El Chavo del 8. Primera parte
BiografĂ­a

El Chavo del 8. Primera parte

 

 

De interés general

 

 

Fuente Wikipedia. El Chavo del 8 es una serie de televisión cómica mexicana creada por Roberto Gómez Bolaños, producida por Televisión Independiente de México (más tarde, Televisa) y emitida por primera vez el 20 de junio de 1971 en el Canal 8.

 

El programa trata sobre las vivencias de un grupo de personas que habitan en una vecindad mexicana donde su protagonista, El Chavo, lleva a cabo travesuras junto con sus amigos que ocasionan malentendidos y discusiones entre los mismos vecinos, por lo general de tono cómico. El guion surgió de un sketch escrito por Gómez Bolaños en donde un niño pobre de 8 años discute con un vendedor de globos en un parque. Se le prestó una mayor importancia al desarrollo de los personajes, a los cuales se les asignó una personalidad distintiva.

 

Desde un comienzo, su creador contempló que El Chavo estaría dirigido al público adulto, no al infantil, aún cuando se tratara de adultos interpretando a niños. El elenco principal estuvo integrado por Gómez Bolaños, Ramón Valdés, Carlos Villagrán, María Antonieta de las Nieves, Florinda Meza, Rubén Aguirre, Angelines Fernández y Édgar Vivar, que interpretaron al Chavo, Don Ramón, Quico, la Chilindrina, Doña Florinda, el profesor Jirafales, Doña Clotilde y el señor Barriga, respectivamente. La dirección y producción de la serie recayeron en Enrique Segoviano y en Carmen Ochoa.

 

El éxito de El Chavo del Ocho fue tal que, para 1973, era transmitido en varios países de Hispanoamérica y tenía altos índices de audiencia televisiva. Se estimó que en 1975 era vista por más de 350 millones de televidentes cada semana. Dada la popularidad, el reparto realizó una gira internacional que abarcó varios de los países en los que se transmitía el programa en ese entonces, en una serie de presentaciones donde bailaban y actuaban en vivo frente a un público.

 

En 1978, Villagrán dejó el programa de forma definitiva debido a conflictos con Gómez Bolaños respecto a la autoría del personaje de Quico, y al año siguiente hizo lo mismo Valdés debido a motivos personales. A pesar de ello, este último se reincorporó al programa tiempo después. La última emisión de El Chavo del 8 como programa independiente se dio el 1 de enero de 1980, aunque continuó como parte de Chespirito hasta el 12 de junio de 1992. Gómez Bolaños consideró que el impacto de la serie en otros países se debía al éxito previo de El Chapulín Colorado.

 

En cuanto a la crítica, obtuvo una recepción mayormente negativa en sus primeras emisiones, ya que su contenido era calificado como «vulgar»,8 «bobo e insulso», «enajenante» y «no recomendable». Uno de los temas que más críticas negativas ha generado es la violencia explícita a través de los golpes e insultos entre algunos de los personajes.

 

No obstante, otros medios aseguraron que un aspecto positivo de El Chavo es el uso de «situaciones universales» con las que la audiencia puede identificarse fácilmente, sin importar la edad o nacionalidades.

 

A pesar de su conclusión a comienzos de los años 1990, la serie ha sido transmitida de forma ininterrumpida en varios países desde entonces. Hasta 2011, se tenía noción de 20 países que aún la emitían como parte de su programación habitual. En 2006 debutó El Chavo animado, un programa de animación basado en El Chavo del 8 y producido también por Televisa. Su éxito, equiparable al del formato original, ha permitido que la franquicia se haya expandido en cuanto a mercadotecnia y productos comerciales. Televisa la considera como una de las marcas más exitosas de su propiedad. Entre algunos productos derivados del programa se incluyen el libro El diario del Chavo del ocho (escrito por Gómez Bolaños y publicado en 1995), el musical El Chavo animado - Show en vivo (estrenado en 2010), un videojuego para Wii lanzado en 2012, así como aplicaciones para Facebook y dispositivos móviles de Apple. En cuanto a la cultura popular, El Chavo del 8 ha perdurado como uno de los programas de entretenimiento más reconocidos14 y exitosos de la televisión hispanohablante.

 

Género y ambientación

 

Véase también: Anexo:Episodios de El Chavo del Ocho

 

El Chavo del Ocho es una comedia de situación que aborda las interacciones de un grupo de personas que habitan una vecindad. El protagonista, el Chavo, es un niño huérfano que suele meterse en problemas con los demás habitantes, entre ellos Don Ramón, Doña Clotilde y Doña Florinda, debido a malentendidos, a distracciones o a sus travesuras. Ahí convive también con sus amigos Quico y la Chilindrina. Con frecuencia se lo encuentra en un barril de madera que se ubica en el patio de la vecindad (al que se acostumbra meter, casi siempre, después de que Don Ramón lo golpea en la cabeza). Cada capítulo hace uso de bromas, slapstick, ironía, cómicos de repetición y situaciones graciosas en las que el elenco se involucra.

 

También se incluye el uso de risas grabadas para dar énfasis en las escenas cómicas. La trama transcurre en su gran mayoría en el patio de una vecindad, donde se aprecia un barril y un lavadero. En dicha vecindad habitan la mayoría de los personajes principales, excepto el señor Barriga, su hijo Ñoño, Godínez, el profesor Jirafales y Popis. Se observa también, a primera instancia, el departamento donde residen Quico y Doña Florinda, y justo a su derecha se encuentra la habitación 71, hogar de Doña Clotilde, y el departamento 72, donde viven Don Ramón y su hija la Chilindrina. Si bien existen unas escaleras que conducen al departamento 23, el interior de este pocas veces se ha visto. Hay también en la vecindad una fuente, a la cual se llega al atravesar un pasillo ubicado entre los apartamentos 71 y 72.

 

Hay segmentos que ocurren en otros lugares ajenos a la vecindad, tal es el caso de un reducido predio donde, en uno de los episodios, los personajes aprenden a jugar fútbol americano con Jirafales y Don Ramón, y en Acapulco, al cual acuden a pasar unas vacaciones. Existe igualmente una escuela, a la que asisten los niños de la vecindad y donde imparte clases Jirafales. No obstante, en la serie sólo se ve un aula y no todo el edificio como tal. En otros capítulos aparecen el restaurante de Doña Florinda, una peluquería en donde en una ocasión trabaja Don Ramón y la banqueta donde se ubica la entrada a la vecindad (donde los niños deciden establecer un puesto de aguas frescas en alguna ocasión, o donde Don Ramón instala un puesto provisional para vender churros en algún instante).

 

Reparto

 

Protagonistas

 

Roberto Gómez Bolaños como El Chavo : es el protagonista, un niño de ocho años de edad que llega a la vecindad después de escaparse de un orfanato, una vez que su mamá lo abandonó. Si bien acostumbra meterse en el interior de un barril situado casi en la entrada de la vecindad, vive en el departamento 8. En ninguno de los capítulos se menciona su nombre verdadero. Uno de sus rasgos característicos es la «garrotera», en donde su cuerpo se encorva y mantiene paralizado, ante situaciones de miedo. Se le quita tirándole agua fría.

 

Ramón Valdés como Don Ramón: vive en el apartamento 72 de la vecindad, junto con su hija la Chilindrina. Está desempleado y posee una deuda de 14 meses de renta con el señor Barriga, así que intenta evadirlo tan pronto lo ve llegar a la vecindad.

 

Carlos Villagrán como Quico: es un niño de entre seis y nueve años de edad, cuyo nombre verdadero es Federico. En uno de los capítulos se menciona que su padre era marinero, por lo que él acostumbra vestir siempre una indumentaria reminiscente a él. Vive en el departamento 14 junto con su madre Doña Florinda. Es generalmente presumido y envidioso al mismo tiempo, por lo que suele tener conflictos con los demás niños de la vecindad.

 

María Antonieta de las Nieves como la Chilindrina: es la hija de Don Ramón, una niña «traviesa, pecosa e inteligente» de 8 años, y amiga del Chavo y de Quico. Está enamorada del primero, por lo que rivaliza con Paty, interés romántico del Chavo en uno de los episodios.

 

Florinda Meza como Doña Florinda: es la madre de Quico, una mujer «soberbia, engreída y altanera» que suele menospreciar a sus vecinos por cuestiones económicas, refiriéndose a éstos como «chusma».18 Está enamorada del profesor Jirafales.

 

Rubén Aguirre como el Profesor Jirafales: es el maestro de la escuela primaria a la que asisten los niños de la vecindad. Tiene una relación romántica con Doña Florinda. Una de sus expresiones más característicos es «¡Ta, ta, ta, taaaa, tá!» al enfadarse. Su larga estatura suele ser motivo de chistes y burlas entre el Chavo y sus amigos.

 

Angelines Fernández como Doña Clotilde: es una señora soltera que habita en el departamento 71, a la que los niños de la vecindad le suelen decir «la bruja del 71», debido a su extraño comportamiento (por ejemplo, tener un gato llamado Satanás, o realizar una sesión espiritista en uno de los capítulos). Está enamorada de Don Ramón.

 

Édgar Vivar como el Señor Barriga: es el dueño de la vecindad a la que acude a cobrar la renta de los inquilinos. En la mayoría de los capítulos, el Chavo acostumbra a «recibirlo con un golpe». Debido a su obesidad, es objeto constante de burlas por parte de los demás.

 

Roberto Gómez Bolaños, intérprete del Chavo.

 

 

 

Florinda Meza, intérprete de Doña Florinda.

 

 

 

Carlos Villagrán, intérprete de Quico.

 

Otros personajes

 

Véase también: Anexo:Personajes de El Chavo

 

Además de los anteriores, existen otros personajes recurrentes en El Chavo del 8, en su mayoría interpretados por los mismos actores del reparto principal. Entre ellos figuran Ñoño (interpretado por Vivar), hijo del Señor Barriga, que suele ir a la vecindad para jugar con el Chavo, Quico y la Chilindrina. Al igual que su padre, posee obesidad lo que provoca las burlas de sus compañeros en la escuela. La Popis (encarnada por Meza), es la sobrina de Doña Florinda, una niña que siempre va acompañada de una muñeca a la que llama Serafina, y que es gangosa. Estudia en la misma escuela que los otros niños de la vecindad.

 

Con menor frecuencia también aparecen, en algunos episodios, el Doctor Chapatín, un anciano «satírico y burlesco» y el Chapulín Colorado, ambos por Gómez Bolaños, así como Doña Nieves, la bisabuela de la Chilindrina e interpretada por De las Nieves. Igualmente en uno de los capítulos se aprecia a Don Federico (actuado por Villagrán), como el padre de Quico.

 

Tras la salida de Valdés en 1981, Raúl Chato Padilla se incorporó al programa y asumió el rol de Jaimito el Cartero en 1982, un anciano que se encarga de entregar el correo en la vecindad (para más información, véase la sección Conflicto con Villagrán y muerte de Valdés). Horacio Gómez Bolaños, hermano del creador del programa, se encargó de Godínez, un niño al que se le ve solamente en la escuela, y que suele ignorar la respuesta de la mayoría de las preguntas que el profesor Jirafales le hace en las clases. Otros personajes incidentales incluyen a Gloria (por Maribel Fernández, Regina Torné y Olivia Leiva); Paty (por Rosita Bouchot y Ana Lillián de la Macorra); Don Román, primo de Don Ramón (por Germán Robles); Malicha, ahijada de Don Ramón (por Maria Luisa Alcalá) y el señor Calvillo (por Ricardo de Pascual).

 

Historia

 

Antecedentes

 

Tras colaborar en el programa Cómicos y canciones como escritor y actor ocasional,2 el mexicano Roberto Gómez Bolaños, mejor conocido por el apodo de Chespirito, debutó en el canal 8 (XEQTV) de la cadena Televisión Independiente de México con la serie El ciudadano Gómez, donde actuaba junto con Rubén Aguirre (que anteriormente participaba en El club del Chori). Si bien este se transmitió en 1968, Bernardo Garza Sada, propietario de canal 8, decidió posponer indefinidamente su emisión con tal de «tenerla preparada para una futura competencia con canal 2 (XEW-TV) de la cadena rival Telesistema Mexicano».2 El ciudadano Gómez reanudó sus emisiones en 1970.

 

En este lapso, el productor Sergio Peña, también del mismo canal, invitó a Gómez Bolaños al programa Sábados de la fortuna, que duraba ocho horas y que contenía segmentos de diversas temáticas, tales como actos de magia, concursos y bailes. Su labor ahí consistió en escribir nuevos sketches cómicos, de media hora de duración. Gran parte de estos segmentos eran conocidos por el propio creador como «chespirotadas», en alusión a su apodo. Uno de estos se tituló La mesa cuadrada, que más tarde adoptaría el nombre Los supergenios de la mesa cuadrada.

 

Ahí actuaban Ramón Valdés como el Ingeniebrio Ramón Valdés Tirado Alanís, Aguirre como el profesor Jirafales, Gómez Bolaños como el doctor Chapatín y María Antonieta de las Nieves como la presentadora. Gómez Bolaños había observado la actuación de Valdés en el filme El cuerpazo del delito (1968), donde ambos compartían créditos como parte del reparto, mientras que De las Nieves había ingresado a Los supergenios tras sustituir a Bárbara Ramson. Previamente, había prestado su voz para el doblaje en español de algunos personajes como Eddie Munster, de The Munsters, y Wednesday Addams, de The Addams Family.

 

Mientras que El ciudadano Gómez funcionaba como parodia a la política mexicana, Los supergenios consistía en una parodia de los programas informativos, en el que tres personajes respondían a preguntas leídas por De las Nieves, mismas que eran enviadas por el público (en realidad, eran parte del libreto) y que abordaban temas populares de ese entonces. Dado el éxito de Los supergenios, los productores de la cadena aceptaron extenderlo como programa independiente, que se transmitió por dos meses en 1970.

 

A pesar del éxito de Los supergenios, su creador decidió cancelarlo. En su libro biográfico, Sin querer queriendo (2006), el también comediante reveló:

 

Había un motivo poderoso: la constitución misma del sketch [Los supergenios de la mesa cuadrada] exigía que muchos chistes fueran adecuados al momento, de modo que había funcionado muy bien en un programa como Sábados de la fortuna, que se presentaba en vivo, pues esto permitía la mención de personas y acontecimientos actuales, pero perdía tal característica cuando el producto se almacenaba durante dos o tres semanas para constituir la reserva necesaria de capítulos.

 

Los supergenios dio origen a Chespirito, un nuevo programa conformado por varios segmentos cómicos entre ellos El Chapulín Colorado, Los Caquitos y Los chifladitos. En este último, Gómez Bolaños participaba en el rol estelar junto con Aguirre. Debido a que Aguirre firmó un contrato temporal con el canal 2, el primero tuvo que idear un nuevo sketch que fungiera como reemplazo de Los chifladitos. Este pasaría a denominarse El Chavo.

 

Guion y personajes

 

Yo nunca pretendí que la gente creyera que éramos niños, sino que aceptaran que éramos adultos interpretando a los niños.

 

—Roberto Gómez Bolaños.

 

En base a otro sketch previo, Gómez Bolaños elaboró el esbozo de El Chavo con una trama atemporal (es decir, sin seguir una cronología con alguna otra historia) en donde un niño pobre, de 8 años de edad, discutía con un vendedor de globos en un parque. Él interpretaría al niño, y el otro personaje recaería en Valdés. «Cuando [Gómez Bolaños] ve la aceptación y descubre que tiene elementos de comedia muy atractivos, vuelve a escribirlo, pero ya con más forma [...] la clave fue meterlos [a los personajes] en una vecindad donde hubo un potencial más grande y poco a poco lo armó [el concepto central del programa]», según recordó su hijo Roberto Gómez Fernández.

 

Los siguientes capítulos surgieron de manera similar, mientras usaba historias que no habían sido consideradas anteriormente. No obstante, quiso apartarse de los personajes de niños interpretados hasta ese entonces: «El reto no era sencillo [...] Porque todos (o al menos casi todos) han sido variantes diversas del clásico Pepito, cuya gracia radica precisamente en que es un niño, pero que actúa con la picardía propia del adulto», de acuerdo al propio escritor en su libro biográfico. En su percepción, el personaje del Chavo debía ser uno «inocente e ingenuo».

 

El contenido de El Chavo estaría dirigido «al público adulto, no al infantil». Su hija Marcela Gómez Fernández reveló que varios de los gestos y ademanes del protagonista provenían de ella y de sus hermanos cuando eran pequeños. En opinión de Roberto Gómez Fernández: «mi padre trató de encontrar valores universales infantiles, con personajes que pudieran tener grandes contradicciones, elementos opuestos, así surge la comedia [...] y eso lo sabía perfectamente».

 

Cabe añadirse que el personaje es también conocido como el Chavo del 8 debido a que la serie era transmitida en sus inicios por el canal 8; Gómez Bolaños reveló luego que era conocido así porque vivía en el departamento 8 de la vecindad, y no en el barril donde solía meterse comúnmente.

 

Para el personaje de Don Ramón, pensó en un individuo «holgazán, inculto, comodino [...] pero poseedor de esa gracia natural que identifica al pícaro». En cuanto a la Chilindrina, su apariencia física sería similar a la del Chavo al tener varias pecas en su rostro, pero en su personalidad debía figurar como «más traviesa e inteligente que él». Para dar esa impresión, optó por definirla como una niña sin dientes y que usara anteojos. Inclusive, le dio un sentido de liderazgo sobre los demás niños de la vecindad. Su nombre proviene de un pan típico mexicano que posee semillas de ajonjolí, reminiscente de las varias pecas que tiene el personaje. Doña Florinda era el estereotipo de una «mujer de edad y que cuida poco de su arreglo personal» y su sobrina, Popis, sería más bien «bobalicona». El término «Doña» se debía a la connotación de un buen nivel social, según el escritor.

 

El personaje de Quico, a su vez, funcionaría como contraparte de las cualidades del protagonista: «caprichoso, testarudo, consentido y envidioso». Su nombre era originalmente «Federico», para enfatizar la última sílaba del mismo («rico»), en base a una de sus características en la serie. Sin embargo, se lo conoció mejor por el apodo de Quico. Gómez Bolaños lo relacionó luego como el hijo de Doña Florinda; sobre su vestimenta de marinero, en uno de los capítulos se menciona que su padre era marino y había muerto cuando su barco se hundió. Esa es la causa de su indumentaria habitual. En una entrevista, Villagrán dijo que Enrique Segoviano había propuesto varias de las frases y movimientos característicos de su personaje, incluyendo el llanto.

 

Hay que recordar que el personaje del profesor Jirafales, junto con el irregular doctor Chapatín, ya aparecía con la mayoría de sus rasgos en Los supergenios, y no se modificó mucho al respecto. Si acaso una diferencia era que en Los supergenios, Jirafales no era un profesor de escuela, sino «un sujeto intelectual y educado que resolvía las dudas de sus compañeros». Para El Chavo, adoptó el rol de maestro de primaria y enamorado de Doña Florinda. Aguirre sugirió utilizar la expresión «¡Ta, ta, ta, taaaaa, tá!», al recordar que uno de sus profesores, Celayo Rodríguez, solía decir una frase similar al enojarse. Se planteó adicionalmente que el señor Barriga fuera el dueño de la vecindad, al que molestan los niños cada vez que llega a cobrar la renta de los inquilinos, y su versión infantil recayó en su hijo Ñoño. Al principio no tenía apellido; este se usó en referencia a la apariencia física del actor. La bruja del 71, o Doña Clotilde, se había concebido como una «quisquillosa solterona», y finalmente el rol de Godínez era «el que menos estudiaba» de todos los niños.

 

Primeras emisiones y popularidad

 

Surgido inicialmente como segmento de Chespirito, El Chavo del Ocho obtuvo su propia serie de media hora de duración y consistente en un capítulo por semana, transmitido en «horario estelar».5 Ante esto, Gómez Bolaños adquirió escenografía y demás utilería para recrear la vecindad donde habitan los personajes del sketch, y comenzó las audiciones para contratar a otros actores. Además de Aguirre, De las Nieves y Valdés, que ya colaboraban con Gómez Bolaños desde años anteriores, se contrató a Florinda Meza, que participaba en la serie de comedia La media naranja. Por medio de Aguirre, conoció a Carlos Villagrán, quien actuaba en un programa conducido por el primero.

 

Particularmente, se lo contrató una vez que Gómez Bolaños observó un sketch donde interpretaba al muñeco de un ventrilocuo; su nombre era Pirolo, y desde ahí Villagrán ya «inflaba sus cachetes» para proporcionarle más comedia a su actuación. Gómez Bolaños comparó su estilo con el del francés Henri Bergson y su filosofía de «la humanización de lo mecánico y la mecanización de lo humano». Villagrán aportó también el característico llanto de Quico, heredado del personaje de una anciana llamada Lola Mento, en el programa El club del Chori. Nacho Brambila, amigo de Gómez Bolaños, le recomendó al médico Edgar Vivar para El Chavo. El propio actor dijo que su incorporación había sido «algo totalmente no planeado, me gustaba ver teatro y cine, pero nunca pensé estar en este proyecto». Por otra parte, la española Angelines Fernández ya era conocida por sus actuaciones en el cine español. Otros actores que llegaron a participar ocasionalmente en el programa fueron Ofelia Guilmain, Germán Robles, Héctor Bonilla, Rogelio Guerra, entre otros.

 

El primer capítulo de la serie El Chavo del Ocho se transmitió el 20 de junio de 1971.2 El sketch más antiguo del que se tiene noción es «El ropavejero», grabado en 1971. Aquí aparecen solamente Valdés, De las Nieves y Gómez Bolaños en sus correspondientes personajes. No fue sino hasta el capítulo «La fiesta de la buena vecindad» que aparecieron algunos de los personajes principales restantes. Además, en «Los muebles de don Ramón», el personaje del Sr. Barriga aún no tenía ese apellido, por lo que se refieren a él como «el señor». Este capítulo se regrabó en 1978. Apenas dos años después de su aparición, El Chavo del Ocho ya se transmitía en varios países de Hispanoamérica y contaba con altos índices de audiencia televisiva.

 

En 1972, era el programa más exitoso del canal 8,2 por lo que, al año siguiente, el empresario Emilio Azcárraga Milmo invitó a Gómez Bolaños para que El Chavo y sus demás programas, transmitidos en el canal 8, se incorporaran al canal 2. Asimismo, le garantizó un mejor salario del que ganaba en ese entonces. El comediante no aceptó la propuesta, aduciendo que tenía un contrato firmado en canal 8 que debía cumplir. En 1974 Telesistema Mexicano (canal 2) y Televisión Independiente de México (canal 8) se fusionaron para dar lugar a Televisa, entonces el programa comenzó a transmitirse en el canal 2.

 

En 1973, el canal 13 (XHDF-TV) contrató a De las Nieves como presentadora del programa Pampa Pipiltzin. Su ausencia de El Chavo fue explicada por Don Ramón en uno de los capítulos, donde reveló que «se había ido a estudiar a Guanajuato, bajo el amparo de unas tías». A manera de solución debido a su salida, se incorporó a la Popis, personaje que sería interpretado por Meza.32 Más de un año después, De las Nieves se reincorporó al reparto de la vecindad.

 

De acuerdo al periódico Excélsior, en 1975 la serie era vista por más de 350 millones de televidentes cada semana, y obtuvo hasta 55 y 60 puntos de cuota de pantalla. El reparto principal comenzó a realizar giras por otros países a partir de 1977, en las que actuaban y bailaban frente a una audiencia.6 Visitaron varios sitios como el Estadio Nacional de Chile en doble función en un solo día, en las que llenaron el recinto con capacidad para 80 000 personas, y en el Anfiteatro de la Quinta Vergara, el Poliedro de Caracas, en Venezuela, el auditorio Luna Park, en Buenos Aires, Argentina (donde estuvieron por una semana), y otros escenarios del mismo país como los estadios Malvinas Argentinas y Mario Alberto Kempes, Perú, Panamá (en un evento al que asistieron también varios políticos, entre ellos el entonces presidente Demetrio Lacas), así como San Juan, Ponce y Mayagüez en Puerto Rico, el Madison Square Garden en Estados Unidos, San Pedro Sula, Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Ecuador, Uruguay, Paraguay y la Casa de Gobierno de Colombia.

 

Conflicto con Villagrán y muerte de Valdés

 

En 1978, Villagrán dejó el elenco del programa para comenzar su propio espectáculo con el personaje de Quico, para lo cual le solicitó autorización a Gómez Bolaños, quien accedió.35 Sin embargo, tiempo después el primero consideró que el personaje era de su autoría y demandó a Gómez Bolaños. El resultado fue favorecedor para Chespirito. Más tarde, Villagrán dijo que su salida del elenco se debió a problemas de «celos y envidia» entre su personaje y el del Chavo. De acuerdo a Vivar, este último solía escribir los mejores chistes de la serie para Quico, pues sabía de su popularidad en la audiencia. A pesar del conflicto con el creador de la serie, Villagrán grabó sus últimos capítulos con sus compañeros en 1978, con una aparente normalidad. Una vez que abandonó El Chavo del 8, Villagrán quiso usar el personaje para otro programa de Televisa, a lo cual se rehúso Gómez Bolaños ya que aquel no quería reconocer su autoría. Debido a esto, Azcárraga Milmo optó por cancelar el proyecto independiente de Quico. No obstante, el actor siguió usando el personaje en Venezuela en 1981.

 

En esa época, los productores Valentín Pimstein y Fabián Arnaud le pidieron a Gómez Bolaños escribir el guion para una adaptación cinematográfica de El Chapulín Colorado o de El Chavo del 8. Este no quiso pues consideró que, en el caso de El Chavo, su historia se desarrollaba únicamente en la vecindad, y le resultaría además difícil redactar una trama inédita que no fuera redundante con lo mostrado en la serie hasta entonces. En su lugar, se involucraron en la producción de El Chanfle, que contó con el mismo reparto de El Chavo del 8. En esta película participó también Villagrán, a pesar de su distanciamiento con sus otros compañeros.

 

Poco después, en 1979, Valdés abandonó El Chavo «debido a motivos personales». Tras esto, se contrató a Raúl Chato Padilla para integrarse al reparto de El Chavo en 1980, aunque Gómez Bolaños no quería sustituir a Don Ramón. En su lugar, incorporó el personaje de Jaimito el Cartero. En 1981 Valdés se reincorporó al programa por un tiempo, ya que al año siguiente protagonizó la serie Federrico con Villagrán. Seis años después, en 1988, trabajó nuevamente con él en ¡Ah, qué Kiko!. Sin embargo, su estado de salud era delicado pues le había sido detectado cáncer de estómago. Finalmente murió el 9 de agosto de ese año.

 

Últimos episodios y conflicto con De las Nieves

 

Debido a las salidas de Villagrán y Valdés, Gómez Bolaños optó por regrabar varios de los capítulos pasados pero con ligeros cambios en la historia y en los diálogos, primordialmente sustituyendo a Quico y Don Ramón con nuevas escenas. El último capítulo de media hora de El Chavo del 8 como serie se emitió el 1 de enero de 1980 (algunas fuentes como Chespirito.org, entre otras, consideran a «La Lavadora» el episodio final)29 mientras que el sketch final apareció más de una década después, el 12 de junio de 1992, como parte nuevamente de Chespirito (que se volvió a producir inmediatamente después del término de El Chavo del Ocho). En total se transmitieron 290 capítulos.1 Gómez Bolaños declaró en una entrevista:

 

Dejé de hacerlo, precisamente por eso, porque el peor error que uno puede cometer es dejar de evolucionar.

 

El ser humano es un producto de la evolución y tiene que ir cambiando.

 

Lo anterior aunado a su edad avanzada (63 años). Cabe añadirse que Vivar dejó la serie en 1992, debido a problemas cardiovasculares. Gómez Bolaños confesó, en 2008, que en algún momento concibió el final del programa con un capítulo donde el Chavo moría atropellado por un automóvil. Una de sus hijas le advirtió que esa idea impactaría, de forma negativa, en la audiencia infantil pues alentaría sentimientos depresivos y de suicidio. Ante esto, el comediante desechó su concepto.

 

Entre 2002 y 2005 se llevó a cabo un proceso legal por parte de Gómez Bolaños para prohibir a De las Nieves utilizar el nombre de la Chilindrina; el proceso finalizó en buenos términos, pero en 2006 la Chilindrina fue excluida de la serie animada. En 2010 el escritor volvió a demandar a De las Nieves por supuesto uso indebido del personaje. Asimismo y respecto a posibles reencuentros de los protagonistas a manera de conmemoración de la serie, el comediante rechazó la idea. En sus palabras: «los personajes existen y viven en la imaginación y en lo que vieron y ahí quedó».