Preocupante: tras el pago del Bonar VII las reservas del Banco Central
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Preocupante: tras el pago del Bonar VII las reservas del Banco Central cayeron a los u$s35.231 millones

 

 

13-09-2013 fuente iprofesional. El Gobierno pagó u$s2.070 millones para cancelar el vencimiento de capital e intereses del Bonar VII, y las reservas quedaron en u$s35.231 millones. Así abre el interrogante sobre cuántos más compromisos podrá seguir sustentando el Banco Central. Sobre todo, porque no puede sumar divisas al Tesoro

 

Este jueves el Tesoro hizo efectivo los depósitos para pagar el vencimiento de capital e intereses del Bonar VII, un título que fue emitido en septiembre de 2006, por un monto de u$s2.070 millones.

 

De esta manera, una vez más el Gobierno volvió a recurrir al Banco Central para poder hacerse de billetes, ya que "la entidad se ha convertido en su única fuente de financiamiento, tanto en pesos como en dólares, con un impacto de doble vía tanto por la caída de sus reservas como por una mayor emisión monetaria", resume Juan Pablo Ronderos, economista gerente de Desarrollo de Negocios de abeceb.com.

 

Más allá que la conducción del país tendrá el camino más alivianado hasta fin de año, ya que éste es el compromiso más fuerte que tiene en el 2013 (le restan pagar u$s470 millones), las reservas del Banco Central siguieron en caída libre y se ubicaron este jueves en los u$s35.231 millones.

 

Es decir, en un día cayeron un neto de u$s1.352 millones por el pago del Bonar VII, unos u$s700 millones menos del total desembolsado en esta cancelación, porque parte de esos títulos estaban en manos de los propios entes estatales.

 

Además este jueves, en la presentación del proyecto de presupuesto para el 2014 realizada por el ministro de Economía Hernán Lorenzino ante el Congreso, también se prevé que el Gobierno tome unos u$s9.800 millones de las reservas del BCRA para abonar diferentes deudas en moneda extranjera.

 

Por lo tanto, si la entidad dirigida por Marcó del Pont no logra frenar el descenso de dólares de las arcas de su Tesoro, a finales del 2014 se encontrará con que tiene menos de la mitad que hace dos años, cuando ostentaba más de u$s50.000 millones.

 

Desde comienzos de año las reservas internacionales del Banco Central cayeron por un total de u$s7.964 millones, duplicando en algo más de siete meses el descenso registrado a lo largo de todo 2012 (u$s3.085 millones).

 

El gasto en turismo e importaciones energéticas y el pago de la deuda (pública y privada) explican gran parte de este deterioro.

 

"Y la tendencia no parece detenerse, lo que enciende una luz de alarma importante en este frente", resume Ronderos de Abeceb .

 

Sin embargo, agrega este economista, los problemas de la entidad monetaria no se agotan en esta cuestión.

 

"Un tema tan trascendental como éste, y que ha tenido quizás menos relevancia en la opinión pública general e incluso en la especializada, es el deterioro a pasos agigantados del balance del BCRA. Un análisis de su activo y pasivo arroja algunos resultados que debieran llamar la atención a los encargados de la política económica en general y de la monetaria en particular, y que sin dudas encienden otras tantas luces de alarma de cara a lo que viene", dice el experto de Abeceb.

 

El primer dato que surge del análisis del balance del Banco Central es que, desde principios de mayo, "el stock de títulos públicos en su activo, constituido prácticamente en su totalidad por letras intransferibles del Tesoro nacional (producto de la utilización de fondos para el pago de deuda soberana) supera en valor a las reservas internacionales", agrega el escrito.

 

De acuerdo a los últimos datos disponibles del 31 de agosto, estas divisas totalizan unos 208.012 millones de pesos versus un stock de títulos públicos por unos $270.551 millones.

 

"La tendencia es el avance de un deterioro mayor en la relación ya que las reservas permanecen estancadas e, incluso, caen y los bonos crecen sin prisa pero sin pausa", resume Ronderos.

 

De esta manera, "las reservas internacionales del BCRA representan actualmente sólo un 30,4% del activo total de la entidad, frente al 39,5% de los títulos públicos en cartera propia del banco, con una dinámica preocupante al comparar con otros momentos no tan lejanos en el tiempo", agrega el experto.

Según el informe de Abeceb, si al stock de títulos públicos se le suma el de adelantos transitorios (fondos que el BCRA le gira al Tesoro sin contrapartida), estas cifras son aún más preocupantes.

 

En la actualidad esta suma alcanza al 62% del activo total, cuando un año atrás era de 50,6%, no alcanzaba al 43% antes del cepo cambiario, y representaba un 28,5% en la semana anterior a la creación del Fondo de Desendeudamiento.

"Este deterioro de la calidad del activo del Banco Central por la caída de reservas internacionales que son reemplazadas por el crecimiento en la participación de cuentas menos líquidas (como las letras del Tesoro intransferibles) y/o que representan sólo cuestiones contables (como es el caso de los adelantos transitorios), o que hasta pueden considerarse incobrables, no es una cuestión menor", alerta Ronderos.

 

Y completa su idea: "Sin dudas recortan los márgenes de acción de la entidad monetaria, no sólo ya para eventos extraordinarios como puede ser un shock externo inesperado (caída en los términos de intercambio, por ejemplo) sino, más importante aún, para el manejo de la política monetaria del día a día".

 

"No sólo para los cánones actuales, donde estas dinámicas dan cuenta de que es una estrategia con fecha de expiración, y cada vez más cercana. Sino también para poder torcer el rumbo en caso que se elija otro camino en algún momento del futuro, próximo o lejano", agrega.

 

En síntesis, Ronderos cree que la posibilidad de una salida ordenada del esquema vigente (cepo cambiario más financiamiento al Tesoro) comienza a perder fuerza con un "Banco Central que ya no tiene el control del mercado cambiario desde hace un tiempo largo, y que además ha perdido largamente su batalla frente a la política fiscal subordinándose totalmente".

 

Y finaliza: "No puede demandársele a la política monetaria que haga todo el trabajo. Es imposible pensar un BCRA que pueda ser indefinidamente el único prestamista del Tesoro para financiar gasto público corriente (mediante emisión de pesos) y el pago de la deuda pública (con la utilización de reservas internacionales)".

 

En ello coincide el economista Miguel Kiguel, "una cosa es usar reservas para pagar deudas cuando al país le sobran, y otra es utilizarlas cuando éstas se convierten en un bien muy escaso".

 

"Hay temas como la política de desendeudamiento que ha sido mal entendida porque implica que hay que bajar la deuda a PBI y el desendeudamiento verdadero se hace con superávit fiscal y nosotros tenemos déficit fiscal", completa Kiguel.

 

Por lo tanto, advierte que "esta política está generando una cantidad de círculos viciosos que son muy perjudiciales para los argentinos. Argentina hoy está fuera de los mercados".

 

Al respecto, el economista de Abeceb explica que esa estrategia de financiarse con el Banco Central puede ser una "herramienta correcta y útil para una coyuntura específica", como puede ser una crisis externa que demande una política económica contracíclica luego de un período de orden macroeconómico.

 

"Pero no puede serlo siempre. El Banco Central no alcanza ni debe alcanzar para todo. Si no se entiende esta cuestión, volveremos a estar expuestos a los vaivenes del mercado financiero, con todos los riesgos y problemas que ajustes de este tipo implican (la historia argentina, y de los emergentes en general, están llenos de ejemplos en este sentido). Algo que se quiso evitar pero no se hace más que incentivarlo", concluye Ronderos.