Soneto XXIV
de Mario Benedetti

Soneto XXIV

 

 

Autor: Mario Benedetti

 

Amor, amor, las nubes a la torre del cielo

subieron como triunfantes lavanderas,

y todo ardió en azul, todo fue estrella:

el mar, la nave, el día se desterraron juntos.

Ven a ver los cerezos del agua constelada

y la clave redonda del rápido universo,

ven a tocar el fuego del azul instantáneo,

ven antes de que sus pétalos se consuman.

No hay aquí sino luz, cantidades, racimos,

espacio abierto por las virtudes del viento

hasta entregar los últimos secretos de la espuma.

Y entre tantos azules celestes, sumergidos,

se pierden nuestros ojos adivinando apenas

los poderes del aire, las llaves submarinas.