Entrevista con Carlos García Gual: "la educación debe conectar con la
Bienes arqueológicos, paleontológicos

Entrevista con Carlos García Gual: "la educación debe conectar con la herencia del pasado para no perder nuestra personalidad"

 

 

30/11/2013 Fuente mediterraneoantiguo. La Biblioteca Clásicos de Gredos es un referente para el estudio de nuestra herencia cultural greco-latina. Su fondo constituye una guía indispensable para todo aquel que quiera disponer de un vagaje cultural que le haga crítico y reflexivo. Mediterráneo Antiguo ha entrevistado a Carlos García Gual, escritor, filólogo, crítico y traductor, catedrático de filología griega en la Universidad Complutense de Madrid y director de la colección griega de la biblioteca antes referenciada, a propósito de la exposición que hasta el próximo 23 de abril tiene lugar en la Casa del Lector de Madrid sobre la Villa de los Papiros. Aprovechando la ocasión, hemos querido hablar también de otros temas relacionados con la Antigüedad. 

 

 

Pregunta - La Villa de los Papiros albergaba la única biblioteca de la antigüedad que se ha conservado hasta nuestros días ¿háblenos de ella?

 

Respuesta – Hay que decir que se ha conservado gracias a que fue sumergida por la lava del Vesubio. Los papiros están carbonizados. Ha sido un esfuerzo prodigioso el que se pudieran leer algunos de ellos gracias a que han sido desenrollados y estudiados con sumo cuidado. Es una biblioteca un tanto especializada, porque es una biblioteca de libros sobre Epicuro, la mayoría de Filodemo, poeta y filósofo del siglo I a.C., gran seguidor del filósofo griego.

 

 

Pregunta - ¿Había una industria literaria muy desarrollada en Roma o la cultura estaba reservada fundamentalmente a las elites?

 

Respuesta – Sabemos bastante sobre el comercio de libros en Roma. Sabemos que había copistas profesionales y vendedores de libros, cuando digo libros me refiero a papiros, en ciertas calles y barrios de Roma. Nada comparable a la difusión que se encontrará con la imprenta, pero sí que existía cierto comercio de libros. Los poetas también hacían audiciones, por lo que la difusión también era oral.

 

 

Pregunta – En la exposición podemos ver el único papiro desenrollado en su totalidad, que ha salido de la Biblioteca Nacional de Nápoles ¿de qué nos habla?

 

 

Respuesta -  Se han desenrollado varios, pero muchos tienen agujeros causados por la lava ardiente, están fragmentados y dañados. Hay como unos 1800 papiros, que a veces son simplemente un pequeño texto. Aquí se ha traído el más largo de todos, que tiene casi 4 metros, que es el libro segundo de la retórica de Filodemo. Este autor escribió mucho, sus poemas están conservados en la Antología Palatina. Era una especie de profesor que conocía muchas cosas, escribió sobre religión, retórica, poética y también sobre teoría política, aunque los epicúreos no se dedicaban a la política. Tenemos muestras de su gran capacidad en muchos terrenos. Estos tratados de retórica son interesantes porque ocupan un espacio de tiempo del que no tenemos mucha información, entre la gran obra de Aristóteles y la de Horacio.

 

 

Pregunta – Vayamos un poco más atrás en el tiempo, a la antigua Grecia. Usted dirige la colección Clásicos de Gredos y ha realizado una de las mejores traducciones de la Ilíada y la Odisea ¿qué tienen estas obras para haber sido versionadas con éxito generación tras generación?

 

Respuesta – Efectivamente he dirigido la parte de griego de esta colección, porque la parte latina la han dirigido otras personas. Esta colección es la más amplia y casi completa de los grandes textos de la antigüedad. Están los grandes clásicos, como Homero, la traducción de la Ilíada, de Emilio Crespo, y la Odisea, en una especie de verso que calca el hexámetro antiguo, de José María Pabón. Se ha buscado que fuera una colección fiel, anotada, aunque no excesivamente, pero bien introducida. Los clásicos, decía Calvino, que son esos libros que siempre tienen algo más que decir, siempre tienen interés.

 

 

Pregunta – Recibió el Premio de Traducción Fray Luis de León en 1978 por su traducción de Vida y hazañas de Alejandro de Macedonia, de Pseudo Calístenes. En su opinión ¿hubo un antes y un después de AlejandroMagno en el mundo antiguo?

 

Respuesta – Sí, yo creo que sí. Alejandro marca una nueva época porque revoluciona las fronteras políticas del mundo antiguo. Supone la conquista, por un macedonio, pues es rey de macedonia y no es un griego de Atenas o de Esparta. Su ejército está compuesto en gran medida por tropas macedonias. Cambia el mundo, porque conquista el imperio persa y durante siglos esas hazañas harán que surjan nuevos reinos políticos, que se revitalice el comercio y que se hable de helenismo.

 

 

Pregunta - ¿Qué resulta esencial al abordar un proyecto de traducción de una obra clásica?

 

 

 Respuesta –Es difícil. El traductor debe ser fiel al texto, es decir, debe leer a fondo el texto, estudiar el texto. Situarlo en la época, a fin de no incurrir en anacronismos o notas falsas. Junto a la fidelidad, se debe hacer asequible al lector. A mi esas traducciones demasiado rígidas, no me parecen buenas traducciones. Hay el extremo contrario, en francés se utiliza el término de beaux infidèles (bellas infieles), creo que no son respetables. Pero digamos también que las bellas fieles, tampoco. Una traducción no debe parecer una traducción en el sentido de que sea una cosa extraña, debe producir en el lector la misma impresión que producía en el lector en sus tiempos. Hay que captar la belleza y profundidad y no hacerlo a través de un lenguaje arcaizante y plúmbeo.

 

 

Pregunta - ¿Conocer y comprender a los clásicos nos hace más libres y autónomos?

 

Respuesta – Sí, indudablemente. Uno siempre está marcado por una serie de influencias de lo que ve y de lo que escribe. Si esas influencias son las de las televisiones y las de una prensa cada vez más superficial, si uno vive en ese mundo del cotilleo y de la política inmediata, uno no aprovecha bien la vida. Yo creo que los clásicos, que hablan de los grandes temas, más allá del presente inmediato, ayudan a formar la personalidad. Hacen a uno más crítico, más reflexivo, le hacen apreciar la belleza del mundo en un sentido más profundo. Es un escape de lo más inmediato a un mundo de una belleza y de una profundidad mayores, a un mundo de sentir y de ver.

 

 

Pregunta – Alejarnos de una educación basada en el legado cultural greco-latino ¿no nos aleja de nuestra esencia?

 

Respuesta – Sí, yo creo que no hay que confundir la educación con la información. Hay que estar informados, hay que ser especialistas y expertos en una determinada área, pero no hay que olvidar que hay que tener una visión amplia de la vida. Para eso está la educación. Cuando se reduce la educación a lo rentable, lo inmediato, lo superficial, se produce un gran error, porque perdemos personalidad. La educación debe conectar con la herencia del pasado. Los medios de difusión nos ponen al alcance de todo lo mejor del pasado, es terrible no aprovechar esta oportunidad. Frente a la torpeza y cortedad de miras de los planes de educación, frente al peso de la abrumadora cantidad de información que nos llega del mundo apresurado, está la opción de aprovechar también estas nuevas herramientas para adquirir un conocimiento más profundo. 

 

 

Pregunta – De las doctrinas filosóficas de la antigua Grecia ¿cuál cree que impera más en la actualidad?

 

Respuesta – Epicuro está mucho más de moda que el estoicismo y el idealismo, que no son fuerzas muy actuales. El epicureísmo invita a gozar de los placeres fáciles, acentúa la importancia del cuerpo, insiste en la amistad, en toda esa especie de gozo de la vida, que está a nuestro alcance y puede ser perturbado por las vanas ilusiones. Está mucho más en la línea actual, un poco materialista. Un peligro del epicureísmo es el egoísmo de centrarse en el disfrute propio.