Los antílopes mohor vuelven al Sáhara en libertad
De interés general

Los antílopes mohor vuelven al Sáhara en libertad

 

 

03/07/2015 Fuente elpais. Un grupo de biólogos españoles colabora con la reintroducción de esta especie, extinguida en la naturaleza

 

El antílope mohor ha vuelto al Sáhara. Un grupo de biólogos españoles de la Fundación CBD-Hábitat acaba de reintroducir esta especie, extinguida en la naturaleza, en las llanuras de la Reserva de Safia, al sur del Sáhara, cerca de la frontera con Mauritania. Esta suelta de venticuatro ejemplares, en colaboración con la ONG de Dahkla Nature Initiative y el Alto Comisariado de Aguas y Bosques de Marruecos, es un hito para la conservación de la fauna sahariana.

 

La Nanger dama mohor una especie de antílope que antiguamente era muy abundante en los desiertos del oeste de África. Desafortunadamente, y debido a su caza indiscriminada, en la segunda mitad del siglo pasado la subespecie se hallaba al mismo borde de la extinción.

 

José Antonio Valverde, el creador del Parque Nacional de Doñana, estaba preocupado por la cercana extinción de este antílope cuando, en 1971, comenzó a buscar sus últimos ejemplares para salvarlos en una épica carrera contrarreloj, denominada Operación Mohor. Tan sólo encontró 12 animales y todos en cautividad en instalaciones militares, pues ya se había extinguido en la naturaleza. Con la ayuda de WWF/Adena y con la colaboración del Ejército español adquirió todos los animales y los trasladó a Almería donde, primero su Diputación y luego el CSIC, crearon un centro para su reproducción en cautividad y para que en el futuro se pudieran devolver al medio natural. Los ejemplares criaron muy bien en cautividad y actualmente existen más de 300 repartidos por 20 zoológicos y reservas cercadas de varios países del mundo. En homenaje a Valverde y a los responsables del Centro de Recuperación de la Fauna Sahariana de Almería, Antonio Cano y su hija Mar, los biólogos españoles de la Fundación CBD-Hábitat, han denominado a esta iniciativa Operación Mohor II.

 

Los antílopes descendientes de aquel grupo original pastaban el pasado fin de semana fuera del cercado donde han vivido los últimos cinco años, gracias a una meticulosa maniobra de captura y liberación dirigida por los biólogos y veterinarios.

 

Hablar de Nanger dama mohor es, para los naturalistas, hablar de una de las especies top de la gran fauna africana, por su belleza y sus características. En sus Memorias, José Antonio Valverde relata la primera observación que tuvo con este antílope: “De una hondonada verde de taljas [acacias] saltaron al llano pedregoso cuatro antílopes de deslumbrante color blanco y castaño tan increíblemente esbeltos y elegantes que me dio un vuelco el corazón. Siempre producen ese efecto los primeros mohor”.

 

"Son tan increíblemente esbeltos y elegantes que me dio un vuelco el corazón", escribió sobre los mohor el fundador de Doñana

 

Para que la suelta pudiera realizarse, los naturalistas de la ONG Nature Initiative han trabajado durante los últimos años en la Reserva Natural de Safia, que cuenta con un cercado de aclimatación de unas 800 hectáreas y un equipo de guardas nativos formados para vigilar la zona. Esta es una de las claves para frenar su principal amenaza: la caza furtiva.

 

Aunque los antílopes desérticos son máquinas maravillosas para correr a altas temperatura -llegan a alcanzar hasta 75 kilómetros por hora en distancias cortas- no pueden competir con los vehículos mecánicos. Así, cuando éstos llegaron al desierto a mediados del siglo pasado, comenzaron las matanzas de la mayoría de las especies grandes, como los avestruces de cuello rojo, los antílopes mohor, óryx y áddax y las gacelas dorcas, comenta el responsable de la expedición, Pablo Fernández de Larrinoa y director de los programas africanos de la Fundación CBD-Hábitat. El golpe de gracia se lo dieron los empleados franceses del ferrocarril de Idjil a Nouadibou, que cazaban sin cesar en lo que fuera el antiguo Sáhara español.

 

La expedición para la suelta de los Mohor ha contado con un equipo de unas veinticinco personas. Debido a que los antílopes iban a ser provistos de emisores satelitales para su seguimiento se tuvieron que capturar en el cercado de aclimatación. Para ello, el biólogo Fernando Aparicio adaptó la metodología de captura de ciervos utilizada en las reservas españolas, un sistema de cercados –mangas de captura- que se van estrechando y que desembocan en un cajón donde se les inmoviliza.

 

Cuando los antílopes quedan inmovilizados, se les coloca una máscara en los ojos para disminuir el estrés, y después pasan al espacio habilitado para los veterinarios. Aquí les esperaba Teresa Abaigar, que vino de la Estación Experimental de Zonas Áridas de Almería (EEZA/CSIC), de donde procedían los primeros animales. Abaigar se ha encargado de supervisar la salud de los animales junto a Jesús Fernández Morán, director técnico del Grupo Parques Reunidos (ZOO-Aquarium de Madrid), y el veterinario del Alto Comisariado de Aguas y Bosques de Marruecos, Essalhi Abderrahim.

 

El calor y el estrés era su principal preocupación. Estos animales pueden entrar en shock y morir en segundos. Durante la suelta hubo que controlar la temperatura, para que no pasara de 39 grados. Otro de los técnicos apuntaba en las fichas el sexo del ejemplar, si era adulto o joven, y todo lo relacionado con este proceso -muestras de sangre, piel y si había restos de excrementos, detalles del pelaje y los cuernos...-. A diez ejemplares se les colocó un collar con un emisor GPS para llevar a cabo su seguimiento en libertad. Tres de ellos procedían del CSIC, cuatro de CBD-Hábitat y tres del Alto Comisariado. Tras todos estos controles, finalmente, se les pueso en libertad.

 

Tras la suelta al día siguiente se hizo un seguimiento de los animales a mucha distancia, para que estuvieran más tranquilos. Hoy, los GPS señalan que los Mohor van poco a poco alejándose del cercado de aclimatación. Teresa Abaigar, tras analizar las fotos de identificación, afirma que posiblemente dos hembras estaban preñadas. Así que, si se mantiene a raya a los furtivos, pronto sucederán los primeros nacimientos en libertad y se podrá ver correr libres en el desierto del Sáhara a los elegantes antílopes mohor; tras cuarenta años de suspense se habrá ganado definitivamente la batalla contra su extinción.