Bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki 2.
Biografía

Bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki 2. Segunda entrega

 

 

De interés general

 

 

 

Fuente Wikipedia. El responsable de la fecha del segundo bombardeo fue el Coronel Tibbets, comandante del 509BW en Tinian. Programado originalmente para el 11 de agosto en contra de Kokura, el bombardeo se reprogramó y reubicó con la finalidad de evitar un periodo de mal tiempo de cinco días que se avecinaba y el cual se esperaba que comenzara el 10 de agosto. Tres bombas pre-ensambladas se habían transportado a Tinian, etiquetadas como F-31, F-32 y F-33 en su exterior. El 8 de agosto se llevó a cabo un ensayo de ensamblaje conducido por el Mayor Charles Sweeny utilizando un B-29 llamado Bockscar como el bombardero. La F-33 se gastó probando los componentes por lo que la F-31 fue designada para la misión del 9 de agosto.

 

Bombardeo de Nagasaki

 

Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial

 

 

Urakami Tenshudo. Fotografía tomada en enero de 1946 de una iglesia católica destruida por la bomba atómica.

 

La ciudad de Nagasaki había sido uno de los puertos más grandes en la parte sur de Japón y tuvo gran importancia durante la guerra por su gran actividad industrial, incluyendo la producción de artillería, barcos, equipo militar, así como otros materiales de guerra.

 

En contraste con el aspecto moderno de Hiroshima, la mayoría de los hogares eran de tipo antiguo: edificios de madera en su totalidad y piso de azulejo. Muchas de las pequeñas industrias también estaban alojadas en edificios de madera y no contaban con la infraestructura necesaria en caso de explosión. Debido a que la ciudad creció sin un ordenamiento ni planificación adecuada, era común encontrar hogares adyacentes a fábricas a lo largo de todo el valle.

 

Nagasaki nunca sufrió un bombardeo a gran escala antes de la explosión nuclear, aunque el primero de agosto de 1945 algunas bombas fueron arrojadas sobre la ciudad. Algunas de ellas dieron en astilleros y puertos de la parte suroeste de la ciudad, otras hicieron blanco en la fábrica de Mitsubishi y seis de ellas cayeron sobre la Escuela Médica y Hospital de Nagasaki. A pesar de que el daño se puede considerar como reducido, el bombardeo creó preocupación entre los habitantes y mucha gente, especialmente niños, fueron evacuados hacia las zonas rurales.

Comienza la misión del bombardero

 

 

El B-29 llamado Bockscar fue el elegido para llevar a cabo el bombardeo siguiente. Actualmente el aeronave es exhibida en el Museo Nacional de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.

Durante la mañana del 9 de agosto de 1945, el B-29 Bockscar, pilotado por el Mayor Charles W. Sweeney, transportó el arma nuclear llamada Fat Man con la intención de lanzarla sobre Kokura como blanco principal y Nagasaki como objetivo secundario. El plan para esta misión fue prácticamente idéntico al de Hiroshima: Dos B-29 volando una hora antes sobre el objetivo con la finalidad de hacer el reconocimiento de las condiciones climáticas y dos B-29 más acompañando el bombardero con instrumentación. Sweeny despegó con la bomba armada, aunque con los seguros eléctricos puestos.

 

Los B-29 enviados como observadores climatológicos informaron que ambos objetivos estaban despejados. El bombardero Bockscar arribó al punto de reunión pero la tercera aeronave, Big Stink, no logró unirse tempranamente a la misión, por lo que el bombardero y la aeronave de instrumentación tuvieron que volar en círculos durante cuarenta minutos esperando a la aeronave retrasada. Con treinta minutos de retraso, Sweeney decidió continuar la misión sin el avión ausente.

 

Cuando llegaron a Kokura la ciudad estaba cubierta en un 70% por nubes, que la oscurecían. Después de pasar tres veces por encima y con el combustible consumiéndose y en un nivel bastante bajo debido a un desperfecto en una de las bombas de un motor, decidieron ir por el objetivo secundario, la ciudad de Nagasaki. El cálculo del consumo de gasolina indicaba que el bombardero no tendría suficiente combustible como para llegar hasta Iwo Jima y se verían obligados a desviarse hacia Okinawa. Se decidió primeramente que si Nagasaki presentaba las mismas condiciones climáticas, entonces regresarían con la bomba a Okinawa y tratarían de desecharla en el mar, aunque posteriormente el Comandante Frederick Ashworth decidió que se utilizaría el radar si el objetivo no era visible.

 

Alrededor de las 07:50, la alerta de bombardeo aéreo sonó en la ciudad pero a las 8:30 se emitió la señal de que el peligro se había alejado. Cuando se avistaron los dos B-29 a las 10:53, autoridades japonesas estimaron que las aeronaves sólo tendrían labores de reconocimiento por lo que no se emitió alarma alguna.

 

Pocos minutos después, a las 11:00, desde el The Great Artiste se lanzaron instrumentos de medida atados a tres paracaídas. Junto con los instrumentos se envió una carta sin firmar dirigida al profesor Ryokichi Sagane, un físico nuclear de la Universidad de Tokio quien estudió con tres de los científicos responsables de desarrollar el arma nuclear. El objetivo de dicha misiva era pedirle que le dijera al Estado Mayor japonés el daño que involucraban estas armas de destrucción masiva, además de que hiciera todo lo que estuviera a su alcance para convencer a las autoridades del país de terminar la guerra.69 Aunque los mensajes fueron encontrados por autoridades militares, el profesor Sagane no fue avisado sino hasta un mes después. En 1949 uno de los autores de la carta, Luis Walter Álvarez, se entrevistó con Sagane y firmó el documento.

 

La bomba explota

 

Fotografía de Nagasaki antes de la bomba atómica.

Fotografía de Nagasaki antes de la bomba atómica.

Fotografía de Nagasaki posterior al bombardeo.

Fotografía de Nagasaki posterior al bombardeo.

 

De último minuto se abrió una brecha entre las nubes, lo que permitió al Capitán Kermit Beahan tener contacto visual con el objetivo como había sido ordenado, por lo que la bomba fue liberada a las 11:01. Cuarenta y tres segundos después la bomba hizo explosión a 469 metros de altura sobre la ciudad y a casi 3 km de distancia del hipocentro planeado originalmente. La explosión se confinó al Valle Urakami y la mayor parte de la ciudad fue protegida por las colinas cercanas. La explosión resultante tuvo una detonación equivalente a 22 kilotones y generó una temperatura estimada de 3.900 grados Celsius y vientos de 1.005 km/h.

 

Se estima que inmediatamente fallecieron entre 40.000 y 75.000 personas, mientras que el total de decesos para finales de 1945 alcanzó los 80.000.

 

El radio total de destrucción fue de 1,6 km y se extendieron incendios en la parte norte de la ciudad hasta una distancia de 3,2 km del hipocentro. A diferencia de Hiroshima, en Nagasaki no tuvo lugar la «lluvia negra» y aunque sus efectos fueron más devastadores en el área inmediata del hipocentro, la topografía del lugar evitó que el radio de destrucción fuera mayor.72 Se calcula que el porcentaje de estructuras y edificios destruidos estuvo en el orden del 40%, incluyendo el estadio, hogares, hospitales y escuelas.

 

Un número desconocido de supervivientes de Hiroshima se había trasladado hasta Nagasaki, donde nuevamente fueron bombardeados.

 

Consecuencias

 

Planes para más ataques atómicos

Véase también: Operación Downfall.

Los Estados Unidos esperaban tener otra bomba atómica lista para ser utilizada durante la tercera semana de agosto, tres más en el mes de septiembre y otras tres para octubre.

El 10 de agosto el Mayor General Leslie Groves, director militar del Proyecto Manhattan, envió un memorándum al General del Ejército George Marshall en el que se leía: «la siguiente bomba... deberá de estar lista para entregarse al primer día de tiempo adecuado, después del 17 ó 18 de agosto». Ese mismo día, Marshall endosó el documento con el comentario «No se soltará sobre Japón sin la orden expresa del Presidente». En el Departamento de Guerra se llevaba además un debate sobre conservar la producción de las bombas atómicas hasta que se llevara a cabo la Operación Downfall, la invasión a Japón.

Rendición de Japón y subsecuente ocupación

Artículos principales: Rendición de Japón y Ocupación de Japón.

El 9 de agosto el consejo de guerra aún insistía en defender sus cuatro condiciones para admitir la rendición del país. Ese día, el Emperador Hirohito ordenó a Koichi Kido controlar rápidamente la situación, que adquiría tintes trágicos tras la declaración de guerra de la Unión Soviética. El Emperador mantuvo una conferencia durante la cual autorizó al Ministro Shigenori Tōgō para notificar a los Aliados que Japón aceptaría los términos de la rendición con una sola condición: que no se comprometiera ni exigiera ningún detrimento a la prerrogativa de su majestad el Emperador como gobernante soberano.

El 12 de agosto el Emperador informó a la familia imperial su decisión de rendirse. Uno de sus sobrinos, el Príncipe Asaka preguntó si la guerra continuaría si la kokutai no se preservaba. Hirohito únicamente contestó «por supuesto».

 

 

Los representantes japoneses a bordo del USS Missouri durante la ceremonia de rendición el 2 de septiembre de 1945.

 

Debido a que los términos de los aliados parecían dejar intacto el principio de preservación del Trono, Hirohito grabó el 14 de agosto su anuncio de capitulación, que fue retransmitido a toda la nación el día siguiente, no sin despertar una breve rebelión de militares opuestos a dicha decisión.

 

En dicho anuncio, Hirohito se refirió a las bombas atómicas:

 

Además, el enemigo ha empezado a utilizar una bomba nueva y sumamente cruel, con un poder de destrucción incalculable y que acaba con la vida de muchos inocentes. Si continuásemos la lucha, sólo conseguiríamos el arrasamiento y el colapso de la nación japonesa, y eso conduciría a la total extinción de la civilización humana.

 

La rendición se hizo oficial el 2 de septiembre de 1945 a bordo del USS Missouri y estuvo presidida por el General McArthur, Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas.

 

Un año después de los bombardeos, aproximadamente 40.000 tropas de ocupación se encontraban en Hiroshima y 27.000 en Nagasaki. Entre otras condiciones de la rendición, los japoneses admitieron cambios constitucionales, ocupación de su territorio (Okinawa permaneció ocupada por EE. UU. hasta 1972), instalación de numerosas bases militares y prohibición de constituir un ejército propio. Recientemente, estas sanciones han empezado a afrontar tímidas modificaciones.

 

Comisión de Víctimas de la Bomba Atómica

 

 

Harry S. Truman tomó la decisión de lanzar las bombas atómicas, y asimismo ordenó la creación de la Comisión de Víctimas de la Bomba Atómica para que se investigaran sus efectos.

Durante la primavera de 1948 se formó la Comisión de Víctimas de la Bomba Atómica, (ABCC por sus siglas en inglés) por mandato de Truman con el objetivo de que la Academia Nacional de Ciencias y el Consejo de Investigación Nacional llevaran a cabo las investigaciones necesarias para determinar los efectos posteriores de la radiación entre los sobrevivientes de Hiroshima y Nagasaki. Entre las víctimas se encontraron una gran cantidad de decesos indeseados, por ejemplo:

 

Prisioneros de guerra aliados.

Trabajadores chinos y coreanos.

Estudiantes de Malasia que estaban becados.

Cerca de 3.200 ciudadanos estadounidense-japoneses.

 

Una de las primeras acciones de la ABCC fue la de observar los resultados de los embarazos en Hiroshima y Nagasaki así como en una ciudad controlada experimentalmente, Kure, para discernir las condiciones y resultados con los casos relacionados a exposición a la radiación. Algunos autores aseguran que la ABCC se negó a proporcionar tratamientos médicos para los sobrevivientes salvo en casos estudiados, e incluso algunos aseguran que la atención médica fue negada para obtener «mejores resultados» en la investigación. En 1975, la Fundación para la Investigación de los Efectos Radioactivos (Radiation Effects Research Foundation) se creó para asumir las responsabilidades de la ABCC.

 

Los hibakusha

 

Artículo principal: Hibakusha.

 

 

Fotografía de Sumiteru Taniguchi, sobreviviente del ataque a Nagasaki, tomada en enero de 1946. Actualmente se exhibe en el Museo de la Bomba Atómica de Nagasaki.

 

Las víctimas sobrevivientes de los bombardeos son llamadas hibakusha (被爆者?), una palabra en japonés que literalmente significa «persona bombardeada». Ser Hibakusha, aseguran los sobrevivientes, era como una maldición, que los estigmatizaba. Estos sobrevivientes, además de las enfermedades a las que se enfrentaron también tuvieron que lidiar con el rechazo del resto de la sociedad, vivían ocultando su condición ya que nadie quería casarse con personas como estas e incluso le negaban trabajos si se llegaba a conocer que eran Hibakushas. Según estudios independientes realizados sobre distintas catástrofes los hechos traumáticos alteran profundamente el conjunto de creencias esenciales que las personas tienen sobre sí misma.

 

Esto fue lo que ocurrió en Japón y más grave aún ya que las personas eran rechazadas por la sociedad. Por mucho tiempo vivieron ignorando lo que había ocurrido y los efectos tardíos que esta situación podía tener en ellos o sus hijos. Un año y medio después de la tragedia fue que los sobrevivientes conocieron que se trataba de la explosión de una bomba atómica, lo que ellos habían presenciado. Tres años después se formaron, por primera vez como asociación de víctimas para pedir ayuda al gobierno, para tratamientos ya que no tenían dinero y muchos morían. Para el año 2008, 243.692 hibakusha eran reconocidos por el gobierno japonés, la mayoría viviendo en dicho país. El gobierno además asegura que el 1% de dichos sobrevivientes padece alguna enfermedad asociada a la radiación.

 

Memoriales en Hiroshima y Nagasaki contienen listas de los hibakusha que se sabe han muerto desde los bombardeos. Actualizadas anualmente durante el aniversario de los bombardeos, al 2008 los memoriales contenían los nombres de más de 400.000 hibakusha, 258.310 en Hiroshima y 145.984 en Nagasaki.

 

Supervivientes coreanos

 

Durante la guerra fueron llevados muchos conscriptos coreanos tanto a Hiroshima como a Nagasaki para realizar trabajos forzosos. De acuerdo a algunas estimaciones, alrededor del 10% de los fallecidos en los bombardeos provenían de Corea. Se estima, además, que una de cada siete de las víctimas de Hiroshima tenía ascendencia coreana.8 Durante muchos años los coreanos tuvieron que luchar por que se les reconociera como víctimas de los bombardeos y les fueron negados subsidios por enfermedad, situación que ha ido cambiando poco a poco a través de distintas demandas.

 

Doble superviviente

 

Artículo principal: Tsutomu Yamaguchi.

 

El 24 de marzo de 2009, el gobierno japonés reconoció a Tsutomu Yamaguchi como un doble hibakusha. Yamaguchi estuvo a una distancia de 3 kilómetros del punto cero en Hiroshima, donde se encontraba en un viaje de negocios cuando detonó la bomba atómica. Sufrió severas quemaduras en el lado izquierdo del cuerpo. El 8 de agosto regresó a su tierra natal, Nagasaki, donde se expuso a la radiación residual de la bomba mientras buscaba a sus familiares. Yamaguchi es el primer sobreviviente confirmado de ambos bombardeos.

 

Debate sobre los bombardeos

 

La bomba atómica fue más que un arma de una terrible destrucción, fue un arma psicológica.

 

Henry L. Stimson, Ex-Secretario de Guerra de los Estados Unidos.

 

La importancia de los bombardeos en la rendición de Japón, así como la justificación ética de Estados Unidos, ha sido un tema de debates entre académicos y público en general durante décadas. J. Samuel Walker escribió en abril del 2005 un resumen de la historiografía reciente sobre el tema, «parece que la controversia sobre el uso de la bomba aún continúa». Walker hace notar que «El aspecto fundamental que ha dividido a los académicos por casi cuatro décadas radica en que si el uso de la bomba fue necesario para obtener la victoria en la guerra en el Pacífico en términos satisfactorios para Estados Unidos».

 

Con motivo del quincuagésimo aniversario de los bombardeos, el periódico estadounidense The Seattle Times clasificó los debates al respecto de la siguiente forma:

La bomba era necesaria o estaba justificada porque:

 

Los japoneses habían demostrado una resistencia semi-fanática, como los ataques kamikazes de Okinawa, los suicidios masivos de Saipán o la lucha hasta prácticamente el último hombre en las islas del Pacífico. El bombardeo de Tokio había matado a más de 100.000 personas sin efectos políticos, por lo que la bomba era necesaria para la rendición del país.

 

Con sólo dos bombas construidas y listas para usarse, era demasiado arriesgado «gastar» una al lanzarla sobre un área despoblada.

 

Una invasión a Japón hubiera costado una gran cantidad de vidas en ambos bandos de tal forma que se rebasaría el número de muertes de ambos bombardeos.

Ambas ciudades habrían sufrido bombardeos incendiarios de cualquier forma.

 

El uso inmediato de la bomba convenció al mundo de su horror y se disuadió su utilización cuando se construyeron más bombas.

 

El uso de la bomba sorprendió tanto a la Unión Soviética y la guerra terminó tan rápido que éstos no pudieron solicitar la invasión conjunta de Japón.

La bomba no era necesaria o no estaba justificada porque:

 

Japón ya estaba listo para rendirse antes de los bombardeos.

 

El rechazo estadounidense a los términos de la rendición al no garantizar la continuidad de la figura del Emperador prolongó la guerra innecesariamente.

 

Una explosión de demostración sobre la Bahía de Tokio habría servido para convencer a los líderes de los efectos de la bomba sin muertes innecesarias.

 

Incluso si el bombardeo a Hiroshima fuese justificado, los Estados Unidos no le dieron tiempo suficiente a los japoneses a considerar los alcances de la bomba antes del bombardeo a Nagasaki.

Las ciudades tenían casi nulo valor militar. Los ciudadanos tenían una relación de cinco o seis a uno sobre los militares.

 

Se sacrificaron cientos de miles de vidas de japoneses simplemente por la lucha de poder político entre la URSS y los Estados Unidos.

 

El bombardeo incendiario causaría mucho más daño sin la necesidad de convertir a los Estados Unidos en el primer país en utilizar armas nucleares.

 

Los sitios bombardeados en la actualidad

 

 

Tras el ataque atómico, Hiroshima fue reconstruida como una ciudad en memoria de la paz. El gobierno japonés continuó pidiendo la abolición de las armas atómicas y a mayor escala por la paz mundial. En mayo de 1949 el parlamento japonés declaró a Hiroshima como «Ciudad de paz» y a Nagasaki como «Ciudad de la cultura internacional».

 

Tanto en Hiroshima como en Nagasaki se han erigido una gran cantidad de monumentos, esculturas, ceremoniales y parques para recordar y conmemorar los eventos de agosto de 1945.

En Hiroshima destacan:

 

Parque Memorial de la Paz de Hiroshima.- El parque cuenta con más de 120.000 metros cuadrados de terreno. Anterior al bombardeo la zona representaba el corazón político y comercial de la ciudad. Cuatro años después del evento se determinó que la zona alojaría edificios dedicados a memoriales de paz.

 

Memorial de la Paz de Hiroshima.- También Cúpula Genbaku (原爆ドーム Genbaku Dōmu?), uno de los edificios que se mantuvo en pie después de la explosión.

 

Museo Memorial de la Paz de Hiroshima.- En este lugar cada año (a excepción de 1950 donde fue cancelada) se realiza una Declaración de Paz por parte del Alcalde de la ciudad.

Monumento a la paz de los niños.- Monumento erigido en honor de Sadako Sasaki, niña japonesa que fue expuesta a la radiación de la bomba a los dos años de edad y a los doce desarrolló leucemia. Con el deseo de vivir, comenzó el Senbazuru, antigua creencia japonesa de que al realizar mil grullas de papel se cumplen los deseos de quien las realiza. La niña falleció antes de terminar las 1.000 grullas pero se creó una asociación para conseguir los fondos necesarios para erigirle un monumento.

 

Salón Nacional a la Paz en Memoria por las Víctimas de la Bomba Atómica de Hiroshima

 

Castillo Hiroshima.- Castillo japonés que fue destruido durante el bombardeo. Fue restaurado en los años 60.

 

Entre otras, en Nagasaki se encuentran:

 

Museo de la Bomba Atómica de Nagasaki.- Inaugurado en 1996 como parte de los proyectos conmemorativos del 50° aniversario del bombardeo.

 

Salón Nacional a la Paz en Memoria por las Víctimas de la Bomba Atómica de Nagasaki

Parque de la paz de Nagasaki.- Ubicado en la parte baja de una colina al norte del hipocentro, fue construido para representar el deseo de la paz mundial. Una de sus principales características es una estatua creada por el escultor Seibō Kitamura de 9,7 metros de altura, la cual simboliza el deseo de los habitantes de Nagasaki por alcanzar la paz. Cada 9 de agosto se hace una declaración de paz al mundo frente a la estatua.

 

Catedral Urakami.- La catedral fue uno de los edificios destruidos durante el bombardeo y sólo uno de sus muros se mantuvo en pie. Fue reconstruida en 1959 y en sus alrededores se muestran objetos que sobrevivieron a la explosión.

 

Los bombardeos en la cultura popular

 

Música

 

En 1959, Krzysztof Penderecki (1933) realizó una composición musical titulada Treno a las Víctimas de Hiroshima para 52 instrumentos de cuerda frotada, la cual obtuvo el tercer premio en la Competición de Composición Grzegorz Fitelberg en Katowice en 1960. La obra despertó rápidamente un enorme interés por todo el mundo e hizo a su joven compositor famoso. Es una obra disonante, que emplea cuartos de tono para conseguir la hipertonalidad y busca la consecución de texturas mediante una serie de efectos en la cuerdas. El 12 de octubre de 1964, Penderecki escribió: «Dejé en el treno expresada mi firme creencia que el sacrificio de Hiroshima nunca será olvidado ni abandonado».

 

Películas

 

Los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki han sido abordados en el cine a través de distintos puntos de vista.

 

Hiroshima mon amour, del director Alain Resnais fue una película de 1959 cuya trama se ubica en el Hiroshima de la posguerra, en donde una actriz francesa y un japonés de Hiroshima comparten recuerdos de la guerra desde sus distintos puntos de vista.

 

La película Lluvia Negra (Kuroi Ame) de Shohei Imamura del año 1989 muestra los efectos sociales de los bombardeos derivados de los efectos secundarios de la radiación. Aunque la trama de la película está basada en hechos posteriores al bombardeo, a lo largo de la película se presentan imágenes del bombardeo.116 Rapsodia en Agosto (Hachi-gatsu no kyōshikyoku), penúltima película realizada por Akira Kurosawa en 1991, se centra en la relación que tienen distintas generaciones de ambos países ante el recuerdo del bombardeo de Nagasaki. También destaca la película estadounidense Creadores de sombras de Roland Joffe del año 1989, en la cual se recrea el Proyecto Manhattan y la relación entre los investigadores que llevaron el desarrollo de las bombas atómicas. igualmente la película La tumba de las luciérnagas por Studio Ghibli, narra la historia de un par de hermanos de 14 y 5 años que quedan huérfanos después de un bombardeo estadounidense, esta cinta de evidente corte pacifista.

 

Documentales

 

Inmediatamente después de terminada la guerra, la United States Army Signal Corps organizó una misión para evaluar los daños ocasionados durante los bombardeos. Durante esa misión se grabó The Atom Strikes!, un documental que comienza con la imagen de la explosión de la prueba exitosa en Los Álamos y posteriormente reseña los daños observados en las estructuras de ambas ciudades.118 Otro documental a manera de propaganda surgió un año después, en 1946, A Tale of Two Cities, producido por el Departamento de Guerra de los Estados unidos.

Entre documentales modernos destacan Trinity and Beyond de Peter Kuran (1995), Hiroshima de Paul Wilmshurst (1996), Hellfire: A Journey from Hiroshima de 1986, The Mushroom Club de Steven Okazaki (2005) y White Light/Black Rain: The Destruction of Hiroshima and Nagasaki, documental de HBO del año 2007.

 

Manga

 

El género del manga también ha tratado el tema de los bombardeos y destacan dos de historias inspiradas en estos hechos. La primera de ellas, Hiroshima (Hadashi no gen), se realizó en 1983, y está basada en la historia de Gen, un chico de seis años que vive con su familia en Hiroshima en los días del bombardeo y sus consecuencias. La historia está escrita a modo de una semi-autobiografía del autor, el escritor Keiji Nakazawa. También es notable Yūnagi no machi, sakura no kuni, un manga escrito e ilustrado por Fumiyo Kōno que cuenta la historia de una familia de supervivientes al bombardeo de Hiroshima, y protagonizada por una chica de veinte años llamada Minami Hirano.