Rusia se complica, el rublo cae y advierten por el "efecto contagio" s
Comercio Exterior

Rusia se complica, el rublo cae y advierten por el "efecto contagio" sobre el dólar y las inversiones en Argentina

 

 

30-12-2014 Fuente iprofesional.  El rublo volvió a desplomarse un 5% y el país enfrenta una compleja situación, producto del descenso del petróleo, alta deuda privada y represalias de EE.UU. Analistas sacan cuentas de cómo afectará localmente al dólar y a la industria albiceleste. ¿Qué se comercia entre ambas naciones?

 

a moneda rusa amplió sus pérdidas después de que un informe mostrara que la economía ha empezado a reducirse en términos interanuales por primera vez desde 2009, mientras el país acusa el golpe de los reducidos precios del petróleo y las sanciones occidentales.

 

Mientras, el gobierno, que ha luchado por reforzar el rublo y la economía, anunció nuevas medidas para mantener a los bancos a flote.

 

  El rublo ha sido una de las monedas de peor comportamiento este año, y este lunes cayó otro 5%, cotizando a 56 (rublos) por dólar, borrando algunas de las ganancias de la semana anterior.

 

La caída se produjo mientras el ministerio de Desarrollo Económico publicaba un informe mostrando que la economía se contrajo un 0,5% en noviembre respecto al año anterior. El Ministerio atribuyó el declive de la economía, el primero en cinco años, a una drástica caída de la manufactura y la inversión.

 

La economía rusa se ha visto presionada por una combinación entre precios más bajos para sus cruciales exportaciones de petróleo y el impacto de las sanciones occidentales.

 

Países en alerta

Tal como ya diera cuenta iProfesional, Lo que está sucediendo actualmente en tierras de Vladimir Putin puso a los países en estado de alerta, por sus consecuencias y el efecto contagio.

 

El Banco Central de ese país, en un intento por frenar la caída del rublo, había subido en diciembre la tasa de interés del 10,5% al 17% para defender su moneda.

 

"La situación es muy crítica. Lo que está ocurriendo no lo podíamos imaginar ni siquiera en la peor de las pesadillas", afirmó el vicepresidente del Banco Central, Serguéi Shvetsov.

 

El país se ve agobiado por el desplome del petróleo. Es que las exportaciones de hidrocarburos generan cerca del 50% de los ingresos presupuestarios, por lo que la caída del crudo (del que depende el gas natural), causa impacto directo en su economía.

 

A la baja del barril se suman las represalias occidentales por la postura de Putin en la crisis ucraniana.

 

El pasado mes de noviembre, el ministro de Finanzas, Antón Siluánov, cifró en u$s40.000 millones anuales las pérdidas por las sanciones y en u$s100.000 millones por el descenso del petróleo.

 

Sólo en el año, Rusia ha destinado u$s80.000 millones en intervenir en el mercado de divisas para frenar el desplome del rublo.

 

El Banco Central se ha visto forzado a rebajar drásticamente sus previsiones económicas. No sólo augura una recesión, sino que además sus estimaciones dan cuenta de una contracción superior al 4% para el 2015.

 

Como si todo lo anterior fuese poco, el país debe hacer frente a la delicada situación de las empresas estatales, que disponen de financiamiento muy acotado. Antes de fin de año, las corporaciones deberán pagar u$s30.000 millones en préstamos externos.

 

Ya en 2015 deberán honrar deudas por la friolera de u$s130.000 millones sin que aún se advierta otra fuente de fondeo que las reservas del Banco Central de Rusia, cuya credibilidad ahora se cuestiona.

 

Malos recuerdos

Los inversores a nivel global salen en forma masiva del rublo y van al dólar.

 

La Argentina, junto con sus vecinos de la región, corre el riesgo de ser arrastrada en esa marea.

 

Ese es, al menos, el temor que ven quienes recuerdan el antecedente histórico de 1998, cuando una profunda crisis financiera en Rusia fue el inicio de un "efecto dominó" que provocó, a su paso, devaluaciones en varios países, incluyendo Brasil en 1999.

 

La historia no se repite, sostienen algunos académicos, pero lo cierto es que hay circunstancias en que se parece bastante.

 

Por lo pronto, hay síntomas preocupantes, como la tendencia devaluatoria que vienen mostrando el peso mexicano y el real brasileño.

 

Mientras todo esto sucede en el mundo, el Gobierno argentino se mantiene firme en su cuasi-cambio fijo a $8,51 por dólar.

 

"Lo que está pasando en Rusia es una tormenta perfecta, y su situación va a ser muy crítica. Por cierto, el movimiento de salida de capitales de nuestra región es algo que ya estamos viendo", afirmó semanas atrás a iProfesional el ex ministro de Economía Ricardo López Murphy.

 

De todas formas, cree que el contexto histórico es menos grave que el de 1998: "En aquel momento teníamos el antecedente de la crisis asiática, que llevó a la fuerte caída de materias primas que derrumbó a Rusia y que luego se expandió a Brasil. Finalmente, nos llevó puestos a nosotros".

 

En la misma línea, la analista Diana Mondino, docente de la Ucema, marca algunos atenuantes respecto del momento actual. Recuerda que en 1998, Rusia no sólo devaluó, sino que además cayó en default.

 

"Ahora tiene muchas reservas, aunque también un gran volumen de deuda. Han subido la tasa de interés para impulsar a los inversores a quedarse en el rublo, pero no me extrañaría que introdujera controles de cambio, incluyendo algún cepo al estilo argentino", argumentó.

 

A la hora de buscar diferencias, lo que apuntan los expertos es que mientras que en aquella ocasión el principal problema era financiero, ahora hay un fuerte componente geopolítico.

 

Para Luis Palma Cané, economista especializado en mercados internacionales, el origen de la crisis puede rastrearse en la política expansionista del presidente Putin, que lo llevó a intervenir en Ucrania, buscando la anexión de Crimea.

 

¿Se viene el efecto contagio?

Más allá de cuál sea la verdadera naturaleza de la crisis rusa, lo que en este momento genera temores en el mercado local es si puede tener capacidad para generar un efecto contagio sobre los emergentes.

 

"No nos olvidemos que el colapso de la economía rusa y disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas se dio a finales de los 80 luego de una gran baja del petróleo", recordó el consultor Salvador Di Stefano.

 

Analistas ya perciben que esto puede verse en el emergente más popular del mundo: Brasil. El real, presionado por la moneda rusa, entre otros factores, se ha debilitado y actualmente cotiza en su menor registro en casi 10 años.

 

Para peor, hay expertos que consideran que el bajón en el precio del petróleo lejos está de ser pasajero. De manera que, por más que el contexto de la crisis rusa ahora sea menos grave que el de 1998, esto no significa que la región latinoamericana se encuentre blindada.

 

"En realidad, lo de Rusia y las devaluaciones en México y Brasil son todos fenómenos vinculados. El problema de fondo es que hay un realineamiento con el dólar, ante la evidencia de que se había generado una exagerada expectativa de crecimiento", observa López Murphy.

 

Para este economista, el precio del crudo se encontraba sobredimensionado, de manera injustificada, a la espera de un alto nivel de demanda que finalmente no ocurrió.

 

"Había una sobreinversión en petróleo, y esto que estamos viendo ahora es parte de un cambio estructural en el mercado de las materias primas", subraya.

 

Rusia se suma a las "preocupaciones K"

Los analistas locales miran con preocupación extrema lo que ocurre en estos días en Rusia para determinar qué tan grave puede ser el daño para la Argentina.

 

De extenderse el actual escenario, los países emergentes sufrirían no sólo por la caída de las materias primas sino además por la salida de capitales, dado que se buscaría al dólar como refugio.

 

Para la Argentina, como así también para otras naciones, la situación rusa sólo puede significar malas noticias.

 

"Tenemos tres grandes mercados, Rusia, Brasil y Venezuela, que ahora están en serios problemas. Esto significa menos capacidad de ventas", señaló Mondino.

 

Con este marco, el interrogante inevitable es qué tan fuerte podrá ser la presión para una devaluación del peso argentino, cuando todos sus vecinos mueven el tipo de cambio al ritmo del petróleo.

 

"Vamos a tener una fuerte presión. De hecho, ya la teníamos antes, y este tema la agrava. Si el Gobierno se empeña en evitar una devaluación por motivos políticos, entonces deberá afrontar el costo de una recesión más profunda y una pérdida de reservas del Banco Central", anticipó López Murphy.

 

En la misma línea, Palma Cané cree que la Argentina puede estar más vulnerable que sus vecinos: "Nuestro tipo de cambio ya estaba sobrevaluado, y con todo esto queda expuesto a una mayor presión por el gran desajuste que se puede generar entre las distintas monedas".

 

Impacto en el "Made in Argentina"

Tras la crisis de 2001, Rusia se convirtió en un destino creciente para las exportaciones nacionales.

 

Sin embargo, luego del récord logrado en 2008, cuando se habían realizado envíos por casi u$s1.000 millones, los embarques hacia ese destino cayeron.

 

En 2013, las ventas hacia ese país totalizaron u$s716 millones, en tanto que para 2014 se prevé un muy leve crecimiento, con operaciones por no más de u$s750 millones.

 

Al analizar los principales productos que se despachan hacia esa plaza, se observa una muy fuerte concentración en alimentos, que dominan más del 95% de la canasta exportadora, con peras, carnes, cítricos, quesos y manteca al tope del ranking .

 

Sin embargo, según destacó Mauricio Claverí, economista de Abeceb, "la desventaja para la Argentina es que, a medida que se intensificó el problema energético local, la balanza bilateral comenzó a ser deficitaria, dado que el 60% de las compras a ese país están explicadas por gasoil".

 

El siguiente gráfico muestra cómo se compone la canasta de bienes importados de Rusia, la cual está claramente concentrada en combustibles:

 

Así, en 2010, la diferencia entre exportaciones e importaciones le había reportado al Gobierno de Cristina un saldo récord de u$s700 millones.

 

Sin embargo, a partir de ese año, los números pasaron a terreno negativo, hasta que, el año pasado, el intercambio con Rusia representó un déficit histórico de u$s1.000 millones .

 

En agosto, como respuesta a las sanciones económicas, Rusia había prohibido por el término de un año las importaciones de alimentos provenientes de la Unión Europea y de un amplio abanico de países, entre los que se encontraban Estados Unidos, Australia, Canadá y Noruega.

 

Para la Argentina, el nuevo puente tendido con Moscú representaba una oportunidad inmejorable para aspirar a un salto de las exportaciones.

 

Este reciente desplome ruso amenaza con echar por la borda ese objetivo.

 

Los expertos también esperan repercusiones negativas en el plano de las inversiones.

 

Antes de la visita de Putin al país, hubo fuertes rumores de que Gazprom se asociaría con Wintershall, filial de la química alemana BASF, que explota 15 proyectos en la Argentina.

 

Las negociaciones también estaban centradas en dos yacimientos offshore ya operativos, en las provincias de Neuquén y Tierra del Fuego, donde se generan 12 millones de m3 de gas diarios.

 

Incluso, a comienzos de octubre, el Ministerio de Industria había emitido un comunicado en el que aseguraba que la hidrocarburífera Gazprom "había "cerrado un acuerdo con YPF para la exploración y producción de gas en la Argentina, por el que se estiman inversiones de u$s1.000 millones".

 

Sin embargo, a ojos del analista Vasconcelos, del Ieral, "la crisis que atraviesa ese país impactará en el ritmo de todas estas inversiones en la Argentina".