Usaban a su hija de 15 años para pesar y trasladar marihuana en la vil
Droga

Usaban a su hija de 15 años para pesar y trasladar marihuana en la villa 21. (12/12/2014)

 

 

12/12/2014 Fuente diarios-argentinos. Los padres de la menor fueron procesados junto con otras diez personas; a la organización se le secuestraron 739 kilos de droga en Corrientes.

 

No tenían escrúpulos. Habían montado una organización que traficaba marihuana y no dudaron en utilizar a una de sus hijas, de 15 años, para que se encargara de las tareas de traslado de la droga y de cumplir el rol de nexo entre otros integrantes de la banda narco. Así se desprende de una resolución judicial donde se procesó a diez personas por su presunta participación en la organización narcocriminal, que traficaba y comercializaba marihuana en la villa 21, en Barracas, droga que era traída a la ciudad de Buenos Aires desde Corrientes, después de su ingreso en la Argentina desde Paraguay, presuntamente por el río Paraná.

 

Entre los sospechosos procesados por el juez federal Sergio Torres se encuentran el ciudadano paraguayo Marco Chaparro Romero, de 46 años, y su mujer, Thelma Pereira, nacida en la ciudad de Buenos Aires el 7 de noviembre de 1975. "La investigación permitió acreditar que la organización se valdría de M. S. C., de 15 años, hija de Chaparro Romero y Pereira, para llevar adelante parte de las actividades de tráfico ilícito de drogas develada, teniendo como función trasladar parte de los estupefacientes comercializados por la organización y oficiar de nexo entre sus integrantes", sostuvo el juez Torres en su resolución, a la que tuvo acceso LA NACION.

 

El magistrado explicó que, además del traslado de la droga y de oficiar de nexo entre los integrantes de la banda, la adolescente tenía como tarea el control y el pesaje de la marihuana cuando llegaba a destino, "con el agravante de que tales directivas eran, generalmente, dadas por sus progenitores y principales responsables de las actividades criminales, es decir, por quienes debían velar por sus derechos".

 

La menor fue declarada no punible y fue sobreseída. Pero la menor no sólo fue usada para diferentes tareas vinculadas a la banda narcocriminal. Según surge del fallo del juez federal Torres, M. S. C. también habría sido abusada por su padres. En la resolución, el magistrado, ordenó extraer testimonios para que se investigue el delito de índole sexual, tarea que recayó en la fiscalía de instrucción porteña N° 16.

 

La organización fue desbaratada el 23 de octubre pasado cuando detectives de la División Operaciones Antidrogas Urbanas de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal, al mando del comisario inspector Néstor Roncaglia, secuestraron un cargamento de 739 kilos de marihuana. Según las escuchas telefónicas, cada ladrillo de marihuana (se secuestraron 800) era vendido por la banda a 2100 pesos. El operativo donde se decomisó la droga se hizo en la ciudad correntina de Saladas. La marihuana fue encontrada en 21 bolsas arpilleras dentro de una camioneta Chevrolet Blazer estacionada donde funcionaría un corralón municipal, según consta en el expediente judicial.

 

A pocos metros de la camioneta, los detectives descubrieron un camión Iveco. "El acoplado del camión estaba cargado con diferentes bolsas de "viruta". Pero había un espacio en forma rectangular en el que presuntamente habría de cargarse la marihuana secuestrada en la Chevrolet Blazer", se afirmó en la resolución del juez Torres. Ese mismo día, Chaparro Moreno estaba alojado en el hotel Florida de Saladas.

 

La hipótesis de los investigadores era que viajó para controlar la carga de la marihuana, explicaron a LA NACION fuentes judiciales. "En los trayectos hechos por los distintos integrantes de la banda, especialmente para concertar los envíos desde Paraguay, se determinó que utilizaban gran cantidad de vehículos, los que previamente eran transferidos a nombre de quienes oficiaban de choferes, figurando como autorizado otro de los miembros del grupo criminal o el mismo sospechoso que se presenta como jefe u organizador: Chaparro Romero", afirmó el juez en el procesamiento de los sospechosos.

 

Según la investigación del juez Torres, de su secretario Martín Uriona y de la policía, algunos de los automóviles de la banda "eran utilizados para «hacer punta», es decir, para asistir al vehículo que transportaba la droga, viajando por la misma ruta pero varios kilómetros adelante en el trayecto, para poder así verificar la existencia de controles vehiculares sobre el tramo a seguir, dándose así aviso al encargado de trasladar los estupefacientes para evadir posibles procedimientos".

 

En su fallo, el juez federal Torres consideró a Chaparro Romero, conocido por sus alias "Marcos" o "Garca", el organizador de la banda porque "ostentaba rol jerárquico por encima de los restantes sospechosos". Sobre la mujer de Chaparro Romero, apodada "Tía" o "Estela", el magistrado sostuvo: "Tendría a su cargo asistir a «Marcos» en la coordinación de los eventos, es decir, en la distribución y venta de los estupefacientes, adquiriendo mayor relevancia su función durante los viajes que haría su pareja o para cerrar las tratativas vinculadas con el tráfico ilícito".