Declararon 14 testigos y uno de los imputados en el juicio por la coci
Droga

Declararon 14 testigos y uno de los imputados en el juicio por la cocina de cocaína en Castelli

 

 

03/09/2015 Fuente elpatagonico. El proceso oral y público por la cocina de cocaína y el delivery de esa droga en bares y pubs de Comodoro Rivadavia continuó ayer. En esta ocasión se escucharon las declaraciones de 14 testigos, además de la que ofreció uno de los imputados. El debate se interrumpió al mediodía y continuó por la tarde. Hoy se tomarán nuevas declaraciones.

 

Los policías federales de Comodoro Rivadavia y de otras ciudades de la provincia que tuvieron participación en los múltiples allanamientos realizados el 9 de noviembre de 2013, en torno a la causa que hizo trascender la primera cocina de cocaína de Comodoro Rivadavia, fueron quienes declararon ayer ante el Tribunal Oral Federal que presidió la juez Nora Cabrera de Monella, e integraron Pedro José de Diego y Enrique Jorge Guanziroli.

 

Las declaraciones de los testigos civiles de actuación también se reprodujeron en la segunda jornada de juicio oral y público, acto que contó con un público nutrido y variado, al igual que en la audiencia de apertura.

 

En esta causa fueron procesados Daniel Rodrigo Beltrán, Pablo Martín Pardo, Claudia Noemí Piso, Pablo José Bayón, Andrea Matilde Alvarez, Pedro Alejandro Molina, quienes vienen cumpliendo medidas de coerción desde el momento de su detención.

 

La parte acusadora, que representa el fiscal ad hoc Mariano Sánchez, interrogó a los testigos ofrecidos para la instancia y, a su turno, hicieron los propio los defensores particulares, Guillermo Iglesias, Alejandro Fuentes y el defensor público, Sergio Oribones.

 

El fragmento más relevante de la jornada ocurrió al momento de prestar declaración Pedro Molina, en cuyo domicilio se halló la mayor cantidad de estupefacientes y reactivos químicos que son utilizados para el estiramiento de la droga. Al respecto, se debe aclarar que en el mismo predio existen tres viviendas, y fue en una de ellas que se produjo dicho hallazgo. En ese lugar vivía el sobrino de Molina, Pedro Bayón, quien estando detenido le habría confesado a su tío que la droga encontrada le pertenecía. Sobre ese punto se centró su declaración.

 

 

36 KILOS DE COCAINA

 

El caso se inició a través de la investigación que se desarrolló entre el 18 de marzo de 2013 y el 9 de noviembre de ese año. De la instrucción surgió que Daniel Rodrigo Beltrán, Pablo Martín Pardo, Claudia Noemí Piso, Pablo José Bayón, Andrea Matilde Alvarez se dedicaban al comercio de estupefacientes -entre el 18 de marzo de 2013 y el 9 de noviembre de 2013-, período mediante el cual Pardo, Beltrán y Bayón proveyeron de estupefacientes a Andrea Matilde Alvarez, quien los vendía en el pub El Bloque, ubicado en Ameghino y Alvear, y por otra parte proveía a Claudia Piso, quien a su vez lo vendía en el pub El Paraíso, ubicado en San Martín y Pasaje Intermedio.

 

Por otro lado, según el requerimiento fiscal de elevación a juicio, Daniel Rodrigo Beltrán también vendía en el bar Aconcagua, ubicado en Pasaje Granaderos del barrio Las Flores. Además, Alvarez, Piso, Beltrán y Bayón realizaban actividades típicas de venta de drogas, como pasamanos y delivery en vehículos a partir de los pedidos que recibían en sus respectivos celulares, donde se acordaban cantidades, precios y lugares de entrega de cocaína.

 

En tanto que a Pedro Alejandro Molina se le atribuye la tenencia de cocaína con fines de comercialización, así como también sustancias químicas que se utilizan para mezclar a la misma con el objeto de obtener mayor cantidad de estupefacientes de menor pureza para la venta.

 

Hay que recordar que producto de los allanamientos se secuestraron un total de 36 kilos y 534 gramos de cocaína, dispuestas en panes, rocas, polvo y tizas. Además, se secuestraron otros elementos de interés para la causa, como reactivos químicos, una picadora de carne con restos de cocaína en su mecanismo, balanzas, prensas, cricket, todo lo cual se presume se utilizaba para darle forma de tizas a la droga que se almacenaba en bloques.