Las sorprendentes viviendas excavadas en un acantilado durante el anti
Bienes arqueológicos, paleontológicos

Las sorprendentes viviendas excavadas en un acantilado durante el antiguo reino de Mustang, Nepal

 

 

15/09/2013 Fuente terraeantiqvae. Escondidas en la cordillera del Himalaya, y situadas a unos 50 metros desde el suelo, estas cuevas hechas por el hombre son uno de los grandes misterios arqueológicos del mundo.

 

Miles de cavidades están talladas en un frágil acantilado de color arena, en una garganta tan grande que empequeñece al Gran Cañón del Colorado.

 

 El asombroso número de cuevas, algunas excavadas desde la pared del acantilado y otras horadadas desde arriba, tienen miles de años de antigüedad, pero quiénes las construyeron y por qué sigue siendo un misterio

 

 Tampoco se sabe cómo las personas subían a las cuevas, las cuales están, como se ha dicho, excavadas en el acantilado a unos 50 metros por encima del fondo del valle.

 

 Se estima que 10.000 de estas misteriosas cuevas han sido encontradas en el antiguo Reino de Mustang, al norte de Nepal. Aquellos que las han visto dicen que el efecto de las mismas sobre la pared del acantilado hace que se vea como un castillo de arena gigante.

 

El fotógrafo de aventuras, Cory Richards, se unió con el escalador Peter Athans , el arqueólogo Marcos Aldenderfer, y un equipo de exploradores, para descubrir las reliquias ocultas de estas antiguas y remotas cuevas.

 

Cory Richards nos relata: "Yo estaba en Nepal trabajando en el pueblo llamado Forte, donde Peter Athans y yo enseñábamos a un grupo de sherpas técnicas de escalada y de salvamento en montaña para que pudieran subir al Everest.

 

Y entonces Peter Athans me preguntó si estaba interesado en un proyecto en Mustang. Él comenzó a hablarme acerca del lugar donde íbamos a ir. Las palabras que usaba conjuraban unas imágenes de un entorno que realmente no podía imaginar.

 

Y, en verdad, cuando llegué allí era aún más grande y más imponente que cualquier cosa que jamás pudiera haber imaginado.

 

Estamos hablando de un lugar que nos recuerda al Gran Cañón del Colorado, pero además tiene una increíble historia. Usted mira esas cuevas excavadas en la roca y ve que son completamente inaccesibles.

 

Cuando empezamos a llegar a lo más profundo de ellas, comencé a ver la magia de aquello a lo que nos acercábamos: la cultura, en la práctica, de un pueblo del siglo XII, cuyas cuevas utilizaron para vivir y que ahora se están olvidado.

 

Nos hacíamos preguntas sobre cómo la gente accedía a las mismas.

 

Me preguntaba, asimismo, cómo podría encender la imaginación de la gente para hacerles pensar en lo que se parecería esto hace miles de años, lo cual constituía mi desafío final, ¿cómo podría proporcionar a la gente esa imaginación?

 

Una de las maneras con que procedimos fue iluminando las cuevas. Fuimos a pasar una noche en ellas y utilizamos luces para alumbrarlas y realizar destellos.

 

Se trata de dar a la gente la sensación de que este es un lugar muy antiguo, un lugar que tiene muchas historias que contarnos, mucho más de lo que podemos imaginar realmente en nuestra vida.

 

Escalar hacia las cuevas no fue una proeza fácil, las rocas eran inestables y planteaban un peligro real para el equipo de exploradores".

 

De hecho, subir a las cuevas era tan peligroso que Cory Richards perdió el equilibrio, cayó y se lesionó la espalda. En otra expedición a Mustang al año siguiente, el cámara Lincoln Else (izquierda) fue golpeado por una piedra que caía, fracturándole el cráneo.

 

 Cory Richards añade: "Fue una exploración auténtica. El peligro de tanta roca suelta da miedo. Todo está movedizo, todo a tu alrededor parece que está desmoronándose. Te sientes como si al estar escalando todo fuera a colapsar.

 

Una de las cosas que creo olvidamos cuando hablamos acerca de la aventura, la ciencia y la exploración, es que se vuelven a veces peligrosas, y una de las razones por lo que es tan emocionante es porque hay consecuencias o grandes consecuencias.

 

En mi primer viaje allí estaba tratando de escalar y un punto de apoyo se rompió. Caí alrededor de 4 o 6 metros, aterricé con mi trasero y me lesioné la espalda.

 

Fue como una revelación, porque si bien esto era muy emocionante, muy atractivo, y yo quería contar esta gran historia, sin embargo sólo había conseguido lesionarme la espalda, así que tal vez ello no era tan importante como pensaba.

 

Sin embargo, volvimos a intentarlo otra vez al año siguiente. Yo tomaba estas fotos y mi amigo Lincoln Else estaba filmando adecuadamente junto a mí. Lo siguiente que oí fue gritar a la esposa de Peter que decía: '¡Oh, Dios mío; oh, Dios mío!'. Lincoln estaba tendido en el suelo con sangre brotando de su cabeza y dando convulsiones. Una roca había caído desde lo alto, le había golpeado y provocado una fractura en el cráneo de 21 centímetros, tenía completamente deprimido el cráneo.

 

Una vez más fue un momento culmen para darse cuenta de que, si lo que estabas haciendo era muy importante, también era muy peligroso, y que cuando hablas de aventuras hay vertientes en ellas que son desagradables.

 

No obstante, Lincoln se recuperó completamente. Llegué a pensar -creo que todos lo pensábamos- que Lincoln iba a morir.

 

Esencialmente, al final de la experiencia, lo que ilumina para mí el matrimonio de la ciencia, la exploración y la cultura, es lo fundamental, y en cómo exponemos el mundo a todas las personas.

 

Tenemos que hacerlo emocionante, sugerente, pero también tenemos que dar el conocimiento de lo que hay ahí fuera a toda la gente.