Arqueología e historia en pequeña compañía
Bienes arqueológicos, paleontológicos

Arqueología e historia en pequeña compañía

 

 

11/08/2013 Fuente diariojerez. El Museo Arqueológico inicia la primera edición de 'Un verano de... ¡museo!' Los talleres infantiles programados versan sobre prehistoria y la antigua Roma

 

El Museo Arqueológico se ha convertido en su hogar durante los miércoles y los viernes de este mes. Son niños a los que les encanta aprender y su curiosidad nunca tiene fin. Preguntan sin cesar, ávidos de saber y sorprender en casa cuando les llegue el momento de abandonar las salas repletas de historia. Los miércoles toca el turno de la Prehistoria. Los viernes, la época romana atrae la curiosidad de un grupo infantil variado en edad.

 

Durante dos horas, paleolítico, neolítico, la edad del cobre o los ritos casamenteros y funerarios de los romanos centran la atención de un grupo de quince niños y de su guía, María Ángeles Comesaña. A través de la manipulación de fieles reproducciones de las vitrinas, consistentes en vasijas, puntas de flecha, joyas y demás objetos valiosos excavados en las inmediaciones de la ciudad por expertos arqueólogos del museo, los niños comprueban que conocer la historia de sus antepasados es, cuanto menos, entretenido.

 

 Es verano y nadie, ni padres ni profesores, les imponen las visitas. De hecho, la mayor parte de ese público infantil suele repetir en estas visitas concertadas. No importa que vayan a escuchar lo mismo, pues la diversión que ofrece el museo con este método de aprendizaje despierta el interés de los pequeños visitantes. La directora del museo, Rosalía González Rodríguez, asegura que con esta actividad se busca "acercar a los niños a la arqueología y a la historia y, sobre todo, a la historia de Jerez de una forma lúdico-didáctica".

 

Este verano el museo pone en marcha la primera edición de 'Un verano de... ¡museo!' Tras una ampliación de 800 metros cuadrados que mantuvo cerrada la institución durante siete años, se inicia un redescubrimiento de esta y de nuevos talleres en los que los niños tienen la oportunidad de ponerse en la piel del homo sapiens o de un romano. Ejercicios prácticos de pintura rupestre con un pigmento natural llamado almagra o en las tablillas utilizadas en las escuelas romanas hacen que niños, como Alejandro y Juan Pedro, vean emocionante "viajar por la historia antigua y aprender cosas que hoy en día sólo están en libros aburridos". Pero con lo que más prendados se quedan estos visitantes es, según la directora del museo, con el casco griego, punto de obligado interés aunque no forme parte de la propia ruta didáctica.

 

La mayor parte del personal del museo está de vacaciones y, sin embargo, esto no es problema alguno. Laureano Aguilar, arqueólogo y pieza fundamental de los descubrimientos que ha realizado el museo, pasa estos días a convertirse en ayudante de los niños, ofreciéndose a mezclar pinturas para ellos, a explicar cuestiones históricas y a ser guía de grupos, pues tanto tiempo pasa en el museo que ya es como su propia casa. La misión de un museo, además de conservar y restaurar antiguos restos, es ser un espacio de educación y de transmisión cultural. Es por esto que esta institución local tiene un enorme deber para con sus ciudadanos, especialmente cuando Jerez y su provincia se han convertido en un centro de constantes descubrimientos. En este sentido, Rosalía González afirma que las numerosas visitas que reciben de los jerezanos "muestra una verdadera dimensión del interés que tienen por su propia historia pero todavía no es suficiente, por lo que es trabajo nuestro el saber acercarnos a todos los grupos sociales y culturales mediante actividades específicas". El mayor hándicap que tiene el museo es su intrincado emplazamiento y su escasa señalización por la ciudad, que provoca que "no haya las visitas turísticas que nosotros quisiéramos, lo que deberemos solucionar pronto porque es una pena que un lugar con tanto que contar pase desapercibido".