Historia de la filosofía 3. Amantes de la filosofí
Biografía

Historia de la filosofía 3. Amantes de la filosofía.  Tercera entrega

 

 

 

Fuente Monografias. La primera parte de la obra se sientan las bases de una nueva teoría del conocimiento y se indica la ruta que ha de seguir la ciencia al liberarse de la teología y de cualquier otro vínculo que le impidiera su constitución autónoma. Esto contrasta con la descripción que hace Descartes, diciendo que en la primera parte "se hallarán diferentes consideraciones acerca de las ciencias", lo que puede servir de ejemplo de la engañosa actitud de modestia que asume Descartes en todo el escrito.

 

La segunda parte contiene las famosas 4 reglas del método, precedidas por una crítica a la lógica clásica, y en particular al silogismo, que revela la ruptura de Descartes con el pensamiento metodológico tradicional.

 

En la 4ª parte indica como llegó a la primera verdad - "pienso luego existo"-, cómo puede extraerse de esta proposición el criterio de verdad, y cual es la naturaleza de nuestra alma para rematar con la demostración de la existencia de Dios.

 

En las demás partes, que, según lo dicho, tienen una importancia meramente refleja, se examinan temas muy diversos. En la tercera expone Descartes su moral provisional, cuestión que no volverá a tocar sino accidentalmente en ninguna de sus obras posteriores. En la quinta, resume las cuestiones que contenía su tratado sobre El Mundo -que decidió no publicar debido a la condena de Galileo-, y expone en particular la constitución y el movimiento del corazón, y la diferencia entre el alma humana y la de los animales. En la sexta y última parte nos dice el autor qué cosas juzga necesarias para proseguir en la investigación de la naturaleza y nos revela las razones que le impulsaron a escribir y publicar la presente obra.

 

Con el Discurso se inicia en rigor la filosofía moderna. Es cierto que los demás escritos de Descartes le dieron una mayor significación, pero, en verdad, todas las obras publicadas con posterioridad desarrollaron ideas que estaban contenidas, a veces esquemáticamente, en el Discurso. Puede tomarse pues este escrito como expresión de la totalidad del pensamiento de Descartes.

 

El aporte del Discurso del método es múltiple, pero admite su reducción a dos elementos fundamentales: afirmación de la razón como criterio fundamental de verdad y fuente primera de conocimiento, y descubrimiento de la conciencia como realidad primera y punto obligado de partida del filosofar. Por tal razón, Descartes está a un mismo tiempo a la cabeza de 2 movimientos fundamentales de la filosofía moderna: el racionalismo y el idealismo. La influencia del pensamiento cartesiano en la filosofía contemporánea es honda y extendida.

 

3. Filosofía de la Ilustración.-

 

3.1 Características generales de la Ilustración.-

 

La Ilustración fue un movimiento ideológico, no solamente de carácter filosófico, sino cultural en el sentido amplio, que impregnó todas las actividades literarias, artísticas, históricas y religiosas. Se extiende y desarrolla durante el siglo XVIII, que suele denominarse "Siglo de la Ilustración" o "Siglo de las Luces".

 

Tiene lugar en la época de las revoluciones liberales y burguesas; supone una crítica realizada por las clases medias ante el antiguo régimen y una concepción liberal y tolerante en todos los órdenes.

 

Los países en los que tuvo mayor fuerza y relieve fueron:

 

Inglaterra, donde se inició. Tuvo un carácter empirista-epistemológico, cultivó las ciencias de la naturaleza y cuestiones sobre la religión, en un espíritu de libertad y tolerancia, siendo los ilustrados ingleses más notables Newton, Boyle, Shaftesbury, Hutcheson y Mandeville.

 

Francia. Las tensiones más relevantes son de orden moral, de derecho (especialmente derecho político) y del progreso histórico; ilustrados franceses importantes fueron Bayle, Montesquieu, Voltaire, Condornet, Diderot, D’Alambert, Condillac y Rosseau.

 

Alemania. Se centrará en un análisis de la razón, con la intención de encontrar un conjunto de principios que rijan el conocimiento de la naturaleza y orienten la acción moral y política del hombre, estando representada por Lessing, Wolff, Baumgarten y, sobre todo, Kant.

 

Surge el Iluminismo, coincidiendo con la implantación política de la clase burguesa, frente al oscurantismo, un inmediato pasado caracterizado por la ignorancia del pueblo, que han aprovechado los príncipes. La posición iluminista es atreverse a saber, a ser racional, ante una época de ignorancia de la que el propio hombre era culpable; es lo que Kant define como "salida del hombre de una minoría de edad debida a él mismo". En este sentido tenemos manifiestos como el Lessing, padre de la Ilustración alemana, que afirma que preferiría el esfuerzo de encontrar la verdad a tenerla ya en sus manos, o de D’Alambert, que afirma que hay una osadía del espíritu y que ha de surgir una actividad humana, no con fines destructivos, sino de sustituir definitivamente la fe por la razón.

 

La obra más importante es "La Enciclopedia o Diccionario razonado de la ciencias, de las artes y de los oficios".

 

Las características del pensamiento pueden expresarse en los siguientes apartados:

 

Autolimitación rigurosa de la razón dentro de los límites de la experiencia, frente al innatismo y dogmatismo cartesiano. En este sentido la Ilustración supone una síntesis del racionalismo y el empirismo. Los planteamientos cartesianos por obra de Locke se reducen a los límites del hombre; la razón no puede prescindir de la experiencia ni puede extenderse más allá de los límites que la propia experiencia tiene. Se combinan pues los datos provenientes de la experiencia, generalizándolos por medio de la razón, pero sin ir más allá de lo comprobable experimentalmente.

Esta autolimitación se concreta en el método de Newton:

 

- No admitir nada a priori

- Partir de los hechos

- A partir de éstos, buscar regularidades.

 

La razón ilustrada busca abordar todo aspecto o dominio de la realidad, intentando extender la razón ilustrada al campo de la religión y de la política. La fe absoluta en la razón es la base del pensamiento ilustrado; se trata de luchar contra todo lo irracional, intentando eliminar cualquier mito.

 

Defiende y realiza la tolerancia religiosa y la libertad política. Estos ideales exigen la revolución contra las instituciones feudales y los privilegios sociales y políticos.

 

La razón es la fuerza a la que se tiene que apelar para la transformación del mundo humano y encaminarlo hacia la felicidad y la libertad, liberándolo de la esclavitud y de los prejuicios. A la razón se opone la tradición. Para los ilustrados, el hombre debe buscar sus modelos en la naturaleza, no como antes usaba la razón bajo la guía ajena a la propia razón. De ahí que el ilumisnismo sea crítico ante la convención y antitradicionalista.

 

Hay una crítica a la revelación religiosa, a la que oponen la "religión natural", aunque también aparece el ateísmo y el materialismo. También aparece un fuerte anticlericalismo.

La razón en el mundo puede y debe promover el progreso. El concepto de una historia en que sea posible el progreso, aún a través de luchas y contrastes, es uno de los resultados fundamentales de la historia ilustrada.

 

El progreso de la razón se encuentra limitado por los sentimientos y las pasiones, que se oponen a la obra liberadora de la razón, ya que apoyan y refuerzan la tradición. El descubrimiento del sentimiento y el análisis de las pasiones es otro de los resultados fundamentales del Iluminismo.

 

El Iluminismo ilustrado mantiene el hedonismo (la finalidad del hombre en la vida es ser feliz) en el ámbito de la ética, así como el pragmatismo (doctrina que centra el problema de la verdad del conocimiento en la utilidad, la finalidad y la acción) y el liberalismo en el aspecto político. Otras tendencias ilustradas son la filantropía (amor hacia el género humano, especialmente empleando la actividad, capital, etc. en beneficio de éste) y el humanitarismo (concepción del hombre por encima de cualquier otro valor).

 

3.2 Historia y progreso del pensamiento ilustrado.-

 

Todos los temas del Iluminismo francés están tomados del inglés, excepto uno: el tema de la historia.

 

La primera gran figura de los planteamientos históricos ilustrados es Pedro Bayle (1647-1706), autor del "Diccionario histórico y crítico". Es una colección de los errores cometidos a lo largo del pasado del hombre con el propósito de denunciarlos, que sirve más para destruir y formular dudas que para edificar.

 

Sin embargo también tiene una conclusión positiva, que Bayle resume diciendo: "no hay nada más insensato de razonar contra los hechos". Constituye una crítica ante la tradición filosófica en sus interpretaciones históricas, sobre todo en actitudes incoherentes y contradictorias en temas como el del mal, la providencia, la libertad o la gracia, en los que se recurre a Dios como explicación. Para Bayle hay que atenerse y ser fiel a los hechos históricos, por lo que es imprescindible la comprobación, es decir, llegar a las fuentes de todo testimonio, a analizarlas críticamente y a rechazar toda afirmación que parezca infundada o sospechosa. Se requiere una objetividad, atenerse a los hechos lo más fríamente posible, sin dejarse influir por el contexto histórico, intereses, etc.

 

Bayle, sin embargo, no busca un orden histórico, una serie de principios que explique la historia. No ocurre así con Montesquieu (1689-1755), para el que la historia tiene un orden que se manifiesta en leyes constantes. Concibe dichas leyes como la relación necesaria que se deriva de la naturaleza de las cosas; todo ser tiene su ley y, por tanto, también la tiene el hombre. Sin embargo, estas leyes a las cuales el hombre obedece no son necesarias, ya que como ser inteligente, viola continuamente las leyes que Dios ha establecido y cambia las que él mismo establece.

Por tanto el hombre, al ser un ser limitado, es menester que sea dirigido. Montesquieu distingue tres tipos fundamentales de gobierno:

 

La República, cuyo principio es la virtud política, es decir, el amor a la patria y a la igualdad.

 

La Monarquía, cuyo principio es el honor, es decir, el prejuicio personal o de clase.

 

El Despotismo, cuyo principio es el temor.

 

Todo tipo de gobierno se concreta y articula en un conjunto de leyes específicas. Cuando falta a su principio, todo gobierno se corrompe, las leyes se convierten en malas y se revuelven contra el mismo Estado. El crecimiento o la decadencia de las naciones no son fruto del capricho o de la casualidad, sino que tienen sus causas, que son las leyes o principios de la misma historia. Pero estas leyes no tienen ninguna necesidad fatal, ya que están influidas por la libertad de la conducta humana.

 

La libertad no es inherente a ningún tipo de gobierno, sino solamente de aquellos gobiernos que son moderados, es decir, aquellos en los que el poder encuentre límites que le impidan corromperse. El poder solo puede ser limitado por el poder. Es necesaria la división, en el Estado, de 3 poderes:

 

legislativo

ejecutivo

judicial

 

La reunión de dos de estos poderes, anula la libertad del individuo o ciudadano porque hace posible el abuso de los mismos poderes.

 

Montesquieu resaltó las influencias físicas (como el clima) sobre las leyes, el temperamento y las costumbres de los pueblos. Sin embargo, no determinan al hombre sino que dependen de la reacción libre del propio hombre.

 

Voltaire (1694-1778) quiso dar una interpretación filosófica a la historia a través del concepto de progreso. Partiendo de las enseñanzas de Bayle, defiende una postura antitradicionalista y crítica, depurando los hechos históricos de las interpretaciones fanáticas. Pero Voltaire va más allá: es necesario escoger, de entre todos los hechos históricos aquellos que son más importantes y significativos, las costumbres, con el fin de diseñar una "historia del espíritu humano". La finalidad de la historia es la de resaltar el renacimiento y progreso del espíritu humano, es decir, de los intentos de la razón humana para librarse de prejuicios y erigirse en la guía de la vida social del hombre.

 

La naturaleza humana permanece inmutable, pero las costumbres son variables, de ahí que Voltaire distinga:

 

La naturaleza, única e inmutable.

La costumbre, variada y diferente.

 

La naturaleza humana es la razón; la costumbre, en cambio, altera el descubrimiento de la razón. El progreso consiste en que las pasiones, donde radican los prejuicios y errores, sean dominados por la razón.

 

Roberto Turgot (1727-1781) define la historia universal como la consideración de los progresos sucesivos, interrumpidos por frecuentes decadencias, del género humano y el detalle de las causas o condiciones naturales o humanas que los han producido.

 

Afirma que el progreso de la razón humana consiste, sobre todo en el desarrollo de las artes mecánicas, con las cuales el hombre consigue el dominio de la naturaleza, y en la liberación del despotismo. Pero el progreso se realiza por sí solo, es una fuerza que no hay que ayudar.

 

Condorcet (1743-1794) reformula las ideas de Voltaire y Turgot acerca de la historia de una forma más optimista: el género humano prevalece en los avatares de la historia, y lo único que cambia son las condiciones de su existencia. El progreso humano podrá ser más o menos rápido pero nunca retrocederá y llevará al hombre a la máxima felicidad posible.

 

Condorcet estudió las etapas del progreso del hombre, desde la prehistoria, e hizo una previsión para estudiar los progresos futuros, que se reduce a 3 puntos importantes:

la destrucción de la desigualdad entre las naciones.

 

los progresos en la igualdad en un mismo pueblo.

 

el perfeccionamiento real del hombre.

 

Todos estos progresos se realizarán con el triunfo de la razón, que será plasmada en el avance tecnológico. Este avance tecnológico llevará, a su vez, a una prolongación indefinida de la vida orgánica del hombre.

 

Resumiendo podemos decir que Bayle supuso la primera crítica a la tradición histórica y la adecuación a las fuentes históricas.

 

La obra de Montesquieu esclareció dos conceptos importantes:

 

La presencia en la historia de un orden, debido a las leyes.

 

El carácter no necesario de éstas leyes, que si bien condicionan los acontecimientos históricos, no lo determinan.

 

Voltaire, Turgot y Cordonet formularon otros dos conceptos que, juntamente con los anteriores, dan el cuadro que los ilumistas franceses se formaron de la historia:

El orden de la historia es progresivo, aunque no necesariamente tal.

 

El progreso de la historia consiste en el predominio cada vez mayor de la razón como guía de las actividades humanas.

 

3.3.- Idea de contrato en la constitución del Estado moderno.

 

La idea de contrato social se desprende de una concepción optimista de la historia y el progreso, del avance del hombre. Fue J.J. Rosseau (1712-1778) quién analiza esta idea de una forma más profunda, en su obra "Contrato social o Principios del Derecho Político"; de él dice Kant que había llegado al conocimiento del hombre de la misma manera que Newton lo consigue de la ciencia.

Rosseau distingue:

 

el hombre natural: el Estado de la Naturaleza.

 

el hombre artificial: el Estado de Sociedad

No es sin embargo una distinción original: ya, por ejemplo, Voltaire hizo una división entre la naturaleza humana (el hombre físico) y las costumbres.

 

En su obra "Emilio o la educación" -novela pedagógica en la que describe un utópico sistema educativo- afirma que el hombre es bueno por naturaleza, pero critica a la tradición, realizando un análisis de todos los males y vicios de la sociedad. Todos los avances no han contribuido a la felicidad humana ni al desarrollo de la virtud en el hombre; muy al contrario, este ficticio progreso ha extraviado al hombre de su origen y de su naturaleza. El peor efecto de este Estado de sociedad es la desigualdad entre los hombres: para Rosseau todos los hombres nacen iguales y si la sociedad los diferencia es porque está mal organizada.

 

El problema consistirá en explicar como la naturaleza se ha convertido en deficiente e injusta para saber como podemos reestructurarla y realizar una vuelta en lo posible a la naturaleza humana. En ese Estado de naturaleza, donde estaba antes de sufrir la perversión de la sociedad, el hombre sería bueno y feliz, guiado por el sano amor de sí (preocupación por sí mismo), que Rosseau distingue del amor propio (egoísta, que aparece cuando el hombre sufre la presión de la sociedad). Al Estado de naturaleza se opone el Estado de Sociedad, que designa la presente situación social, en la que el hombre al someterse a una determinada estructura social se hace malo y se encuentra movido por el amor propio y donde rige la injusticia, la opresión, la desigualdad y la falta de libertad.

 

Tal vez, dice Rosseau, el Estado de naturaleza no haya existido nunca, pero es una referencia comparativa mediante la cual podemos guiarnos en la reestructuración de la sociedad; tal vez sea un horizonte inalcanzable, pero de cualquier modo se puede tomar como punto de referencia ideal.

 

T. Hobbes (1588-1679) realiza una explicación parecida a la de Rosseau del tránsito del Estado de naturaleza al Estado de sociedad. Sin embargo, sostiene unos planteamientos diferentes; para Hobbes el hombre es un ser malo por naturaleza ("homo homini lupus") y egoísta. Si no existiera la sociedad, el hombre habría destruido a sus congéneres. Solamente mediante una fuerza superior al hombre, un Estado omnipotente al que llamó Leviatán, se puede establecer un vínculo o contrato de sumisión y alienación que haga al hombre vivir en sociedad. Esta teoría es una explicación del despotismo.

 

Para Rosseau la sumisión y la alienación no constituyen un verdadero contrato, puesto que hay una coacción al individuo y por tanto se niega la libertad individual del hombre. El verdadero vínculo social para Rosseau ha de estar fundamentado en un contrato libre, lo cual no significa que en el orden social las leyes no tengan obligatoriedad. El carácter genuino del contrato consiste precisamente el sentido de sumisión a la ley en libertad. El problema fundamental que el contrato soluciona es encontrar una forma de asociación mediante la cual cada uno, uniéndose a todos, no obedezca sin embargo más que a el mismo y permanezca tan libre como lo estaba en el Estado de naturaleza.

 

Esta conversión de libertad natural a libertad civil se produce cuando el individuo se desposee a sí mismo de libertad en favor de toda la comunidad, creándose una unión social perfecta, cuya expresión y principio rector es la que Rosseau llamó voluntad general. De tal manera que al ser el contrato social libre e igualitario el Estado social se parece cada vez más al Estado de Naturaleza. Estos ideales, junto con el espíritu humanitario y filantrópico de la ilustración, expresan ideológicamente lo que se convirtió en realidad política mediante la Revolución Francesa, que constituye el ejemplo de Estado moderno guiado por la división de poderes y la mutua limitación de éstos afirmada por Montesquieu.

 

3.4 Kant

 

Kant (1724-1804) fue un filosofo alemán; formado en el racionalismo, comienza a dudar del valor de la razón al leer a Hume, planteándose el problema del valor y los límites de ésta. La filosofía kantiana, pues, supone una síntesis del racionalismo y del empirismo, cerrando una época filosófica muy importante. Kant procede a un estudio de cómo es posible la construcción de la ciencia, llevando a cabo una reflexión sobre el problema de las relaciones de la razón con la realidad, que en ella aparecen vinculadas.

 

Sus obras más importantes son:

 

Crítica de la razón pura

Crítica de la razón práctica

Crítica del juicio

Fundamentación de la metafísica de las costumbres

Los religión dentro de los límites de la nueva razón

 

Para comprender posteriormente los otros aspectos de la filosofía de Kant, hemos de tener unas nociones previas que nos ayuden a comprenderla.

 

Para Kant existen 2 concepciones de la filosofía:

La filosofía desde el punto de vista académico

La filosofía desde el punto de vista mundano. Desde esta perspectiva, la filosofía ha de perseguir estos objetivos:

- Buscar los principios y los límites del conocimiento del mundo natural. O sea, "¿Qué puedo conocer?". Para resolver esta cuestión utilizamos la metafísica, y es respondida por Kant en su libro Crítica a la razón pura.

 

- Buscar o elaborar una serie de principios que fundamenten nuestro conocimiento práctico; se trata pues de un planteamiento más bien de carácter moral. Se trataría de responder a la pregunta "¿Qué debo hacer?", cuestión que es resuelta en la moral kantiana a través, sobre todo, de su libro Crítica de la razón práctica.

 

  • -Examinar otros principios -como la existencia de Dios, la inmortalidad del alma, etc. -que han sido temas frecuentes en la tradición filosófica y que muchas veces han quedado sin respuesta: es la pregunta "¿Qué me cabe esperar?".
  • Estas 3 cuestiones no están aisladas, sino que hay una íntima relación y están perfectamente conectadas con la esencia de la Ilustración. Se pueden resumir en una sola pregunta:

    ¿Qué es el hombre?

     

    El pensamiento de Kant, a través de estas 4 preguntas, representa la cumbre de la Ilustración.

     

    3.4.1 Los juicios sintéticos a priori.

     

    Comenzamos los planteamientos kantianos intentando responder a la pregunta ¿Qué puedo conocer?

     

    Kant distinguió 2 grandes facultades dentro del conocimiento humano:

     

    La sensibilidad. Es pasiva, se limita simplemente a recibir una serie de impresiones sensibles, que Locke había llamado ideas de sensación y Hume impresiones.

    El entendimiento. Es activo, tiene una espontaneidad.

     

    El entendimiento puede generar, según Kant, 2 tipos de ideas o conceptos:

     

    Conceptos puros o categorías: ideas o conceptos independientes de la experiencia. Se pueden distinguir 12.

     

    Conceptos empíricos: ideas obtenidas a partir de la experiencia.

     

    Admite que existen categorías o conceptos que no provienen de la experiencia, pero a la vez sostiene que la aplicación de estos conceptos a la realidad nunca podrá ir más allá de la experiencia sensible. Constituye pues, como ya hemos dicho, una síntesis entre racionalismo y empirismo.

     

    Kant analiza el conocimiento humano a través de juicios, que consisten en la unificación de múltiples impresiones sensibles que pasivamente hemos percibido mediante los conceptos. En esta unificación empleamos las categorías, carentes de contenido. Es en el juicio donde está la falsedad o verdad de nuestro conocimiento, ya que las impresiones aisladas son siempre verdaderas.

    Kant unifica los juicios, distinguiendo:

     

    Juicios analíticos. Aquello que se afirma en el predicado no añade nada nuevo al contenido en el concepto del sujeto. Se rigen por el principio de no contradicción y no son extensivos, es decir, no nos dan nuevas informaciones y por tanto no hacen que el conocimiento avance.

     

    Juicios sintéticos. Lo que se predica del sujeto no está contenido en el mismo. Son extensivos, ya que al añadir nuevas informaciones, permiten que el conocimiento avance.

    Esta clasificación no es original de Kant: ya Leibniz había distinguido entre verdades de razón y verdades de hecho, y Hume entre relaciones entre hechos y relaciones entre ideas.

    También podemos clasificar los juicios distinguiendo entre:

     

    Juicios a priori. Su verdad es independiente de la experiencia. Tienen la característica de ser universales y necesarios

     

    Juicios a posteriori. Son verdaderos dependiendo de la experiencia, y, por tanto, nunca pueden ser universales y necesarios.

     

    Todos los juicios analíticos son a priori, pero no todos los juicios sintéticos son a posteriori. Si sólo existieran juicios analíticos a priori y juicios sintéticos a posteriori no existiría la ciencia, ya que:

    Los juicios analíticos a priori no son extensivos, a pesar de ser Universales y necesarios.

     

    Los juicios sintéticos a posteriori son extensivos, pero, sin embargo, no son Universales ni necesarios.

     

    Para que exista la ciencia es necesario que exista un tercer tipo de juicios: los juicios sintéticos a priori. Un ejemplo sería:

     

    La recta es la distancia más corta entre 2 puntos

    Permiten la existencia de la ciencia dado que son extensibles, universales y necesarios.

     

    Tras estos planteamientos, se propone analizar cuales conocimientos son o no ciencias. Se trata de responder a esta cuestión:

     

    ¿Cuales son las condiciones trascendentales que hacen posible la ciencia?

    O dicho de otra forma:

     

    ¿Cuales son las condiciones que hacen posible la existencia de juicios sintéticos a priori en la ciencia?

    Estas preguntas son resueltas en la Crítica de la razón pura, en la que distinguimos 3 partes:

     

    Estética trascendental. Estudia la sensibilidad como facultad del conocimiento humano. Se deduce si son posibles los juicios sintéticos a priori en las matemáticas, es decir, si las matemáticas son posibles como ciencia.

     

    Analítica trascendental. Estudia el entendimiento como facultad del conocimiento humano. Se deduce si son posibles los juicios sintéticos a priori en la física, es decir, si la física es posible como ciencia.

     

    Dialéctica trascendental. Estudia la razón como facultad del conocimiento humano. Se deduce si son posibles los juicios sintéticos a priori en la metafísica, es decir, si la metafísica es posible como ciencia.

     

    Hemos de decir que aunque Kant distingue sensibilidad, entendimiento y razón como tres facultades del entendimiento humano, en realidad sólo diferencia sensibilidad y entendimiento, aunque dentro del entendimiento distinga entre el entendimiento propiamente dicho (facultad de realizar juicios que unifiquen impresiones sensibles en conceptos) y la razón (facultad de entrelazar los juicios mediante razonamientos).

     

    3.4.2 Límites del conocimiento.

     

    Kant se refiere a este tema en su libro "Crítica a la Razón Pura", dentro del cual podemos distinguir varios apartados:

     

    Estética trascendental.

     

    Analítica trascendental

    Dialéctica trascendental

    Como conclusión de estos 3 apartados presenta el idealismo trascendental, doctrina en la que refleja estos límites del conocimiento.

    Estética trascendental

     

    Existen 2 tipos de condiciones que hacen posible la sensibilidad, a las que llama condiciones trascendentales -es decir, condiciones que hacen posible la relación entre el sujeto y el objeto en el conocimiento-:

     

    Condiciones empíricas. Son todas aquellas que hacen posible la sensibilidad y que poseen un carácter concreto, práctico e individual.

     

    Condiciones universales (y necesarias). Distingue 2: el espacio y el tiempo.

    Las define diciendo que:

     

    - Son formas a priori de la sensibilidad

    - Son intuiciones puras

     

    Formas que no son el producto ni el contenido de impresiones concretas (no es algo que se pueda percibir), sino que son la manera en la que nosotros percibimos.

     

    A priori, independientes de la experiencia; son necesarias para ordenar los hechos y posibilitar la experiencia.

     

    De la sensibilidad, en el mismo sentido que Locke distingue ideas que provienen de la sensación e ideas que provienen de la reflexión. Las primeras se dan tanto en el espacio como en el tiempo, mientras que las segundas sólo se refieren al tiempo.

     

    Son intuiciones puras, que para Kant constituyen formas de conocimiento distintas a las 2 más comunes: las impresiones y las ideas o conceptos. No son impresiones concretas ya que toda impresión es a posteriori, producto de la experiencia, mientras que las intuiciones son a priori. Tampoco son conceptos, porque carecen de contenido, sino que en cierta forma son indefinidos y sin características (ya que no todos los individuos tienen las mismas nociones de espacio y tiempo).

     

    También se estudia en la estética trascendental las condiciones que hacen posible existencia de juicios sintéticos a priori en las matemáticas. Para Kant las matemáticas son posible gracias a que tenemos intuiciones puras: espacio y tiempo. Así la geometría estudia el espacio, mientras que aritmética está basada en la sucesión de números en orden, orden que viene dada por la sucesión temporal. Como el espacio y el tiempo son Universales y necesarios, es posible formular juicios a priori acerca del tiempo y del espacio; además podemos aplicar estos juicios a priori a objetos diferentes, con lo que nuestro conocimiento es extensivo, y los juicios generados son sintéticos. Por tanto podemos formular juicios sintéticos a priori en las matemáticas, con lo que las matemáticas son posibles como ciencia.

     

    Analítica trascendental

     

    En primer lugar estudia el entendimiento como facultad del conocimiento humano; Kant define el entendimiento como la facultad del hombre para generar conceptos.

     

    Según Kant, gracias al entendimiento, podemos comprender la multiplicidad de impresiones sensibles que se dan en el espacio y en el tiempo. Si no pudiéramos unificarlas o referirlas a un concepto no podrían ser comprendidas. La compresión de las impresiones en un concepto se da, según Kant, en un juicio. Es en los juicios donde referimos las impresiones a un concepto.

    Kant distingue 2 tipos de conceptos:

     

    Conceptos empíricos, que son a posteriori.

     

    Conceptos puros o categorías. Provienen de la espontaneidad del entendimiento, es decir, el propio entendimiento las genera independientemente de la experiencia: son a priori.

    Como la función del concepto -la comprensión de las impresiones sensibles- se da en el juicio, habrá tantos tipos de conceptos puros o categorías como tipos de unificación de impresiones sensibles, es decir, como tipos de juicios. Es lo que se denomina deducción metafísica de las categorías.

     

    Según Kant hay 4 criterios para diferenciar o distinguir varios tipos de juicios:

     

    - Cantidad. Los juicios pueden ser: universales, particulares y singulares.

    - Cualidad. Distinguimos: afirmativos, negativos e indefinidos.

    - Relación. Diferenciamos entre: hipotéticos, categóricos y disyuntivos.

    - Modalidad. Podemos distinguir: problemáticos, asertóricos y apodícticos

    De acuerdo con estos tipos de juicios nos encontramos las siguientes categorías:

     

    TIPOS DE JUICIOS

    Universales

    Particulares

    Singulares

    Afirmativos

    Negativos

    Indefinidos

    Hipotéticos

    Categóricos

    Disyuntivos

    Problemáticos

    Asertóricos

    Apodícticos

    CATEGORÍAS

    Totalidad

    Pluralidad

    Unidad

    Realidad

    Negación

    Limitación

    Causa

    Sustancia

    Comunidad

    Posibilidad

    Existencia

    Necesidad

     

    Pero además, existe otra forma de deducción de las categorías, que Kant denomina deducción trascendental de las categorías. Los conceptos puros son vacíos, no tienen contenido, sino que son puros esquemas y se aplican a las impresiones sensibles que son las que dan el contenido y que nuestro conocimiento, gracias a los conceptos, puede comprender. Pero si los conceptos puros se aplican mediante los juicios a un contenido que esté fuera de los límites de la experiencia sensible (fuera del espacio y tiempo) pierde automáticamente su validez científica, no son válidos. Por tanto, el límite del entendimiento está en que las categorías se apliquen como esquemas de las impresiones sensibles; si las categorías se aplican fuera del espacio y del tiempo (fuera de los límites de nuestra experiencia sensible) su aplicación es ilegítima. Esta postura se refleja en el idealismo trascendental de Kant, que estudiaremos posteriormente.

     

    Además, en la analítica trascendental Kant estudia la posibilidad de la física como ciencia. Para Kant la física se basa fundamentalmente en el principio de causalidad, que a su vez está basado en la categoría de causa. Esta puede ser aplicada a todos los hechos de nuestra experiencia. Los juicios que estén basados en la categoría de causa serán a priori y si pueden aplicarse a los datos que provienen de la experiencia serán sintéticos o extensivos. Por lo tanto, si la física está basada en el principio de causalidad producirá juicios sintéticos a priori y por lo tanto la física es posible como ciencia.

     

    Dieléctica trascendental

     

    De la analítica trascendental ya se deduce que la metafísica no puede ser considerada como ciencia, ya que en la metafísica las categorías no se aplican a fenómenos, sino que se parte de la intuición intelectual. La no aplicación de las categorías a fenómenos en la metafísica es lo que precisamente intenta demostrar Kant en la dialéctica trascendental mediante el análisis de la razón.

    La razón es definida como la facultad del conocimiento humano que consiste en relacionar juicios y que tiene la tendencia natural de buscar siempre los principios más generales, intentando llegar a un ideal incondicionado que de explicación de toda la realidad. Esta tendencia lleva al hombre a desatenderse de la experiencia sensible y por tanto a ignorar los límites del conocimiento. Dado que es incontrolable, nos puede llegar a conclusiones erróneas:

     

    en el ámbito físico las antinomias

    en el ámbito psíquico los paralogismos

     

    Así nos encontramos con que la tendencia de la razón para explicar mediante ideales condicionados la realidad le lleva a admitir la existencia del Mundo, Dios o el Alma:

     

    Estos razonamientos, al no estar fundamentados por la razón , no son válidos, y no son objetos de la razón teórica, sino de la razón práctica

     

    Idealismo trascendental

     

    Es una postura filosófica que afirma que las categorías o conceptos puros solamente tienen validez cuando se aplican a los fenómenos, es decir, a aquello que se nos muestra en la intuición sensible y por lo tanto, en el espacio y en el tiempo.

     

    Como las categorías o conceptos puros son vacíos, es decir, no tienen contenido, no existe según Kant una intuición intelectual, lo que en el ámbito filosófico implica que no conocemos lo que realmente son las cosas, o bien, como dice Kant, no conocemos la "cosa en sí", el "noumeno"

     

    Por tanto, el idealismo trascendental está basado en una distinción que es aplicable a toda realidad. Todo objeto, según Kant, posee una parte fenoménica (que nos aparece a través de los sentidos, unificada por el entendimiento mediante las categorías y los juicios) y una parte nouménica. El noumeno tiene 2 definiciones:

     

    Una definición negativa: aquello que no podemos conocer mediante la intuición sensible en el espacio y en el tiempo.

     

    Una definición positiva: aquello que es objeto de la intuición intelectual.

     

    Como la intuición intelectual no existe, el noumeno no puede ser conocido. Sin embargo, tiene una función positiva; aunque sea incognoscible, por esa misma razón, al ser inalcanzable, sirve de motor al mismo. La razón tiene tendencia natural a conocerlo, aunque sea imposible dicho conocimiento: es el horizonte inalcanzable del saber.

     

    3.4.3 Formalismo moral

     

    Intenta responder a la pregunta "¿Qué debo hacer?", respondida en su libro "Crítica a la razón práctica". Ya no se ocupa de cuáles son los límites del conocimiento como en el apartado anterior, ni los motivos que hacen que el hombre actúe de una manera u otra, sino de cómo debe ser la conducta humana.

     

     

    La diferencia entre la razón pura o teórica y la razón práctica consiste en que, mientras que la razón pura utiliza para conocer juicios, la razón práctica usa imperativos o mandatos. Esto muestra que en el hombre la razón tiene 2 funciones, aunque, como dice Kant, no 2 tipos de razón.

     

    La originalidad de Kant en el ámbito de la ética consiste en que fue el primero en formular una ética formal. A lo largo de toda la historia hasta Kant todas las éticas fueron éticas materiales, en las que la bondad o maldad de los actos depende de que se ajusten a un bien supremo o último. Por ejemplo, en la ética aristotélica el bien último es la felicidad.

     

    Toda ética material impone una serie de medios o preceptos que nos ayudan a alcanzar ese bien supremo. Para Kant, las éticas materiales no tienen validez, porque no son a priori ni universales. Esto es debido a 3 razones:

     

    las éticas materiales son empíricas, y por lo tanto, son a posteriori. No están sacadas de principios universales, sino que sus principios provienen de la experiencia.

    las éticas materiales son hipotéticas, son condicionales. No tendrían validez en el caso de que no se aceptase como bien último o supremo aquello que se indica en el antecedente del condicional.

     

    Ejemplo: Si quieres ir a cielo, no deberás matar

     

    Y al ser hipotéticas, no tienen validez universal.

     

    las éticas materiales son heterónomas, no dejan al individuo tener autonomía o darse a sí mismo la ley, sino que la ley se le da desde fuera y el individuo no crea racionalmente su propio comportamiento.

     

    Estas 3 dificultades hacen que las éticas materiales no posean validez para determinar de una forma universal y necesaria el comportamiento humano, por lo que han de ser sustituidas.

    Solamente una ética formal, con las características contrarias, puede ser válida para Kant:

     

    ha de ser a priori, en la que los principios no pueden estar sacados de la experiencia, sino que provengan de la propia razón.

     

    no puede ser hipotética sino categórica: los actos se deben realizar no movidos por una causa particular, sino independiente de ella.

     

    ha de ser autónoma, en la que el individuo determine su propia conducta, sin que se le imponga unos principios externos.

     

    Las éticas formales no tienen contenido, ya que no nos indica el contenido de las acciones sino su forma. Para Kant solamente las acciones que se hacen por deber tienen validez moral. Kant define el deber como la necesidad de una acción por respeto a la ley.

     

    Distingue 3 tipos de acciones:

     

    Acciones conforme al deber

    Acciones contrarias al deber

    Acciones por deber

     

    Las dos primeras carecen de valor moral, mientras que la tercera sí lo tiene.

     

    El valor moral no radica en los resultados de una acción, sino que consiste en la voluntad cuando está determinada por la razón (en determinar racionalmente la voluntad). De ahí que Kant afirme que lo que define la moralidad de la acción es realizarla como un fin en sí misma, no como medio para conseguir otro fin.

     

    Esta exigencia la expresa Kant en el imperativo categórico y nos indica como hay que actuar. La primera formulación del imperativo categórico es "obra de tal manera que quieras que la máxima de tu comportamiento se convierta en ley universal". La ley se convierte en un fin en sí misma, de ahí que Kant lo formulara también como "actúa siempre de tal modo que uses a la humanidad, tanto en tu persona como en la de los demás, como una finalidad en sí mismo y nunca como un medio".

     

    En la crítica de la razón práctica, además de fundamentar una ética formal, nos habla de lo que el llama postulados de la razón práctica. Un postulado es un principio o supuesto indemostrable pero necesario e imprescindible para la explicación de algo.

     

    Dice que la razón práctica tiene 3 postulados, indemostrables (ya que de ellos no tenemos experiencias sensibles) pero necesarios:

     

    Libertad. Hay que admitirla como necesaria, ya que si no existiera la libertad no podría determinarse la voluntad del hombre y no podría realizar el deber, con lo que no podría existir la acción moral.

     

    Inmortalidad del alma. También hay que admitirla como necesaria, aunque sea indemostrable, porque en caso contrario no se podría explicar la división entre el ser y el deber ser.

     

    Existencia de Dios. Es necesario admitirla para que en cualquier tipo de realidad no se de la distinción entre ser y deber ser.

     

    4 La crisis de la razón especulativa

     

    4.1 Marx

    Karl Marx (1818-1883) fue un político, filosofo y economista alemán. Funda, junto a Hegels, el marxismo, corriente filosófica heredera de la filosofía clásica alemana, la economía política británica y el socialismo utópico francés y británico. La doctrina marxista está constituida por tres partes fundamentales, que constituyen un todo coherente :

    el materialismo filosófico (dialéctico e histórico)

    la doctrina económica

    la teoría del socialismo científico

     

    Esta concepción del mundo se caracteriza frente a la tradición filosófica anterior por :

     

    la crítica de la filosofía, entendida ésta en el sentido hegeliano, en cuanto que intenta explicar el mundo especulativamente, por encima del saber científico. Esto supone la afirmación de su independencia respecto de la ciencia y la renuncia a las verdades absolutas.

    la consideración de la función práctica, transformadora de la vida humana, del pensamiento.

    La influencia del marxismo ha sido decisiva. Algunas de las teorías han logrado filtrarse en ciertas manifestaciones del existencialismo, el estructuralismo e incluso se hallan presentes en el pensamiento cristiano y en el tecnocrático.

     

    Podemos distinguir las siguientes obras :

    Manifiesto del partido comunista.

    Crítica de la filosofía del derecho de Hegels.

    Manuscritos de economía y de filosofía

    Tesis sobre Feverbach

    El Capital

    Miseria de la filosofía

     

    4.1.1 Concepto de alienación

    El concepto de alienación en Marx está tomado de la filosofía de Hegel y Rosseau.

     

    Para Hegel, en su obra "La obra del espíritu", la autoconciencia se aliena cuando se antepone a sí misma como objeto, produciéndose un extrañamiento. Sin embargo, Marx le da un sentido totalmente nuevo al concepto de alienación, aplicándolo al hombre concreto que vive en una situación histórica concreta.

     

    Todo proceso de alienación implica varios factores :

     

    Un sujeto activo-productivo que realiza una acción transformadora sobre un objeto pasivo.

     

    Una desposesión del sujeto activo hacia el objeto, es decir, se produce una exteriorización del sujeto en el objeto (entäusserung).

     

    Toda exteriorización supone una enajenación, es decir, una desposesión de parte del sujeto activo-productivo que queda plasmada en el objeto (teräusserung). Esto es algo natural en el hombre y no necesariamente negativo.

     

    Ahora bien, en la sociedad capitalista, se produce una desnaturalización del hombre, una auténtica alienación (no enajenación), Entfremdung, también traducida como alienación económica, que no está de acuerdo con la naturaleza del hombre, sino que es producto de una serie de condiciones históricas concretas de una época determinada.

     

    Para Marx en la sociedad capitalista se produce una desposesión del objeto o producto del trabajo de tal manera que el obrero o proletario (sujeto activo-productivo) no es dueño del producto de su trabajo, sino que este se le expropia por parte del capitalista, produciéndose un extrañamiento o alienación. El trabajador, considerado como una mera fuerza de trabajo que participa en el mercado, no se reconoce propietario del producto de su trabajo; y este producto no se considera como el objeto de la transformación del obrero sino como una mera mercancía.

     

    Esta alienación es causante a su vez de otros tipos de desnaturalización :

     

    Alienación social : Existen diferentes clases sociales aún cuando todos los hombres son iguales

    Alienación política : Existe una disociación entre sociedad y Estado.

     

    Alienación ideológica : Con Marx la ideología adquiere el significado de una deformación de la realidad, que sirve como justificación de las contradicciones de la sociedad para enmascarlas e impedir así cualquier transformación. Dentro de las alienaciones ideológicas Marx distingue 2 :

     

    - Religión : Sirve de justificación de la injusticia social promoviendo un mundo de felicidad ilusorio a través de la resignación.

     

  • -Filosofía : Se dedica solamente a interpretar y justificar la realidad impidiendo su transformación.

La alienación en Marx es un concepto que se opone al concepto de naturaleza humana : el hombre está alienado porque está desnaturalizado. En su libro "La ideología alemana" afirma que la naturaleza del hombre es un ser humano sensible o natural. Con esto expresa 2 momentos en la naturaleza humana : el hombre está dotado de una serie de fuerzas activas y pasivas.

Como ser pasivo el hombre posee una serie de necesidades y es un ser corpóreo y sensible.

 

Como ser activo, el hombre tiene además que hacerse en su ser y saberse en su progresiva realización humana que es la historia. La verdadera naturaleza del hombre es su historia.

 

La actividad del hombre es la Praxis o el Trabajo, la producción entendida como actividad práctico-productiva. Es la producción lo que distingue originariamente al ser humano de los animales ; como escribe Marx en la ideología alemana el hombre mismo se diferencia de los animales a partir del momento en que comienza a producir sus propios medios de producción. Marx atribuye 3 significados a la praxis en el hombre :

 

Relación que el hombre mantiene con la naturaleza a través del trabajo. En este sentido es una actividad práctico-productiva de transformación del mundo natural.

 

Relación que el hombre mantiene con los demás hombres. O sea, la actividad práctico-productiva de transformación de la sociedad.

 

Relación que el hombre mantiene con el conocimiento.

 

En oposición a Hobbes y Rosseau, para Marx el hombre no posee un estado natural que se oponga al estado de sociedad y la sociedad no se considera el resultado de un contrato o acuerdo, sino que recupera la idea de Aristóteles de que el hombre es un animal social. Tanto es así que considera al hombre como resultado de la sociedad en la que vive. Por tanto, habrá que situar el origen de la alienación en un plano social. El origen de la alienación está en un conjunto de circunstancias económicas, sociales e ideológicas.

 

Aquí se inserta la discusión sobre si Marx es o no un filósofo humanista. Por un lado se encuentran posturas de filósofos como Alttüssen que afirman que Marx niega la esencia del hombre al reducirlo a un conjunto de relaciones sociales, a un producto de la sociedad. Pero por otro lado se puede afirmar que el marxismo puede ser considerado humanista porque critica la alienación y, por tanto, persigue una recuperación del hombre ; además Marx afirma continuamente que el hombre es el sujeto activo de la historia y no un simple producto de ésta.