Defensa del medio ambiente: ¿La nueva religión?
Medio Ambiente

Defensa del medio ambiente: ¿La nueva religión?

 

 

 14/12/2014 Fuente eladelantado. Datos objetivos: el 2014 será pronto oficialmente declarado el año más caluroso jamás registrado. Eso será mientras hacemos la digestión de la comilona de fin de año. De momento tenemos los datos de los 10 primeros meses del año,  pero si la tendencia sigue así, así será. Son datos objetivos, repito. Los precedentes años más calurosos de la historia registrada fueron 2010, 2005 y 1998.

 

 Son el calentamiento global y la defensa del medio ambiente una nueva religión?. Algo que unos pocos imponen, sin pruebas? Un oscuro negocio escondido tras unas cuantas reuniones multilaterales?. Eso parece por lo expuesto por los escépticos y por los negacioncitas del asunto. Pues la respuesta dependerá de lo que entendamos por religión.

 

 La religión implica fe, es decir, creer sin ver, creer sin confirmaciones fáciles de los fundamentos de la creencia. Eso es muy diferente de las técnicas usadas por el proteccionista ambiental y denunciante del cambio climático. Porque los hechos son claros. 4 de los años más calurosos de la historia (desde que se tienen registros) han tenido lugar en los últimos 15 años (desde 1998). Entonces una de dos, o es una casualidad o es que el planeta se está calentando de verdad, y además rápidamente.

 

 Lo que sucede es que el personal no se lo cree, aunque haya muestras ciertas. Y ahí es donde se recurre al "creer sin ver", pues, como en la religión, hay ciegos de espíritu.

 

 No ver lo que está sucediendo supone no vivir en la realidad, sino en una especie de ficción cinematográfica donde lo que más importa es la hora en la que acaba la jornada laboral (para el que tiene jornada laboral) y llega el rato de la cerveza con los colegones. Desde luego que si te miras el ombligo, no puedes ver lo que pasa ahí fuera.

 

 La defensa del medio ambiente no es por tanto una religión, aunque estas, todas las grandes religiones, sí defienden el medioambiente como bien sagrado. Abundan ejemplos, incluso de nuestro querido Papa Francisco y abundan referencias en internet, por lo que me has ahorro en este espacio.

 

 Hablando de religión, el Papa Francisco lleva meses trabajando en una nueva encíclica sobre la creación y el medio ambiente y posiblemente a primeros del año 2015 podría salir a la luz. Este Papa, que ya ha dado muestras de hablar claro, y de temas sensibles, bien puede convertirse en el Papa de la protección del medioambiente. Bien podría devolver, por fin, a la categoría de lo sagrado, de lo católicamente relevante, el problema medioambiental. Veremos.

 

 Francisco eligió su nombre por San Francisco de Asís, a quien se le atribuye el milagro de hablar con las aves. Además en su primera homilía como Pontífice dijo textualmente: "Quisiera pedir, por favor, a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad: seamos custodios de la Creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente; no dejemos que los signos de la destrucción y de muerte acompañen este mundo nuestro".

 

 El día 5 de Junio de 2013, día internacional del medioambiente, Francisco se hizo las siguientes preguntas: "¿Qué quiere decir cultivar y custodiar la tierra? ¿Estamos verdaderamente cultivando y custodiando la creación? ¿O bien la estamos explotando y descuidando?" y contestaba: "Cultivar y custodiar la creación es una indicación de Dios dada no sólo al inicio de la historia, sino a cada uno de nosotros; es parte de su proyecto; quiere decir hacer crecer el mundo con responsabilidad, transformarlo para que sea un jardín, un lugar habitable para todos".

 

 Así es señores, porque pobreza y medioambiente están irremediablemente ligados. El deterioro ambiental nos lleva necesariamente a la pobreza y viceversa.

 

 Acaba hoy la Cumbre del clima en Lima. Los resultados nos llevan por un camino lento pero seguro hacia la cumbre de París en diciembre del 2015 donde se pretende que los países firmen un acuerdo vinculante que comprometa a reducciones de emisiones de CO2 más allá de los compromisos del Protocolo de Kioto. Esta bola proteccionista ambiental rueda ya pendiente abajo, y más le vale a España, subirse ya al carro, pues estamos a tiempo y empezar a defender con la boca grande el ambiente.