Dos años de “Conversaciones musicales” en la Fonoteca del INAH
Bienes arqueológicos, paleontológicos

Dos años de “Conversaciones musicales” en la Fonoteca del INAH

 

 

30/04/2015 Fuente inah. *** Desde hace un par de años se pasa revista a los distintos géneros musicales que confluyen en el DF

 

*** Cada tema es presentado por un estudioso o especialista (conversador) que comenta la propuesta del día, alternando con las participaciones musicales

 

“Cuando la gente emigra al Distrito Federal, trae consigo sus costumbres musicales, que varían desde el son huasteco, veracruzano, mariachi, valses, mambo, danzón, hasta rock, blues, hip hop, rap, canto nuevo y rock rupestre, formando un gran mosaico de diversidad musical”, comentó Benjamín Muratalla, subdirector de la Fonoteca del INAH, a propósito de los dos años del programa Conversaciones musicales.

 

 Dicha actividad, que se realiza el último viernes de cada mes, dio inicio el 26 de abril de 2013 con el tema “El fandango: la fiesta de todos”. A partir de ahí, el último viernes de cada mes, se ha pasado revista a los distintos géneros musicales que confluyen en el DF.

 

 Cada tema es presentado por un estudioso o especialista (conversador) que comenta la propuesta del día, alternando con las participaciones musicales. “Somos tantos millones en esta ciudad, que la gente se vuelve ajena, invisible a esta música: vamos por la calle y escuchamos a algún saxofonista, cilindrero, cantador de boleros, marimbero, y estos sonidos se mezclan en la gran urbe, al grado de volvernos insensibles a estas expresiones”, comenta el subdirector de la Fonoteca, adscrita a la Coordinación Nacional de Difusión del INAH.

 

 Lo importante de este espacio es que muchas veces los asistentes: estudiantes de música, investigadores, aficionados al arte musical o etnomusicólogos, y público en general pueden comentar, discutir o intercambiar puntos de vista respecto a lo que están escuchando. “Podríamos decir, por ejemplo, que del vals todo mundo sabe, lo mismo del danzón, de los cilindros, pero no específicamente”, agregó Muratalla.

 

 Por ejemplo, “hay gente que ignora cómo el cilindro llegó a México, instrumento tan común en nuestro paisaje urbano, identificado también como organillo. O las grandes épocas del danzón en México, ¿de dónde provino? ¿Por qué es bailado? Se dice que nació en Cuba, pero fue en México donde se cultivó al grado de que muchos danzones que no son mexicanos se piensa nacieron aquí”.

 

La música que más llama la atención es la antigua; sin embargo, cuando hay fandangos y danzones, el patio de la Fonoteca del INAH (Córdoba 45, en la colonia Roma) es insuficiente. Existen músicas de nueva creación que llaman mucho la atención, principalmente a jóvenes. “Y de eso se trata, que públicos que no conocen suficientemente algún tipo de música, vengan y escuchen al conversador explicarla, y al grupo musical recrearla”.

 

Con esta actividad gratuita, el Instituto se suma al corredor cultural de la colonia Roma, que ya goza, en unas cuantas manzanas, de una intensa actividad con galerías, librerías, cafés, museos y universidades, comentó el etnólogo.

 

 En ocasiones, Conversaciones musicales se ha organizado en otros espacios. “El año pasado tuvimos una sesión de danzón, mambo y cha-cha-chá en el salón Los Ángeles, y estuvo atiborrado de gente; igual que en la Unidad Habitacional Tlatelolco, donde también nos hemos llegado a presentar”.

 

En estos dos años, las conversaciones más significativas, comenta Muratalla, han sido las del mariachi y “Los grandes de la canción ranchera”; sin embargo, la verdaderamente memorable fue en 2013, en el salón Los Ángeles, cuando participaron como invitados grupos danzoneros que bailan en plazas públicas, principalmente de Azcapotzalco y del Centro. “La gente estaba contenta. Quienes ejecutaban el baile lo hacían caracterizados como en los años 40 o 50; bailaban con esa elegancia y garbo que los remonta a aquel pasado, a veces conocido sólo por las películas”.

 

Este 2015, Conversaciones musicales inició el 27 de marzo con el tema “Así canta El Bajío”, donde el músico invitado fue Luis Domingo Arévalo Domínguez “El Guanajuatense”, y el conversador Luis Omar Montoya. La del 24 de abril, “Mi güerita: valses y otras danzas desconocidas del México de antaño” que, de acuerdo con Benjamín Muratalla, “fue de antología”, debido a la participación del virtuoso de la guitarra séptima mexicana, Jorge Martín Valencia Rosas, quien junto con su esposa, la violinista Margarita Blanco Martínez, forman el Dueto México Libre, que estuvieron de invitados con la cantante Citlalli Carrillo y el conversador Edgar Jaime Rueda Salas.

 

 El repertorio fue variado y abarcó desde mazurcas, habaneras y valses, hasta danzas y contradanzas desconocidas del México de los siglos XIX y XX. Jorge Martín Valencia egresó de la Escuela Nacional de Música de la UNAM y fue becario del Fondo Especial para la Cultura y las Artes del Estado de México y del INBA; en 2008 compuso la obra para piano y guitarra Nocturno a la vida y obra revolucionaria de Ernesto Guevara de la Serna, pieza grabada por Radio UNAM y la Escuela Nacional de Música en conmemoración del 40 aniversario del movimiento del 68.