Marta Minujín: “Pienso que se podría vivir sin dinero, pero sería un e
De interés general

Marta Minujín: “Pienso que se podría vivir sin dinero, pero sería un esfuerzo brutal”

 

 

10/06/2014 Fuente revistaenie. La excéntrica artista visual presentó "El dinero no hace a la felicidad pero se aproxima" en el Museo Arturo Jauretche del Banco Provincia, y armó de las suyas.

 

Una vez más la excéntrica Marta Minujín arma de las suyas: lo hizo hace pocos días en el Museo Arturo Jauretche del Banco Provincia (Sarmiento 364), a través de la presentación de su obra  El dinero no hace a la felicidad pero se aproxima, recién adquirida por el banco. El trabajo –creado en 1996 en base a una de las primeras monedas nacionales, la de 1 centavo acuñada en 1882- fue adquirido por la institución en el marco del 140 aniversario de su importante colección de arte. Y allí está la escultura de yeso de Minujín, midiendo alrededor de un metro y medio, mostrando de un lado el escudo nacional de nuestro país impreso en la moneda, repetido y desplazado;  del otro, el rostro de la libertad multiplicada. El trabajo se relaciona con esas obras de Minujín de los 80 y 90 en las que la figura humana era facetada y repetida, como por ejemplo su “Rompecabezas filosófico” (1987) instalado en forma de relieve en el aeropuerto de Ezeiza. La diferencia es que esta vez, la obra de la artista que puede verse en el museo del banco es policromada. “Me cansé de hacer esculturas blancas”, dirá más adelante Minujín, en diálogo con Clarín. “Desde ahora, todo será en color”, asegurará, enérgica.

 

No es la primera vez que la artista se dedica a trabajar sobre estos temas: hace décadas había hecho  La fiesta del dólar (1981) en Regine´s, durante la que la propia Minujín se vistió de dólar, en donde el champagne era verde, los invitados estaban vestidos de verde y otros fumaban billetes de 1 dólar. La obra que es quizás más famosa, de las relacionadas con lo económico de manera más directa, realizada en colaboración con Andy Warhol: El pago de la deuda externa con choclos (1985), una acción documentada mediante una secuencia fotográfica. Situada en el estudio de Warhol en Nueva York, en ella Minujín le paga al artista norteamericano la deuda externa argentina con mazorcas de maíz.

 

La escultura que ingresó a la colección del banco está recién instalada en medio de la excepcional muestra permanente del museo de la institución. Compuesta por su colección de billetes –figura el primero de nuestra historia, de 1822, que se llenaba a mano y era firmado por el presidente del banco-, monedas, fichas de pago –con las que los estancieros de nuestro país en el S XIX le pagaban a sus peones por cada oveja que esquilaban-, y macuquinas –antiguas monedas toscamente acuñadas en América Latina a golpe de martillo-, la curiosa escultura de Minujín dialoga sobre un tema que lo atraviesa todo, desde las historias personales más pequeñas hasta los mayores movimientos transnacionales: el dinero. Por eso, durante la inauguración, la artista le había pedido a cada uno de los invitados que llevaran monedas: con ellas fue armando un mural colectivo hecho en base a dinero, que quedará expuesto, por supuesto, en el lugar ideal: el museo del banco.

 

“El dinero es terrible, terrible, terrible”, comenta la artista a Clarí n, reflexiva y preocupada, “es el intercambio tangible que más usa la gente, y a la vez es el más abstracto”.

 

-¿Cómo es esto de que el dinero es el intercambio que más usan las personas?

-Sí, la gente se comunica a través del dinero. Es una locura, pero es así. El hombre inventó un intercambio y ahora ese intercambio terminó devorándoselo a él. Por eso últimamente yo estoy intentando hacer canjes sin dinero, como el que hice por café (recientemente la artista pintó un mural en un bar de Montevideo y Juncal, en la ciudad de Buenos Aires, a cambio de café gratis de por vida).

 

-¿De qué manera pensás que el dinero puede aproximar a una persona a la felicidad?

-Bueno, ayuda a crear esa ilusión por la que uno es feliz, ayuda a realizar ciertas cosas como un viaje, o en mi caso, obras de arte.

 

-¿Pensás que se puede vivir sin dinero?

-Cuando vivíamos como hippies en Nueva York (a fines de los 60 y principios de los 70) intercambiábamos vestidos por comida, por obras, por muebles. Pero al final nuestro sueño no pudo ser. Lo mismo pasó con China: durante la revolución china leían poesía, andaban en bicicleta, todo el mundo usaba vestimenta Mao… Y ahora China es puro capitalismo. Sí, pienso que se podría vivir sin dinero; pero sería un esfuerzo brutal.