el duque Teseo?

FINEO

Este es aquel de quien cuentan

tan espantosas hazañas;

éste el que la mar soberbia

pasó con Jasón a Colcos

880

hasta robar a Medea;

éste el que bajó al infierno

con Hércules, el de Grecia,

y a la bella Proserpina

presentó cosas diversas:

885

para el calor que hace allá

por el verano las fiestas,

un abanillo famoso;

y porque estaba dispuesta

de vestir a la española,

890

seis puños como rodelas,

que en el infierno también

quieren descubrir muñecas.

Este le ayudó a matar

los centauros, en la mesa

895

de las bodas de Hipodamia;

éste...

ARIADNA

Basta que éste sea

Teseo, de cuya fama

no hay poca noticia en Grecia;

lástima me da su edad,

900

su hermosura y gentileza.

FINEO

Dios os lastime en el alma

por esa piedad; que en ella

se conoce, gran señora,

vuestra bondad y nobleza.

905

Y cierto que es sinrazón

echar un hombre a una bestia,

aunque tratar con un necio

pienso que lo mismo fuera.

No habrá tantico remedio,

910

porque es cargo de conciencia

matar un mozo a bocados,

como suele cuando entra

un asno en un melonar.

ARIADNA

¡Ay, hermana, quién pudiera

915

dar vida a aqueste mancebo!

FEDRA

Bien podrás si tú lo intentas.

ARIADNA

Que lo intentaré no dudes.

FINEO

Sí, ¡por Dios! para que tenga

un esclavo esa hermosura

920

y un amante esa belleza.

ARIADNA

¿Es casado?

FINEO

No es casado,

como dicen, ni Dios quiera

que se vea en tanto mal;

digo mal, mal de paciencia.

ARIADNA

925

Venme a hablar aquesta noche.

FINEO

No hay bien que al hombre no venga

por manos de la mujer.

¡Benditas mil veces sean!

Mas cuando vuelve la cola

930

marzo, y el diablo se suelta,

todo hombre guarde la cara,

quiero decir, la cabeza.

 

Acto II

 

Sale TESEO, preso.

TESEO

  Cuando en el nido el pajarillo asiste

en larga noche del invierno airado,

935

y espera el alba, que con rayo helado

baña los montes, y los campos viste:

luego que de jacinto y amatiste

saca el rico cabello coronado,

trueca las pajas al ameno prado,

940

y en los rayos del sol la noche triste.

Yo, de otra suerte, en noche oscura y fría,

de aquesta cárcel que me dió la suerte,

no doy lugar a la esperanza mía.

¡Desdichado de aquel que de tan fuerte

945

prisión no espera que amanezca el día,

pues ha de ser la noche de su muerte!

(Sale FINEO.)

FINEO

  Bien puedes, en tanto mal,

darme albricias de tu bien.

TESEO

No sé yo, Fineo, por quién

950

hablas en estilo igual.

  Si es que se acerca el salir

del Minotauro homicida.

¡Quién vió jamás que la vida

diese albricias al morir!

FINEO

955

  Deja tu injusta tristeza,

y en esta cárcel verás

más que el sol; bien digo, más;

dos soles de más belleza.

  Tu talle, o tu buena dicha

960

(que aquesto debe de ser,

que no hay talle en el querer

entrar fuerte la desdicha),

  a dos hermosas señoras

obliga a ver si podrás

965

vivir o no; al fin verás

en tu noche dos auroras:

  la bellísima Ariadna,

hija de este rey Cominos,

que con tales desatinos

970

hace su afrenta más llana;

  y Fedra, su hermana bella,

vienen a verte.

TESEO

¿A mí?

FINEO

Sí.

TESEO

¿Quién te lo ha dicho que ansí

me favorece mi estrella?

FINEO

975

  Esta noche con las dos,

hasta las dos y aun las tres,

estuve, y supe quién es

este amor, que es ciego y dios.

  Verdad es que las moví

980

con tan ilustre parola,

como si fuera española

la provincia en que nací.

  Porque dicen que hay en ella,

y escriben graves autores,

985

los mayores habladores

que la verdad atropella.

  Enternecióse Ariadna,

y con más inclinación

dió lugar a la afición

990

que comenzaba en su hermana.

  Ya vienen las dos aquí.

Ellas dirán lo demás.

TESEO

Notables nuevas me das.

(Salen FEDRA, ARIADNA y un ALCAIDE.)

ARIADNA

¿Está aquí?

ALCAIDE

Señora, sí.

ARIADNA

995

  Pues ¿en tan obscura parte?

ALCAIDE

Mandólo el Rey de esta suerte,

mientras que le dan la muerte.

ARIADNA

Vete.

FINEO

Ya vienen a hablarte.

ARIADNA

  ¿Eres tú el Duque?

TESEO

Yo soy,

1000

ángel, el duque Teseo;

ya no preso, pues ya veo

que en diverso cielo estoy.

  Ya estoy libre, aunque cautivo

de vuestra rara belleza;

1005

que en noche de tal tristeza,

no menos gloria recibo.

  ¿Por dónde, hermosa Ariadna,

entró sol tan verdadero,

sin que llegasen primero

1010

las nuevas de la mañana?

  Ya no es posible que pueda

venir la muerte importuna,

ni moverse la fortuna

si vos le tenéis la rueda.

1015

  Y vos, Fedra celestial,

que acompañáis su hermosura,

y que esta cárcel obscura

hacéis balcón oriental,

  ¿cómo entenderéis aquí

1020

que os doy agradecimiento

justo, pues el mal que siento

pensaréis que habla por mí?

  Los dioses, tan venturosas

os hagan, como merece

1025

vuestra piedad.

FEDRA

Quien padece

prisiones tan rigurosas

  sin culpa, tenga esperanza

que le ha de librar el cielo.

TESEO

La esperanza y el consuelo

1030

a un mismo tiempo me alcanza.

ARIADNA

  Duque, lástima y piedad,

y al ver tu ilustre persona,

digna de mayor corona

que el nombre de tu ciudad,

1035

  mi tierno pecho ha movido

a procurar tu remedio,

puesto que está de por medio

peligro tan conocido.

  Toda esta noche he pensado

1040

cómo has de poder entrar

y salir de aquel lugar

por tantas puertas cerrado.

  Y como siempre el amor

es maestro, y suele ser

1045

más sutil en la mujer,

hallé el remedio mejor.

  Yo te daré de oro un hilo,

que a las puertas has de atar,

por donde puedas tornar

1050

siguiendo aquel mismo estilo.

  Que no te podrás perder

si con él vienes siguiendo

la puerta, ya que al horrendo

monstruo acabes de vencer.

1055

  Para el cual has de llevar

tres panes, con tal veneno,

que de su sentido ajeno,

caiga en el mismo lugar.

  Entonces, con una maza

1060

que te daré, larga y fuerte,

en sangre, dánsole muerte,

bañarás la inculta plaza.

  Pero porque el padre mío

ha de saber quién te ha dado

1065

la industria, y vengar airado

en mi amor su desvarío,

  palabra nos has de dar

de llevarnos a tu tierra,

adonde se intenta guerra,

1070

y si quisiere vengar,

  tú nos podrás defender.

TESEO

Palabra a los cielos doy

que serás, y lo eres hoy,

mi bien, mi reina y mujer.

1075

  Y es corto premio a quien eres,

cuando no por dar a un hombre

vida, que ha de darte nombre

entre famosas mujeres.

  Fía de mi obligación

1080

como de hombre bien nacido,

y que a la muerte ha venido

por el bien de su nación;

  que no seré ingrato al bien

que de tus manos recibo,

1085

señora, si salgo vivo.

ARIADNA

Vida los cielos te den.

TESEO

  Serás duquesa de Atenas

si del Laberinto obscuro

salgo con vida, y lo juro

1090

a cuantas luces serenas

  sirven de claras saetías

a los dioses celestiales,

para ver a los mortales

por doradas celosías;

1095

  y fálteme todo el cielo

si a esta palabra faltare.

ARIADNA

El cielo tu vida ampare

y vuelva a tu patrio suelo.

TESEO

  La nave que me ha traído,

1100

y espera sólo saber

qué nuevas ha de volver

de lo que me ha sucedido,

  esa misma, con secreto,

nos ha de llevar de aquí.

ARIADNA

1105

No querría que de mí

formase el Rey mal conceto:

  vamos, Fedra; que yo voy

a prevenir a Teseo

las armas.

TESEO

Ya con deseo

1110

de ver el peligro estoy.

FEDRA

  ¡Animo, Duque valiente!

TESEO

Basta esa voz, Fedra hermosa,

como cuando sonorosa

trompeta el caballo siente.

(Vanse las dos.)

1115

  ¿Qué esperáis, fieros tiranos?

Venid por mí.

FINEO

Poco a poco.

TESEO

Con tantos favores loco,

ya tengo el mundo en las manos.

FINEO

  Pues no le dejes caer:

1120

tenle firme en un estado

porque está tan delicado,

que se te podrá romper.

  Quebraránse muchas damas,

todas melindres y enfados,

1125

y algunos afeminados,

Fénix de sus mismas llamas.

  Quebraránse mil discretos,

que de puro circunscritos,

por vocablos exquisitos

1130

andan a buscar concetos.

  Quebraránse mil que están

arbitrando sacar oro

de sangre ajena, tesoro

que alguna vez pagarán;

1135

  y quebraránse... Callemos,

que hay gran peligro en hablar.

TESEO

Es menester concertar

cómo esta nave saquemos.

FINEO

  Luego ¿ya cuentas vencido

1140

este fiero Minotauro?

TESEO

Haz cuenta que el verde lauro

tengo en la frente ceñido.

FINEO

  Dícenme que este animal

no guarda a nadie decoro,

1145

y de quien es hombre y toro

se ha de temer mucho mal.

  Esta bestia, que desprecios

hace del cielo y abismo,

va caballero en sí mismo,

1150

como suelen ir los necios;

  porque de la cinta arriba

es hombre, y de medio abajo

toro, que en España el Tajo

de hierba y cristales priva.

1155

  Yo te aseguro de mí,

que estoy temblando de miedo.

TESEO

¿Y yo que temer no puedo

después que a Ariadna vi?

FINEO

  ¿Y las dos has de llevar?

TESEO

1160

Eso es forzoso.

FINEO

¡Por Dios,

que es brava carga las dos,

y que ha de quejarse el mar!

  Mas porque el peso no espante

y las puedas conducir,

1165

como alforjas podrán ir,

una atrás, y otra delante.

(Vanse, y salen el príncipe ORANTEO y LAURO.)

ORANTEO

  Esto me escribe, Lauro, el Rey de Creta,

viendo que ya mi ejército salía.

LAURO

Temor le solicita e inquieta.

ORANTEO

1170

Fue con razón de la venganza mía.

La fama, que las cosas interpreta,

anticipó de mi partida el día,

de suerte que, aun apenas vio mis naves,

cuando le persuadió temores graves.

1175

  No tremolaba una bandera al viento,

ni un gallardete el agua amenazaba,

ni por la racamenta, el alto asiento

de la gavia, piloto caminaba,

cuando el eco del bélico instrumento

1180

en la playa de Creta resonaba,

y la gente que apenas conducía,

a las espaldas del temor venía.

  Viendo su carta, en que se ofrece a darme

a la bella Ariadna en casamiento,

1185

a Creta he vuelto alegre de casarme.

La blanda paz, que no la guerra intento,

amor las duras láminas desarme,

pues desde su primero nacimiento

es tan desnudo, como niño, y ciego;

1190

y depuesto el bastón, viva el sosiego.

  Verdad es que antes de entregarme a Minos,

quiero saber en Creta, de secreto,

si son engaños de su pecho indignos

y de un pecho Real bastardo efeto;

1195

que si es engaño, los labrados pinos,

y el lienzo por las ondas inquïeto,

oprimirán el mar con nueva armada

y a dos agravios sacaré la espada.

LAURO

  Bien has hecho en venir secretamente,

1200

hasta saber, señor, si te he engañado,

vencido de la fama diligente

y de tu prevención amenazado.

ORANTEO

Este es el Laberinto que eminente

resplandece en el centro de este prado,

1205

artificio de Dédalo, en que puedes

mirar vencido al célebre Arquimedes;

  aquí tiene prisión el Minotauro,

a quien sustenta la vencida Atenas,

desde que a Minos, la corona y lauro

1210

rindió la presunción de sus almenas;

sátiro no se vió, fauno o centauro,

ni monstruo por las líbicas arenas,

de más espanto y prodigiosa fama.

LAURO

¡Triste del griego a quien la suerte llama!