México tiene su propio Sahara en el estado de Sonora
Medio Ambiente

México tiene su propio Sahara en el estado de Sonora

 

 

23/07/2013 Fuente efeverde. Un manto cubierto por ríos de lava negra y roja, un paisaje formado por volcanes dormidos y un asombroso mar de dunas móviles: la riqueza de la Reserva de la Biosfera El Pinacate y el Gran Desierto de Altar es tal que la Unesco la declaró recientemente Patrimonio de la Humanidad.

 

“Es prácticamente como conocer el Sahara”, explicó el subdirector de la reserva, Horacio Ortega, en un encuentro con periodistas durante una gira por el lugar este fin de semana.

 

 

Esta reserva ubicada en el estado de Sonora, en el noroeste del país, tiene como particularidad la presencia de las dunas estrellas, declaradas “únicas en el mundo” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

 

Las dunas conviven con unos enormes cactus llamados saguaros, cuyos brazos parecen imitar caprichosamente las formas humanas.

 

A pesar del clima árido del desierto -que puede rebasar los 60 grados centígrados- la reserva cuenta con una variada fauna que incluye, entre otros, el borrego cimarrón, coyotes, los veloces berrendos, el venado y los murciélagos celestes.

 

“Estas especies se han adaptado a climas extremos y normalmente viven de noche para evitar los calores del día”, explicó Horacio Ortega.

 

Todo en el desierto de El Altar tiene un fin: un saguaro muerto, una de las especies de cactus que predominan en el área, genera nueva vida para insectos y otros seres vivos que se refugian en sus restos.

 

Desde que fuese nombrada Reserva de la Biosfera en 1993, el área incrementó notablemente su número de visitantes, desde unos 3.000 en la década de los 90 a los 18.000 del año pasado. 

 

En este inmenso desierto conviven los indios Tohono y los O’odham o Papago, a solo media hora del centro turístico de Puerto Peñasco, en donde los complejos hoteleros rompen con la monotonía del desierto.

 

El Pinacate es para los tohonos  el origen del universo y los sitios sagrados de los indios permanecen cerrados al público.